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3.9 Contrato con la empresa AGEKA.

LAS ADQUISICIONES DE ARMAMENTO Y MATERIAL DE LOS MINISTERIOS MILITARES EN ALEMANIA ENTRE 1939 y

LICENCIAS DE FABRICACIÓN POR FIRMAR

I. 3.9 Contrato con la empresa AGEKA.

El 22 de mayo de 1943 se reunían en la Agregaduría Aérea española en Berlín, representantes españoles y alemanes para tratar sobre la adquisición de 71 fonolocalizadores223 “Tepas Belge”, modelo V-20 tipo 1940, ofrecidos a España por AGEKA en carta remitida al Agregado militar español el 19 de enero de 1940. En el mes de marzo, una comisión española al mando del comandante Moiño, había visitado la empresa constructora y había examinado los citados fonos, resultando que unos 60 eran aparatos nuevos224.

El día 24 de ese mismo mes de mayo, en otra reunión entre los mismos representantes, se estudió la viabilidad de la adquisición al margen del “Programa Bär”, firmando un contrato con la AGEKA. Se informó a los españoles que se disponía de un total de 85 fonos de este modelo, además de dos que estaban incompletos y uno, averiado, que podrían adquirirse para tener piezas de repuesto. El precio por aparato nuevo era de 40.000 marcos, aunque AGEKA se avino a hacer una rebaja del 10% en el lote a adquirir por España para tener en cuenta la diferencia entre los aparatos nuevos y reparados, proponiendo que cada fonolocalizador completo costara 36.000 marcos. El

223 Se denominaba fonolocalizador a un aparato acústico de localización apto para la defensa contra

aeronaves, destinado a determinar las coordenadas angulares de un avión “invisible”, bien de día o de noche, en cualquier condición climática. Los ofrecidos a España eran de un modelo de campaña capturado por los alemanes en la invasión de Bélgica, cuyas bases acústicas tenían 3 metros de separación.

224 El trabajo desarrollado por la comisión española fue, por una parte un estudio histórico de los aparatos,

por otra el estudio de la descripción y el funcionamiento, para terminar con una visita y examen de las diversas fases de su fabricación y una demostración práctica de su funcionamiento con aviones en vuelo, atendidos los fonos por personal de la defensa antiaérea alemana. Para seguir el tema de los fonolocalizadores: “Asunto Fonolocalizadores TEPAS-BELGE y dirección de tiro C.A. Hasemmayer (Sic)” Documentación del general Martínez de Campos en Berlín. AGMAV. Caja 24.711. Fondo del antiguo Ministerio del Ejército.

general Martínez de Campos decidió aceptar los 88 fonos, comunicándoselo así al Ministro del Ejército español y ordenando su adquisición al Agregado Militar en Berlín el 26 de mayo de 1943.

Los primeros 71 fonos “Tepas” se prepararon y se remitieron a España en dos trenes completos, uno de ellos con 35 aparatos y el otro con 36, numerados como trenes nº 12 y 13 y enviados al finalizar el denominado “Sofortprogramm”, el 11 y el 17 de agosto de 1943 respectivamente225. El coste de estos fonolocalizadores fue de 11.093.040 ptas (2.556.000 marcos) pagados con un crédito especial habilitado para este fin.

Tras la adquisición de estos 71 aparatos, todavía quedaban en Bélgica otros 25 aparatos en diferentes estados de conservación, que fueron ofrecidos por la AGEKA a diferentes precios, según dicho estado, oscilando éstos entre los 12.000 marcos que pedían por cada aparato de los siete considerados “para desguace”, y los 34.000 marcos que solicitaban por cada uno de otros siete fonos en perfecto estado. Además había aparatos sin accesorios, más o menos arreglados, a 20.000, 28.000 y 32.000 marcos por unidad226.

A finales de febrero de 1944 la Dirección General de Industria y Material del Ministerio del Ejército se decidió a la adquisición de otros 16 aparatos, eligiendo los mejores de entre los 25 ofrecidos por AGEKA, por los que habría que pagar un montante de 486.000 marcos. Dichos fonos venían cargados en el denominado “Tren nº 27” del “Programa Bär”, tren que nunca llegaría a España, como veremos en capítulos posteriores.

La misma comisión militar española que estudió in situ la adquisición de los fonos, también analizó la posibilidad de compra de direcciones de tiro de origen holandés fabricadas por la empresa Hazemeyer, unos modernos aparatos para dirigir el tiro de baterías artilleras, totalmente mecánicos, y que requerían para su manejo un número muy pequeño de sirvientes. Los militares españoles se vieron gratamente

225 En los anexos se detallan estas expediciones así como los trenes en los que venían y todos los

pormenores de los mismos.

226 Carta de AGEKA fechada en Berlín el 9 de febrero de 1944 Dr. M/Hn IV-Spanien-1 S449/44 Entrega

sorprendidos por la fiabilidad, su construcción robusta y sus características, adaptables a cualquier material artillero.

La dirección de la empresa, por expreso deseo de los comisionados españoles, accedió al envío de un aparato a España, junto a un ingeniero especializado, para evaluar la en nuestro país. El precio de un aparato completo con transporte, transmisión electrica y grupo electrógeno no pasaría de un millón de pesetas, cantidad que pareció adecuada a los españoles227.

En julio de 1943, el ingeniero director de la casa Hazemeyer visitó en Berlín al teniente coronel de artillería Ricardo Castro Caruncho, para tratar del envío de la citada dirección de tiro. En dicha reunión se plantearon los problemas que existían para ese suministro, pues la fábrica no disponía de ningún aparato moderno en stock, ya que toda la producción se hacía bajo pedido para la Luftwaffe y la Kriegsmarine. Sólo tenían disponible para remitir un antiguo aparato de mediados de los años 30, anticuado y poco apropiado para realizar ejercicios o pruebas encaminadas a la adquisición de modernos directores de tiro.

La única vía de obtener un aparato moderno era solicitarlo en préstamo al gobierno alemán, comunicando a la empresa Hazemeyer el tipo de cañones con el que se desarrollarían los ejercicios para que la empresa suministrase los transmisores y reflectores necesarios. Lo engorroso del procedimiento hizo que algunos miembros de la comisión antiaérea que visitó Alemania para familiarizarse con los nuevos procedimientos empleados en la guerra moderna, visitasen la fábrica Hazemeyer y participasen en algunos ejercicios de tiro de alguna batería alemana dotada de este aparato.