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Abundancia de limosnas y ruindad de los tiempos

In document Historia de Nuestra Señora de la Balma (página 92-96)

En todos estos años el segristá, por otro nombre haciner, porque con su azafate o hacina recogía la limosna, hace constar fielmente lo que se recogía en todos los domingos y fiestas

89 del año. Nótase también lo que allegaban con sus viajes por Aragón, Valencia y Cataluña los dos santeros o ermitaños de Nuestra Señora, en trigo, cáñamo, lana, seda, azafrán, dinero y objetos para vender al encante a beneficio del ermitorio: de todo daban con. larga mano nuestros antepasados, que nada regateaban tocante al culto de «la Mare de Deu».

Y esto es tanto más de ponderar cu·anto que algunos de aquellos años eran malísimos. La guerra, con todas sus funes·

tas consecuencias, hacía estragos ~asi a las mismas puertas de Zorita. Los franceses se habían apoderado de la plaza de Tor-tosa; preparativos de guerra se llevaban a cabo en Morella .con febril actividad, y a estos males se añadía el hambre y la peste.

A una de estas andanzas de las tropas se refiere una nota del afio 1653, en la que el baciner, así le llamaremos en adelante, Custodi Sans, hace constar que «Jo quart y ultim diumenge de juliol ~o es plegá p~rque estaben allí los soldats~. Nos imagina-mos las calles y casas invadidas por los soldados; grandes y chicos contemplando con asombro aquel espectáculo, por for-tuna no frecuente en. Zorita; tal vez la confusión y el desorden en las familias; los jefes dan~o órdenes con su acostumbrada severidad, y las autoridades de la villa no exentas de temores y recelos.

Y con tan malos iiempos no faltan las lleixBs o legados. En este mismo año constan, entre otras, una de 5 sueldos de Mossén Jaume Ferrer; otra de 2, de· Ju!,lepa Blasco y de Jordá; otra de 3 sueldos de Jaime Gil; asimismo Theodora Navarro y de Osset deja una de 2 sueldos, otra de 5 Isabel Juan Eixarch y de S. aba-ter; también otra de 5 Miguel Fuster, sin dejar de consignarse hasta la modesta donación de 6 dineros que dejó, en medio de su pobreza, Bárbara Vidal, que recuerda con su humilde óbolo la viuda del Evangelio, de la que hizo nuestro Salvador tan notable elogio.

Las fiestas siguen celebrándose con más o menos esplendor.

Si su amor a Nuestra Señora de la Balma no hubiera sido capaz de infundir en el ánimo de los zoritanos fuerzas suficientes, el ejemplo de Morella, celebrando en 1650 hermosas fiestas sexe·

nales a su excelsa patrona la Virgen de Vallivana, no obstante las grandes calamidades que e.staban sufriendo España entera y la mayoría de sus ciudades y villas, podía estimularles para honrar y festejar a su patrona con hermosas fi.estas.

3. Es ensanchada la hospederia con nuevas construcciones Y así fué ·en verdad. Y no quedaba en esto solo el entusias -mo de los zoritanos. El concurso de fieles, cada día en aumento;

principalmente en los días de rogativas y romerías, ponían bien de manifiesto la insuficiencia de la hospedería para albergar el gentío que la invadía, no obstante las importantes obras lleva-das a cabo a fines del siglo XVI.

Pensóse, pues, en ensancharla, y como esto no era posible' en la vertiente misma del monte por su excesiva pendiente sin ofrecer rellano ·alguno de consideración, se pensó en añadir un nuevo cuerpo en el espacio que se extendía desde la hospede-ría hasta el camino que serpentea en el abrigo mismo de

peña hasta la puerta de la ermita. A la salida de la antigua hospedería se abría una pequeña plazuela con su baranda; vióse que aquel lugar ofrecía sitio suficiente, y sin reparar en la difi-cultad suma de asegurar andamios y trabajar obre.ros y albañi-les en un sitio cuya sola mirada infunde vértigo, se buscó un buen maestro de obras.

Este propuso levantar todo un piso sobre la plazuela, apoyan-do el muro exterior sobre un arco, •a imitación de las últimas obras: así se conseguía aumentar la capacidad de la hospedería y en nada se mermaba la be·lJeza de aquel lugar, hoy llamado

«el arquet», desde el cual se disfruta una hermosa vista domi·

nando el bello paisaje que forman el Bergantes con sus mean-dros y las alturas de San Marcos y la sierra de Morella.

Los lectores nos perdonarán una vez más repr-oduzcamos algunas de las notas de gastos de esta obra, tal como las

halla-mos en los cuadernos o cedas. El baciner da cuenta de haber abonado 7 sueldos «per tallar uns pins per a la fusta.» «Per serrar les files, tiraben 30 paros· quiscuna a diner y mealla lo pam, eren per a dita obra, 37 sous y sis diners.» Constan, asi..., mismo, varias cantidades «que se han pagat al mestre fa la obra.» «A un home per portar 7 llumeres de la· vila a la Mare de Deu a rahó de 4 sous quiscuna 14 reals, die 28 sous.»

Se hace constar, asimismo, que el maestro de la obra había recibido, en diferentes ocasiones, para su salario y el de los obreros a sus órdenes, la suma de 1.560 sueldos, o sea 78 libras. La cantidad no se podrá tener por excesiva teniendo en cuenta lo-difícil y arriesgado que era ·trabajar en aquel

pavo-91 roso sitio, teniendo el abismo a los pies en una altura capaz de dar vértigo al obrero más sereno. Por esto hallamos, una y otra vez, notas como ésta: «A un braser treballá en la dita obra per tres dies a 5 sous quiscú, que nos trobá menos, paguí 15 sous.»

También un albañil, llamado Juan de Gous, recibe 12 sueldos

«per dos jornals treballá en adobar lo portell caigué ,de la obra nova.»

Se pagan, asimismo, «per la clavasó de les sindries del are 8 sous y 2 diners.» · Hay obreros que dan su trabajo sin exigir jornal; dándoles, en agradecimiento, algo de comer, como consta de esta otra nota: «Paguí de pa y vi per a .la gent quant se pujaren les pesses de la branca'da y finestra 5 sous y 8 diners.»

Por fin se Temató la obra; pero tan atrevida era, que aun los más optimistas abrigaban el temor de que 'algún día no se viniese abajo. Para salir de dudas acordaron que las exami-nase un exp~rimentado maestro de obras. «Paguí-dice el baciner-a Geroni Sabater quant aná a buscar mestre pera veure la obra del are-si estaba segura, per· dos dietes 20 sous.»

Como si esto no fuera suficiente, el mismo baciner anota:

«Me retine yo quant aní a Morella pera buscar altre mestre per al sobre dit efecte, per ·dos dietes 20 sous.» Y por fin:· «Paguí y doní al ·mestre ques feu venir per a que ens desenganyés del are si estaría segur 40 sous.»

La obra, buena era; sin dar señales de ofrecer peligro ha llegado a nuestros días y bien creemos que, de no sobrevenir violentos terremotos, continuará desafiando siglos y más siglos, con gloria de los obreros y maestros que la llevaron a cabo con tan acertada construcción.

Los legados de este año, entre otros, son: Uno de-6 dineros de Miguel Peralta; de la viuda de Morera 5 sueldos, y 1 O de Gerónima Torres. Otros 2 «de la muller de Domingo Torres de la Vall de la Aygua de les Parres_», y un sueldo de «la muller de Malpel (sic), masover de Fuster.»

La obra quedó cubierta al año siguiente, 1657. El nuevo baciner, Bernat Segura, anota una partida «de tres millers de teules a rahó de 4 lliures 15 sous el miller, 13 lliures 10 sous.»

El mismo, aprovechando un viaje a Valencia, compra para nuestro santuario «4 canalobres». En este mismo año se hizo el aldabón o picaporte de la «porta principal de la casa», bonita obra de cerrajería que costó, junto con otras pequeñas obras,

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18 sueldos. Generoso con Nuestra Señora, el mismo baciner hace notar «que ha gastad de propis per devosió lo gasto de la festa y del dia dels contes.»

Por las cuentas del baciner del año 1657-58, Juan Martí, se sabe que el cura Dr. Gabriel Albalat, que era rector cuando ocurrió el incendio y uno de los ·mejores párrocos de Zorita, dejó en su testamento un legado de 15 libras «pera dos corones,

~o es, una pera la Mare de Deu y altra per al Niño.»

En la hospedería, debido al sitio obtenido con la nueva construcción, se , introducen notables mejoras; se habla del

«forn vell» y del «fom nou»; de la «cuina vella» y de la «nova», de la escala y pisoteres que hizo «el mestre de Lluco», maestro carpintero, quien figura, asimismo, trabajando en otras obras con «un fadrinet».

4. Sale a luz en Valencia la Miscelánea Sacra

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