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Capítulo III: Resultados, Conclusiones y Reflexiones

3.2 Conclusiones

Cuando empezamos nuestra investigación comenzamos preguntándonos ¿cuáles son las formas concretas de manifestación del fenómeno de mercantilización de los espacios educativos en el marco del capitalismo cognitivo? Esta pregunta implicaba definir qué era capitalismo cognitivo y qué debíamos entender por mercantilización y por espacio educativo; una tarea que no se resultó nada sencilla.

Nuestro primer reto surgió debido a la escasa producción académica sobre capitalismo cognitivo. Al respecto podemos decir que, aunque existía una gran producción teórico conceptual sobre las transformaciones socioeconómicas post-fordistas, eran pocos aquellos

autores que las caracterizaban (o al menos parte de ellas) como expresiones de una nueva forma de capitalismo.

En este sentido, nuestro objetivo de definir el concepto de capitalismo cognitivo se convirtió en el segundo gran reto. La primera tarea para poder superarlo consistió en encontrar el elemento o elementos diferenciadores entre el capitalismo cognitivo y el capitalismo a secas. Lo anterior nos llevó a concluir que, sin descartar otras diferencias, una de las principales se encuentra en el surgimiento y consolidación de bienes inmateriales que desafían los principios de la teoría valor-trabajo marxista clásica. Este desafío radica en la dificultad para establecer el tiempo socialmente requerido para producir este tipo de mercancías, o lo que es lo mismo, en las dificultades que tiene el capital para subsumir los bienes inmateriales de la misma forma que lo hace con el trabajo vivo. Allí se encuentra la dificultad teórico-práctica, que da sentido a la idea de capitalismo cognitivo.

Por otro lado, la tercera tarea consistió en establecer exactamente qué aspectos abarcan lo cognitivo y en cuál de ellos decidiríamos centrarnos. En este sentido, lo cognitivo abarca tanto los procesos de cognición (aprendizaje) como las cuestiones emocionales y afectivas; sin embargo, nosotros nos centraríamos en el proceso de cognición o aprendizaje, pero entendiéndolo como un proceso histórico y social. Lo anterior quiere decir que, aunque el proceso de aprendizaje como tal se lleve a cabo de manera individual, el conocimiento en sí mismo, es una producción social, histórica y acumulativa: nadie pondría en duda que, para que Einstein desarrollara su teoría de la relatividad primero tuvo que acceder a la ‘gran biblioteca humana’ y aprender la mecánica newtoniana, las teorías ondulatorias y corpusculares de la luz, y la física electromagnética de Maxwell y Faraday.

De esta manera, al estudiar la mercantilización del conocimiento como bien inmaterial, también nos estamos refiriendo a la mercantilización del proceso de aprendizaje o cognición que produce ese conocimiento y, a su vez, esto implica transformaciones particulares en las subjetividades individual y colectivamente concebidas.

El último reto consistió en establecer cuáles podrían ser las categorías apropiadas para identificar estas posibles transformaciones en las subjetividades, y cuáles las técnicas y la metodología. Respecto a lo primero, decidimos centrarnos en las modificaciones del sistema de necesidades de estudiantes y maestros, en el motivo último de elección de la profesión docente, en el tipo de didáctica utilizada, y en la jerarquización de los tiempos educativos. Respecto a lo segundo, optamos por la conversación reflexiva, la observación participante y la investigación acción participativa.

Por su parte, el trabajo de campo se realizó en un colegio privado de básica primaria ubicado en la localidad de suba, entre los meses de enero y septiembre de 2017 asistiendo todos los jueves y algunos viernes durante la jornada escolar del grado quinto.

En cuanto a los resultados obtenidos podemos realizar varias conclusiones. En primer lugar, que la basta cantidad de información recopilada y su calidad representaron un contrapeso a las limitaciones impuestas por la naturaleza propia de los casos de estudio; así mismo, esta ventaja fue posible porque las categorías, las técnicas y la metodología propuesta resultaron adecuadas durante diferentes momentos de la investigación.

En segundo lugar, es importante mencionar que inicialmente se esperaba que las

manifestaciones de resistencia dentro de la comunidad docente fueran menores con respecto a las presentadas en los estudiantes, sin embargo, la realidad fue que ambos grupos presentaron

gran cantidad de acciones, prácticas y lógicas de razonamiento que desafiaban al fenómeno de mercantilización.

Respecto a lo anterior, fue una gran sorpresa encontrar que la flexibilidad mental de los estudiantes como uno de los factores que se creían iban a favorecer más la generación de resistencias dentro de este grupo, resultó ser también uno de los mayores facilitadores en la adopción de prácticas y lógicas que promovían la mercantilización.

En tercer lugar, las expresiones más marcadas de mercantilización se ubicaron dentro de la categoría de motivo de elección de la profesión docente, mientras que las expresiones de

resistencia lo hicieron en la utilización de didácticas no parametrales. Esto nos da pistas sobre el alto nivel de influencia que tienen en ciertas situaciones macro estructurales dentro del proceso de mercantilización, y reafirma nuestra creencia sobre las potencialidades de cambio y

resistencia que se pueden tejer en lo cotidiano de la practica educativa y a partir de las interacciones entre los sujetos que habitan estos espacios.

Con todo lo anterior podemos sostener que, si bien nuestra investigación no logra abarcar todas las transformaciones que se producen a partir del capitalismo cognitivo, y que podría objetársele alguna precisión teórico-conceptual, sin duda, su aportación más fuerte a las ciencias sociales y a la investigación sociológica tiene que ver con la enunciación de un fenómeno escasamente descrito en la producción académica en general, y prácticamente inexistente en la investigación sociológica. En este sentido, las categorías utilizadas para estudiar la mercantilización de los espacios educativos constituyen una novedad y un punto de partida para futuras investigaciones que se realicen al respecto.

De igual forma, también es justo decir que la utilización de un caso de estudio permitió un análisis profundo y cualitativamente significativo que no hubiera podido alcanzarse de otra manera. Dado que nuestro objetivo general era identificar las manifestaciones de este fenómeno de mercantilización en las subjetividades, podemos concluir que gran parte de la metodología elegida resultó coherente y suficiente para cumplirlo satisfactoriamente.

Por último, es evidente que para llevar a la práctica el ejercicio transescalar y el tránsito fluido entre estructuralismo e individualismo metodológico que propusimos, es necesario contar con una población de mayor tamaño y diversidad que permita identificar verdaderos patrones estructurales más allá de los descritos en la teoría. En este sentido, podemos afirmar que, tanto el fenómeno como la propuesta metódica que elegimos, resultaron demasiado ambiciosos si tenemos en cuenta las limitantes impuestas por los tiempos de producción académica

universitaria y los mismos recursos con lo que se contaban. Por esta razón, sin duda alguna, el estudio del capitalismo cognitivo y de cómo este afecta a los espacios educativos recién queda enunciado y será necesario realizar futuras investigaciones. Por el momento, creemos que estas deberán centrarse en los aspectos más generales e incluir instituciones propias de la educación formal e informal; de igual manera, también será fundamental estudiar otros espacios donde se producen transformaciones en el capitalismo cognitivo además de los educativos. La familia tendría que ser uno de los primeros después de la educación si se tiene en cuenta el papel fundamental que desempeña en el proceso de cognición que producirá conocimiento.

Por supuesto, el conocimiento es solo uno de los muchos elementos intangibles que se han convertido en bienes inmateriales y, por tanto, futuras investigaciones tendrán que ocuparse de otros como la información (la más ampliamente estudiada), las emociones y los afectos.

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