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Diversidad y transformaciones de las familias en América Latina y El Caribe

III. LAS FAMILIAS DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

3.3 Diversidad y transformaciones de las familias en América Latina y El Caribe

Las familias son una realidad dinámica, en proceso, no estructuras inmutables, que se

transforman en el transcurso de las vidas de las personas, a través de las diferentes etapas del ciclo de vida, a través de la historia, según los contextos culturales, siendo afectadas por los cambios sociales, políticos, religiosos,económicos y culturales de las sociedades.

Como grupo, las familias están sujetas a variaciones en su composición y organización, que resultan tanto del protagonismo de sus propios miembros, como de su inserción económica, social y territorial. No se puede conceptualizar a los hogares y las familias como unidades cristalizadas

en el tiempo.

Existe una diversidad de arreglos familiares, formas de convivencia, estructuras domésticas y tipos de hogares. Hay gran heterogeneidad en términos de sus dinámicas, estructura y organización interna, en las maneras en que se originan, el tamaño que tienen y la especificidad

que asumen según: clases sociales, zona geográfica (urbana o rural), pertenencia étnica y/o racial, nivel educativo de sus miembros, etapa del ciclo de vida familiar y condiciones de pobreza y marginalidad. Estas dinámicas se relacionan, entre otros factores, con las transformaciones socioculturales y económicas del contexto latinoamericano y mundial, y con transformaciones más específicas, como la sexualidad, la procreación y la convivencia. En estrecho vinculo con lo anterior, con los cambios experimentados en las vidas en las mujeres en las últimas décadas. Entre las etapas del ciclo vida familiar que marcan una organización específica, se distinguen: 1) pareja joven sin hijos, 2) familia en etapa inicial, 3) familia en expansión, 4) familia en etapa de consolidación, 5) familia en etapa de salida y 6) pareja mayor sin hijos53.

Entre los cambios significativos en las familias y los hogares puede señalarse la reducción de su tamaño, las formas de constitución, su estructura y también su dinámica interna. Aparecen otros tipos de hogares como son las parejas sin hijos, hogares sin núcleo conyugal, el aumento de los hogares monoparentales, y en especial, los de jefatura femenina, así como los hogares compuestos en los cuales surgen nuevas relaciones no bien tipificadas y que aún no cuentan con denominaciones y registros adecuados (Arriagada, 2005). Fruto de segundas y terceras uniones, han surgido los hogares “reconstituidos”, que reúnen hijos de distintos matrimonios de cada uno de los cónyuges, los que tienen más de un sistema de relaciones de parentesco.

A su vez, los cambios experimentados en las vidas de las mujeres han afectado las dinámicas familiares y cuestionan los papeles tradicionalmente asignados a los hombres y las mujeres. Entre los cambios más relevantes puede mencionarse la irrupción masiva de las mujeres en el mercado laboral. No sólo da origen a nuevos tipos de familia -aquellas en que la esposa/madres sale al

53 La 1) Pareja joven sin hijos corresponde al núcleo conyugal biparental sin hijos en que la mujer tiene menos de 40 años de edad (independiente de si hay presencia o no de otros parientes y no parientes del jefe

de hogar). 2) Familia en etapa inicial: familia nuclear, extensa o compuesta con núcleo conyugal completo

o incompleto con uno o más hijos, los que tienen entre 0 y 5 años de edad. 3) Familia en expansión:

familia nuclear, extensa o compuesta con núcleo conyugal completo o incompleto con uno o más hijos, los que tienen entre 6 y 12 años de edad, o con dos o más hijos, en que el hijo menor tiene entre 0 y 5 años de

edad y el mayor entre 6 y 12 años de edad. 4)Familia en etapa de consolidación: familia nuclear, extensa

o compuesta con núcleo conyugal completo o incompleto con uno o más hijos, los cuales tienen entre 13 y

18 años de edad, o con dos o más hijos. 5) Familia en etapa de salida: familia nuclear, extensa o

compuesta con núcleo conyugal completo o incompleto con uno o más hijos, los cuales tienen entre 19 y 24 años de edad, o con dos o más hijos, en que el hijo menor tiene entre 19 y 24 años de edad y el mayor 25 o

más años de edad, o con uno o más hijos, los cuales tienen 25 o más años de edad. 6)Pareja mayor sin

hijos: corresponde al núcleo conyugal biparental sin hijos en que la mujer (normalmente la cónyuge, aunque puede ser el jefe de hogar) tiene 40 o más años de edad. (independiente si hay presencia o no de otros parientes y no parientes del jefe de hogar) (Aguirre, 2004).

mercado laboral y aquellas que no-, sino que ello puede tener consecuencias, más allá de cierta autonomía económica, al involucrar mayor autonomía en otros ámbitos. Otros cambios que impactan la vida familiar son el aumento de los niveles educativos de las mujeres y su mayor participación política y social, entre otros. No obstante, la división del trabajo reproductivo ha permanecido casi intacta. Los varones sólo se han incorporado en lo relativo a la crianza de los hijos y aún de manera marginal. Además, no ha cambiado el discurso cultural acerca de las familias en términos del modelo “ideal” y persisten las concepciones inequitativas acerca de los géneros.

Cuadro 8: Cambios que afectan a las familias urbanas de América Latina y El Caribe

Las familias han sido afectadas por diversos fenómenos entre los cuales pueden mencionarse:

• La disminución de la tasa de fecundidad • el aumento de la esperanza de vida al nacer • la disminución de la mortalidad

• el aumento del embarazo adolescente

• la separación entre sexualidad y reproducción biológica ligado al uso de

anticonceptivos

• el aumento en la participación de las mujeres en el mercado de trabajo • el aumento del número de aportantes a los hogares,

• la leve postergación de la primera unión y aumento de la edad promedio al tener al primer hijo

• la formación de familias complejas derivadas de la extensión de la vida en

pareja lo que aumenta las posibilidades de rupturas

• el aumento del número de adultos mayores presentes en los hogares

• y la disminución del predominio de la familia nuclear biparental con hijos,

en que el hombre es proveedor y la mujer dueña de casa.

Hay una disminución del tamaño de las familias y hogares, ligada a disminución de la fecundidad y la disminución del número de hijos, y a otros fenómenos como la disminución de los hogares multigeneracionales, el aumento de los hogares unipersonales y el efecto de las migraciones (Arriagada, 2005; García y Oliveira, 2005). Todos estos cambios tienen consecuencias diferenciales para hombres y mujeres intra y extradomésticas. Por ejemplo, la disminución de la fecundidad tiene un efecto en la vida de las mujeres al interior del hogar en términos de la posible disminución de la carga de trabajo doméstico involucrada; así como fuera de él, en sus potenciales mayores posibilidades de inserción laboral, al tener menor número de hijos.

Estos cambios en la estructura, organización y funcionamiento de las familias se conectan con dimensiones de género, en tanto impactan de manera distinta a cada uno de los miembros, sean hombres o mujeres, sean niños o niñas, etc. Es decir, en todos estos aspectos intervienen

las relaciones de género, el poder entre los géneros, los modelos de feminidad y masculinidad, las formas culturales en que se define la maternidad y la paternidad, entre otros.

Lo relevante es que, independientemente de la diversidad de familias que existen, se mantiene la constante de presentar relaciones de género inequitativas. Las transformaciones no necesariamente se han orientado hacia la mayor igualdad y equidad entre los géneros, aunque en algunos aspectos hay avances importantes. De este que, las familias siguen siendo un espacio central para promover transformaciones hacia una mayor democratización de las relaciones, la que debe modificar el actual desbalance entre derechos y obligaciones de hombres y mujeres en el ámbito familiar.