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Yo creo que Jesús demostró la transfiguración para preparar a sus discípulos a

sufrir la misma eventual transformación.

Cuando invocamos la Luz transfiguradora de Dios, intensifica su reino dentro de nosotros e incrementa la magnitud de la chispa divina, para convertirse algún día en la plena manifestación de nuestra propia Conciencia Superior que mora corporalmente en nosotros.

Tomado de un servicio de curación conducido por Elizabeth Clare Prophet en la Capilla del Santo Grial en Camelot

El amado Jesús nos ha enseñado que cada uno debe buscar y encontrar la Luz transfiguradora. Esto comienza con una meditación acerca de la Luz, estableciendo el contacto de nuestra alma con la Luz. Y una unidad muy profunda con Dios el Padre, quien es representado en esta gráfica de vuestro Ser Real como la Poderosa Presencia YO SOY (la figura superior)- la Presencia de Dios con vosotros siempre.

El poder de la Presencia YO SOY para emitir esta Luz a vosotros es estupendo. Sólo tenéis que abrir la puerta de vuestro corazón e invocar la Luz en el nombre del Hijo, representado en vuestro Santo Ser Crístico ( la figura media en la gráfica)para recibir ese poder que es el poder para transfigurar.

Creo que Jesús demostró la transfiguración para dar a sus discípulos un anticipo del reino de Dios y para prepararlos a sufrir la misma transformación eventual en sus propias almas y cuerpos. Para alcanzar esto, el Maestro los transportó a una dimensión superior de la conciencia de Dios, partiendo el velo para que pudieran ver personajes divinos y un evento divino no contemplado normalmente por mortales.

El evento es la iniciación de Jesús por el Padre en la presencia de testigos exaltados- originarios tanto del cielo como de la tierra. Es una ocasión solemne, elevada y sagrada que marca el principal punto de transformación en el sendero de su Cristeidad personal. Su mensaje a sus estudiantes lleva el pleno peso de todas sus curaciones y milagros que han de venir, como el Maestro dijo:

El que crea en mí, las obras que yo hago también las hará; y mayores que estas obras hará, porque yo voy al Padre.

Una de” estas obras” es la transfiguración. Desde este momento, aceptad la realidad de que Dios desea veros

transfigurados- tanto diariamente como en el sentido final, cuando Él os iniciará personalmente como seguramente hizo con Jesús.

Seis días después Jesús tomó a Pedro , a Santiago y Juan y los llevó aparte, solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos.

Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra puede hacerlos tan blancos.

Y les apareció Elías con Moisés, y hablaban con Jesús. Vemos el testimonio del cielo en la presencia del Maestro Ascendido Elías- que ya había venido (reencarnado) e ido (siendo decapitado) en la persona de Juan el Bautista- y el Maestro Ascendido Moisés. Los profetas, por medio de sus presencias muy reales y vivientes (ellos hablaron con Jesús), dieron testimonio al Hijo de Dios encarnado.

En cada ocasión en la que Dios os otorga su gloria, podéis estar seguros de que ángeles y Maestros que han trascendido los dolores(karma) del tiempo y espacio están confirmando esa Luz y celebrando ese momento con vosotros, así como aquellos en la tierra, vuestros amigos de Luz, también celebran la alegría de la unión divina cuando vuestra alma está tocada singularmente por el Espíritu.

Este relato maravilloso que encontramos en el Nuevo Testamento nos da un entendimiento del término Maestro

Ascendido – uno que ha andado en la tierra y equilibrado los

elementos de la circunstancia kármica mientras demuestra el poder de Dios. Verdaderamente, Moisés, así como también Elías, viene bajo esa dispensación. Ambos anduvieron por la tierra, realizaron milagros, y fueron los instrumentos de la palabra de Dios, su profecía y su ley.

Muchos están preguntando: ¿ Dónde han ido? No necesitamos preguntarnos más, porque en el instante en el que Jesús toma a los discípulos hacia una alta montaña- elevando sus conciencias- él abre los portales del cielo y revela que allí están los que han ascendido, tales como Enoc, que “fueron elevados” al cielo antes de la ascensión de nuestro Señor. Ningún otro más que el mismo Jesús, con la aprobación del Padre, destinó personalmente para nosotros como discípulos de Cristo esta comunión de los santos. Si, mis amados, el Padre y el Hijo aprovecharon la ocasión de la transfiguración de Jesús para revelar tanto el sendero como la enseñanza de los Maestros Ascendidos.

Éstos son los inmortales. Éstos son nuestros hermanos mayores y nuestros maestros. Y los seguimos al ir y hacer lo mismo- al esperar, como Jesús nos dijo, que si creemos que la Luz de Dios está en ellos, cuando ellos sean consumados en esa Luz, ellos con Dios, trabajando a través de nuestro propio Ser Superior, realizarán las mismas obras y mayores obras a través de nosotros- corazón, cabeza y mano- multiplicando la Luz e incrementándola en toda era y dispensación.

Entonces, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres tabernáculos, una para ti, otro para Moisés y otro para Elías.

Pedro, para estar seguro, hizo conocer a Marcos, quien escribió el Evangelio , las mismas palabras que habló en esta ocasión. Vemos que Pedro deseaba que todos conocieran la presencia de Moisés y Elías- tanto que deseaba haber construido un tabernáculo ( un santuario en una tienda) a cada uno de ellos. (supongo que con la misma devoción que ha incitado a los santos a construir catedrales en el mismo sitio de la aparición de la Bendita Madre) . Pero antes de que Jesús pudiera contestar:

…entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Éste es mi Hijo, el Amado, a él oíd.”*

La nube es la nube de Sinaí, el mismo poder del YO SOY EL QUE YO SOY que también estaba sobre el tabernáculo a lo largo del viaje de cuarenta años de los Hebreos en el desierto. La nube envuelve vuestra Presencia YO SOY como anillos sobre anillos de luz que destellan los rayos del arco iris de Dios (Es el cuerpo causal, la gloria de Shekinah que rodea la figura superior en la gráfica)

Sí, la Presencia YO SOY del Señor fue delante de los niños de Israel en una columna de una nube de día y de fuego por la noche para darles Luz- para conducir el camino. Así vuestra Presencia YO SOY irá delante de vosotros sin fallar para dirigir, iluminar, para transfiguraros. Mientras la nube envolvió a Moisés cuando él comulgaba con Dios, de la misma manera la nube os envuelve, cuando sois uno con Dios en oración y meditación. Podéis no verla, pero está allí- la gloria de Dios envolviéndoos en la presencia de amor inmortal.

Fue Dios el Padre quien habló a los discípulos en el Monte de Transfiguración – con el significado de su patrocinio de la misión de Jesús. Y el Señor habló fuera de la nube del YO SOY EL QUE YO SOY ordenando a los estudiantes a escuchar a su Maestro el amado Hijo de Dios encarnado. Entonces, éste es el vital mensaje de la transfiguración:

Éste es el Uno que he elegido para llevar el Christos, el ungido de mi Luz. Él es el Ejemplar del sendero de vuestra propia Cristeidad. Escuchadlo.

Por lo tanto, nosotros, los discípulos de Jesucristo, debemos perseguir esa unidad con nuestro Maestro por la cual aprendemos a ponernos el manto de su Cristeidad, aprendiendo mientras él nos enseña a través del Espíritu Santo. Porque él nos dijo que nos enviaría al Consolador que nos enseñaría todas las cosas, trayendo a nuestros recuerdos “todo lo que os he enseñado.”

*Marcos 9:7, Mateo 17:5

Ésta es una promesa para hoy y para todas las eras por venir. No hay tiempo ni espacio con nuestro Señor. Si no fuera

así, no estaría escrito” Jesucristo, el mismo ayer , hoy y para siempre.”

Jesús está con nosotros. No hay tiempo ni espacio. Estamos con él en el Monte de la Transfiguración, en la hora de la crucifixión, y en su resurrección. Estamos con él cuando él sana por medio del perdón de los pecados y por medio del mandato: “Levántate y anda!”

Este instante de la unidad de Dios el Padre con el Hijo , con los discípulos y con los Maestros Ascendidos será para siempre un entendimiento para nosotros de los santos vestidos de blanco- en verdad el misterio de la Gran Hermandad Blanca- Maestros Ascendidos comulgando por medio de la ordenación divina con sus discípulos no ascendidos.

De pronto, cuando habían mirado a su alrededor, no vieron más a ningún hombre, excepto a Jesús con ellos.

Y mientras bajaban de la montaña, él les encargó que no le contaran a ningún hombre las cosas que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.

Aquí somos testigos de lo que algunos podrían llamar un milagro. Pero ¿ qué es la ciencia de Dios si no es para exaltar nuestros espíritus, para elevar nuestras almas, para elevar la conciencia y la percepción de nuestras mentes y corazones para ver la gloria de Dios como un anticipo del cielo? Este mensaje es claro: entonces y ahora todos los discípulos que siguen los pasos de los inmortales deben darse cuenta de que los profetas y los santos fueron personas como nosotros mismos que tenían debilidades humanas y cargas y temores, aún así fue a ellos a quienes Dios llamó y otorgó poder con su Espíritu.

Los profetas y los santos fueron

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