• No se han encontrado resultados

1.4. EL BMX, COMO MANIFESTACIÓN SUB-CULTURAL

1.4.2 DILEMA ENTRE LO PROFESIONAL Y LA

Es claro, que tanto la rebeldía, como la invitación a la identificación, e incluso los esfuerzos por mantenerse privadas terminan involucrando a las subculturas en conductas de consumo propias, y de pronto más abiertas que la contracultura, en el sentido de que no centran su discurso en el anti-consumismo, sino que expresan una mayor predilección por determinadas marcas y productos, haciendo especialmente evidentes figuras de mercadeo como las “love marks”.

Un simple ejemplo de cómo la rebeldía de estos grupos sociales impulsa en gran medida al mercado fue la aparición y el rotundo éxito de empresas de calzado como Vans y Airwalk, entre practicantes del BMX y el Skate a principios de los años 80’s. Estas empresas aprovecharon esa idea de rebeldía en contra del imaginario de Nike el cual representaba todo lo malo del capitalismo (maquilación explotación laboral, moda), para vender millones de unidades entre estos grupos de jóvenes29.

Esta idea de rebeldía también se ha dado alrededor de otras marcas en el BMX. Para muchos practicantes del deporte es común asociar algunas marcas con algo malo, no por la calidad de sus productos sino aparentemente todo lo contrario, pues al volverse muy popular la marca para los riders, esta pierde cierto un sentido de exclusividad.

De lo anterior, en foros de Internet y blogs, han salido términos como “trendwhore”30 el cual hace alusión a las personas que usan marcas que se han vuelto muy populares31, usan ropa de cierto tipo o que incluso, usan ciertos colores en sus bicicletas que están de moda,32 haciendo que se renueve constantemente lo que está bien y no lo está, en términos de moda, productos, y hasta la música, pues al igual que otros grupos juveniles, si una canción o grupo se vuelve muy popular ya no va a ser tan “cool”.

A pesar de esto, el ideal de seguir siendo exclusivo, contrasta con los esfuerzos del mismo deporte por hacerse un lugar en los medios.

Según Mariana Pajón, uno de los principales problemas del BMX en el país “es el imaginario que se tiene de este como deporte extremo y no como deporte de alto       

29

 Heath, Joseph, Potter, Andrew (2005) Rebelarse vende, el negocio de la contracultura. Bogota, Aguliar‐  Altea. pag 15 . 

30

Su traducción literal es “puta de tendencias”. En Colombia, entre el grupo de estos jóvenes el termino  más apropiado es  “casposo”.  

31

  Kona  haters  (2011)  [en  línea] http://www.pinkbike.com/forum/listcomments/?threadid=110156.  Recuperado el 20 de marzo de 2011.  

32

Trend  Hating,  (2011)  [en  línea] http://www.pinkbike.com/forum/listcomments/?threadid=19660.  Recuperado el 20 de marzo de 2011. 

rendimiento”33. Sin embargo, incluso dentro del mismo deporte existe una ruptura en la que por un lado está el BMX race como disciplina profesional, avalada por Coldeportes, y por el otro, el resto de modalidades que se desarrollan en un ambiente informal.

En el caso del BMX race el problema consiste en reivindicarlo ante los medios, las empresas privadas y el público, pero en el caso de las otras modalidades parece haber una dicotomía interna entre la búsqueda de volverse público o el ideal de mantenerse como algo privado, exclusivo del grupo juvenil.

Para Hedbige, (2004,79), el hecho de estar en tal encrucijada con respecto a su identidad, más que cuestionar al deporte como una subcultura, lo reafirma, argumentando que toda subcultura pasa por este tipo de contradicciones internas.

En el caso de la búsqueda por volverse público se pueden ver esfuerzos de algunos jóvenes, por crear espacios formales de práctica, como sucedió con el parque de Dirt Jump en Bolivia al occidente de Bogotá, el cual fue producto de jóvenes del sector quienes además de gestionar los permisos con la alcaldía local, se constituyeron como club deportivo, crearon proyectos de carnetización para ingreso al parque, además de una escuela para principiantes.34

Este mismo grupo de jóvenes, antes de la creación del parque también hizo parte de una iniciativa para arreglar la pista de BMX race del parque San Andrés, la cual queda a unas cuantas cuadras del parque Bolivia. La pista estuvo fuera de servicio durante años y cuando la arreglaron, se les prohibió el ingreso, por usar bicicletas de rin 26 y por no pertenecer a un club avalado por la Federación de Ciclismo. Dicha prohibición influyó en la creación del parque de Bolivia.

       33

Pajón M (2011, 28 de marzo), entrevistada por Zorro, G., Bogotá. 

34

Otros logros por crear espacios formales de práctica para estos jóvenes incluyen la disposición de espacios exclusivos en la ciclo vía con apoyo de la alcaldía en el Parque Nacional y en la Carrera novena con 116.

Proyecto de construcción del Bike Park Bolivia tomado de la galería fotográfica del grupo en Facebook “Dirt park Bolivia, Bogotá”.

Diseño preeliminar del Bike Park Bolivia. tomado de la galería fotográfica del grupo en Facebook “Dirt park Bolivia, Bogotá”.

Fotografía de carrera inaugural de la nueva pista de San Andrés, al norte del centro comercial Unicentro del Occidente. tomado de la galería fotográfica del grupo en Facebook “Pista de bicicross del parque San Andrés, solicitamos urgente el arreglo”.

Logotipo y logo símbolo de Western Riders, el grupo conformado por los jóvenes que construyeron el Dirt Park de Bolivia. Creado por Diego Russi.

A pesar de esto, es también común ver esfuerzos por mantenerse privados, no sólo por medio del estilo y conductas particulares (rebeldes) en la música y la moda entre otros, sino también a través de métodos como los antes mencionados en los que los jóvenes usan términos como “trendwhore”, y “casposo”, para encasillar a lo popular e irse renovando continuamente.

Ahora, si se tiene en cuenta que los practicantes del BMX no sólo dotan de ese tipo de significados a la indumentaria (ropa, calzado, las bicicletas y la protección que usan), sino también lo relacionan profundamente con su música, las revistas que leen, los programas que ven y los lideres que siguen entre muchas otras cosas, podemos asociar al deporte del BMX como manifestación subcultural propia de nichos específicos, a algo tan masivo como las Industrias Culturales.

El BMX y los demás deportes alternativos se vuelven de hecho industrias tan grandes que con tan solo buscar en Internet la definición del deporte, en la primera página, aparecen

referenciadas casi una treintena de marcas que se dedican sólo a vender cuadros35 de bicicletas,36 de las cuales muchas se especializan en diferentes modalidades, y a su vez, se encuentran asociadas a otro gran número de marcas (propias y ajenas al BMX) a través de patrocinios compartidos con atletas y equipos alrededor del mundo.

El problema consiste en deducir cómo el BMX, con todas sus variantes al ser un modelo importado puede entenderse como una industria rentable en el contexto colombiano, eso si, se empieza a ver en la agenda pública como una inversión mas que un gasto y las empresas privadas logran comprometerse con más que ocasionales patrocinios sin estrategias de publicidad y mercadeo concretas.

Documento similar