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Capítulo 2: Los efectos económicos del proceso de unificación monetaria:

2.5. Comparación entre beneficios y costes

En los apartados previos de este capítulo se han identificado cuáles pueden ser los principales beneficios y costes derivados de la UEM de acuerdo con la teoría de las áreas monetarias óptimas, se ha utilizado un modelo formal para integrar el análisis de beneficios y costes y se han señalado las principales críticas a dicha teoría.

En este apartado se va a tratar la comparación entre beneficios y costes. En cualquier caso, cabe señalar previamente que la comparación de los beneficios derivados de la UEM con los posibles costes no es fácil debido a las dificultades inherentes a su delimitación y cuantificación.

La “aproximación tradicional” de la literatura sobre la determinación de áreas monetarias óptimas, basada en las primeras contribuciones de Mundell (1961),

McKinnon (1963) y Kenen (1969), entre otros, intentaba encontrar aquella característica económica que supuestamente indicaba la idoneidad para el territorio considerado de formar parte de una área monetaria de manera que si se cumplía dicho requisito, se recomendaba participar. En este sentido, los principales criterios formulados han sido los siguientes:

a) elevada movilidad de los factores de producción; b) similitud de las estructuras productivas;

c) porcentaje de bienes comercializables sobre el total de la producción (grado de apertura comercial);

d) diversificación de la estructura productiva; e) grado de integración financiera;

f) tasas de inflación similares; g) flexibilidad de precios y salarios; h) grado de integración fiscal;

i) necesidad de mantener la variabilidad del tipo de cambio real; y, j) grado de integración política.

El principal problema que presentan dichos criterios es que su cuantificación resulta difícil e incluso, la utilización de varios de ellos puede llevar a resultados contradictorios. Sin embargo, y tal y como señalan Bovenger y de Jong (1997), es posible encontrar una cierta relación entre algunos de estos criterios y los criterios de convergencia establecidos en el TUE (véase cuadro 2.9), especialmente en relación a las variables monetarias y no a las reales siendo ésta una de las principales críticas que han recibido dichos criterios (véase Martín, 1997).

Cuadro 2.9. Relaciones existentes entre los criterios sobre la determinación de las áreas monetarias óptimas y los criterios de convergencia

Criterios áreas monetarias óptimas Criterios de convergencia

variables reales

Elevada movilidad de los factores de producción Similitud de las estructuras productivas

Grado de apertura comercial

Diversificación de las estructuras productivas

variables monetarias

Tasas de inflación similares Grado de integración fiscal

Variabilidad del tipo de cambio real Grado de integración financiera Flexibilidad de precios y salarios

→ → → →

a. Estabilidad de precios

b. Déficit excesivo del Sector Público

c. Participación en el mecanismo cambiario del SME d. Tipos de interés

En cambio, en estudios posteriores, la aproximación habitual al problema consiste en evaluar no sólo los costes asociados a participar en una área monetaria sino también los beneficios37, de manera que no sólo se considera un único criterio económico sino que se extiende el análisis a diferentes aspectos. De este modo, siguiendo esta segunda aproximación, y como conclusión del capítulo, una área monetaria óptima se define como aquélla en la que para todos los países participantes los beneficios derivados de participar son superiores a los costes.

De acuerdo con la revisión efectuada de la literatura, los beneficios de la UEM consistirían en:

a) ganancias directas e indirectas de la eliminación de costes de transacción; b) reducción en la volatilidad del tipo de cambio y en la incertidumbre; c) reducción en los niveles de inflación;

d) efectos sobre el crecimiento;

e) posibilidad de que el Euro se convierta en moneda de reserva internacional; y,

f) aceleración de la integración política.

Mientras que los costes serían:

a) pérdida de autonomía de la política monetaria; b) pérdida de la posibilidad de recurrir al señoriaje;

c) dificultades para mantener las diferentes preferencias de los países en términos de curva de Phillips (inflación-desempleo); y,

d) posible deterioro de las economías regionales.

37 Sin embargo, otros autores (por ejemplo, García-Menéndez, 1998 o Martín, 1998) apuntan la idea de que no sólo se deben comparar beneficios y costes de participar entre sí, sino también con la alternativa: no participar. En este caso, se podría entender que la participación en la área monetaria se trataría de un second best ante la imposibilidad de alcanzar el óptimo.

Cap. 2: Los efectos económicos del proceso de unificación monetaria ... 132

Como conclusión del capítulo, cabe destacar que existe un cierto consenso en que la estimación de los beneficios es mucho más precisa que la de los costes y que, por tanto, será la magnitud de estos últimos la que determinará el éxito o el fracaso de la UEM. En concreto, el principal riesgo consiste en la posibilidad de que se produzcan shocks

asimétricos y en la posible falta de mecanismos de ajuste alternativos al tipo de cambio: elevada movilidad de los factores de producción (criterio a), flexibilidad de precios y salarios (criterio g) e integración financiera y fiscal (criterios e y h). Así pues, si la probabilidad de que se produzcan shocks asimétricos es reducida y/o la capacidad de

ajuste de los mecanismos alternativos es suficiente (situación representada por la recta

costes* en el gráfico 2.12), las ganancias derivadas del proceso de unificación monetaria

serán muy superiores (áreas A y B) a las obtenidas en una situación en que exista un

elevado número de shocks asimétricos y/o mecanismos poco efectivos (costes**).

Gráfico 2.12. Comparación entre beneficios y costes

Costes* Shocks asimétricos

Mecanismos de ajuste alternativos

Beneficios Costes**

En consecuencia, las ganancias netas derivadas del proceso de integración y unificación monetaria dependen casi exclusivamente del predominio de los shocks asimétricos y de

la capacidad de los países europeos para afrontarlos mediante mecanismos de ajuste alternativos al tipo de cambio. La relevancia de los mecanismos de ajuste alternativos al tipo de cambio en los países de la UEM será el objeto de análisis del siguiente capítulo.

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