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Pero ¿cuántas veces espera Dios que perdone a la otra persona?

LA LENGUA, PEQUEÑA PERO MORTAL

6 La Biblia dice

P. Pero ¿cuántas veces espera Dios que perdone a la otra persona?

Setenta veces siete. Cuando Pedro preguntó cuántas veces debía perdonar a su hermano, Jesús le dijo: “No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete” Mateo 18:22. ¡Eso es 490 veces! Herede una bendición. Pensamos mucho en las herencias monetarias. Aquí está una herencia espiritual a la que Dios nos ha llamado: “No devolviendo mal por mal, ni maldición por

maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición” 1 Pedro 3:9. Los que tienen oídos, que oigan este llamado.

Olvídelo. ¿Perdonar en realidad quiere decir que me olvido de ese pecado, aun durante un argumento? “Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” Jeremías 31:34. “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones” Salmos 103:12. ¿Saca usted a relucir las cosas del pasado? No permita que Satanás lo use para condenar a su esposa o a otros que han recibido perdón al sacar a relucir cosas de su pasado. Pero ¿usted dice que su esposa lo hace siempre? Tome usted la dirección, sea el hombre, sea el

P. ¿Cómo puedo perdonar como Dios me ha pedido que lo haga en su Palabra? ¿Quién puede perdonar los pecados? Sólo Dios puede ayudarle a hacerlo. Usted debe humillarse y pedirle que le dé la gracia. “¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?” Marcos 2:7. Gracia a los humildes. ¿Cómo puedo obtener la gracia que necesito? “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” 1 Pedro 5:5,6.

Humillado. ¿Cómo puedo ser humilde? “Por cuando fueron rebeldes a las palabras de Jehová, y aborrecieron el consejo del Altísimo. Por eso quebrantó con el trabajo sus corazones; cayeron, y no hubo quien los ayudase. Luego que clamaron a Jehová en su angustia, los libró de sus

aflicciones” Salmos 107:11-13. “Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno” Salmos 35:13. A veces podría ser por medio de la enfermedad que Él nos aquieta y nos humilla. No luche contra ello - ¡ Dios está obrando! Reconcíliese primero. ¿Cuándo necesito perdonar a los que me han ofendido? ¿No debo sentir convicción primero? “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” Mateo 5:23-24. Si usted no ha perdonado a otra persona, especialmente a su esposa, es necesario que pida perdón.

Quítense de vosotros. No perdonar a alguien causa amargura. La definición de amargura es “¡venenoso!” “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia” Efesios 4:31. ¡No perdonar a alguien lo destruye a usted, no a la otra persona! “El corazón conoce la amargura de su alma” Proverbios 14:10. “Porque él conoce los secretos del corazón” Salmos 44:21.

Un hermano ofendido. Cuando usted va y se reconcilia con su esposa (o con otra persona), debe observar las reglas bíblicas. Usted quizás ha oído a los que dicen que las cosas resultaron peor cuando pidieron perdón o que no sirvió de nada. Usted debe humillarse y ser verdaderamente sincero, porque si pide el perdón de otra persona y lo dice de manera equivocada, puede volver a ofender a la persona. “El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte” Proverbios 18:19.

He pecado. El hijo pródigo preparó sus palabras antes de decidir volver a casa: “Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros” Lucas 15:18,19. ¡Gloria a Dios! ¡Él levanta a los caídos!

Toda palabra ociosa. Prepare todas sus palabras. Toda palabra que pronuncie debe ser

cuidadosamente escogida. “Toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” Mateo 12:36. Trate de escribir lo que va a decir, luego lea en voz alta lo que ha escrito, poniéndose en el lugar de la otra persona y oyéndolo desde el punto de vista de ella. ¿Le pareció acusante? Si así es, pida a Dios que ponga en su boca las debidas palabras.

Muchas palabras. “El necio de labios será castigado” Proverbios 10:10. Diga sólo lo que usted hizo, no prepare el escenario con algo como: “Cuando tú hiciste esto y eso, bueno entonces yo...” No amenazaba. “Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino” Mateo 5:25. Si la otra persona comienza a desenfrenarse con usted, no abra su boca a menos que no sea para estar de acuerdo. “Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba” 1 Pedro 2:23.

Suavidad al alma. Haga que sus palabras sean dulces y suaves. “La dulzura de labios aumenta el saber” Proverbios 16:21. “Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos” Proverbios 16:24.

Revela su propios pensamientos. Algunos hombres que han sido culpables de infidelidad en su pasado corren a su esposa con el propósito de volver a vivir sus propios sentimientos de culpa. Tenga mucho cuidado del dolor de su esposa que seguirá a esta confesión. No use la excusa del arrepentimiento para echar sobre ella sus sentimientos de culpa. “No toma placer el necio en la inteligencia, sino en que su corazón se descubra” Proverbios 18:2.

Confíese y apártese. Confie a otro hombre cristiano su pecado de adulterio y hágase responsable ante él. “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” Proverbios 28:13. Si usted está muy seguro de que su esposa ya los sabe, o que sospecha, o si ella ya lo ha confrontado sobre este pecado, definitivamente confiéselo.

Vergonzoso. ¡Sólo que debe ser discreto y omitir los detalles! Algunas mujeres, desesperadas por tratar de volver a experimentar su dolor, ruegan que el esposo les dé los detalles. Algunos hombres son lo suficiente necios y se los dan, sólo para multiplicar las ofensas a ella. “Porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto” Efesios 5:12. El amor es suficiente para protegerla.

Nunca será borrada. Prepárese para cosechar lo que ha sembrado consolándola y apoyándola en su dolor. No la ataque diciéndole “tú no perdonas” si es que ella sufre y se duele por mucho tiempo. Quizás pasen años, o toda una vida, para que ella se recupere del sufrimiento. “Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace. Heridas y vergüenza hallará, y su afrenta nunca será borrada” Proverbios 6:32,33.

Compromiso personal: Desear y tratar de ser manso. “Basado en lo que he aprendido en la Escritura, me comprometo a practicar todo lo que he aprendido siendo pronto para oir y tardo para hablar; a perdonar a los que me han ofendido y hacer todo lo que pueda por reconciliarme con los que yo he ofendido.”

Fecha:__________________ Firma:__________________ Testimonio

Cuando Debi* conoció por primera vez a su esposo Mateo*, su madre le dijo que no había manera en que él jamás pudiera dirigirla a ella. Su madre dijo: “Debi, tú eres demasiado terca y testaruda.”

Pero después de muchos años de matrimonio, lo contrario probó ser cierto. Mateo, aunque muy amable, bondadoso en extremo y manso, se había ganado la admiración y el respeto de Debi. Ella decía: “Yo simplemente hago lo que él dice porque quiero – y aun cuando no quiero hacerlo, lo hago.” Era obvio que el esposo de Debi posee muchas de las cualidades de Cristo: mansedumbre, amabilidad y bondad.

Los que seguían a nuestro Señor lo hacían por el “Hombre de amor” que Él era. Mateo también tiene alguien que lo sigue: Debi.

*No son sus nombres verdaderos.

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