Análisis de la tarea educativa

1.2.3.1. La función del gestor educativo.

En los últimos años, la función del gestor o directivo de los sistemas públicos y privados, manifiesta cambios sustanciales que responden a las transformaciones sociales, políticas y económicas que han obligado a las organizaciones avanzar hacia nuevas formas y modelos de gestión que articulan de manera sistémica saberes y procesos de administración, dirección y liderazgo.

La función directiva en el sector educativo, es quien orienta y lidera la organización por medio de: su direccionamiento estratégico, manejo del clima organizacional, conflictos, evaluaciones y gestiona para las soluciones según corresponda.

“Un proceso dinámico de una persona sobre otra u otras personas que orientan su acción hacia el logro de metas y objetivos compartidos, de acuerdo con la toma de decisiones que le confiere su poder” (Veciana, 2002).

1.2.3.2. La función del docente.

Lo planteado hasta ahora nos obliga en cierta medida a repensar el perfil y las tareas del docente como formador. En la práctica pedagógica tradicional, el profesor, especialista en una determinada área curricular, es el encargado de acompañar a un grupo de alumnos de clase a lo largo de un determinado período de tiempo, enseñando en situaciones presenciales y sincrónicas, mediante la transmisión de su saber.

Todos los alumnos escuchan las mismas explicaciones que se desarrollan en el mismo espacio: el aula. Pero si realmente queremos cambiar esos escenarios y esas prácticas, necesariamente tendremos que modificar la

concepción que tenemos respecto de las tareas que como formadores hemos de realizar.

En este último sentido, una tarea esencial va a consistir en el desarrollo de la figura del docente investigador en el aula, docente que media entre la experiencia de sus estudiantes, la información existente y la producción de nueva información, propiciando de esta manera verdaderos aprendizajes significativos y relevantes.

Lo que caracteriza a nuestras instituciones educativas, es el elevado número de profesionales que trabajan de manera aislada, la mayoría de las veces, ni siquiera se plantean la necesidad de establecer mecanismos de coordinación para hacer que la función del docente cuente con el apoyo de la Dirección y descuida el objetivo para el que fue designado.

Por medio de la controversia, deseo llegar a establecer lo que no queremos del docente como función, en lugar de hablar de las bondades como constructor de cambios, sino más bien, generar en el docente una brecha de retos que deben seguirse continuamente.

1.2.3.3. La función del entorno familiar.

El entorno familiar y la escuela son los elementos importantes del entorno educativo, entendiéndose por escuela al docente, alumno y dirección, de esta manera un conjunto de personas forman o construyen el conocimiento. El entorno familiar es un elemento importante en el entorno educativo; juega un rol de apoyo y gestión al desarrollo del proceso educativo, ya que el orden y disciplina pasan a ser los elementos del ser que dan vida al saber de los alumnos.

Por su parte, la reforma a al Reglamento LOEI 2012. Permite y promueve una mayor participación de las familias en la educación de sus hijos. Antes, la participación de las familias en el sistema educativo público era casi nula y no existían mecanismos apropiados que permitieran exigir un servicio educativo de calidad. El Reglamento de la LOEI establece instancias de participación y

veeduría de los representantes legales de los estudiantes, tales como el

Gobierno escolar y reuniones para la construcción del Código de Convivencia y del Proyecto Educativo Institucional.

1.2.3.4. La función del estudiante.

Es importante hacer una radiografía global del estudiante que hemos construido y formado históricamente, mirándolo como; el elemento pasivo que asiste, mantiene disciplina o buena conducta, ejecuta tareas y crece pasando el año con buenas o medianas notas. Con los resultados de la investigación nos corresponde a los docentes cambiar de visión para construir un nuevo modelo de estudiante, capaz de que ya no espere que las cosas sucedan, para convertirle en un elemento activo, participativo, motivado y gestor de su propio conocimiento, todo esto visto como el personaje principal del proceso de aprendizaje.

El estudiante del presente y futuro, requiere que nosotros los docentes comprendamos y hagamos de las nuevas tecnologías una herramienta de investigación productiva para evitar que ingrese en un ambiente virtual, donde está solo, lejos de sus compañeros, y aislado de los procesos de la institución educativa en la que participa.

Por su parte, la reforma a al Reglamento LOEI 2012. Plantea un nuevo enfoque de disciplina estudiantil. La tradicional visión punitiva de la disciplina es reemplazada por una visión orientada a la formación del estudiante. El nuevo Reglamento manda que cuando los estudiantes cometan faltas, estos deben realizar actividades compensatorias para enmendar daños ocasionados y reflexionar sobre sus acciones y las consecuencias de estas.

1.2.3.5. Cómo enseñara y cómo aprender.

Dentro del ambiente educativo y, aún más específico, en el entorno del aula, el aspecto de la planeación de la enseñanza se convierte en la carta guía para el logro de objetivos, metas y fines educativos. La planeación educativa conjuga toda idea sobre cómo, cuándo, dónde y por qué de la enseñanza.

La relación que crea esta y la educación se basa en poder construir un aprendizaje estructurado y bien definido, capaz de modificar el proceso de un simple acto, en toda una actividad de transformación consciente.

Definimos el aprendizaje como un proceso mediante el cual el estudiante adquiere de manera consciente destrezas y habilidades, e incorpora contenidos informativos para enfrentar retos sociales. De esta forma, modifica sus estructuras cognitivas y adopta nuevas estrategias para aprender.

En esta modificación cognitiva, la enseñanza juega un papel importante a través de la planeación de la misma. Quien ha de diseñar la enseñanza deberá promover estrategias de aprendizaje. (Munch et al., 2010).

La UNESCO ha promovido, desde las últimas décadas del siglo XX, tres mega- tendencias, sin embargo agregó una cuarta, como respuesta a los procesos de globalización, (Chavarría, 2011).

1. Aprender a aprender (conocimientos) 2. Aprender a hacer (habilidades)

3. Aprender a ser (actitudes – valores y virtudes 4. Aprender a convivir (relaciones humanas)