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Bélgica

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2. Atención sanitaria a población de origen extranjero: estado de la cuestión

2.2. Soluciones adoptadas en materia de atención sanitaria a usuarios de origen

2.2.2. Soluciones adoptadas en materia de atención sanitaria a usuarios de origen

2.2.2.1. Bélgica

Bélgica es uno de los países pioneros en MI y el modelo de mediador se encuentra bien definido y asentado, especialmente para el sector médico-sanitario, donde se ha dado un desarrollo de los servicios lingüísticos para minorías y una implicación del sector público muy superiores que en el resto de los ámbitos (Abril, 2006: 152).

Hasta los años noventa la norma era recurrir a soluciones ad hoc para atender a usuarios alófonos en hospitales y centros de salud, pero en esta época la MI comienza a recibir una mayor atención a raíz de un informe publicado por el Commissariat Royal à la Politique des Immigrés sobre la situación social de los inmigrantes, en el que se recomendaba seguir una serie de medidas para mejorar la salud pública entre la población inmigrante, entre las que se incluía la mejora de la comunicación entre profesionales de la sanidad y pacientes alófonos. Para ello, el informe proponía la formación de mediadores interculturales que asumieran toda una serie de tareas encaminadas a mejorar la atención sanitaria para dichos pacientes (Direction Générale de l'Organisation des Etablissements de Soins 2000: 1/I). Este informe elaborado por Verrept et al., (2000) dio lugar a iniciativas diversas. En Bruselas la asociación Cultures et Santé puso en marcha una red de intérpretes para el ámbito social y médico para las comunidades turca y marroquí de la capital. Posteriormente esta red se convirtió en 1992 en la asociación ISM (Interprétariat Social et Médical), y desapareció en 1999.

Tras la desaparición de la red muchos de sus intérpretes fueron contratados para ofrecer servicios de interpretación en CIRÉ (Coordination et Inititives pour Réfugiés et Etrangers) que actuaba en un principio en Bruselas, pero en 2001 amplió su área de

72 Abril habla de lenguas orales para distinguir la situación de la ISP de la de la interpretación de las lenguas de signos que se encuentra en un estado de reconocimiento y profesionalización más avanzado (Pöchhacker, 1999; Ozolins, 2000).

acción a la región valona. Esta federación de organizaciones de asistencia a refugiados y extranjeros inició en 2002 un servicio de interpretación telefónica y llegó a ofrecer interpretación en 79 lenguas. En enero de 2010 el CIRÉ se convierte en SeTIS Bxl73 (Service de Traduction et d’Interprétariat en milieu social Bruxellois). Además de SeTIS Bxl también existe un SeTIS valón, SeTIS W. En ninguno de los SeTIS se realizan intervenciones a título privado sino que las demandas han de emanar de los profesionales de los distintos servicios sanitarios. Los SeTIS son financiados por SPF Santé Publique, equivalente al Ministerio de Sanidad español. Los intérpretes de SeTIS también pueden prestar servicios presenciales si se solicita. Las solicitudes se tramitan por teléfono o internet. El SeTIS actúa como un programa de inserción socioprofesional y solo emplea a intérpretes extranjeros de hasta segunda generación y/o con experiencia migratoria. Actualmente cubre 41 lenguas y dialectos. Los criterios de contratación varían en función de la lengua demandada. No obstante, establece como nivel de estudios ideal estar en posesión de una titulación superior de ciclo corto.

Siguiendo las recomendaciones del informe de Verrept et al., (2000), en la región flamenca, en 1991 el CEMG (Centrum Etnische Minderheden en Gezondheid –centro para la salud y las minorías étnicas–) junto con la ONG VCIM (Vlaams Centrum voor de Integratie van Migranten –centro flamenco para la integración de inmigrantes–) pusieron en marcha un proyecto de formación y empleo de mediadores interculturales para los servicios sanitarios. El proyecto perseguía un triple objetivo: proporcionar formación profesional a inmigrantes con bajo nivel de cualificación, aumentar la experiencia profesional de inmigrantes con escasas posibilidades en el mercado laboral y mejorar la calidad de la atención para pacientes de comunidades alóctonas (turcos y marroquíes fundamentalmente). Se realizaron contratos a mujeres inmigrantes que incluían, además, formación específica un día a la semana mediante clases conducentes a un certificado de enseñanza secundaria en formación técnica74.

Este mismo proyecto se implementa en 1992 en Bruselas Capital a través del centro regional de integración (Regionaal Integratiecentrum - "Foyer"). Abril (2006: 154) apunta como uno de los logros de las iniciativas belgas el haber conseguido implicar a la Administración para establecer servicios lingüísticos como vía para promocionar la

73 Página web en <http://www.setis.be/> [Fecha de consulta: 20 de noviembre de 2014].

74 La descripción detallada del programa de formación puede consultarse en el apartado en 4.4.3/C de Abril 2006.

salud de las minorías alóctonas. Entre febrero de 1997 y diciembre de 1998 la Conférence Interministérielle à la Politique de l’Immigration llevó a cabo un proyecto piloto de MI en el que participaron aproximadamente 20 hospitales belgas de forma voluntaria con el objetivo de organizar servicios de mediación en los hospitales participantes, evaluar las necesidades y beneficios reales de la MI y estudiar un modelo de financiación adecuado. Para la realización y coordinación del proyecto, así como para la evaluación de los resultados, el Ministerio Federal de Sanidad (Ministère des Affaires Sociales, de la Santé Publique et de l'Environnement) creó un departamento o unidad de mediación intercultural para los hospitales (Cellule Médiation Interculturelle dans les Hôpitaux).

Actualmente, Bélgica cuenta con programa federal de mediación intercultural para hospitales coordinado por dicha unidad. Los hospitales pueden solicitar a través del Ministerio de Sanidad la contratación de un mediador (ya sea formado en mediación por el VCIM o Foyer), o un profesional médico-sanitario que carezca de formación en mediación e interpretación pero que hable un determinado idioma y que tenga experiencia en atención médica intercultural. También se puede solicitar la contratación de coordinadores de mediación intercultural75. En Gailly et al. (2001: 23) y Verrept (2002: 12) se hace hincapié en la buena acogida del proyecto, que casi duplicó el número de hospitales beneficiarios de fondos públicos para la mediación intercultural de 1999 a 2001.

De la experiencia belga, Abril (2006: 153) destaca la diferencia que se observa entre la comunidad valona y la flamenca acerca de la concepción de la figura de la ISP/MI. En la región francófona se aboga por la figura del intérprete médico y social, y por el modelo de la neutralidad, mientras que en la región flamenca se defiende el término y el concepto del mediador-defensor (advocate). Cherbonnier (2002: 18) atribuye estas diferencias a los distintos conceptos de la integración y de la cultura médico-hospitalaria imperantes en una y otra región del país. Abril (2006) sostiene que en la región flamenca de Bélgica el papel de la MI está claramente definido, se defiende el término y el concepto del mediador-defensor (advocate). Verrept (2008: 188-189) en línea con lo expuesto anteriormente contempla estas tareas como inherentes a la labor del MI:

75 Esta figura profesional se encarga de actuar como puente entre los servicios públicos y las comunidades inmigrantes, formar a los profesionales en cuestiones culturales, y en general evaluar las necesidades de los servicios hospitalarios en materia de competencia intercultural, incluida la necesidad de mediadores/intérpretes (Gailly et al. 2001: 23, 24).

1. Interpretar.

2. Funcionar como culture brokers76 asesorando a los profesionales sanitarios sobre cuestiones culturales, problemas de comunicación y características de grupo minoritario.

3. Informar a los usuarios sobre cómo acceder y aprovechar los servicios disponibles.

4. Representar y proteger los intereses del usuario en su relación tanto con los profesionales individuales como con los servicios a nivel institucional.

5. Proporcionar apoyo emocional al paciente, sin caer con esto en el error de acabar actuando como psicólogos.

6. Hacer rondas de visitas por las habitaciones en que hay pacientes pertenecientes a minorías étnicas para ver si necesitan ayuda.

7. Señalar a los profesionales sanitarios y el personal de administración de los mismos la existencia de problemas experimentados por las minorías étnicas.

8. Proporcionar educación sanitaria a los pacientes de minorías étnicas.

A principios de los 90 el VCIM realizó un estudio de evaluación de calidad sobre las iniciativas puestas en marcha con el objetivo de identificar las deficiencias de las mismas. Más tarde, entre 1997 y 2000, la Cellule realizó un segundo estudio con el mismo objetivo (Verrept, 2008). Ambos estudios recogen las opiniones de profesionales médico-sanitarios y usuarios que habían empleado los servicios de los mediadores interculturales, así como de los propios mediadores. Los trabajos coinciden en señalar una serie de deficiencias de tipo estructural cuya subsanación requiere una mayor financiación y puesta en marcha de programas de formación. Por su parte, la Direction Générale de l'Organisation des Etablissements de Soins destaca entre los puntos débiles del programa el hecho de que cuenta con un grupo muy reducido de mediadores. En cuanto a los servicios para otras lenguas, se resalta la escasez de mediadores con formación y de fondos para suplir dicha formación. Otras deficiencias del sistema se refieren a las actitudes de los profesionales, que no recurren a los mediadores tan a menudo como cabría esperar, bien por premura de tiempo, por desconfianza hacia la figura profesional de la MI o por falta de formación de los profesionales en cuanto a cómo trabajar con mediadores (Verrept y Louckx, 1997: 221-224). No obstante, en los últimos años este problema parece ir perdiendo importancia ya que, como señala Muñoz (2010: 184), el número de intervenciones de MI por día ha aumentado

76 En el apartado siguiente se trata más detalladamente los roles que tradicionalmente se han atribuido al ISP.

exponencialmente y cada vez más profesionales de la salud perciben la necesidad de dichas intervenciones, y sus efectos positivos.

Otro aspecto polémico alude a la función de defensa de los intereses del paciente (advocacy) atribuida a los mediadores. En este sentido, parece ser que el bajo estatus que presentan los MI en los centros sanitarios dificulta la defensa de los usuarios inmigrantes. A lo anterior Verrept añade que la falta de colaboración con otros profesionales de la medicina o el trabajo social hace más complicada la evaluación de los derechos e intereses de los pacientes (Verrept, 2008: 199). Por otro lado, el estudio de la Cellule recogió importantes críticas en cuanto a la calidad de las interpretaciones realizadas por los mediadores. Para ellos se basó en la comparación con las normas de calidad (Standards of Practice) de la asociación profesional de intérpretes médicos de Massachusetts (Massachusetts Medical Interpreters Association, MMIA77). Entre los problemas que detectó Verrept (2002: 17) destacan las siguientes críticas:

- Los mediadores interculturales no se reúnen con los profesionales del servicio médico antes de intervenir para identificar el objetivo del encuentro u obtener referencias contextuales y antecedentes de los pacientes.

- Los mediadores tienden a modificar el contenido de los mensajes y no traducen las intervenciones completas, de manera que solo el mediador tiene una idea real y plena de la información que ha fluido durante el encuentro comunicativo.

- En general, se evita tratar con el paciente cuestiones (como la edad o sexo del mediador) que podrían resultar incómodas o inconvenientes.

- Los mediadores no suelen pedir aclaraciones o repeticiones de datos o conceptos que no han captado o entendido.

- Los mediadores no suelen hacer lo posible por asegurarse de que los interlocutores primarios se dirijan uno a otro para comunicarse directamente, en lugar de dirigirse al mediador.

- Los mediadores no siempre son capaces de moderar la conversación, regulando por ejemplo los turnos de palabra de manera que no haya solapamientos.

Con el fin de solventar las críticas anteriores Cellule propuso un programa de control de calidad y desarrollo del sistema, que incluye:

 Una mejor supervisión de las intervenciones de los mediadores.

77 Actualmente IMIA, (International Medical Interpreters Association).

 Una mayor especificación de sus funciones.

 La creación de canales de comunicación entre profesionales y mediadores.

 La organización de sesiones periódicas de supervisión basadas en el estudio de casos.

Asimismo, se han introducido y aplicado las normas de calidad de la IMIA y se han iniciado programas de formación en los que se han aumentado los contenidos relacionados con técnicas de interpretación y en los que han participado intérpretes profesionales y formadores de intérpretes de conferencias (Verrept, 2008: 196; Benito, 2003: 235).

Otra iniciativa importante ha sido la creación de los Assises de l’Interculturalité78 puestas en marcha por el gobierno belga en 2008. Este órgano está compuesto por representantes de los diferentes colectivos implicados y su trabajo consiste en formular recomendaciones al gobierno belga para contribuir al refuerzo y establecimiento de una sociedad basada en la diversidad, el respeto a las especificidades culturales, la no discriminación y la inserción de las minorías étnicas. En el caso específico de la Salud, los Assises de l’Interculturalité recomiendan desarrollar al máximo las habilidades interculturales de los profesionales de la salud y aumentar el número de intervenciones de mediadores interculturales en los centros.

Igualmente relevante ha sido la creación del proyecto ETHEALTH llevado a cabo por el grupo investigador del mismo nombre. Este grupo está compuesto por representantes de los diferentes sectores implicados (científicos, responsables de diversas ONG y responsables de la administración) y su objetivo consiste en elaborar una serie de recomendaciones que permitan adaptar los cuidados de salud belgas a las personas migrantes y minorías étnicas asentadas en el país (Lorant et al., 2011). Con este objetivo en mente ETHEALTH publicó un informe79 con una serie de recomendaciones que, de momento, no implican ningún tipo de compromiso político de la parte de los ministerios competentes (Lorant et al., 2011: 9). Estas recomendaciones se organizan según el modelo «CSDH Equité»80 de la Comisión sobre los Determinantes Sociales de la Salud

78 Más información sobre este órgano en su informe

<http://www.cbai.be/resource/docsenstock/services_aux_asbl/Assise_de_linterculturalite.pdf> [Fecha de consulta: 20 de noviembre de 2014].

79 Este informe está disponible en

<http://health.belgium.be/internet2Prd/groups/public/@public/@dg1/@mentalcare/documents/ie2divers/1 9077013.pdf> [Fecha de consulta: 20 de noviembre de 2014].

80 Abreviación de «Commission of Social Determinants of Health».

de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (CSDH, 2008; Blas y Sivasankara, 2010).

Finalmente, con respecto a la interpretación telefónica, destacan los servicios proporcionados por la empresa Babel en la región flamenca y SeTIS en Bruselas y la región Valona.

En cuanto a la interpretación remota, en 2010 se empezó a introducir, en el marco de un proyecto piloto, una nueva modalidad de intervención mediadora intercultural en los hospitales a través de internet.

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