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CAPÍTULO II LA PROFESIÓN DE ENFERMERÍA EN MÉXICO

3.5 Aportaciones Teóricas de Regina Waldow

Regina Waldow, enfermera brasileña, doctora en educación en el área de enfermería, Investigadora sobre el arte de cuidar en enfermería. Waldow, (2008) declara que el cuidado es considerado como esencia de la enfermería, entendiéndolo como un modo de ser, como un fenómeno existencial, relacional y contextual. El cuidado es la única acción verdaderamente independiente de la enfermería, que tiene como fin específico promover y favorecer el bienestar del otro ser. Es una acción principal donde se ayuda a otro ser a crecer promoviendo su integridad, manteniendo su dignidad y su singularidad.

Waldow (2012) analiza que cuando el ser enferma, cuando no es capaz de desarrollar su ritmo habitual diario, sea por una patología de tipo somática, social o psicológica, él percibe empáticamente la vulnerabilidad de su ser. Que tal vez sean estas circunstancia en las cuales, el ser tiene una mayor percepción de su vulnerabilidad. Cuando es consciente de su situación, el ser lo acepta mejor. El ser que cuida requiere también de estar consciente de la vulnerabilidad del otro, es decir, de su extensión y naturaleza y así emprender esfuerzos para ayudar y cuidar. Considera la situación de vulnerabilidad del ser humano como la condición que convoca el cuidar del mismo. Para proveer el cuidado, importa saber y conocer qué se hace, y es primordial saber el cómo se hace y a quién va dirigido. El cuidar se define como una forma de ser y de estar con el otro, de modo que presenta características existenciales (el modo de ser) y relacionales (el estar con). El cuidado es un fenómeno que ocurre en relación al ser consigo mismo y con los otros en el mundo. El cuidar sólo se concretiza como verdadero cuidar en la relación con el otro y en la medida en que ayuda a el otro a crecer buscando su

autonomía. Otra característica importante en el cuidado es el involucramiento, su carácter de compromiso. Al cuidar, precisamos involucrarnos y comprometernos caso contrario el cuidado es una acción y una actitud vacía. El elemento diferenciador en el cuidado no es lo que se hace, sino el cómo se hace, o sea. La manera como el cuidado es realizado es siempre acompañado de comportamientos y actitudes que lo caracterizan: compasión, solidaridad, gentileza, respeto, consideración, interés, cariño, y muchos más, Waldow (2013). Waldow (2013) visualiza el cuidado como una relación y se distingue por ser un fenómeno existencial, relacional y contextual. Es un fenómeno existencial porque es parte del ser y, repitiendo una vez más, es lo que lo caracteriza como ser “humano”, otorgándole racionalidad, cognición, intuición y espiritualidad. Es decir un, un ser dotado de sensibilidad y sentimientos. El cuidado es un fenómeno relacional porque ocurre sólo en relación al otro, en la coexistencia con otros seres, viviendo con otros. Y el cuidado es un fenómeno contextual, porque presenta variaciones, intensidades y diferencias en sus maneras de acontecer y en sus expresiones dependiendo del medio, del contexto en el que ocurre.

La teórica waldow (2012), señala que durante el proceso de cuidado, la enfermera orientara en la práctica su habilidad de pensamiento crítico, siempre estará presente la reflexión sobre lo que está sucediendo, lo que está realizado y lo que puede pasar. En cada nuevo encuentro evaluara al paciente y su estado, observándolo como un todo. Diversas hipótesis e interrogantes aparecerán en relación a las situaciones que se van generando en el paciente por ejemplo ¿cómo es esta situación? ¿Qué puede pasar? ¿Cuán vulnerable se encuentra? ¿Cómo puedo ayudarlo? ¿Qué necesito saber? ¿Qué debo hacer? Entre muchas preguntas más. Al identificar lo que sucede y lo que el paciente requiere, la enfermera verifica los medios disponibles para que el cuidado sea realizado lo más pronto y adecuadamente posible. Las acciones deben siempre ser acompañadas de interacción, es decir, conversando, escuchando, tocando, expresando interés, disponibilidad, aceptación, postura, expresión facial y corporal, toques y miradas, son indicadores de estas preguntas, por lo tanto el

paciente puede detectar cuando estos comportamientos son verdaderos, o bien, pierde toda la confianza en la enfermera y en el cuidado ofrecido cuando están ausentes. En el estar con y en el ser con el otro, la presencia genuina es fundamental, Waldow (2012).

Dice Waldow (2012) el fin prioritario del cuidar en la enfermería es el de aliviar el sufrimiento humano, mantener la dignidad y facilitar los medios para mejorar las crisis y las experiencias del vivir y del morir. Los objetivos de cuidar abarcan, entre otros, aliviar, reconfortar, ayudar, favorecer, promover, restablecer, restaurar, dar, hacer, entre otros. El proceso de cuidar constituye todas las actividades desarrolladas por el ser que cuida para y con el ser cuidado. El proceso de cuidar abarca la transformación de ambos, del ser cuidado y los cuidadores. En cuanto al ser que cuida, el crecimiento se traduce en satisfacción, sensación de deber cumplido, realización, mejora de la autoestima, más seguridad y confianza, placer y bienestar. Cuando se percibe el cuidado de esa forma, es frecuente fortalecer la identidad profesional, la valoración del cuidado, y esto contribuye al poder y al deseo de ser cada vez mejor. Para el paciente, aparece el alivio del dolor, el confortamiento, la tranquilidad, el relajamiento, la preservación de la identidad y el bienestar, entre otros. La forma en que el paciente se sintió cuidado, o mejor dicho, el sentirse bien cuidado, acogido, influirá de sobremanera para que la experiencia se vuelva positiva, enfrentando mejor su situación, encarando la muerte con serenidad y a apreciar mejor la vida y su propio self.

Durante y después de la acción del cuidado la enfermera razona sobre lo que se hizo, cómo se ha hecho y los resulados obtenidos. El propósito de esta evaluación es apoyar el aprendizaje reflexivo, para actualizar los conocimientos y mejorar la atención, en este sentido, las acciones de enfermería técnica, previstas por la enfermería o prescritos por el equipo médico, se evalúan objetivamente, generalmente por medio de reacciones físico- químicas de costumbre, los valores y niveles estandarizados de monitoreo de las funciones vitales y la información obtenida por paciente. Las acciones de orden expresivo, como el apoyo educativo, emocional, consuelo espiritual, entre otros, se investigan con el paciente o la

propia familia y por la observación de signos subjetivos, como la relajación muscular, la reducción del dolor, el malestar y la ansiedad, lenguaje facial y corporal, tono de voz entre otras, etc., Waldow (2008).

Para realizar el cuidado se requiere de: conocimientos científicos, competencia profesional, sensibilidad, discernimiento e intuición, pensamiento crítico, creatividad, acompañadas de comportamientos y actitudes de cuidado que implican promover, mantener y recuperar la dignidad e integridad humana, que incluyen una plenitud física, mental, emocional, social y espiritual en las fases del vivir y del morir, constituyéndose, en una transformación de ambos, cuidadora y ser cuidado, Waldow (2008). La enfermera que cuida debe tener interés por mantenerse actualizada, buscar complementar sus conocimientos. La práctica es la gran escuela. La acción de cuidar demuestra este compromiso con el cuidado. El cuidar en su verdadero sentido, se relaciona con otro ser expresando su conocimiento y sensibilidad, demostrando habilidad técnica y espiritualidad, elevándolo, ayudándolo a crecer.