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2.6 GASTO PÚBLICO EN PROGRAMAS SOBRE DISCAPACIDAD

2.6.1 COSTOS INDIRECTOS

Los costos económicos y no económicos indirectos ocasionados por la discapacidad pueden ser considerables y abarcar un amplio espectro de cuestiones.

Los principales componentes del costo económico incluyen la pérdida de productividad derivada de la inversión insuficiente en la educación de niños con discapacidad, el abandono o la reducción de la actividad laboral al inicio de la discapacidad, y la pérdida de impuestos relacionada con la pérdida de productividad. Los costos no económicos incluyen el aislamiento social y el estrés, y son difíciles de cuantificar.

Un costo indirecto importante de la discapacidad está relacionado con la pérdida de la productividad laboral de las personas con discapacidad y la pérdida de impuestos conexa.

Las pérdidas aumentan cuando los miembros de la familia dejan su empleo o reducen el número de horas de trabajo para atender a los familiares con discapacidad.

La pérdida de productividad puede obedecer a una acumulación insuficiente de capital humano (subinversión en capital humano), a la falta de empleo o al subempleo.

La estimación de la pérdida de productividad e impuestos conexos relacionada con la discapacidad es compleja y requiere información estadística, que rara vez está disponible.

Por ejemplo, es difícil establecer cuál sería la productividad de una persona que ha abandonado el mercado laboral debido a una discapacidad si esa persona siguiera trabajando.

Por tanto, las estimaciones de la pérdida de productividad son escasas. Una de ellas es la que se realizó para el Canadá utilizando los datos obtenidos a través de la Encuesta Nacional de Salud de la Población de 1998, e incluye la discapacidad por tipo de deficiencia, edad y género, así como el número de días en cama o de poca actividad.

El resultado indica que la pérdida de trabajo a raíz de discapacidades a corto plazo y largo plazo ascendió al 6,7% del PIB.

Pude llegar a la conclusión de que mediante el uso de múltiples encuestas correspondientes a más de 100 países, en este capítulo se ha demostrado que la discapacidad es una experiencia universal

con costos económicos y sociales para las personas, las familias, las comunidades y las naciones.

Sobre la base de las estimaciones de la población de 2010 (6900 millones de habitantes, con 1860 millones de menores de 15 años), entre 785 millones (15,6%, según la Encuesta Mundial de Salud) y 975 millones (19,4%, según el estudio Carga Mundial de Morbilidad) de personas de 15 años o más viven con alguna discapacidad.

De esa cifra, en la Encuesta Mundial de Salud se estima que 110 millones (2,2%) sufren dificultades de funcionamiento muy significativas, mientras que en Carga Mundial de Morbilidad se estima que 190 millones (3,8%) de personas tienen una «discapacidad grave», el equivalente a la discapacidad asociada a condiciones tales como la tetraplejía, la depresión grave o la ceguera. Cuando se incluye a los niños, se estima que más de 1000 millones de personas (cerca del 15% de la población mundial) viven con discapacidad.

La discapacidad varía en consonancia con una compleja combinación de factores, entre ellos, la edad, el género, la etapa de la vida, la exposición a riesgos ambientales, la situación socioeconómica, la cultura y la disponibilidad de recursos, que en todos los casos difieren marcadamente de un lugar a otro.

El aumento de las tasas de discapacidad, en muchos lugares, está asociado con el aumento de las condiciones de salud crónicas diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos mentales,

cáncer y enfermedades respiratorias y las lesiones. El envejecimiento de la población mundial también influye marcadamente en las tendencias de la discapacidad, debido a que el riesgo de discapacidad es más elevado en la tercera edad. El entorno tiene un gran efecto en la prevalencia y la magnitud de la discapacidad y en las desventajas que afrontan las personas con discapacidad.

Los resultados sociales y económicos de las personas con discapacidad y los hogares con discapacidad son más pobres que los de personas sin discapacidad. En todas las situaciones, las personas con discapacidad y sus familias suelen incurrir en gastos adicionales para lograr un nivel de vida equivalente al de las personas sin discapacidad.

Debido a que la discapacidad se mide de acuerdo con una escala y varía según el ambiente, las tasas de prevalencia están relacionadas con los umbrales y el contexto.

Los países que necesitan estimar el número de personas que requieren apoyo en términos de ingresos, asistencia diaria para sus actividades u otros servicios elaboran sus propias estimaciones teniendo en cuenta la política local.

Aunque los datos sobre la prevalencia incluidos en este informe se basan en los mejores conjuntos de datos disponibles a nivel mundial, no son estimaciones definitivas. Las autoridades de muchos países y los principales organismos internacionales están realizando

esfuerzos importantes y dignos de mención para mejorar los datos sobre la discapacidad.

No obstante, se requiere una mayor colaboración para mejorar la calidad de los datos y es imperioso recabar datos más sólidos, comparables y completos, especialmente en los países en desarrollo.

Si bien el mejoramiento de los datos sobre discapacidad es una labor a largo plazo, se obtendrá información esencial para mejorar el funcionamiento de las personas, las comunidades y las naciones.

En la búsqueda de datos sobre la discapacidad más integrales y confiables, tanto a nivel nacional como internacional, la CIF proporciona una plataforma común para la medición y la recopilación de datos.

El mejoramiento de la calidad de la información nacional y mundial es fundamental para supervisar los avances en la aplicación de la CDPD y para alcanzar los objetivos de desarrollo concertados en el ámbito internacional.

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