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105El gran desafío para el sector porcino de los próximos años será afianzar los logros, para luego ganar nichos de

mercado de exportación no como remanente sino como objetivo productivo. Esto implica incorporar las mejoras necesarias para adecuarse a las exigencias y tendencias mundiales del consumo, especialmente en lo que refiere a mano de obra calificada, calidad, seguridad alimentaria, precios competitivos de producción y acceso a la tecno- logía. También se menciona el correcto manejo de la sanidad en los momentos de reproducción, parto y destete como un eje para mejorar la productividad. En este proceso será de vital importancia el acompañamiento de los centros de investigación y de los diversos estamentos del sector público.

El asociativismo y la integración vertical de la cadena porcina (producción más industrialización) también constituyen desafíos del sector en el mediano plazo. Especialistas consultados consideran estos mecanismos como posibles estrategias para el incremento de la rentabilidad de la actividad en su conjunto, tal es el caso de la empresa Cabaña Argentina, que ha logrado un proceso productivo integrado que puede considerarse modelo de desarrollo empresario. Por otra parte, se destaca que los niveles de eficiencia global de los establecimientos alcanzan un 50% de los valo- res deseables. Estudios realizados por el INTA de Marcos Juárez arrojan una productividad media de 8 a 9 capones por madre por año. Estos valores contrastan con establecimientos que logran rendimientos del orden de 22 capo- nes anuales por madre, aunque un valor razonable debería rondar los 16, cifra a la cual, según un plan estratégico, se espera llegar en los próximos años.

Como contrapartida, los expertos destacan entre las fortalezas del sector un excelente estatus sanitario (libre de enfermedades), la disponibilidad de materia prima de calidad (maíz y soja), tecnología de punta y genética de alto rendimiento que debe difundirse entre el universo de productores. Sin embargo, plantean las siguientes debilida- des para el caso de los pequeños productores: falta de planificación y registros; ausencia de programas de manejo; ausencia de gestión del establecimiento; falta de instalaciones funcionales; carencia de un correcto plan sanitario; falta de organización para la etapa de comercialización.

Proyectos Posibles: objetivos, necesidades de infraestructura I+D

Fortalecer la integración de la cadena porcina: a partir de los instrumentos de apoyo al sector existentes (por ejemplo, el Programa Nacional de Carnes del INTA, instrumentos del MAA de la Nación y de la Provincia, etc.), se deberán articular esfuerzos y generar espacios sectoriales que promuevan la integración de la cadena, tanto a través del apoyo a productores en condiciones de incorporar a su empresa etapas siguientes, o bien promoviendo la asociatividad entre productores, proveedores y clientes de la cadena.

Potenciar áreas de investigación en genética, inseminación artificial y sanidad animal: apoyar desde la Provincia a los organismos públicos dedicados a la investigación científica y tecnológica de aplicación a la cadena porcina. Promover acciones de transferencia tecnológica y capacitación: de manera coordinada con el sector privado, la Pro- vincia deberá iniciar estrategias a fin de difundir los avances en materia de investigación y las tecnologías disponi- bles y potenciales entre los productores locales, de manera que el segmento de pequeños productores pueda tener acceso a esta información e incluso a la adquisición de nuevas prácticas de manejo y modernización tecnológica de los establecimientos. Existen ya instrumentos a nivel nacional y provincial que pueden acercarse para lograr esta meta. De igual modo, se deberá diseñar un programa de capacitación dirigido a profesionales del sector y a productores que contemple las adecuaciones de la mano de obra a las nuevas tecnologías.

Formalizar el sector de productos de cosmetología: existe un sector derivado de la ganadería bovina que es el cos- metológico que, sin embargo, forma parte de un mercado informal. Por lo general, los huesos y grasas de las car-

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nicerías se cargan a un camión sin ningún tipo de control, y las grasas son reutilizadas en un sector informal de la cosmetología. El sector debe formalizarse tanto por cuestiones de salubridad y control de los productos utilizados, como para formalizar a los empleados del sector.

3.3.8. Pesca

Descripción general y estructura del complejo

La pesca se caracteriza por ser una actividad productiva en la cual los recursos extraídos, de naturaleza renovable, son considerados de propiedad común, y su explotación se realiza mediante el otorgamiento de licencias o cuotas para las capturas (COFECYT, 2008).

La actividad pesquera se divide en marítima y fluvial. La primera es la más representativa tanto a nivel nacional como provincial, ya que comprende el 90% de las capturas. La pesca marítima, por su parte, se divide en dos tipos: la pesca costera y la pesca de altura. Para la primera (que, como su nombre lo indica, se realiza cerca de la costa), se utilizan embarcaciones con poca capacidad de carga y sin equipamiento de frío. Por lo general, la producción obtenida se destina al consumo en fresco en el mercado interno. La segunda se realiza mar adentro, en barcos con mayor capacidad de carga y con bodegas refrigeradas para almacenar las capturas. Las empresas generalmente tienen instalaciones industriales en los puertos, que se utilizan como base de operaciones. Dentro de la Provincia, existen estaciones de piscicultura, principalmente para producción y venta de peces de agua dulce, como la del pejerrey en Chascomús. Asimismo, existe en ríos y lagunas una pesca de índole deportiva más que productiva. El Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, en su Cuaderno de Economía N° 70 (2005), destaca el tipo de fondo del litoral marítimo bonaerense, que lo hace propicio para el desarrollo de la actividad pesquera. Se identifica como un complejo expuesto a las condiciones de los mercados internacionales.

El proceso de la actividad pesquera requiere de tres etapas definidas: la captura, el procesamiento y la comerciali- zación. En el siguiente esquema obtenido de UIA (2008), se resume la cadena productiva pesquera con las etapas de captura, procesamiento y comercialización:

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