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MÁS ALLÁ DE LA CAUSALIDAD

In document EL OJO DEL YO (página 100-110)

Si observamos el fenómeno del funcionamiento de la mente veremos que sus mecanismos se hacen evidentes para, luego, desaparecer. Las suposiciones de la mente son su voluntad de separación, su creencia en una progresión en el tiempo con sus comienzos y finales, y las categorías de pensamiento que constituyen y aseguran su supervivencia. Para sobrevivir, el ego tiene que creer que es real y que tiene una existencia separada e independiente. El otro motivo de su continuidad es la creencia de que, a través del ego y su bienestar, se puede encontrar al fin la felicidad y quedar aseguradas las condiciones idóneas para esta. De ahí que el ego/mente busque constantemente el control y las ganancias en sus distintas formas y aspectos. El ego/mente busca el éxito, bajo cualquier criterio que utilice para medir ese objetivo ilusorio. La felicidad esta siempre al doblar la esquina, de tal manera que se esfuerza cada vez mas por alcanzar sus metas.

En determinado punto, la ilusión se desmorona y se da la apertura necesaria para el inicio de la búsqueda espiritual. Esta búsqueda cambia su sentido de fuera a dentro, v comienza la búsqueda de respuestas. Si hay suerte, uno se topa con las enseñanzas de la verdadera iluminación y no se aparta del núcleo de estas enseñanzas. Con el paso del tiempo, se han perdido muchas de las explicaciones que se ofrecieron junto con las enseñanzas originales, introduciéndose a cambio muchos malentendidos. A lo largo de los siglos, algunas de las grandes enseñanzas se han distorsionado hasta tal punto que, sorprendentemente, han adoptado exáctamente-su sentido opuesto, convirtiendose en base de conflictos y de obstruction a la verdad.

No solo es útil, sino crucial, poder disponer de una fuente autorizada a través de la cual comprobar los propios rumbos y las direcciones a seguir. Nunca se insistirá demasiado en que debería obtenerse y confirmarse el nivel calibrado de verdad de cualquier maestro o enseñanza antes de convertirse en estudiante o seguidor de estos, y mucho menos en devoto o iniciado. Uno debe comprometerse solo con Dios y con la Verdad. A los maestros se les debe respetar, pero la única devoción se le debe a la Verdad. Como dijo Buda, <<No pongas cabeza alguna por encima de la tuya>>, dando a entender que el único guru verdadero de uno es el Yo (la naturaleza búdica).

El Yo del maestro y el propio Yo de uno son una y misma cosa. El maestro se convierte en fuente de inspiración e información, y es la inspiración la que da sostenlo a la búsqueda.

¿El compromiso espiritual implica que uno tiene que renunciar al mundo? No, evidentemente no. Significa, simplemente, que conviene recontextualizar, reestructurar y contemplar la vida mundana de un modo diferente. La trampa no se halla en el mundo, sino en el apego que uno le tiene al mundo, junto con las observaciones que se hacen, que oscurecen la búsqueda de la Verdad. Hay atracciones que son meros pasatiempos, mientras que otras son verdaderas trampas de lúgubres consecuencias en las cuales se sumergen los inconscientes. Por otra parte, en ocasiones, es gracias a la dura agonía que supone extraviarse como se consigue tocar fondo, renunciar a viejas opciones y aceptar otras nuevas. De ahí que nunca se pueda decir si es un error que alguien este siguiendo un sendero en particular, pues puede que a la postre le lleve a la salvación final, por doloroso que pueda resultarle. Lo que si podemos decir con certeza es que todo lo que no de una respuesta fuerte en kinesiología no es conveniente para el buscador comprometido de la iluminación.

Una importante fuente de errores es la curiosidad, que con tanta frecuencia se nos antoja inocua. Lo que nos atrae hasta las puertas del desastre no es obviamente algo negativo, sino un cebo bastante mas sofisticado que nos oculta al lobo bajo la piel del cordero. Por tanto, conviene evitar todo lo que no de una respuesta fuerte en kinesiología, porque solo lo que da una respuesta fuerte sustenta la vida y lleva a la Verdad.

¿Se pueden explorar los dominios que se hallan lejos de la Verdad y volver ileso? La respuesta, al menos por el momento, es que no es probable. Démonos cuenta del hecho de que el setenta y ocho por ciento de la población mundial se halla por debajo del nivel de Integridad (200). También hay que tener en cuenta la reacción social con la que hay que enfrentarse, algo que podríamos calificar como de <<el fenómeno del cangrejo>>. En un cubo lleno e cangrejos, mientras uno o más de ellos intentan alcanzar el borde del cubo, los otros se encaraman y les hacen caer; también en muchas personas se da una reacción de oposición con aquellos que están buscando la Luz. De hecho, si un miembro de un culto calibrado negativamente comienza a discernir la negatividad que hay tras la fachada de santidad de su confesión e intenta dejarla, se puede ver denunciado o sometido a presiones e, incluso, a la violencia. De ahí que los senderos mas tradicionales recomienden que las personas se congreguen con otros que tengan una dedicación espiritual similar.

También resulta significativo que el nivel de consciencia de la humanidad, que se mantuvo en 190 durante muchos siglos y ha alcanzado recientemente el nivel de 207, se halle ahora, como un todo, en la parte positiva en lugar de en la negativa. La dirección espiritual.

encontrar, buscar, adquirir, conseguir o poseer. La Presencia Infinita siempre esta presente, y su realización tiene lugar por si misma cuado se eliminan los obstáculos que impiden que nos percatemos de ella. Por tanto, no es necesario estudiar la verdad sino, simplemente, desprenderse de lo que es falso. El hecho de que se aparten las nubes no es la causa de que el Sol brille; simplemente, nos manifiesta que estaba oculto. De ahí que el trabajo espiritual sea, principalmente, un desprenderse de lo supuestamente conocido en favor de lo desconocido, con la promesa de otros que ya lo han llevado a cabo de que, al final, el esfuerzo será mucho mas que bien recompensado. En el nivel terrestre, el oro no se crea, sino que se manifiesta desconchando todo lo que lo oscurece.

Una de las principales herramientas espirituales es la intención, que establece prioridades y jerarquías de valores que dan energía a los esfuerzos de uno. El trabajo espiritual es un compromiso, además de una exploración. El camino fue abierto por aquellos que lo recorrieron antes y plantaron en la consciencia de otros la posibilidad de seguirlo. Del mismo modo que Roger Bannister rebajo el tiempo de carrera de la milla a menos de cuatro minutos, ha habido seres de consciencia avanzada que dejaron señales para que otros les siguieran. A su vez, cada progreso que hacemos en nuestra conciencia beneficia a multitud de personas a las que no conocemos y fortalece el siguiente paso para que otros puedan seguirlo. El universo toma nota de cada acto de bondad y lo preserva para siempre. Cuando se ven las cosas como son, la gratitud sustituye a la ambición espiritual. En el budismo tradicional, uno busca la iluminación por el bien de toda la humanidad; todos los dones regresan a su fuente.

A su debido tiempo, la intención y el enfoque espiritual terminan por reemplazar las ambiciones y los deseos mundanos. Es como si uno se fuera involucrando cada vez mas con el Yo, como si hubiera una fuerza de gravedad espiritual que fuera atrayéndole progresivamente. Otra forma de conocimiento sustituye a la razón y a la lógica, y la conciencia intuitiva se centra en la esencia de la vida y en sus actividades, más que en metas o en los detalles de la forma.

La percepción empieza a cambiar, y se contempla la belleza de la creación resplandeciendo literalmente en toda persona u objeto. Una escena sencilla puede convertirse, inesperada y repentinamente, en algo abrumadoramente hermoso, como si se revelara a si misma en un Technicolor tridimensional. Hay momentos en que, súbitamente, todo queda en calma, y la experiencia de la cualidad de <<Todo lo que es» toma lugar dentro de una Presencia omnipresente. Es el Ojo del <<Yo>>, lo que da a la vida sensación de realidad, pues aquello que nos permite experimentar lo que pensamos como un <<yo>> individual es en realidad el <Yo>, Infinito.

El resplandor de Dios es la luz de la conciencia que revela la divinidad de todo cuanto existe. En la serenidad de la Presencia Infinita, la mente se halla en silencio, como si no hubiera nada que decir; todo habla por si solo de un modo

completo y exacto. Cuando se alcanza esta consciencia, uno trasciende la dualidad final de la existencia frente a la no existencia, porque solo la existencia es posible. No existe opuesto alguno a la Verdad, porque la Realidad excluye la no realidad. En esta consciencia reside la paz de Dios.

Evolución frente a creación

Esta es una de las fuentes de controversia favoritas para políticos, consejos escolares y tribunales. En realidad, no hay ningún conflicto. La evolución y la creación son una misma cosa. La creación es la fuente y la esencia de la evolución. La evolución es el proceso por el cual se hace manifiesta la creación. El mundo físico es un mundo de efectos, y no hay ningún poder de causalidad en su interior. Por la paleontología, sabemos que las especies y las formas de vida han ido cambiando a lo largo de millones de años. Del mismo modo, las versiones y las formas primitivas del género humano que se han podido estudiar demuestran un desarrollo progresivo de la forma.

La evolución tiene lugar como un desarrollo progresivo dentro de la consciencia misma hacia la forma, mediante una mayor adaptación al entorno. La evolución tiene lugar en el piano de la consciencia, en la que se incluyen la inteligencia y la intención, así como la conciencia estética. Así, la evolución se realiza dentro de los dominios invisibles de potencialidad infinita, para luego manifestarse como consecuencia de la creación, que es intrínseca a la esencia del mismo universo y que es constante y actual.

Si la creación fuera un acto solitario de Dios en algún punto del distante pasado, todos los seres vivos serian exactamente iguales a como eran hace millones de años. Pero, en la medida en que ni Dios ni la Realidad tienen principio ni final y existen más allá del tiempo, no resulta sostenible ni el mas mínimo acto de Dios en el tiempo y el espacio. Lo que encaja con lo aparente es la creación continua de un Dios actual y siempre presente.

Básicamente, no hay conflicto entre evolución y creación, dado que una es meramente una expresión de la otra en los dominios visibles. La evolución no niega a Dios, sino que refleja la presencia de Dios, por siempre presente en todo cuanto existe. Y, debido a la creación, todo cuanto existe se regocija en su existencia debido a su divinidad innata, que es la consciencia de Dios.

La consciencia: el camino hacia Dios El intelecto

El riesgo que se corre cuando se proporciona información es que el ego del que escucha intente asimilar la información como datos con los cuales alimentar el intelecto, deteniéndose Ahí. Hay estudiantes espirituales que asisten a centenares de talleres y conferencias y que tienen habitaciones llenas de libros espirituales, pero que no han hecho progreso alguno en su conciencia; se encuentran en un punto

muerto. Su búsqueda consiste en ir de taller en taller, de libro en libro, de guru en guru, etc.

El trabajo espiritual no es un trabajo del intelecto (que si que puede llevar a un doctorado en Religiones Comparadas o en Teología). La verdadera metafísica es una abstracción que facilita el lenguaje y la verbalización con el fin de comunicar eso que, en verdad, no se puede comunicar con palabras. Las palabras no son cosas de las que se pueda tomar conciencia. Las verdades que se aprenden, para que sean efectivas, hay que situarlas en la practica diaria, pues esas verdades se hallan mas allá de las palabras. Si se hace así, entonces tienen lugar los cambios. El propósito de la información es que sea absorbida con familiaridad para que, después, madure en comprensión.

La comprensión

En el trabajo espiritual, la comprensión, por si misma, puede provocar el cambio, pues la comprensión actúa como un catalizador y abre nuevos modos de observación de las cosas, aportando crecimiento y progreso espiritual. A medida que se crece espiritualmente, uno se desprende de los viejos estilos de pensamiento y de Contextualización, algo que viene acompañado por la alegría que proporcionan los nuevos descubrimientos. La ira ante los absurdos de la vida se ve reemplazada por la risa, y todo aquello por lo que el mundo gime y convierte en melodrama se ve ahora como algo cómico. Las enseñanzas espirituales tienen que ser aceptadas para poder integrarlas. Es el ego el que se resiste, pues carece de humildad, y el que, por orgullo, se resiente de estar «equivocado>>. Es mejor darse cuenta de que uno no renuncia a planteamientos erróneos, sino que esta adoptando planteamientos mejores. Para el intelecto, tiene sentido que la paz sea mejor que la guerra, y que el amor sea mejor que el odio, pero el ego puede negarse a renunciar a sus odios preferidos y a sus resentimientos justificados.

Hay millones de personas en el planeta, culturas enteras y sociedades, cuyo único tema y razón de vivir se basa en el odio. Toda su sociedad se basa en la venganza y en la dualidad de la victima y el verdugo. Regiones enteras del planeta se consagran a la expresión de un odio que se justifica una y otra vez remitiéndose al lejano pasado. En la sociedad, no faltan justificaciones para el odio. Siempre se puede citar una larga lista de antepasados muertos y justificar el odio hacia sus antiguos enemigos. Es algo que hasta se puede llegar a ver como heroico, patriota, loable o políticamente correcto.

La disposición

Desprenderse de lo viejo es más fácil con la adecuada disposición, con coraje y fe. El progreso espiritual beneficia literalmente a toda la humanidad en tanto en

cuanto eleva el nivel general de consciencia. Hasta el más mínimo progreso supone una gran diferencia.

Otro obstáculo para el crecimiento espiritual es la impaciencia, que es algo que se puede vencer mediante el sometimiento.

La meditación

Por todas partes se habla de esta técnica y se la sugiere. Quizás creamos que los pensamientos están conectados entre si por -asociación o por alguna otra explicación psicológica aparentemente plausible. Sin embargo, a través de la observación, uno se percata de que en realidad es todo lo contrario, de que los pensamientos aparecen sin sentido alguno, de forma aleatoria. Saltan de un tema a otro, sin conexión alguna entre ellos. Normalmente, se describe la corriente de pensamiento desde los límites del paradigma lineal newtoniano, que busca causalidades donde no las hay en realidad. Los pensamientos parecen ser aleatorios, no lineales y caóticos, sin predictibilidad calculable. Parecen no tener orden ni concierto. A pesar de los muchos y loables esfuerzos realizados para explicarlos, no hay realmente ninguna explicación verificable acerca de los pensamientos, las imágenes, los conceptos, los recuerdos, las fantasías, los sentimientos, las esperanzas o los miedos, y el contenido de la mente se niega a ser controlado. El estrato suma de la mente, la matriz del pensamiento, es la producción constante de una <<pensatividad>> que da vida a una interminable sucesión de pensamientos, que se solapan intencionadamente para impedir cualquier posibilidad de silencio. Cuanto más se intenta controlarlo, mas trucos se utilizan, mas rebelde se hace, mas se niega al control y mas indomable parece.

En la meditación, uno puede ver desde el punto de vista del testigo, del observador, que es en si el campo de la consciencia el que esta observando a la mente, y que es inútil forcejear con ella. Conviene darse cuenta de que la mente no es <<yo>>. Es una impertinente y una seductora. Intenta convencerte de que tu eres ella. La identificación con el cuerpo no se supera destruyendo al cuerpo, así como tampoco se puede trascender la identificación con la mente destruyéndola. Pero, dado que ni el cuerpo ni la mente son el yo verdadero, no hace falta destruirlos, vencerlos o combatir con ellos. Los pensamientos tienen lugar por si mismos, no por que sean causados por algo o alguien.

La naturaleza de la mente es pensar. Se la puede obligar a que discurra con un pensamiento lógico y secuencial durante cortos periodos de tiempo centrándose mucho y poniendo intención. De este modo, se pueden resolver <<problemas>>. La mente es más rápida y más lista. Exige reconocimiento por sus pensamientos (es decir, buenos pensamientos). Hay que ser tan afilado como una hoja de afeitar y poner mucha atención para captar que esa exigencia de autoría de los pensamientos tiene lugar un nanosegudo después de que ocurra el pensamiento. La ilusión de <<yo

pienso>> desaparece cuando se atrapa a la mente con las maños en la masa. Buda decía lo mismo; la mente budica se descubre entre los pensamientos. En realidad, los pensamientos no tienen ningún sentido, ni son necesarios para la supervivencia. La reivindicación el ego de la autoría del pensamiento tiene lugar en realidad 1/10.0004 de segundo después, cuando en verdad todo esta ocurriendo por si mismo. La propia vida es un regalo continuo, y su continuidad de instante en instante esta sustentada por Dios, no por el ego. No tiene sentido intentar apartar los pensamientos, pues siempre vuelven. La gente tiene miedo de que, si se desprenden de su mente, o no la observan con atención o intentan controlarla, morirán o se volverán locos.

Los objetivos del ego/mente no son alcanzables. Sus esfuerzos son aparatosos y perturbadores. En realidad, uno se encuentra mejor sin ella.

En el momento que uno se da cuenta de que esto es inútil, se la puede empezar a abandonar retirando el interés por ella. Se puede comenzar por renegar de su hipnótica fascinación, retirándose progresivamente desde el vigilante hasta el observador, de ahí al testigo, hasta llegar a la consciencia misma y, finalmente, a la conciencia que ilumina. Se puede describir al Yo como un espacio esencialmente libre de forma.

La mente se halla bajo la presión constante de la anticipación, intentando controlar la siguiente fracción de nanosegundo de experiencia. Pero uno se puede concentrar en la fuente de esta intención de pensar y desprenderse del nivel de intencionalidad que subyace a su obsesión y que la lleva a controlar la experiencia del instante siguiente.

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