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EL AUMENTO DE LA ESCLAVITUD

LA TRANSICIÓN HACIA LA ECONOMÍA ESCLAVISTA

EL AUMENTO DE LA ESCLAVITUD

Para el año 100 a.C la República romana controlaba todo el norte de África, Grecia, Galia meridional y España. La riqueza estaba fluyendo desde todos los rincones del Imperio. Pero esas conquistas minaron el sistema de gobierno de la República fatalmente. Antes de que comenzaran las guerras púnicas, se formó una nueva oligarquía cuando los tribunos se pasaron al bando del Senado. Los plebeyosricos(los capitalistas romanos) fusionados gradualmente con la vieja aristocracia formaron un poderoso bloque de grandes propietarios. Las dos primeras guerras púnicas fortalecieron en gran medida el dominio de la oligarquía esclavista en la sociedad romana. Este fue el reflejo social y político de un cambio fundamental en el modo de producción, de una economía basada en el trabajo libre y la pequeña agricultura campesina, a una economía basada en el trabajo esclavo y las grandes haciendas (latifundios). Hasta las guerras púnicas, la esclavitud no era la forma fundamental en que se sostenía la producción. Es cierto que probablemente siempre hubo esclavos en Roma, y que el fenómeno de la esclavitud por deudas, estuvo presente desde los primeros tiempos de los que se tenga registros. Pero al principio el número de esclavos que trabajaban en los campos era mucho menor que el de campesinos libres, y la suerte de los esclavos no era tan cruel como en los últimos tiempos de la República. El esclavo trabajaba junto al maestro y era casi como un miembro de la familia. Los esclavos podían ser liberados a través delamanumisióny esto fue un fenómeno bastantecomún.EnLos fundamentos del cristianismo, Karl Kautsky escribe:

“Desde el punto de vista de la situación material de estos esclavos las condiciones no eran tan brutales al comienzo; incluso algunas veces se sintieron lo suficientemente cómodos con ellas. Verse integrados, como miembros de una familia próspera, por no haber pagado sus deudas o impuestos, a menudo les proporcionaba lujos y privilegios. Cuando debieron ocuparse del trabajo productivo, que era a menudo –en el caso de que el patrón fuese un rico usurero, un terrateniente o comerciante plebeyo– los esclavos trabajaban con su patrón y maestro; y siempre sólo para proveer a la misma familia, y el consumo tenía sus límites. La posición de los esclavos estaba determinada por el carácter del patrón y la prosperidad de las familias a las que pertenecían. Por otra parte la diaria cercanía y convivencia del esclavo con su amo, cuando el esclavo era servil, le hizo indispensable”.40

El auge de las grandes propiedades cambió todo eso. Se transformó el modo de producción. El aumento de la población de las ciudades supuso un aumento de la demanda de pan y un mayor mercado para otros productos agrícolas. Por otro lado, la destrucción de Cartago significaba que Italia era ahora el principal productor de vino y aceite de oliva. La pequeña agricultura de subsistencia campesina fue desplazada rápidamente por la agricultura intensiva a gran escala utilizando nuevas técnicas: la rotación de cultivos, el uso de estiércol, nuevos arados de mayor profundidad y la selección de las semillas. En el sur de Italia se establecieron grandes haciendas para la crianza

de ganado vacuno y ovino. A su vez se crearon nuevas industrias para el procesamiento de la lana, el cuero, la producción de carne salada y de queso. Sólo los grandes estados pudieron hacer esto, ya que fueron los únicos que tuvieron acceso tanto a las pasturas de montaña como a de las llanuras, necesarias para la migración estacional. Para todas esas tareas se empleaba mano de obra esclava.

El uso de trabajo esclavo a gran escala comenzó probablemente en las minas. La victoria en las guerras púnicas significaba que Roma poseía ahora las valiosas minas de plata Españolas que hasta entonces solo habían sido explotadas por los cartagineses. Los romanos contaron con un enorme contingente de esclavos que fueron vendidos en condiciones bestiales a precios muy bajos, y fueron empleados para explotar las minas y trabajar hasta la muerte. Esas minas podían dar a un plebeyo rico grandes ganancias con una inversión relativamente pequeña. Así fue como las minas de plata españolas se convirtieron en las más productivas de la antigüedad, como confirman autores de la antigüedad:

“En el principio”, –escribe Diodoro–, “ciudadanos privados ordinarios fueron ocupados en la minería y consiguieron grandes riquezas, debido a que el mineral de plata se encuentra en la superficie y en gran cantidad. Más tarde, cuando los romanos se convirtieron en maestros de Iberia (España), una multitud de italianos apareció en las minas, que ganaron una gran riqueza con su avaricia. Compraron una multitud de esclavos y los entregaron al supervisor de las minas… aquellos esclavos que tienen que trabajar en estas minas producen ingresos increíbles para sus amos: pero muchos de ellos, que laboran en posos bajo tierra día y noche, mueren por el exceso de trabajo. Pues no tienen descanso ni pausa, y son obligados con los golpes de sus capataces a soportar los esfuerzos más duros y trabajar hasta la muerte. Los pocos que tienen suficiente fuerza y paciencia para soportarlo, sólo prolongan su miseria, que es tan grande que hace preferible la muerte a la vida”.41

El trabajo esclavo tiende a expulsar la mano de obra libre, destruyendo no sólo la clase de los campesinos libres, sino impidiendo también el desarrollo del artesanado, que fue afectado negativamente por las industrias que empleaban contingentes de esclavos en las ciudades y en los latifundios. Poco a poco los campesinos libres se encontraron a sí mismos desplazados por la mano de obra esclava, como explica Mommsen:

“Las onerosas y en parte lamentables guerras y los impuestos exorbitantes a que dieron lugar, colmaron de calamidad, privando directamente al campesino de su granja y convirtiéndolo en esclavo de su Patrón usurero, o reducirlo a través de gravámenes, prácticamente a la condición de un arrendatario temporal de su acreedor. Los capitalistas se lanzaron a la especulación evitando los problemas o los riesgos, mientras su fortuna y sus tierras aumentaban; muchas veces dejaron al agricultor con la propiedad nominal, mientras ellos ejercían la posesión real, mientras lo mantenían bajo su yugo por la ley de esclavitud por deuda. Este último curso de acción fue probablemente el más común, así como

el más pernicioso; porque a pesar de que la ruina total podía ser evitada por el individuo, esta posición precaria de los agricultores, dependía en todo momento de la misericordia de su acreedor –una posición en la que el campesino no sabía nada sobre propiedad, solo de sus cargas– esto resultó políticamente destructivo y una amenaza capaz de desmoralizar a toda la clase campesina”.42

Kautsky desarrolla el mismo punto:

“Si los esclavos eran baratos, sus productos industriales serían también baratos. No se requiere ningún desembolso de dinero. La granja, el latifundio proporciona productos alimenticios a los trabajadores y las materias primas, y en la mayoría de los casos sus herramientas también. Y puesto que los esclavos tenían que ser mantenidos de todos modos durante el tiempo que no eran necesarios en los campos, todos los productos industriales que producen por encima de las necesidades de su propia empresa eran un superávit que arrojó un beneficio incluso a precios bajos.

“A la vista de esta competencia contra el trabajo esclavo no es de extrañar que las artes libres no pudieran desarrollarse. Los artesanos en el mundo antiguo, y en particular en el mundo romano, subsistieron siempre como pobres diablos, que en su mayoría trabajaban sin ayudantes, y en soledad, como norma de trabajo el material se les suministra, ya sea en la casa del cliente o en el hogar. No era un fuerte grupo de artesanos como el que creció durante la Edad Media. Los gremios se mantuvieron débiles y los artesanos siempre eran dependientes de sus clientes, por lo general los propietarios más ricos, y muy a menudo llevando una existencia parasitaria en los bordes de hundirse en el lúmpen proletariado como dependientes de los terratenientes”.43

Un cambio fundamental se llevaba a cabo en la propia Italia. La enorme afluencia de esclavos significaba que el trabajo esclavo era ahora muy barato. El valor (y el precio) de la mercancía “hombre” en el mercado se había derrumbado. No había manera de que el campesinado italiano libre pudiera competir con él ‘precio’ africano.

El aumento de la esclavitud socavó al campesinado libre que había sido la columna vertebral de la República y la base de su ejército. Italia estaba ahora llena de grandes latifundios trabajados por mano de obra esclava, tal como lo describe Mommsen:

“El trabajo humano en el campo se llevó a cabo con regularidad por los esclavos. A la cabeza del cuerpo de los esclavos en las haciendas (familia rustica) se situó al administrador (vílicus, de Villa), que recibía y gastaba, comprando y vendiendo, después de obtener las instrucciones del propietario, y en su ausencia emitía órdenes y administraba castigos”44

42 Mommsen, Historia de Roma, vol.1, p. 268. 43 Ibíd.

Por cierto, nuestra palabra “familia” proviene de esta palabra que en su origen significaba comunidad de esclavos. Él continúa:

“Todo el sistema estaba impregnado por la característica falta absoluta de escrúpulos del poder del capital. Esclavos y ganado fueron colocados en el mismo nivel: un buen perro guardián, decía un escritor romano latifundista, no debe ser muy amistoso con sus compañeros ‘esclavos’. El esclavo y el buey deben alimentarse adecuadamente mientras pueden trabajar, ya que no habría sido una buena economía dejarlos morir de hambre; y ellos fueron vendidos como una reja de arado desgastado cuando llegaron a ser incapaces de trabajar, ya que de igual manera no habría sido una buena economía tenerlos más tiempo”.45

CAPÍTULO 5