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Alteraciones en la interacción comunicativa social: El autismo

5. OTRAS RAÍCES DEL LENGUAJE

6.2. Relaciones entre la teoría antropobiológica de las raíces del lenguaje, y algunos

6.2.2. Alteraciones en la interacción comunicativa social: El autismo

El autismo es una de las características alteradas del desarrollo en la que el individuo presenta dificultades en las funciones comunicativas.

Sobre el autismo, son varios los estudios que se han enfocado para intentar identificar sus causas. Desde Eugine Bleuler, Leo Kanner y Hans Asperger, se ha especulado sobre lo que posiblemente son causas del autismo. Se le ha atribuido a causas genéticas, metabólicas, neurológicas, de funcionamiento sensorial, psicológicas, éstas últimas desde un corte psicoanalista, otras psiquiátricas.

La expresión autismo fue usada primero por el psiquiatra suizo Paul Eugine Bleuler en 1911, en referencia a los procesos de encerramiento en sí mismo, y alejamiento de la realidad (sí mismo -auto-, modo de estar –ismo-), en los que personas esquizofrénicas presentaban dificultad en la interacción con otros.

El autismo, es un caso que llega a ser un misterio para la comunidad académica y los servicios de atención, ya que sus causas son tan inciertas como su tratamiento. En lo que sí se tiene mayor claridad, es en sus síntomas, de los cuáles el más característico, es una especie de distanciamiento del individuo del mundo circundante. En el DSM-IV (Diagnostics and Statistics Manual of Mental Disorder), documento de la Asociación Americana de Psiquiatría, que sirve de

referencia para clasificar las enfermedades mentales, establece tres grupos de comportamientos que son los habitualmente afectados en el autismo: en la comunicación, en la relación con otros y en la imaginación.

Es necesario resaltar del DSM como instrumento diagnóstico, los cambios que ha tenido desde su primera versión en 1952, para hablar del autismo, primero, una reacción esquizofrénica de tipo infantil; luego en su versión número tres (DSM-III) de 1987, lo describe como un trastorno, ya que la palara “autismo” por sí sola, hace referencia a un diagnóstico médico con etiología definida. En la versión del año 2000 (DSM-IV), se convierte en un trastorno generalizado del desarrollo, y ya en la última versión, el DSM-V, habla de trastorno del espectro autista, para incluir a aquellos individuos que sin presentar las categorías típicas de autismo, muestran sin embargo, algunos comportamientos que afectan las tres principales áreas ya descritas, aunque en diferentes grados.

A partir de la definición de Bleuler, se propone que en el autismo hay una desconexión del sujeto con el mundo social, comunicativo y simbólico a su alrededor. Como se sabe, estos son logros del ser humano en su proceso de desarrollo filo y ontogenético. La interacción con los otros, la comunicación, la imaginación, y por ende, el pensamiento, son logros de un ser biológicamente inadaptado.

Se insiste entonces, en que los síntomas o tipos de alteraciones en los individuos con éste diagnóstico, son los que tienen un mayor reconocimiento y acuerdo entre la comunidad científica; no así las causas del mismo, que llega a ser atribuido a diversos factores, que pueden ser de índole genético hasta psicológico, tendiendo que hablar en la actualidad, de trastornos de espectro autista para incluir todas aquellas variantes que de alguna forma, muestran comportamientos catalogados autísticos.

Muestra de ello es la tendencia a diagnosticar a personajes de la historia de la humanidad, como casos de autismo, por ciertos comportamientos identificados; tal como sucedió con el “niño salvaje de Aveyron”. Victor, un niño al parecer de 12 años, encontrado en estado “salvaje” en los bosques del Midi francés, quien no presentaba ningún rasgo de sociabilidad. Fueron varias los estudios y explicaciones del caso, hasta el punto que una psicóloga inglesa, Uta Fritz, lo define como un caso de autismo, ya que para ella, el niño presentaba las características del diagnóstico. Según se sabe, los registros de la época, sobre los comportamientos de Victor, evidencian dificultades en diferentes áreas, entre ellas, las de socialización, comunicación, juego y hasta de integración sensorial77.

Aún con la dificultad para establecer las causas del autismo, se identifica como característica predominante, una especie de desconexión de la realidad circundante, en la que no necesariamente hay una ausencia de habilidades comunicativas y de interacción (caso de los espectros de autismo), pero donde sí se reconoce deficiencias o alteraciones en las mismas.

Una forma de detectar autismo, es la observación de los usos de los objetos que hacen los niños. Se ha identificado, que los niños autistas en etapas tempranas, presentan usos atípicos de los objetos, entre los cuáles están: rotar, girar y exploración visual inusual de los objetos, siendo ésta última, la mayor característica presente en estos usos atípicos.

Actualmente en piscología cognitiva, avanzan investigaciones que muestran el papel fundamental del signo en la apropiación que hace el niño del mundo y sus cosas. En este nivel, el análisis que se hace de la actividad comunicativa, se dirige a la interacción entre el niño y su entorno, a través de los objetos y las otras

77Artigas Pallarés, Josep y Paula, Isabel. El autismo 70 años después de Leo Kanner y Hans Asperger. En:

Revista Asociación Española de Neurosiquiatría, N° 32, 2012, págs. 567-587. Consultado y recuperado en septiembre 2013 mediante consulta virtual en la página de la biblioteca de la Universidad del Valle, a través de la base de datos ESBCO.

personas.

Los objetos tienen un uso convencionalizado que el niño aprende con la intervención del adulto. El contacto y manipulación que el niño hace de los objetos, lo lleva a construir un conocimiento del mismo; el niño elabora una representación de los usos convencionales de los objetos a través del signo. Cuando el niño transgrede éste uso convencionalizado de los objetos, que es un uso social, es porque las interacciones con dicho objeto, se ven atravesadas por el símbolo. Ahora los objetos, pueden representar cualquier otra cosa o uso.

Ésta teoría del uso de los objetos, el surgimiento del símbolo es una cuestión que sólo depende de las influencias sociales78, sin que se tenga en cuenta que la actividad simbólica se haya en el desarrollo sensoriomotórico mismo del ser humano. Contrario a esto, para Gehlen la actividad simbólica es una esencia en el ser humano, que lo lleva al desarrollo de sus potencias, a través de la experiencia y la acción.

A partir de las investigaciones realizadas por Rodríguez Garrido79, se muestra cómo, los niños autistas, presentan un uso atípico de los objetos, lo que evidenciaría la dificultad para que los niños con este diagnóstico, accedan al conocimiento y apropiación del mundo a través de la actividad simbólica.