PESO PARA TALLA:
III. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN
En la Tabla 1, se presenta el nivel de Prácticas alimentarias de los
preescolares atendidos en el “Centro de Salud Alto Moche”. Se aprecia
que el 80.5% tiene un nivel de prácticas alimentarias adecuadas y el
19,5% de los preescolares tienen un nivel de prácticas inadecuadas.
Las prácticas alimentarias se ejecutan en la reproducción social o lo
que es lo mismo, en la historia familiar. En el mundo actual, la
alimentación varía según se efectué en un país desarrollado o en otro de
los considerados en vías de desarrollo es decir según su entorno social y
cultural (Gainza, 2003).
Asimismo, las prácticas alimentarias adecuadas aseguran un óptimo
crecimiento y desarrollo; lo cual se evidencia en el rol importante que
cumple la madre respecto a la alimentación y nutrición del niño(a), puesto
que es ella la responsable de alimentar, incluso de enseñar a los menores
las prácticas de alimentación infantil y así no arriesgar el estado
nutricional de su hijo, volviéndolos frágiles frente a enfermedades
(Alarcón, 2008).
En esta etapa, el niño aumenta unos cinco o siete centímetros cada
año hasta llegar a la pubertad, sus huesos se endurecen y su control y
coordinación muscular mejoran notablemente. Aunque sus sistemas
corporales han alcanzado su madurez funcional y pueden comer los
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suficiente para comidas cuantiosas. Deben comer poco y consumir
frecuentemente alimentos energéticos y nutritivos, a fin de completar las
1250 a 1600 kilo calorías por día aproximadas que requiere el organismo
en esa edad (Valenzuela, 2003).
Los efectos de una inadecuada alimentación durante esta etapa
pueden ser devastadores y duraderos, en el plano físico, la pérdida de
oportunidades de una mayor talla y disminución de la capacidad
estructural corporal, daño de las capacidades funcionales nobles del
cerebro, como la abstracción, la integración, el análisis, el pensamiento
matemático, entre otras; por ello es importante proporcionarle una
alimentación suficiente y adecuada (Instituto Nacional de Salud: Centro
Nacional de Alimentación y Nutrición , 2007).
Un factor predominante en las prácticas alimentarias de los niños es
el hogar, ya que se hace ver como las experiencias más tempranas que
influyen para la aceptación de la comida, puesto que los niños comerán
más lo que les es más familiar. De hecho, algunos datos muestran la
similitud entre las preferencias alimenticias de los padres y los de los
hijos, de modo que cuando los padres consumen una dieta alta en grasas
saturadas, los hijos también siguen la misma dieta (Korbman, 2007).
Podemos decir que, frente a las preferencias de los niños y lo que la
madre brinda a su hijo, será como se construyan las adecuadas o
inadecuadas prácticas alimentarias, ya que los preescolares si bien es
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padres cumplen un rol importante en la preferencia de los alimentos de
sus hijos, si una madre que manifiesta que a su hijo no le gustan las
verduras es probable que a ella no le gusten tampoco, es ahí donde
vemos que el trabajo de mejoras la prácticas alimentarias está en la
educación que tiene la madre sobre los temas de alimentación (Korbman,
2007).
En los resultados encontrados en el presente estudio respecto a las
prácticas alimentarias adecuadas podemos identificar que de las madres
de los preescolares que nos proporcionaron la información, un 63,6%
tienen un grado de instrucción con estudios secundarios y/o superiores
(Anexo 8). El grado de instrucción es un factor esencial que impacta en la
calidad de vida de las personas y en su nivel de salud, además es uno de
los pilares sobre los cuales se sostiene el desarrollo humano, es así que
una madre con más educación es capaz de conocer, investigar y/o
compartir conocimiento sobre una buena alimentación para su hijo
(Hakim, 2006).
Además, Enfermería juego un papel muy importante en la valoración
de prácticas alimentarias, puesto que es la enfermera quien desde
nacimiento de un bebé; evalúa, identifica y monitoriza situaciones de
riesgo en las que se encuentren los niños y lo hace a través del Servicio
de Control de Crecimiento y Desarrollo del Niño Sano, donde no sólo
valoran el estado nutricional del niño sino que también orientan a la madre
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Por otro lado, tenemos que los resultados son similares a los
encontrados por Mamani (2013), quien elaboró un estudio sobre: “La
relación de las Prácticas Alimentarias con el estado nutricional de los
niños y niñas en etapa preescolar y escolar” en madres de Aldeas
Infantiles del Antiplano (Puno), quien detectó un 53% de madres con
prácticas alimentarias adecuadas y un 48 % de inadecuadas.
Del mismo modo, los resultados son semejantes a los encontrados
por Ferrel y García (2016), quien en un estudio realizado sobre Nivel de
Conocimiento sobre Alimentación y Prácticas Alimentarias en Madres de
Preescolares del Barrio 6 Alto Trujillo; reportó que el 80 % de madres
presentan prácticas alimentarias adecuadas y un menor porcentaje de 20
% de prácticas inadecuadas.
Sin embargo, difieren los resultados de los reportados por Requena (2006), quien investigó sobre: “Conocimiento y Prácticas Alimentarias que
tienen las madres sobre el contenido del a lonchera y su relación con el estado nutricional del preescolar” en la Institución Educativa N° 524
Nuestra Señora de la Esperanza en Lima, quien encontró que el 76,7% de
madres tienen prácticas alimentarias inadecuadas y el 23,3% de prácticas
alimentarias adecuadas, pueden existir diversos factores que condicionen
este resultado, como pueden ser el entorno familiar, el clima, tipo de
sociedad, cultura y religión tal como lo mencionan en la investigación
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Por todo lo descrito, es importante que la enfermera incluya en su
evaluación, el conocer las prácticas alimentarias que tiene la madre para
con su hijo, tal vez a través del instrumento utilizado en esta investigación,
de tal manera que pueda reforzar su intervención desde este importante
punto de partida, tal como es: La alimentación; para una orientación y
consejería adecuada. Aportando sin duda a una de las áreas de
investigación más importantes para la enfermería, tal como: Cuidado de
enfermería en promoción en la salud.
En la Tabla 2, se presenta la clasificación del estado nutricional de los preescolares atendidos en el “Centro de Salud Alto Moche”. Se
aprecia que el 66,2% de los preescolares tiene un nivel normal de estado
nutricional, el 18,2% presenta sobrepeso y el 15,6% presenta obesidad.
El estado nutricional llega hacer el resultado de la interrelación entre
el aporte nutricional que recibe y las demandas nutritivas del mismo, el
ingreso de nutrientes dependerá del consumo de alimentos, de la
utilización que el organismo pueda hacer de ellos, y de la influencia de
factores socioeconómicos, emocionales, culturales, físicos, entre otros
(OMS, 2013).
El inadecuado estado nutricional se conoce como la doble carga de
la malnutrición, desnutrición y sobrealimentación: El término malnutrición
se refiere a las carencias, excesos o desequilibrios en la ingesta de
energía, proteínas y/o otros nutrientes. Aunque el uso habitual del término
malnutrición no suele tenerlo en cuenta, su significado incluye en realidad
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Además, los problemas nutricionales en edades tempranas se
inician como consecuencia de una menor ingesta de alimento, causada
principalmente por prácticas alimentación que se deben a la falta de
educación alimentaria nutricional a los padres, dentro de ellas está el
abandono de la lactancia materna exclusiva ante de los 6 meses, la
inclusión de manera temprana y muy tardía de alimentos no adecuados a
la dieta de los niños con lactancia materna, déficit de nutrientes y
micronutrientes (UNICEF,2006).
Por otro lado, en la presente investigación se encontró un 33,8% de
preescolares con problemas de malnutrición tales como: sobrepeso y
obesidad, resultados que son similares a la tendencia nacional donde el
35,5% de la población padece sobrepeso y obesidad (INEI, 2016).
Muchas veces el sobrepeso y la obesidad se presentan por la
deficiente actividad física (sedentarismo), junto con las nuevas prácticas
alimentarias con comida fuera de casa, comidas rápidas que incrementan el consumo de “Snacks” o alimentos preparados, y el aumento del valor
calórico de la dieta, incrementa notablemente el riesgo de la
sobrealimentación porque la ingesta de energía excede a las
necesidades. Al mismo tiempo, aunque parezca incongruente puede
haber con estas dietas un déficit de nutrientes, sobre todo oligoelementos,
fibra y vitaminas, ya que se consume escasa cantidad de frutas y
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De la misma manera, también crece en las sociedades una nueva cultura de “dietas” y de “consejos alimentarios” en revistas y/o televisión,
en muchas ocasiones en manos de no expertos que tienen el peligro de
ser inadecuadas y originar carencias nutritivas graves que afectan el
estado nutricional en la que se encuentra el preescolar (Cabezuelo y
Frontera, 2007).
Asimismo, de acuerdo a los resultados obtenidos en cuanto al
estado nutricional de los preescolares, podemos analizar algunos de los
factores maternos que se obtuvieron como datos adicionados en la
investigación, tales como : la edad de la madre y el grado de instrucción.
Uno de los factores maternos con mayor relevancia, fue la edad de
la madre, donde se logró observar que un 66,2% de prescolares con
madres adultas jóvenes y maduras, presentan estado nutricional normal y
cabe resaltar que, de la única madre adolescente su hijo presenta
obesidad (Anexo 7).
La edad de la madre es un factor determinante en las capacidades y
acciones que ésta adopta en la alimentación del niño, ya que si hablamos
de una madre adolescente el reto será mayor, por lo que en esta etapa se
abre un amplio campo de descubrimientos y a la vez de confusión, donde
aparecen intereses y sentimientos nunca antes experimentados que
llevan a las adolescente a enfrentar conflictos para los cuales no están
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También, las madres adultas jóvenes y maduras reflejan madurez
emocional, se encuentran en una etapa más estable donde toman
conciencia de sus responsabilidades que les permiten adoptar mejores
actitudes y decisiones en la práctica alimentaria de su hijo, favoreciendo
un buen crecimiento y desarrollo. Por ende el rol protagónico de las
madres en la crianza y cuidado de sus hijos, convierte su nivel educativo
en el factor de mayor importancia para explicar la mortalidad infantil, las
condiciones de salud, los patrones de su comportamiento y el aprendizaje
de los niños (Meneghello, 2012).
Otro de los factores relevantes en la presente investigación es el
grado de instrucción de la madre, ya que se observa que de 100% de
madres con estudios secundarios y/o superiores el 70,7% de sus hijos
preescolares presentan estado nutricional normal mientras que del 100%
de madres que solo tienen estudios primarios un 52,6% de sus hijos
presentan estado nutricional normal y un 47,4% tienen sobrepeso y/u
obesidad, es decir casi la mitad su sus hijos presentan problemas de
malnutrición.
El grado de instrucción de la madre es considerado un elemento
facilitador que permite a las madres estar preparadas en esta etapa para
adquirir información y así lograr cambios en las actitudes, creencias y
costumbres frente a la alimentación del niño. El alto grado de instrucción
permite a la madre informarse por cualquier medio sobre el cuidado
integral de su hijo permitiendo actitudes favorables, y las madres con bajo
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a problemas nutricionales y complicaciones que puede llegar a aumentar
las tasas de morbimortalidad infantil (Contreras y García, 2005 y
Meneghello, 2012).
De acuerdo a la investigación, se registró que los resultados son
similares a los encontrados por Durand (2010), quien en un estudio
realizado sobre relación entre el nivel de conocimiento que tienen las
madres sobre la alimentación infantil y el estado nutricional de niños
preescolares en la Institución Educativa Inicial N° 111- Callao, reportó que
el 66% de los preescolares tienen un estado nutricional normal, el 20%
presentó obesidad y el 24% sobrepeso.
Igualmente los resultados son semejantes a los reportados por Calderón y Vásquez (2005), quienes en su investigación sobre: “Factores
biosocioculturales maternos y su relación con el estado nutricional de pre escolares”; realizada en el Sector Buenos Aires Sur – Distrito de Víctor
Larco se encontró que un 60.7% de los preescolares presentan estado
nutricional normal, seguido del 17.4% que corresponde a sobrepeso; y un
11.9% son obesos.
De acuerdo a todo lo analizado, podemos decir que es importante
orientar a la madre en cuanto a la alimentación que debe recibir su hijo,
de tal manera que se pueda mejorar su estado nutricional, sobre todo en
esta etapa de pre escolaridad donde es cuando más se debe vigilar la
alimentación del niño ya que sus requerimientos nutricionales son
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también es significativa la evaluación por parte de los nutricionistas, es la
enfermera quien orienta, identifica y evalúa el estado nutricional del niño
desde que es un recién nacido , por lo tanto es la encargada de realizar
planes de mejora y seguimiento para lograr mejorar los niveles de estado
nutricional en la que se encuentran los preescolares y así derivar
oportunamente el caso a el personal de nutrición.
La tabla 3, revela la relación entre estado nutricional y prácticas
alimentarias, donde vemos que de los preescolares que mantienen
prácticas alimentarias adecuadas, un 61% presentan un estado nutricional
normal, un 11,7% sobrepeso y un 7,8 % de preescolares con obesidad.
Así mismo vemos que de los preescolares que mantienen prácticas
alimentarias inadecuadas, un 5,2% presentan un estado nutricional
normal, un 6,5% sobrepeso y un 7,8% de preescolares con obesidad.
Los resultados son semejantes a los reportados por Aráuz (2013) en Ecuador, quien investigó la “Relación entre los conocimientos actitudes y
prácticas alimentarias sobre el desayuno, lonchera y almuerzo, de las
madres de los niños preescolares que asisten al centro municipal de educación inicial mundo infantil y su estado nutricional”. Tuvo como
resultado que los conocimientos alimentarios de las madres no se
relacionan con el estado nutricional de los hijos; mientras que las
actitudes y prácticas alimentarias si se relacionan con su estado
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Además tenemos a Realpe (2014) en Ecuador, quien investigó la “Influencia de conocimientos, actitudes y prácticas alimentarias de los
cuidadores en el hogar, en el estado nutricional de los niños y niñas en edad preescolar”. El resultado que se encontró fue que las personas
evaluadas tienen un buen nivel de conocimientos, actitudes y prácticas en
aspectos de nutrición saludable y normas de higiene, lo cual se ve
reflejado en el estado nutricional de los niños evaluados, ya que el 81%
presentan un estado nutricional normal, el 11% riesgo de sobrepeso, el
2% sobrepeso, y el 6% riesgo de desnutrición.
En relación, decimos que las prácticas alimentarias en la
alimentación del preescolar son una determinante en el estado nutricional
del niño; donde una alimentación insuficiente y desequilibrada no es
siempre el resultado de una escasez de alimentos o de la falta de dinero
para comprarlos; puede también estar relacionada a las prácticas
alimentarias de la familia sobre los principios de una buena alimentación y
nutrición. Los principales factores que afectan este consumo como el nivel
educativo, la orientación nutricional, especialmente de las mujeres por su
desconocimiento del valor nutritivo de los alimentos, inadecuadas
prácticas de preparación de alimentos y costumbres alimentarias
(Cabezuelo y Frontera, 2007).
Al mismo tiempo, está ampliamente demostrado que las costumbres
alimentarias adquiridas durante la niñez se modifican muy poco durante la
vida adulta. Puesto que la nutrición ejerce un papel importante en la
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durante la infancia, concluyendo que una alimentación correcta del niño
favorece su crecimiento y desarrollo (Cabezuelo y Frontera, 2007).
Igualmente, se dice que el crecimiento y desarrollo del niño, es decir;
el estado nutricional en el que se encuentre, depende de un adecuado
suministro de nutrientes lo cual se puede lograr sí el niño tiene adecuadas
prácticas alimentarias que contribuyan a los requerimientos nutricionales
según su edad, debido a que , como el crecimiento durante la niñez es
lento y constante , el alimento requerido para el metabolismo basal y
crecimiento será constante y la variabilidad de los requerimientos
dependerá principalmente de la cantidad de actividad del niño ( Marvin y
Rallison,1994).
Hoy en día, en nuestro país se están llevando a cabo mucho
programas dirigidos a erradicar la mal nutrición en los niños, la población
delimitada del presente proyecto cuenta con uno de los tantos programas
de nutrición tal como: QaliWarma, sin embargo el estado no solo debe
ocuparse de que estos niños reciban los alimentos sino también que
debe solicitar un seguimiento y control de peso, talla y dosaje de
hemoglobina de estos niños , solo así se logrará dar a conocer la
efectividad de este programa, ya que en muchos casos los beneficiados
son terceras personas y no precisamente los niños.
Así mismo uno de los problemas por el que se debe concientizar a la
población de Miramar, es el incremento de problemas de malnutrición por
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nuestras prácticas pre- profesionales en los niños de etapa preescolar, ya
no es el problema la desnutrición sino todo lo contrario, ahora
encontramos a niños menores de 3 o 5 años con problemas de obesidad
y sobrepeso que puede deberse a muchas causas.
Por lo cual, es necesario lograr concientizar no solo a la madre o
familia del niños sino también al personal de salud, los niños son el futuro
y si su salud se está viendo perjudicada desde la actualidad, mañana
más tarde no podremos hacer nada por cambiar las ideas sobre prácticas
alimentarias que formaron desde la infancia. Es por ello que el trabajo es
ahora y para cambiar los estilos de vida de cada niño se está logrando
construir que mantengan unas buenas prácticas alimentarias de mano del
padre de familia y personal de salud.
Por lo tanto, concluimos en que las prácticas alimentarias son un
factor predominante que influye en el estado nutricional, lo cual se
comprobó mediante la prueba de independencia de chi- cuadrado, donde
se obtuvo un nivel de significancia <0.05, concluyendo que existe una
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IV. CONCLUSIONES
Al finalizar la investigación: “Prácticas Alimentarias y Estado Nutricional de
Preescolares”, Miramar – 2017; se llegó a las siguientes conclusiones:
De los preescolares atendidos en el “Centro de Salud Alto Moche”, el mayor porcentaje presenta prácticas alimentarias adecuadas.
De los preescolares atendidos en el “Centro de Salud Alto Moche”, el mayor porcentaje presenta un nivel de estado nutricional normal
sin embargo existe un porcentaje considerable de preescolares con
obesidad y sobrepeso.
Existe relación entre las prácticas alimentarias y el estado nutricional de los preescolares atendidos en el “Centro de Salud Alto Moche”, que participaron del estudio.
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V. RECOMENDACIONES
1. Realizar investigaciones utilizando el instrumento modificado en la
presente investigación, con la finalidad de asegurar el nivel de
confiabilidad y validación.
2. Las enfermeras deben desarrollar investigaciones pre-
experimentales, en las cuales se logren modificar las prácticas
alimentarias de los preescolares de manera oportuna como parte del
rol de Enfermería y así mejorar el estado nutricional en el que se
encuentren.
3. Realizar investigaciones donde se relacione el estado nutricional con
los diferentes factores que influyen en sus resultados, tal como el
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VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Alarcón, M.; García, J.; Romero P. y Cortés, A. (2008). Prácticas Alimentarias: Relación con el consumo y el estado nutricional infantil. Revista de la Facultad de Salud Pública y Nutrición.
Recuperado de: http://www.respyn.uanl.mx/ix/2/artículos/prácticas.