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El carácter irremplazable del profesional que cuida El cuidado dado por el profesional de enfermería es irremplazable por un elemento tecnológico, las

4. MARCO TEÓRICO

6.3 LAS MEDIACIONES DUALES

6.3.3 El carácter irremplazable del profesional que cuida El cuidado dado por el profesional de enfermería es irremplazable por un elemento tecnológico, las

es la persona encargada de analizar los datos y quien decide qué hacer con la información recolectada. A propósito el siguiente testimonio: “yo pienso que los equipos no se conviertan en la forma de actuar sino en la forma de interpretar” (Yadasco: E1P1PAR10-11). Con la afirmación anterior se sustenta que la “tecnología es un medio para un fin”.

La interpretación de los parámetros, contextualizados en las necesidades reales del paciente, constituye un medio para garantizar la adecuada atención por parte del personal de enfermería. Es allí, donde los cuidados de enfermería no pueden remplazarse por un elemento tecnológico, puesto que éste sólo permite, como se expresó en la subcategoría anterior, aumentar la exactitud, efectividad, eficiencia, ganar tiempo e incluso hasta acercarse al paciente desde su quehacer diario; es así como “los cuidados de enfermería no dejan de ser cuidados de enfermería…el cuidado de enfermería es y seguirá siendo irremplazable por la tecnología” (E. Prado: E6P5PAR12-14). Es en este momento cuando “los equipos nos ayudan…no deben desplazar nuestro concepto, nuestro proyecto como enfermero o como profesionales” (Yadasco: E1P1PAR11-13).

El contacto depende de las personas, de sus actitudes y aptitudes, del tiempo que éste tenga, de la empatía que se establezca con el paciente, del número de actividades administrativas y asistenciales que deba realizar, entre muchos otros. Para cuidar al paciente se requiere de la interacción y con ella se permite el conocimiento de las necesidades de éste y poder resolver así sus problemas reales de salud, es por ello que el cuidado no depende de los elementos tecnológicos, sino de las personas que los usan. Hay muchas intervenciones del cuidado, como los cambios de posición, que no dependen de la tecnología. Se evidencia que sin disposición del recurso humano ni el aparato más sofisticado por sí solo, no ayudará en la atención del paciente: “…en el cuidado de enfermería, nosotros tenemos muchas cosas que hacer que no dependen de un monitor o de algo tecnológico, un cambio de posición no requiere de algo tecnológico” (Laura: E9P10PAR30-32).

Según algunos entrevistados, encabezados por E. Prado, expresan que la tecnología no debe influir para generar o no el contacto directo; de hecho esta no puede dar la visión real del estado del paciente; es aquí donde se argumenta nuevamente que es la persona, quien la utiliza, quien a su vez la interpreta, convirtiéndose en el medio para el fin último de ayudar al paciente: “…la tecnología no debe influir mucho con el contacto que uno tenga con el paciente, a no ser que la tecnología en sí esté hecha para que una máquina te copie la visión de un paciente.” (E. Prado: E6P4PAR3-6). Una charla, explicación, entablar conversación, hacer reír, generar confianza, prestar atención, tener empatía, entre otros, con el paciente, no depende de algo tecnológico, sino de los atributos de la enfermera como persona y cómo se relaciona con los demás. El hecho de que la tecnología ayude y agilice procesos, no implica que el ser humano que atiende desaparezca, ya que éste es el que actúa frente a la situación. La descripción correcta la menciona Laura:

“Una charladita con el paciente, que eso a ellos les gusta mucho, no depende de algo tecnológico. Algo que uno le diga al paciente, cualquier caso, pues que a ellos le haga reír, eso es lo que ellos más destacan en la parte de enfermería: esa parte humana…” (Laura: E9P10PAR33-36).

Por otra parte, es la enfermera quien, después del ingreso del paciente y la atención médica, pregunta cómo se siente, si está mejor, cómo le sentaron los medicamentos, le explica el procedimiento a realizar. La enfermera, al mantenerlo informado a él y a su familia, establece un contacto, evalúa necesidades y ayuda al paciente; sin embargo, la calidad del contacto depende de las mediaciones que se generan en el día a día entre los seres humanos, en este caso entre la enfermera – paciente y familia:

explicar, que le va a colocar medicamentos, que le va a explicar los efectos que le pueden ocasionar, que va a decir para qué es tal medicamento, que le va a preguntar si es alérgico y le va a realizar el procedimiento que le ordenó el médico…posteriormente va a ir nuevamente a cerrarle la llave del suero, a preguntarle cómo se siente…a contarle que ya le llegó el resultado de laboratorio y que el médico enseguidita lo va a evaluar” (Liliana: E8P5PAR40-45).

Es también el paciente quien, alrededor de tres o cuatro horas durante su estancia en el servicio, se mantiene en contacto con la enfermera, más que con el médico, ya que es el profesional en enfermería quien debe brindar al paciente ayuda permanente: “…un paciente que salga en 4 horas, tal vez, del servicio, va a tener tres o cuatro momentos con la enfermera” (Liliana: E8P5PAR38-39).

El cuidado implica interacción. La tecnología, para los participantes permite acercarse o alejarse del paciente: permite acercarse cuando al ser utilizada se interactúa con él, percibiéndose el contacto como el trato dado a los pacientes y las acciones conocidas como formalismos (saludos, diálogo, comunicación verbal y no verbal con la familia y el paciente, explicación de procedimientos, entre otros):

“Primero el saludo: buenos días, la presentación: como se llama, confirmar mi nombre, le voy a colocar este medicamento, sirve para esto; esa atención y ese roce con el paciente es muy importante, ya aunque me pueda demorar para que me atiendan una hora” (Caliche: E7P10PAR30-34); “…el presentarse desde el comienzo es muy importante, el primer contacto con el paciente es lo que cuenta, brindarle calidez” (Ahenao: E4P4PAR24-25).

6.3.4 El carácter imprescindible de la tecnología. Para muchos de los