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Con base en la triangulación teórica que desde la psicología social, la sociología de consumo y la antropología del consumo, se logró evidenciar que dichas dimensiones aportaron para reconocer la forma en que se ha construido el sentido y significado de la identidad en mujeres transgeneristas en la ciudad de Bogotá con respecto a las prácticas de consumo de procedimientos estéticos y cirugías estéticas.

A partir de la construcción de identidad, es importante reconocer el proceso que una persona transgeneristas realiza para alcanzar la misma, pues inicialmente se adopta una acción de identidad personal, aquella que se crea a partir de cualidades distintivas y que son reconocidas por sí misma como por los demás, estas hacen que se caracterice como un ser único y particular. Dichas cualidades serán el resultado de un proceso, que se desarrolla a lo largo del ciclo vital, en la medida que el sujeto es capaz de identificarse y diferenciarse de los otros (Vergara, 2011).

Con base en lo anterior, la identidad personal requiere que se distinga la igualdad con los otros de la especie y la diferencia con los mismos. Es así como se empieza a reconocer desde las historias de vida de los participantes, la importancia del yo relacional en cuanto a la construcción de identidad, y es así como: “…en el tiempo en que estaba en la

universidad se realizó la semana por la diversidad y recuerdo que asistí a una actividad llamaba “tardes de cine”, allí pasaron documentales sobre temas de transgénero y fue donde me identifiqué con algunos de los

casos expuestos, entendí que nunca fui un chico gay, sino que siempre fui una mujer transexual”. De la misma manera, “…mis compañeros de colegio pues se estaban volviendo hombres, empezaron a adquirir rasgos masculinos como el cambio en su voz y la barba, y dentro de mí pensaba “Dios mío yo me voy a volver esto?, yo no quiero ser así”, en ese momento tenía muy interiorizado que no era como ellos, sentía que era una niña”.

A partir de lo anterior se pudo comprender, que en el proceso de la construcción de identidad primero se identifican con el género femenino y que dicho sentir las hace ser parte de las personas transgénero, dándole paso a su identidad social, que se construye a partir de las experiencias con grupos con los que comparten gustos, afinidades y en los que se encuentra un apoyo mutuo y se reafirman sus acciones. Sin embargo, aquella capacidad de interrelacionarse también se debe a los cambios que se realizan con el fin de ser aceptados socialmente, los participantes manifiestan la mejoría de sus relaciones vividas y a la aceptación que han tenido con la construcción de su identidad, al respecto: “… lo que más me ha gustado de todo esto, es que mi relación conmigo misma ha cambiado, me ha dado más seguridad, me siento más bonita y me da más confianza al interrelacionarme con las demás personas”; así mismo en“ mi familia, como ya lo ven a una construida lo aceptan mejor, ya no lo

De cierta forma, cuando se cumplen con los estándares de belleza interiorizados dentro de un grupo social, significativamente la seguridad y confianza incrementa frente a las relaciones vividas en espacios familiares, laborales y de esparcimiento. La permanente interacción del sujeto con su medio genera desequilibrios que inevitablemente presionan al sujeto por generar cambios en su estructura o crear nuevas, para poder lograr reequilibraciones que le otorguen el sentido de estabilidad, aunque sea momentáneamente (Vergara, 2011), a partir de esta situación, se da pie para el desarrollo de actividades que permitirán identificar aspectos en su yo y que generarán una serie de cambios a nivel del pensamiento, de la construcción de ideologías y la percepción de su propio cuerpo, llevándolo a un consumismo inadecuado e inexplicable. (Pedraza y Osorio, 2014).

En línea con lo anterior, de cierta forma la influencia de personas cercanas hacen que se reafirmen sentimientos y así mismo se forman actitudes compatibles con el círculo social al que se quiere pertenecer, al respecto: “conocí a << P.P>>, ella era bisexual, y de un momento a otro

las cosas empezaron a surgir, con ella las cosas fueron diferentes pues me hacía comentarios como: “usted tiene cuerpo de niña, usted parece una vieja… yo juraba que usted era gay”. Después de un tiempo ella empezó a vestirme de mujer, recuerdo que fuimos a una fiesta de Halloween y yo iba disfrazada de mujer y ella de hombre, fue divertido porque causamos sensación en el lugar y hasta nos ganamos uno de los primeros puestos (risas). Desde ese día noté que algunas personas

tomaron una actitud amable conmigo, realmente sentí que impacté positivamente y fue cuando decidimos con << P.P>> a seguir saliendo a discotecas de personas LGBTI pero de solo mujeres (…) pero considero que fue una relación que me enriqueció muchísimo, fue una persona que me ayudó a descubrir esa fase de mí y sentí que la vida empezó a ser más interesante”

Del mismo modo, en esta investigación se logró identificar un aspecto importante en la toma de decisión de las participantes, teniendo en cuenta la percepción corporal y el espacio vivido, desde la consciencia propia de estas, es así como en lo relacionado a los motivos que las llevaron a practicarse algún procedimiento y/o cirugías estética como lo es la inconformidad con su imagen corporal, en este sentido se destaca que “… de cierta forma yo no me sentía niño, tenía que vestirme como tal pero yo nunca quise ese cuerpo, desde que me acuerdo siempre era insatisfecho con el cuerpo que tenía porque no lo consideraba de hombre”.

Otra apreciación relacionada es:

“mi cuerpo siempre ha sido muy delgado y me llevaban al médico para subir de peso, pero nunca fue así. Yo me sentía una niña, no me hallaba de niño porque primero era muy delgado, era muy blanco y mi físico siempre ha estado por debajo de lo comparado con un hombre promedio”

A partir de las anteriores afirmaciones narradas por las participantes, se confirma que por medio de dichas prácticas de consumo, este tipo de población puede lograr su ideal de belleza corporal, lo que va en línea con Herrera y Pulgarín (2013), quienes señalan que las personas que se sienten y conciben como pertenecientes al sexo opuesto y que optan por una intervención médica, hormonal ó quirúrgica, lo hacen para adecuar física y biológica a su realidad psíquica, espiritual y social.

En dicha construcción de identidad, los estereotipos dan la pauta para seguir idealizando ese constructo corporal que se desea alcanzar, en otras palabras son los referentes o modelos de socialización secundarios a quienes se quiere ser similar tanto física como conductualmente, por ejemplo actores, modelos, e incluso referencias transgeneristas; dicha situación no es ajena en las mujeres trans participantes, quienes refieren en sus historias de vida lo siguiente:

“…mis referentes estéticos para vestirme y comportarme en ese tiempo eran las modelos de Victoria Secret, fui fanática de ellas, también de modelos como Tyra Banks, Karolína Kurková, Heidi Klum, pero también había referentes trans como Patricia Araujo, una brasilera muy muy bella; de igual manera actrices como Angelina Jolie por su pelo negro y su piel blanca similar a mis rasgos”

Por otra parte, un aspecto fundamental en la toma de este tipo de decisiones es la relacionada con los centros estéticos en los que se llevan a cabo cientos de procedimientos que “mejoran” la apariencia corporal de

las personas. Es por eso que cada vez más este tipo de negocios ofrecen diversidad de intervenciones, calidad en el servicio prestado, profesionales especializados y con amplia experiencia, como también instalaciones de lujo muy confortables para que su imagen sea positiva ante los ojos de quien desea mejorar su aspecto físico, con base en lo anterior,

“El consultorio tenía unas instalaciones muy confortables y pulcras; cuando estaba en mi habitación no sentía frío, no sentía temor y las enfermeras fueron muy amables desde que llegué, el trato siempre fue como <<IS>> y se dirigían a mí con mucho respeto, me encantó … incluso al cuarto día tuve que ir de urgencias al consultorio, la verdad creí que un sábado a las 6 de la mañana no me iban a atender, pero allí estaban disponibles, el doctor me hizo una limpieza y la atención fue oportuna; por esa razón no tengo queja alguna”

Con las vivencias de las participantes se pudieron identificar los aspectos fundamentales que han sido parte de la construcción del sentido y significado de la identidad, encontrándose que el desarrollo de esa construcción se basa en las relaciones interpersonales de las mujeres trans, puesto que es la forma de reafirmar su sentir frente a la identidad de género que han percibido desde su niñez y que en las siguientes etapas de vida experimentan aún más ese rol de mujer transgénero, el cual desean ver reflejado también en su aspecto físico y conductual, basados en prototipos de belleza que el mercado impone en la publicidad,

pasarelas de moda, actrices de televisión y cine reconocidos ó como bien lo plantea Lipovetsky (1986) los medios de comunicación y publicidad se conviertan en modelos a seguir, ya que lo expuesto por estas instituciones son expresiones simbólicas, figuras de la perfección y la felicidad.

Esta investigación promueve el pensar que existan muchos géneros más que el femenino y el masculino. De cierta forma, esta concepción del género como dual no tendría más base que lo estipulado en el ámbito cultural, donde la sociedad se mantendría a sí misma con una concepción del género y del cuerpo como naturales y binominales. Sin embargo, los géneros y los cuerpos serían muchos, siendo ejemplo de ello el cuerpo transgénero (Noseda, 2012). Esta concepción de género ha llevado en muchas ocasiones a la discriminación familiar, social e incluso laboral, y por tal motivo personas transgénero que no poseen recursos suficientes para poder acceder a intervenciones estéticas, se dedican a oficios informales, siendo este una forma en que son aceptadas en su rol femenino, al respecto es claro que “…en la comunidad Trans

somos muy pocas las que hemos podido estudiar en una universidad, el resto de mujeres ejercen la prostitución o trabajan en peluquerías. Conozco casos de muchas niñas que han tenido que salir de sus casas porque las familias no las aceptan y algunas vienen a Bogotá a ejercer la prostitución para poder asumir su identidad de mujer”.

Finalmente se puede concluir que el consumo de procedimientos y cirugías estéticas en mujeres transgeneristas se ha dado a partir de las

transformaciones culturales e interpersonales, que han llevado a la evolución de la identidad de género, al reconocimiento de sí mismo y el de ser parte de un grupo social con el que se interactúa y comenta las vivencias en relación a su proceso de tránsito; sin embargo, es preciso comprender que como lo señala Vergara (2011), la vivencia humana no sólo se remite a la experiencia con el mundo externo sino también, a la experiencia simbólica interna que cada sujeto va experimentando, en la medida que el sujeto posea la estructura biológica para desplegarla y también una experiencia con el medio, (…) Esto implica que el significado personal transcurre en el intercambio constante entre el sujeto y su entorno, siendo éste tanto físico como interpersonal.

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