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Comunicación en la educación

“Hablar no es solo servirse de una lengua sino poner un mundo en común, hacerlo lugar de encuentro. El lenguaje es la instancia en que emergen mundo y hombre a la vez. Y aprender a hablar es aprender a decir el mundo, a decirlo con otros, desde la experiencia de habitante de la tierra, una experiencia acumulada a través de los siglos.” (Martin Barbero, 2007, 31).

La comunicación es un tema que no se explica en los colegios ni en las escuelas. En algunos casos hay talleres de medios de comunicación, como emisoras, noticieros, entre otros, pero nunca se profundiza sobre la necesidad comunicativa dentro de los procesos de aprendizaje y la creación de vínculos sociales; pasa desapercibida y se acaba convirtiendo en lenguaje o clases de español y literatura, en el mejor de los casos.

Es difícil, hasta para los estudiantes de comunicación, y esto lo digo como visión personal después de haber sido y compartido con estudiantes de comunicación, pensar los procesos sociales como procesos comunicativos, y entender que la solución a grandes problemas empresariales, comunitarios, educativos o hasta familiares se pueden resolver con pequeños cambios dentro de los canales de comunicación, que pueden ser – desde lo corporativo- la comunicación interna de una empresa, la que se mejora con volantes, intranet, etc., hasta -en un plano diferente- el buen trato y el reconocimiento dentro de una familia o de un proceso educativo.

Este es el punto al que quiere llegar la presente investigación. Es esencial ver la comunicación como procedimiento guía hacia la educación consensual más que cómo solo difusión, y es por esto que durante este capítulo se le dedicara el espacio a ver como la comunicación puede ser la solución, o por lo menos un gran acercamiento, en la búsqueda de un modelo educativo emancipador, y no solo ser el noticiero, la radio, el internet o las cartillas de las escuelas y colegios del país.

La comunicación como generadora de reconocimiento y consenso. 

“La puerta que nos abre P. Freire es básicamente a su estructura dialógica.

Pues hay comunicación cuando el lenguaje da forma a la conflictiva experiencia del convivir, cuando se constituye en horizonte de reciprocidad de cada hombre con los otros en el mundo. Cierto, siempre que un hombre habla utiliza un

código que comparte con otros, pero ¿desde dónde habla, con quien y para qué? Esas cuestiones nos plantean la necesidad de ubicar el análisis de las

formas objetivas del lenguaje en esa su “potencia segunda” (E. Ortiques: 1962) engendradora del reconocimiento mutuo entre actores y sujetos.” (Martín Barbero, 2007. 30-31)

Partiendo de esta reflexión, podemos ver que la comunicación es un método efectivo de reconocimiento del otro. En ese proceso de reconocimiento está presente el reconocimiento propio. Es en el reconocimiento reciproco donde puede darse un proceso consensual, una verdadera retroalimentación.

La comunicación permite que los sujetos sean visibles dentro de la sociedad en la que viven ya que cada vez que comparten con otro de una manera dual, son reconocidos como una persona diferente. Se podría decir que la comunicación nos lleva a reconocer la alteridad, y esto, según lo expuesto en el capítulo anterior, nos lleva a un encuentro moral.

Pero es necesario entender que el concepto de comunicación que se utiliza en los párrafos anteriores se refiere a la comunicación como un proceso bidireccional, que va más allá de lo netamente informativo (unidireccional), que también es comunicación pero sin esa capacidad bidireccional que hace de esta un lugar de encuentro más que solo palabras.

“… el yo no deviene real sino en la reciprocidad de la interlocución. Dialogar es arriesgar una palabra al encuentro no de una resonancia, de un eco de sí misma, sino de otra palabra, de la respuesta de un otro. De ahí que para hacer una pregunta necesito asumir un pro-nombre (yo) al que responde uno otro (tú)

y con-formar el nosotros que hace posible la comunicación.” (Martín Barbero, 2007. 34)

Es cierto: los símbolos son lo que hace posible la comunicación sumado a mínimo dos personas que entiendan ese símbolo de la misma manera. Así, para llegar a ese símbolo, a su significado, es menester el consenso previo, el que logra unificar, símbolo como tal. 46

“La etimología le da la razón: sím-bolo en griego significa algo partido en dos, y que una parte es dada por uno a otro como prenda de reconocimiento. Cada trozo no es nada aisladamente pero puede ser todo unido al otro. Es el encaje de las partes donde los portadores de cada mitad se re-conocen y se encuentran.

Símbolo dice pues pacto, convención, alianza.” (Martín Barbero, 2007. 32)

Es por esto que desde su origen la comunicación, si podemos definirla al igual que el proceso de creación de símbolos, es un pacto entre algunos que después de exponer su pensamiento llegan a un consenso en el que definen el símbolo, haciéndolo por consiguiente común.47

Ahora bien, tal definición de símbolos, es tan educativa como productora de reconocimiento. La creación de un nuevo símbolo supone que, debe obligatoriamente llevarse en el interior del proceso el reconocimiento de los otros como personas de conocimiento, para así igualar la importancia de los significados que da cada uno de los integrantes al símbolo y de esta manera obligar a la relación a llegar a un consenso, siendo este la única solución equiparada.

Dado lo anterior es posible ver como los conceptos de consenso y reconocimiento son, hasta ahora, los más relevantes siguiendo el entrecruce de la comunicación y la educación, y para ahondar en esto es necesario confrontarlo, aunque sea brevemente, con lo expuesto en el capítulo anterior.

46 Ibídem. Óp. Cit. p32

47 Ibídem. Óp. Cit.

Comparemos lo dicho hasta ahora con las metodologías de la educación: solo por la bidireccionalidad necesaria para el consenso, la metodología tradicional quedaría fuera de la posibilidad de una cierta comunicación educativa48, por llamar a este proceso de alguna manera. Su método informativo hace que no exista la posibilidad de dialogo, y así niega la perspectiva de consenso. Esto no impide la generación de conocimiento, pero no sería visible dentro de la sociedad ni aprobado por la misma de una manera emancipadora sino coartadora, dado que no se arriesga a la crítica de la comunidad sino por el contrario se obliga a la comunidad a adaptarse a este, mostrándolo como la verdad única.49 La metodología tradicional intenta formar seres de conocimiento pero, como ya se dijo, solo desde el conocimiento aceptado por personas ajenas a los encuentros (consensos) pedagógicos que se dan en la escuela.

Esta metodología llega a mostrar la capacidad de la comunicación como anti-educativa, si vemos la educación como un proceso de liberación. La impotencia de pensamiento propio gracias a la comunicación unidireccional ha llevado a los enseñandos a ser analfabetas, sí tomamos el concepto de Freire, (en Martin Barbero, 2007, 40). Para Freire “el analfabeto es el hombre impedido de decir su palabra”, a criticar las ideas creadas por los que dicen “saber”, haciendo que la diferencia entre los que generan conocimiento y los que simplemente lo aprenden sea cada vez mayor. Aún más, para poder expresarse dentro del mundo intelectual y ser uno de los “generadores de conocimiento”, es necesario manejar un lenguaje específico, el cual es entendido por solo esta minoría académica. Esto ha llevado no solo a procesos anti-educativos, sino de verdadera incomunicación por la lejanía de este lenguaje con respecto “al pueblo que tratan de liberar”. (Cfr. Martin Barbero, 2007, 29).

Es decir, si tomamos los principios de la metodología tradicional vemos cómo, desde el lado comunicativo, hemos llegado a la separación intelectual de la sociedad, lo que crea clases sociales del conocimiento que llevan a la coartación de los “no educados”, nos llevan de nuevo a una cultura del silencio50 en la cual el pueblo está impedido de hablar, ya no por la fuerza, como se dio durante la conquista y el tiempo señorial, sino por la barreras que ponen las clases intelectuales y su lenguaje.

48 Entiéndase como: la comunicación que lleva a una educación moral, desde los planteamientos de Mélich expuestos en el capítulo 1.

49 Cfr. Martín Barbero, Jesús “la educación desde la comunicación” Editorial Norma, 2007. Pág. 27.

50 Cfr. Martin Barbero, 2007, 24

Volviendo un momento a la Escuela Activa.  

Los modelos educativos clásicos tienen entonces como características la unidireccionalidad, la incapacidad de interacción y además la falta de un reconocimiento del otro. Ahora nos detendremos a analizar el modelo de la escuela activa desde el presente marco comunicativo y así podremos pasar a ver cómo se manejan los procesos comunicativos en la educación experiencial; terminando con las conclusiones sobre la comunicación como herramienta en la generación de consenso y reconocimiento dentro de lo encuentros educativos.

Sabemos que en la escuela activa el centro y eje del modelo son los enseñandos. Por ende, está implícita en la reflexión de tal modelo, la opinión del que aprende; lo que convierte al canal comunicativo en bidireccional. Para este caso el analfabetismo del que habla Freire -en Martí Barbero- se extingue y obliga a reconocer al otro y su opinión. Si se llevara a consenso se podría hablar de comunicación educativa más que solo retroalimentación del aprendizaje, que es como se podría decir que se utiliza dentro de esta metodología.

La comunicación educativa tendría, si fuera el caso, los mismos lineamientos de la educación consensual, utilizaría los procesos bidireccionales, interactivos y responsables para abrir camino dentro del campo del aprendizaje dual y sería la responsable de convertir la retroalimentación en generación de conocimiento, por medio de canales asertivos51 y experiencias comunicativas dentro de las relaciones consensuales.

Siguiendo con la comparación, la bidireccionalidad comunicativa dentro de la escuela activa también rompería la diferencia entre los intelectuales y los enseñandos, ya que el maestro está obligado a aprender el lenguaje del enseñando para lograr así procesos de comunicación asertiva (símbolos comunes) y no al contrario, como se propone en la metodología tradicional.

51 Según la Real academia española (Vigésima segunda edición versión on line) “asertivo” se refiere a

“afirmar”, pero para este caso se debe entender como “afirmar o asegurar un proceso” sea comunicativo, educativo, etc.

“… la alfabetización será entonces la praxis educativa que devuelve a los hombres su derecho a decir lo que viven y sueñan a ser tanto testigos como actores de su vida y su mundo… De ahí que frente a una alfabetización

“recuperadora”, con la que las élites intentan educar sin alentar la subversión posible, se alza la alfabetización como “educación-práctica de la libertad”

(Martin Barbero, 2007, 40).

La comunicación, siguiendo a Martín Barbero, podría ser el medio por el cual la sociedad pude salir de su estado analfabeta, convirtiendo a cada uno de los sujetos en dueños de sus espacios de aprendizaje y generadores de conocimiento. Una sociedad reconocida por sí misma y no enmarcada en el silencio y el conocimiento informado por una élite académica. Se podría decir, para cerrar este subtema, que la diferencia de reconocimiento entre las metodologías educativas presentes se representa en su uso de la comunicación, que puede llevar tanto al adoctrinamiento o meramente a la información, como a la formación, y por consiguiente se abre una posibilidad de cambio desde los canales y procesos comunicativos más que desde su acciones

“pedagógicas”.

Llegando a la educación experiencial: ¿comunicación experiencial? 

Ahora, dentro de la educación experiencial esta posibilidad de reconocimiento desde la comunicación lo marcan dos puntos claros: el primero es lo que fue descrito anteriormente como “reto por opción”. Gracias a ello el reconocimiento y la libertad que el reto52 confiere se encuentran en otro nivel. Ya que, como sujeto, cada persona puede escoger si quiere estar dentro del encuentro educativo y aportar sus experiencias en pos

52 “Uno de los ingredientes fundamentales que tiene la educación experiencial es el de comprometer a las personas para que se salgan de su zona de comodidad, es por esto que constantemente se habla de “retos”, de ubicar a las personas en situaciones en las cuales se sientan desafiadas tanto a nivel físico como emocional. En este tipo de situaciones a un nivel de riesgo percibido y otro de riesgo real, en donde las personas sienten que la tarea que deben completar “es imposible”… “pero si el programa se ha realizado con las bases necesarias y liderado de forma apropiada, los miembro del grupo tiene una gran oportunidad para sobrepasar el reto y experienciar el éxito” (Builes, 2003. pág. 104)

del consenso; un momento donde el educando se siente libre, un verdadero momento consensual53.

El segundo sería lo que se conoce en esta teoría como “acuerdo de valor total” el cual en si es un consenso de las normas que regirán en encuentro mientras su duración, desapareciendo así cuando este se termina. Esto obliga a los participantes a tomar cualquier decisión por medio de consenso ya que este rige en el encuentro. El acuerdo debe convertirse en visible de una u otra manera haciendo que esté presente físicamente en todo momento. Podría compararse con lo que menciona Martin Barbero como el segundo paso del acercamiento a la vida del enseñando que es la codificación54.

La delimitación de codificación es a saber: “…la representación plástica de aquello que la palabra generadora objetiva de situaciones y experiencias de alfabetizando, para romper la engañosa inmediatez empírica a la que las palabras se refieren…” (Martin Barbero, 2007, 41). Es decir, se lleva a la comunicación a utilizar la mayor cantidad de medios posibles: “se propone pasar por la objetivación que mediatiza y distancia, que hace posible el espacio de la admiración y la reflexión.” (Martin Barbero, 2007, 41- 42).

Tal hecho, lleva a los integrantes a tener más posibilidad de entender lo que cada uno espera del encuentro, haciendo que se conviertan en responsables del proceso de los otros además del propio, dado que desde este momento son consientes que cada uno de sus actos afecta a todos los integrantes del encuentro y de él depende que sea en forma positiva o negativa (Builes, 2003. pág.102).

Es así como se podría ver el acuerdo de valor total como un consenso o pacto comunicativo dado que en conclusión es un espacio en el que los participantes se enfrentan a su libertad y a su reconocimiento; un espacio donde se preparan para un proceso en el que ellos como sujetos son imprescindibles dentro del bienestar y la eficiencia del grupo. Todo esto se crea a partir de procesos comunicativos que son capaces de abrir esta posibilidad para cada uno de los sujetos presentes, en donde se

53 El consenso es un acuerdo y por lo tanto no podría ser de otra manera que haciendo a sus integrantes libres antes de que se inmiscuyan en el mismo, de lo contrario no adquiere su estado de acuerdo sino de imposición.

54Cfr. Martin Barbero, 2007. 41

utilizan métodos asertivos. (Como la unificación de conceptos, lo cual nos aporta un seguro entendimiento de las reglas y normas propuestas por el grupo, y la mesa redonda en donde cada uno de los presentes tiene la misma injerencia que el resto).

Expuesto lo anterior, podemos cerrar la idea de reconocimiento desde la comunicación:

los métodos asertivos de comunicación pueden dar y hacer explicito el reconocimiento entre los sujetos, y funciona dentro de algunas de las metodologías educativas vistas anteriormente de manera simple, como en el caso de la metodología activa, o un poco más estructurado como es el caso de la educación experiencial. La diferencia de las anteriores con la tradicional, como ya lo hemos mencionado, es que en esencia sus canales bidireccionales abren la posibilidad a que la educación sea interactiva y, claro, bidireccional, a diferencia de la unidireccionalidad del método tradicional.

Las metodologías en la cuales se manejan estos lineamientos abren, desde el lado comunicativo, la necesidad de reconocimiento y esto puede verse como un acercamiento a lo consensual, llevando el proceso educativo a ser liberador y generador de conocimiento desde los parámetros lingüísticos de la comunidad que hace parte del proceso, lo que lleva a que el conocimiento sea propio y por consiguiente entendible desde su cultura55.

Por otro lado, esta última reflexión nos lleva a considerar un posible cambio dentro del pensamiento de los sujetos. Sí las personas aprenden desde sus experiencias y ellos ya han estado en la práctica de ser reconocidos, esto les dará la capacidad de criticar y desaprobar cualquier proceso que no maneje estos parámetros, convirtiendo a los enseñados en dueños de sus propio crecimiento y críticos dinámicos de los métodos educativos en los que están presentes. Así las cosas, es la posibilidad del reconocimiento como experiencia de vida, la que desata y hace visible la individualidad y la importancia del sujeto dentro de la sociedad.

55 En el caso de definir “Cultura” se podría tener el mismo problema que con el concepto de “moral”, así que la definición que se va aplicar dentro de este trabajo se tomó de la Real academia española (vigésimo segunda edición, on line.) gracias a su simplicidad y que el concepto no es esencial dentro de la explicación de el trabajo en general. “Cultura: Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”

“Lo que los nuevos movimientos sociales y las minorías – las etnias y las razas, las mujeres, los jóvenes o los homosexuales- demandan no es tanto ser representados sino reconocidos: hacerse visibles socialmente en su diferencia.”

(Martin Barbero, 2007, 110).

En dado caso en el que el reconocimiento fuera visto desde el plano comunicativo, podría llevar a las comunidades a plantear su método educativo propio. Ellos serían los creadores de sus metodologías, por medio del consenso planteado anteriormente, las cuales se hallarían pensadas desde y para su conglomerado social, haciendo que la cultura de la misma se reflejara dentro de sus enseñanzas y aprendizajes; se dejaría a un lado, en el mejor de los casos, las cartillas que plantean metodologías y ejercicios extraños a la comunidad. Se podría decir que el reconocimiento desde el lado comunicativo se convierte en visibilidad social y a su vez en reconocimiento educativo, es decir al reconocer a alguien como posible dialogante también se le reconoce como integrante del encuentro, así que se podría decir que el reconocimiento comunicativo es el primer paso del un encuentro educativo consensual y efectivo.

Ahora bien, se podría afirmar que la comunicación hace posible la educación efectiva dado que los procesos que toman parte desde el plano comunicativo son parte o están íntimamente ligados con el educativo como son el reconocimiento y el consenso, los cuales se dan desde los procesos comunicativos y se potencializan desde el plano educativo.

Medios comunicativos dentro de la educación. 

Se podría decir que la cultura se refleja en el lenguaje, se guarda dentro de este y es la comunicación una herramienta efectiva para reafirmar los procesos culturales de una comunidad. En efecto, todo aquello que pasa de generación en generación por medio de la música, los escritos, los relatos orales, entre otros, son elementos que se deben tener en cuenta en el proceso educativo.

“La pedagogía se convierte en praxis cultural puesto que la cultura es invención de formas y figuras, sonidos y colores, que al tiempo que la expresan transforman la realidad.” (Martin Barbero, 2007, 43)

Así que, si se educara desde los medios comunicativos usados dentro de cada comunidad (como sería si fueran los educandos, los que plantearan sus metodologías educativas), se optimizaría el proceso de aprendizaje y reconocimiento; se estaría en el plano de una educación basada en lo que cada una de las personas es desde su “saber hacer”; una educación que incluye, no solo lo enseñado, sino además el mundo en que viven y han crecido los educandos; un proceso de educación experiencial, que no está presente en cartillas y metodologías estáticas que mandan expertos de otros lugares o que licencian cómo la única forma posible de enseñar; un método novedoso en donde el reconocimiento y la comunicación asertiva son fundamentales.

Avanzando un poco más, pero teniendo en cuenta lo anterior, se enseñaría por cualquier medio, no solo desde la escritura; cada comunidad podría decidir si usar lo oral, lo visual, lo audiovisual o hasta internet y así no se encerrarían en los procesos educativos que se paran solo en la escritura como medio creíble de difusión y que utilizan las nuevas tecnologías solo por seguir el crecimiento global.

“… la tecnología solo puede contribuir a modernizar el decorado de la enseñanza pero no la transformación radical de las estructuras o metodologías ni las practicas de aprendizaje” (Martin Barbero, 2007, 14) mientras que no se tome como medio real de difusión del conocimiento, lo que hasta ahora no pasa en las escuelas ya que estamos dentro de una cultura en la que la crítica experta solo legitima las letras y las artes como medio de difusión creíble del conocimiento.56

Pero para llegar a un modelo propio de cada comunidad es necesario que las personas obtengan esa experiencia de reconocimiento mencionada anteriormente, que busquen y encuentren el consenso dentro de la educación y sus procesos de aprendizaje para así poder pasar de la dualidad a la pluralidad.57 Es imprescindible volver a los procesos duales para encontrar la comunicación bidireccional, para encontrarse con el

56 Cfr. Martin Barbero, 2007, 14 - 15.

57 Cfr. Págs. 17 de este texto

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