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4. Capítulo Resultados y análisis de la investigación

4.1. Análisis y resultados durante la intervención, a la luz de la triangulación de las veintenas 1, 2,

4.1.3. Análisis Categoría Socio Afectividad durante la intervención

4.1.3.3. Análisis subcategoría comunicación asertiva

Teniendo en cuenta las observaciones y el análisis realizado en las subcategorías anteriores, se puede decir que el buen desarrollo en el eje intrapersonal, como en el interpersonal permiten que se establezca la comunicación asertiva, controlar emociones, tener una buena autoestima, tener la capacidad de participar y disfrutar lo que se hace, mantener buenas relaciones con los demás, saber escuchar, interesarse por lo propio y lo ajeno y reconocer los propios errores asumiendo consecuencias, son aspectos fundamentales para lograr desarrollar de manera adecuada la comunicación asertiva.

Por lo anterior, en la observación hecha a los niños desde esta subcategoría se pudo establecer que, en un primer diagnóstico se encontraban 8 estudiantes en el nivel superior y después de las cuatro veintenas hay 10 (45,5%); según esto, se puede decir que el manejo hecho a esta subcategoría y su relación con las anteriores, ha permitido un avance en los niños frente a sus procesos comunicativos, puesto que han desarrollado habilidades para el diálogo y la escucha; son niños que pueden sostener conversaciones durante largos periodos de tiempo, han desarrollado habilidades de liderazgo, tienen la capacidad de intercambiar

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materiales y juguetes sin entrar en conflictos, comprenden instrucciones y aceptan cuando cometen una falla.

En el nivel medio, se ubican 10 niños, un porcentaje igual al superior, sosteniéndose la medida del diagnóstico, sin embargo, se evidenciaron cambios significativos en estos niños; esto se puede sustentar desde el hecho de que después de 4 veintenas, el nivel de exigencia para estas subcategorías de igual manera debe ir aumentando, buscando alcanzar el ideal del nivel superior. Así, en el diagnóstico estos niños tenían conversaciones cortas y perdían rápidamente el interés, sin embargo, después de este trabajo de intervención son niños que mejoraron su capacidad de conversación, pero aún falta trabajo para llegar al nivel superior, centran por mayor tiempo su interés y su atención; ahora comparten mayor tiempo con sus amigos los juegos; comparten algunos juguetes y materiales, sin generar situaciones conflictivas, reconocen sus equivocaciones y buscan mejorar.

En el nivel bajo se ubican 2 niños (9,09%), por cuanto su nivel de comunicación aún debe ser trabajado para que éste sea asertivo. Son niños que pierden el interés fácilmente, su atención es por bajos periodos de tiempo; presentan situaciones conflictivas para compartir sus juegos o sus materiales; deben desarrollar sus habilidades para trabajar en grupo, puesto que generan conflictos con sus compañeros; les cuesta reconocer sus errores y los justifican culpando a otros.

La triangulación pudo evidenciar hechos como sostener una conversación a partir de oraciones complejas, liderar juegos, tener la capacidad de intercambiar materiales y juguetes, comprender instrucciones y aceptar cuando comete una falla, que corresponden a objetivos de esta subcategoría. Frente a la observación realizada a los niños, se puede evidenciar cómo los niños iniciando la veintena 1, entablaban conversaciones con sus compañeros durante largos periodos de tiempo frente a alguna película que habían visto, una experiencia o una anécdota; pero cuando se proponían conversaciones sobre temáticas particulares relacionadas con los ejes académicos sus conversaciones se volvían más cortas, perdían el interés, después de pocos minutos (máximo 5) se acercaban a la docente y le decían “ya terminamos”, “ahora ¿qué hacemos? De igual manera, a pesar de tener más tiempo para estos diálogos no encontraban de qué más hablar con relación al tema y la conversación se convertía en el seguimiento de una instrucción para entregar un resultado. Durante los trabajos en grupo, los niños hablaban todos al tiempo, no escuchaban a sus compañeros, realizaban de manera

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individual los trabajos, etc., en ocasiones frente a la participación de alguno de sus compañeros se escuchaban risas o reproches, cuando la docente hace alguna pregunta todos contestan al tiempo, no piden el turno para hablar, los niveles de escucha son mínimos, es necesario pedir constantemente silencio y repetir las instrucciones. Algunos niños manejan tonos de voz muy fuertes, otros demasiado débiles y sólo muy pocos niños tienen un tono adecuado para una conversación.

Frente a esta subcategoría se pudo evidenciar mucha dificultad en el manejo de la escucha, sin embargo, se dieron avances significativos durante las cuatro veintenas. Fue necesario que la docente asumiera una actitud de exigencia, llamados de atención constante, reflexiones personales y grupales, y en algunas ocasiones ante la continuidad de algunos estudiantes en la falta de escucha y respeto por las opiniones se hicieron llamados de atención con un carácter más fuerte y con una exigencia pedagógica como averiguar sobre la importancia de la escucha, hacer una cartelera y exponerla a sus compañeros e ir a los salones de otros niños a exponer su cartelera. Todo esto fue necesario puesto que así como lo afirman Nelse y Lott (1999), “las habilidades como saber escuchar, respetar turnos, expresar claramente las propias ideas y respetar las realidades individuales”, deben ser trabajadas para lograr una adecuada comunicación, el desarrollo de estas habilidades permitirá, según estos autores “Crear una atmósfera de afecto (amabilidad y firmeza al mismo tiempo) es la primera pieza del rompecabezas de la disciplina con amor, y encontrar su lugar nos asegura que esta base no se construye sobre arena. Atmósfera de afecto basada en la amabilidad y la firmeza, en la dignidad y el respeto mutuo”.

La docente estableció en un trabajo conjunto con los niños unos mínimos no negociables frente al proceso de comunicación, partiendo de la frase “cuando yo hablo, me gusta que los demás…”, los niños debían dar sus opiniones sobre esto, ¿qué les gusta que suceda cuando ellos están participando o hablando?, los niños expresaron sus opiniones, las cuales fueron escritas en el tablero por la docente: “me gusta que me escuchen”, “me gusta que respeten lo que digo”, “no me gusta que se burlen de mí”, “que hagan silencio”, “que me pongan cuidado”, “que me aplaudan”, “contestar bien”.

Luego se trabajó “cuando no me ponen atención me siento…”, los niños expresaron respuestas como “mal”, “triste”, “me da rabia y no hablo más”, “me pongo bravo y les digo que se callen”, “termino de hablar”, “como a mí cuando A.R. no me dejó hablar y yo le pegué

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y tú después nos regañaste a los dos”. Todas estas reflexiones conllevan a la afirmación de Gaeta y Galvanovskis (2009), la comunicación asertiva “da cuenta de los procesos lingüísticos y kinésicos involucrados en la interacción humana, en relación con los contextos, los signos, símbolos, significados y las lecturas verbales y no verbales que comprenden sentimientos, emociones y reacciones” Cada uno de los niños expresó sus sentimientos y a su vez explicó la reacción que asumían frente a esta situación. Finalmente se realizaba una reflexión sobre estas respuestas, evidenciando por qué era importante saber comunicarse y así se establecieron como mínimos no negociables: solicitar turno para hablar, respetar el turno del que está hablando, escuchar con atención lo que dice mi compañero, no burlarse de las respuestas equivocadas, mantenerse en silencio en los momentos en que sea necesario.

Imagen 39. Niños entablando comunicación asertiva.

Lo anterior, favoreció el clima escolar, pues los niños empezaron a pedir la palabra, respetar turnos para participar, trabajar en grupo respetando la opinión de sus compañeros, dialogar ante una dificultad y tener mejores niveles de comunicación. Por tal motivo esta observación hecha a los niños sobre su actitud de acuerdo a Gaeta y Galvanovskis (2009) “también hace referencia a las habilidades interpersonales y sociales que permiten responder apropiadamente a los estímulos externos sin autoagredirse ni hacer daño a otros, compartir información personal, hacer preguntas a los demás y expresar interés y aceptación. […] implementando estrategias comunicativas se puede lograr una interacción asertiva”.