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L A DESTREZA PRODUCTIVA ORAL – HABLAR – Y LA DESTREZA INTERACTIVA ORAL – CONVERSAR –

In document Mejora de las competencias comunicativas (página 122-129)

Ana M Rico-Martín María José Molina-García

2. H ABLAR Y CONVERSAR

2.1. L A DESTREZA PRODUCTIVA ORAL – HABLAR – Y LA DESTREZA INTERACTIVA ORAL – CONVERSAR –

Al igual que afirmábamos en la destreza receptiva escuchar, el aspecto productivo de la lengua oral, esto es, la expresión oral, es un pilar fundamental en el desarrollo del individuo en sociedad, tanto desde el punto de vista de la cotidianeidad, pues es la base de nuestra relación con los demás hasta el punto de que, cuan- do queremos indicar nuestro deseo de no tener contacto con alguien o de manifestarle nuestra animadver- sión, le «retiramos la palabra»; como también desde la perspectiva de la expresión pública, abierta y libre de manifestar opiniones, posturas y puntos de vista ante un tema o aspecto; y, asimismo, como elemento clave en la participación institucional de nuestros representantes, desde diferentes ámbitos, en foros locales, nacio- nales e internacionales. Es decir, podemos afirmar, como lo hace Núñez Delgado (2008), que la vida actual exige un alto grado de comunicación oral a distintos niveles (simultaneables y/o coetáneos), puesto que no saber hablar de forma coherente, clara, con cierta corrección e incluso con algo de expresividad, limita seria- mente nuestras posibilidades profesionales y aptitudes personales. Y, sin embargo, es un sentir generalizado entre los docentes de cualquier etapa educativa que cada vez hablamos menos y peor… ¿Qué ocurre? A pesar de que, por un lado, la presencia y dedicación a la expresión oral en los marcos legales educativos ha ido creciendo y consolidándose cada vez más, al concebirla como claro objetivo para asegurar una correc-

ta inserción del alumno en su entorno sociocultural, resaltando así la importancia del lenguaje en la comuni- cación y en la adquisición/divulgación de conocimiento y, por otro, aunque el uso lingüístico oral en el aula es la vía principal de transmisión de conocimiento, lo cierto es que este sigue teniendo una utilización muy restringida y encaminada solo a cubrir ciertas situaciones académicas o curriculares. Ello es debido quizá a partir de premisas erróneas sobre las que nos advierte González Las (2008)1:

• Los niños acuden al colegio, sobre todo en Educación Primaria, con la adquisición de este código y, por tanto, es poco lo que puede enseñárseles; pero atención, eso no significa que sepan utilizarlo.

• Suele decirse que la lengua hablada es espontánea, poco rigurosa y, a veces, llena de errores, mientras que la escrita es refinada, formal y cuidada; esto no es del todo cierto ya que, en realidad, se trata de dos variaciones de la realización discursiva en códigos diferentes, que obedecen a situaciones de uso y funciones distintas.

• También es habitual atribuirle dos características: la ley del menor esfuerzo y la expresividad; es cierta la segunda, pero respecto a la primera hay que disentir ya que muchos sujetos presentan producciones orales de alta calidad en función de su competencia personal, la situación, el contexto o el tipo de dis- curso.

• Se afirma que la escritura nació para representar lo oral, como mera transcripción; esto es también insostenible ya que se complementan e influyen mutuamente. Consecuentemente, el tratamiento meto- dológico ha de ser distinto, sin priorizar el uno sobre el otro.

1 Englobamos en el término oral, no solo a la lengua hablada (la que se utiliza de forma espontánea con un registro coloquial), sino también a

Si nos centramos en los ámbitos fuera del entorno estrictamente familiar, la aplicación social de los discursos orales de un individuo, exige cierto grado de formalidad y planificación. González Cantos (2007) establece la siguiente clasificación:

• Institucionales, ya sean académicos (dentro del propio centro escolar) o no académicos (centros oficia- les y públicos).

• Comerciales.

• Asociativos (asociaciones escolares, deportivas…).

• Profesionales (en su propio centro de trabajo o para acceder a uno, como en el caso de entrevistas, con- sultas, etc.).

• Personales con iguales o no; con o sin medios técnicos. • Ocio (privados o públicos).

• Culturales.

• Medios de comunicación.

Ello se traduce en que este individuo debe tener cierto dominio en capacidades cognitivas como atención, concentración, análisis/síntesis, flexibilidad de pensamiento, asimilación o afrontamiento de varias perspec- tivas, memoria, adecuación a características socioculturales dentro de la comunicación, destreza en decodi- ficar el lenguaje gestual, etc. También deberá activar ciertas capacidades actitudinales o emocionales, como controlar la impulsividad, mostrar interés por los demás y respetar sus ideas tanto si son afines o no, aban-

donar posturas egocéntricas, manifestar empatía, saber tomar la palabra en el momento adecuado o ceder- la cuando sea necesario, así como controlar el tono, timbre e intensidad utilizados en la voz. Y, por supues- to, exigirá asimismo, al ser una competencia lingüística, ciertas competencias como tener un nivel de cono- cimiento del vocabulario y los recursos sintácticos y textuales de la lengua, conciencia y control del signifi- cado de las palabras y expresiones, destreza en la percepción y producción correctas de unidades de soni- do (fonemas, palabras…) y en los códigos paratextuales, etc.

Por ende, los expertos coinciden en que, cuando hablamos, ponemos en práctica también diversas micro- habilidades o estrategias comunicativas que nos ayudan a planificar y organizar la información que queremos emitir y para saber seleccionar la forma más adecuada de hacerlo (interlocutores, tema, situación, contexto, etc.), con el fin de que la comunicación se produzca con cierta eficacia. Presentamos, en la siguiente tabla, las que resultan básicas para que sirvan como base en la orientación2:

2 Para ampliar esta información, desglosarla y detallarla más, recomendamos que el lector visite www.slideshare.net/.../expresin-oral-3359162

donde hallará propuestas didácticas diversas y variadas de docentes de distintas etapas educativas, incluida la universitaria, y pautas meto- dológicas a propósito de este tema con enlaces que irán profundizando en esta búsqueda.

Prado Aragonés, J. (2004), cuya referencia bibliográfica aparece al término de este capítulo, propone diferentes tipos de actividades para ser llevadas a cabo en el aula, clasificadas en las fases que figuran en la tabla que hemos expuesto.

Tabla 1. Microhabilidades de la expresión oral (hablar y conversar).

En cuanto a la tipología de textos orales, según Núñez Delgado (2008) hay mucho que mejorar y profundi- zar puesto que la mayoría de ellas se basan en el número de participantes en la interacción, más que en las funciones o en los ámbitos de uso. Así, y atendiendo al primer criterio, se habla de modalidades monoges- tionadas o singulares, bipersonales o dialogadas y pluripersonales o plurigestionadas.

Exponemos, seguidamente, un esquema básico de estas principales modalidades de interacción oral, basán- donos en el trabajo de recogida realizado por González Las (1999):

a) La conversación • Estructura:

± Apertura (fórmulas de saludo).

± Cuerpo de la interacción.

± Cierre (a veces no cerrado…).

• Rige el «principio de cooperación» (adecuación):

± De cantidad: información necesaria.

± De cualidad: información verdadera.

± De relación: ceñirse al tema.

± De manera: no ambigüedad, breve y ordenado. b) La discusión

c) El debate

• Características:

± Tema determinado con anterioridad.

± Intervinientes, son especialistas en el tema con diferentes puntos de vista (a veces contrapues- tos).

± Moderador (presenta, es neutral, controla turnos, orienta el debate, evita disgresiones, sínte- sis…).

d) La tertulia

• Encuentro en lugar determinado y con periodicidad establecida (entre el debate y la conversación). e) El coloquio

• Interacción entre un especialista y un auditorio (al final de una conferencia, película…). • Las preguntas del auditorio han de ceñirse al tema y ser breves, precisas y relacionadas. • Moderador (inicia, orden intervención, retira palabra, finaliza coloquio).

f) La entrevista

• Discurso bipersonal (medios de comunicación). • El profesional no ha de opinar o enjuiciar. • Tipos:

± Profesional:

Orientadoras: conocer intereses y aptitudes para ayudar y orientar.

De trabajo: para seleccionar personal.

± Terapéutica. g) La conferencia

• Discurso individual, autogestionado. • Características:

± Amena.

± No debe ser leída aunque es lícito llevar esquema.

± A veces se acompaña de medios audiovisuales de apoyo.

± Al final de la sesión puede establecerse un coloquio. h) El mitin

• Discusión de asuntos políticos o sociales en una reunión.

• Se incluyen secuencias expositivas y argumentativas, aunque también narrativas y descriptivas.

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