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Criterios terapéuticos (quirúrgicos) sobre la polio en Portugal

4.3 La poliomielitis en Europa

4.4.3. Criterios terapéuticos (quirúrgicos) sobre la polio en Portugal

Tanto el diagnóstico, como el tratamiento y la prevención de la polio en Portugal, siguieron las tendencias generales existentes en la ciencia médica occidental.

Es decir, una medicalización de las discapacidades/secuelas de la polio que convertía a sus portadores en enfermos necesitados de un tratamiento quirúrgico y ortopédico, que consolidaba a estos especialistas como piezas fundamentales en el problema de la discapacidad poliomielítica33. El referente más significativo es el de Álvaro Moitas (sustituto de Gomes D´Araújo como director del Refugio de la Parálisis Infantil), autor de varios documentos sobre la polio en los que exponía su concepción terapéutica y su experiencia en los tratamientos quirúrgicos que realizó en este ámbito. Tratándose del mayor experto portugués en poliomielitis y, particularmente, en el tratamiento quirúrgico de la polio, sus ideas pueden ser consideradas como directrices en esta materia.

Así, en 1962, Álvaro Moitas escribió A estabilização Cirúrgica do pé poliomielítico. Partiendo de la clasificación de Lewin (1950) citado por Moitas (1962)34, relata las principales deformidades del pie y las posibilidades de su corrección.

Distingue dos tipos de enfermos:

33 MARTÍNEZ PÉREZ, J. “Corregir la deformidad para devolver la función: la reacción de los

traumatólogos y ortopedas españoles frente a la poliomielitis (1930-1950)”. In: ORTIZ GÓMEZ, T. et al.

La experiencia de enfermar en perspectiva histórica. Granada, Universidad de Granada, 2008, pp. 317-320.

34Lewin refiere 6 tipos de deformidades del pie: excavado, chato, equino, talo, varo y valgo. De referir aún, la existencia de tipos mixtos (es el caso del valgo equino y del varo equino).

1. los que tienen una deformación del pie con gran inestabilidad de las articulaciones tibio-tarsianas y subastragalinas, pero con movilidad,

2. los que presentan una posición fija del pie.

Con el tiempo, los primeros suelen acabar presentando las características de los segundos que representan un estado más avanzado de la enfermedad. Según la literatura médica de los años 60, en los individuos del grupo 1 estaba indicada la fijación de una o más articulaciones a través de un aparato externo o, preferentemente, de la cirugía. En los del grupo 2 solamente era aconsejada la cirugía, es decir la práctica de una artrodesis.

Moitas refiere la técnica del transplante tendinoso, consistente en la sustitución de un tendón inactivo y cuyo éxito depende de la intervención quirúrgica, aunque también de la deformidad y del postoperatorio. En lo concerniente a la cirugía de partes blandas refiere la posibilidad de hacer no solamente un transplante tendinoso (asociado o no a alargamientos), sino también una cirugía tendinosa y aponeurótica, con alargamiento del tendón de Aquiles.

Respecto a la práctica de las artrodesis, la tendencia era la colocación de un fragmento óseo para bloquear la articulación tibio-tarsiana, al tiempo que se hacia la tenotomía del tendón de Aquiles. La técnica más frecuente era la llamada de bloqueo óseo de Campbell. Álvaro Moitas se refirió a:

• Artrodesis triple (realizada por primer vez por Ryerson y muy usada),

• Artrodesis médio-tarsiana,

• Operación de Lambrinudi,

• Artrodesis de Dum,

• Artrodesis de Hoke,

• Técnica de Ryerson-Hoke.

Estas últimas, menos usadas, nunca fueron las elegidas por Álvaro Moitas en el Refúgio.

En su Considerações sobre a operação de Grice Green en Poliomielíticos, Álvaro Moitas (1964) hace una descripción pormenorizada de algunas de las técnicas quirúrgicas y de sus resultados (a semejanza de lo que había hecho en 1950 en su Dois Anos de Cirurgia Ortopédica em Poliomielíticos): “Para concluir e como resumo de

revisão geral que em 8 de Dezembro de 1949 fiz aos operados no RPI, por motivo de pé equino ou varo-equino, sou da opinião de que (…) vale sempre a pena (…) realizar, em qualquer idade, o alongamento do tendão de Aquiles, desde o momento em que o operado se sujeite a usar aparelho ortopédico” (pp. 28). Este tipo de cirugía, muy usado en otros países, consistía en la introducción de un injerto óseo de la tibia en el tarso para que ganase altura y así estabilizase las articulaciones. Aunque no interfiriese en el crecimiento óseo, este procedimiento tenía poca eficacia en la estabilización del pie valgo.

En el Tratamento cirúgico de la anca poliomielitica (1968), Moitas hace referencia a su experiencia y a la de Parsons y Siddon llamando la atención sobre el hecho de que la contractura de la cadera es una de las afecciones más comunes. En su tratamiento, Moitas defiende dos tipos de intervenciones quirúrgicas:

• Operación de las partes (tenotomía y desinserción),

• Operaciones óseas.

Siguiendo lo propuesto por Untereiner (1956), Moitas reservaba las osteotomías para las deformidades más graves y, por eso, no corregibles de otra forma.

De las operaciones realizadas por él en el Refugio concluía que:

• La mayor parte de las contracturas de la cadera pueden ser corregidas por medio de intervenciones quirúrgicas sobre las partes blandas.

• Todos los enfermos del Refugio, operados de la contractura de la cadera, tuvieron buenos resultados (solamente en un caso no se obtuvo la total corrección)

• El componente de la ablación de la deformidad es lo más difícil de corregir por la prótesis.

• Como no es posible compensar las parálisis es imprescindible, el uso de la prótesis desde el pie hasta la cintura o incluso el tórax.

Unas intervenciones usuales en todos los países, de discutibles ventajas respecto a terapéuticas físicas más conservadoras y con aún más dudosos resultados para la calidad de vida de los pacientes, pero que, sin embargo, permitieron una singular experiencia quirúrgica para los traumatólogos una vez concluidos los grandes conflictos bélicos. El Refúgio da Paralisia Infantil fue un centro pionero en el que se desarrollaron innovadoras técnicas, según quedó reflejado en esa literatura médica: la historia de los efectos a largo plazo para las personas intervenidas quedó sin escribir.

CAPÍTULO 5