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Descripción de la metodología empleada A continuación se sustentan los fundamentos metodológicos que soportan la investigación debido a la importancia en la

2. Referentes Metodológicos

2.2 Descripción de la metodología empleada A continuación se sustentan los fundamentos metodológicos que soportan la investigación debido a la importancia en la

formulación y argumentación de los resultados que se socializarán más adelante, a través de los siguientes enunciados: Enfoque Epistemológico, Metodología, Método y Escenario de la Investigación.

Teniendo en cuenta lo anterior, la postura epistemológica que se implementará para la orientación de la sistematización de la Experiencia Ciudadana Juvenil Asojorio, en lo concerniente a las buenas prácticas utilizadas para mejorar las condiciones de vida en el territorio, es la postura crítico social, puesto que “centra su interés en el cambio y la trasformación social y abre las interrelaciones de actores a la interactividad entre ellos y el medio social y político” (Gutiérrez, 2014, p. 12).

Así mismo, “el pensamiento crítico puede ser visto como un desafío a las relaciones de poder resultantes entre los científicos, los que tienen el poder y los otros, así como una búsqueda

de alternativas más significativas a las visiones dominantes convencionales de conocer y vivir en el mundo de hoy. En el corazón del pensamiento crítico está la creencia en las posibilidades y en la necesidad de construir futuros alternativos y mejores” (Cebotarev 2003, Pág. 4). De acuerdo a esta postura, en el trabajo de investigación se aplicará una metodología cualitativa, participativa, dialógica y transformativa puesto que parte como una construcción de aprendizajes, que se requiere de un entendimiento de la experiencia de la comunidad juvenil Asojorio.

El método de investigación propuesto es la sistematización que es un proceso de investigación participativa del accionar social, originaria de América Latina, “y que algunos colectivos la están aplicando desde la década de los ochenta (80), tanto para realizar estudios en el área de movimientos sociales y acción colectiva como en otras áreas” (Verger, 2002, p.1); por ello la sistematización es considerada un proceso investigativo cercano a la teoría y a la práctica de la educación popular.

Esta corriente metodológica nace a inicios de los ochenta (80) en un contexto de conflictos socioeconómicos en varios territorios Latinoamericanos, conocido como la “década perdida de América Latina y en el que el paradigma de la educación para el desarrollo desde la perspectiva de la teoría del capital humano estaba demostrando sus carencias (Verger, 2002, p.2). Es así como en esta misma década, educadores populares inician procesos de sistematización de experiencias a proyectos de educación popular en los que se desenvolvían, para luego extrapolar esta propuesta a otros ámbitos. Cendales indica que,

Toda sistematización, como modalidad colectiva de producción de sentidos, es siempre una experiencia inédita, dado que lo que se pone en juego no son un conjunto de procedimientos y técnicas estandarizadas, sino las vivencias, sueños, visiones y opciones de individuos y grupos que la asumen como posibilidad de auto comprensión y transformación. (2013, p.1)

Lo que se busca con este modelo metodológico es entonces analizar y reflexionar sobre las vivencias, proyecciones de una experiencia que le apuesta a la transformación. Sistematizar un proceso y más de comunicación ciudadana, es una práctica investigativa con identidad propia, que va más allá de la revisión y análisis de información. Y esto es lo que se pretende con esta metodología, recuperar los saberes y significados de la experiencia de Asojorio para fortalecer sus propias prácticas.

Según Verger (2002, p.3), las organizaciones pioneras en este planteamiento son el Centro de Estudios del Tercero Mundo de México –CEESTEM; el Centro de Estudios de la Educación –CIDE; la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –FLACSO; la Red ALFORJA (Centroamérica) quien en noviembre de 1982, realizó el primer taller regional de sistematización y creatividad; el Centro Latinoamericano de Trabajo Social, Perú –CELATS y el Consejo de Educación de Adultos de América Latina –CEAAL, quien en 1987, impulsó un Programa de Sistematización en el que ofreció formación, asesoramiento y otras formas de apoyo a iniciativas de sistematización.

Ghiso (2011, p.5), docente investigador, colaborador del programa de sistematización del CEAAL, afirma que “a mediados de la década de los noventa, la sistematización ingresa a las Universidades como una opción frente a los debates por aclarar los fundamentos pedagógicos, epistemológicos y políticos de la Educación Popular; ingreso que, además, está influido por la reorganización del área social y económica en un marco globalizado, lo cual exige cambios de pensamiento en los sujetos”.

Jara (1994, p.71), educador popular, sociólogo y director general del centro de estudios y publicaciones Alforja y coordinador del Programa Latinoamericano de Apoyo a la Sistematización del CEAAL, señala que “la sistematización de experiencias desde la educación popular, significó uno de los instrumentos privilegiados de cuestionamiento y de búsqueda alternativa a esos métodos, que dominaban el campo de la investigación y evaluación educativa”. Recapitulando, durante los años setenta (70) y ochenta (80) en Latinoamérica el interés por sistematizar nace y se sostiene. Hubo seis enfoques innovadores que relacionaron lo teórico con lo práctico y pretendían determinar, desde el contexto, la interpretación y los escenarios de injerencia en la práctica social. Estas son:

a. El trabajo social re-conceptualizado. b. La educación de adultos.

c. La educación popular. d. La teología de la liberación. e. La teoría de la dependencia.

f. La Investigación Acción Participativa.

Estas seis corrientes se retroalimentan y confluyen entre sí, al punto que muchas veces algunas se entrelazan, generando ocasionalmente confusión para los investigadores. Es por esto

que, siendo la sistematización de experiencias un concepto y una propuesta arraigada en historias y vivencias propias, debe asumirse partiendo de este desafío.

La propuesta de sistematizar experiencias, a pesar que desde hace décadas está siendo teorizada y puesta en práctica en Latinoamérica (a diferencia de otro tipo de propuestas de investigación participativa), es poco conocida entre los investigadores sociales de nuestro contexto (Verger, 2002, p.1).

Dentro del proceso de sistematización que se plantea en esta investigación se proponen las siguientes fases, que corresponden con los objetivos planteados (y a su vez con la apuesta de Jara, 1994, p.91):

Tabla 1.

Objetivos planteados y fases

Objetivos Fases Herramientas

Caracterizar el contexto histórico en que ha tenido lugar la experiencia de comunicación ciudadana juvenil: "Asociación Jóvenes por Rionegro – Asojorio" en Puerto Rico, Caquetá; desde 2012 hasta 2017. Punto de partida* Recolección de información -Revisión documental (archivo histórico de la experiencia). -Diagnóstico participativo realizado a partir del taller de cartografía social. Identificar las prácticas de

comunicación de la experiencia juvenil "Asociación Jóvenes por Rionegro – Asojorio" Puerto Rico, Caquetá.

Recuperación del proceso vivido* Identificación y análisis de prácticas comunicativas. -Taller de la memoria. -Historias de vida.

Reconocer y analizar los aprendizajes, fortalezas y debilidades del proceso de participación de los jóvenes en esta experiencia de comunicación, así como su incidencia en los procesos de desarrollo y cambio social de la región.

Interpretación crítica*

Análisis, síntesis e interpretación crítica del proceso

-DOFA

Objetivos Fases Herramientas

sistematización, de tal manera que permitan proponer alternativas para el fortalecimiento de la experiencia juvenil y la región. de aprendizajes* aprendidas. Socialización de resultados. socialización y retroalimentación de los resultados. Fuente: Jara, 1994.

Capítulo III. Imagen Colectiva del Territorio (Punto de Partida)

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