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La política exterior de México, en materia de Derechos Humanos ha proba- do desde hace ya varios años ser uno que nos ha hecho dinamizar nuestra actuación en el exterior, desde el punto de vista de lo que hace Cancillería, desarrollar políticas que permitan ampliar el espectro de protección de los Derechos Humanos.

Se ha tenido una plena cooperación con el Sistema Internacional de los Derechos Humanos, y esto a partir de cinco características principales. En primer lugar, cumplir con las obligaciones del Estado Mexicano, en

materia de Derechos Humanos. México es parte de 47 instrumentos in-

ternacionales en materia de Derechos Humanos, entre ellos, los más importantes de la Organización de las Naciones Unidas, incluyendo sus respectivos protocolos facultativos en muy distintos ámbitos, así como los siete de la Organización de Estados Americanos incluyendo la Conven- ción Americana de Derechos Humanos. De igual manera, se reconoce la competencia de todos los órganos de supervisión o de su gran mayoría en funcionamiento, para recibir quejas y comunicaciones individuales y realizar investigaciones. Así, nuestro país informa regularmente sobre el cumplimiento de nuestras obligaciones, los avances, los retos, a los distin- tos órganos de supervisión de los tratados internacionales y respondemos a las observaciones y recomendaciones que estos formulan, llámese el Comité sobre Desaparición Forzada, el Comité sobre el Combate a la Tor- tura. Esa es la tarea que nos toca diariamente realizar.

En segundo lugar, se guía también por mantener una plena apertura al

escrutinio internacional. Desde 2001, México extendió una invitación,

abierta y permanente, a los mecanismos especializados de las Naciones Unidas y de la oea, así como otros órganos internacionales de Derechos Humanos, a fin de que visiten México, de que asistan a evaluar nuestro grado de cumplimiento con las obligaciones y emitir recomendaciones y distintas consideraciones para estas mejoras.

Desde marzo de 2001, se han recibido más de 30 visitas de mecanismos

internacionales, de las cuáles 14 ocurrieron desde diciembre de 2006 a la

fecha. De las visitas destacan, la de la Alta Comisionada de las Naciones

Unidas para los Derechos Humanos, que vino en 2008 y en 2011, o la del

Grupo de Trabajo sobre Desaparición Forzada de las Naciones Unidas, en

marzo de 2011. Es decir, parte de la labor en Cancillería es coordinar este

tipo de visitas, este tipo de misiones de distintos relatores y distintos co- mités, en distintas temáticas de los Derechos Humanos.

El tercer punto es fortalecer la presencia de México en los órganos inter- nacionales de Derechos Humanos. Por un lado, los dos puntos anteriores es qué se hace hacia los distintos órganos, con relación al cumplimiento de obligaciones, la responsabilidad de atender a sus compromisos en la materia. También hay mucho interés y acciones por fortalecer la presencia en estos órganos.

Así se promueven candidaturas estratégicas que han posibilitado la representación de México en los principales órganos internacionales de Derechos Humanos. Actualmente, ocho mexicanos son miembros de estos

mecanismos internacionales y, además, México fue electo con 135 votos

como miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Un cuarto elemento, que se desprende del anterior, es participar activa- mente en los procesos de construcción y modernización institucional de los mecanismos especializados del sistema internacional.

Cuando se creó el Consejo de Derechos Humanos, México fue electo como su primer presidente, el que se encargó de definir la arquitectura institu- cional del funcionamiento cotidiano del Consejo de Derechos Humanos. México fue ahí clave en la generación de consensos y acuerdos para que el consejo pudiera empezar a funcionar y ejercer su mandato.

En la oea, en el ámbito interamericano, existe un activismo muy particular con relación a lo que se llama el fortalecimiento del Sistema Interameri- cano de Derechos Humanos, que incluye mejorar el funcionamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mejorar la atención que da a los distintos casos en las distintas etapas, mejorar la comunicación con esta y demás. Y buscar la universalidad de la Convención Americana de Derechos Humanos. Estos son los temas en los que el activismo más se enfoca, en el ámbito de política exterior en el Sistema Interamericano.

El quinto punto es mantener un diálogo y coordinación activa con insti- tuciones federales y estatales del país. La Cancillería tiene una función importante en materia de política exterior, pero la sustancia de los te- mas depende mucho de las distintas dependencias del Gobierno Federal o los distintos gobiernos estatales, por lo que la coordinación con estos es fundamental. Hay reuniones, se habla con los distintos gobiernos de los estados sobre los distintos temas orientados al cumplimiento de las obligaciones en materia de Derechos Humanos. Eso, en lo que toca a la política exterior de México, grosso modo.

El Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el Sistema Interna- cional de los Derechos Humanos, es parte de un gran número de tratados en materia de Derechos Humanos. Los antecedentes del Sistema de Dere- chos Humanos, los más inmediatos se ubican en la Declaración Universal

sobre los Derechos Civiles del Hombre en 1948 y eso fue lo que empezó a

desarrollar el sistema como lo conocemos actualmente.

La Convención Americana crea la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ambas para la atención de casos en posibles vejaciones de Derechos Humanos.

Así se trabaja con la comisión, en la atención a casos donde los individuos u organizaciones de la sociedad civil se acercan, a fin de que sean atendi- das sus demandas. Por el otro lado, se da seguimiento a los casos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

En relación con la Corte, México ha estado involucrado en siete casos, de los cuales uno ya se decretó como cumplido definitivamente, en el caso Castañeda Goodman. Cinco sentencias se encuentran en proceso de cum- plimiento. Un elemento muy interesante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos es que tiene mecanismos propios para la supervisión del cumplimiento de sus sentencias y así es que el Estado tiene el deber de informar, periódicamente, cómo avanza en esta materia. Tenemos otras cinco sentencias que se encuentran en este proceso de cumplimiento. Es aquí donde entran las herramientas al alcance en materia de política

de Derechos Humanos. Por un lado el Artículo 1o. Constitucional y la con-

tradicción de tesis que resolvió la Suprema Corte hace unos meses, esa

es una primera herramienta. Tanto el artículo como la tesis de la Supre- ma Corte recuerdan que es el deber de todos los funcionarios del Estado Mexicano, promover y proteger los Derechos Humanos, con base en los distintos principios de progresividad, indivisibilidad, etcétera, y siempre enfocados a la mayor protección de las personas.

Ese es el punto de partida. En el caso de la Cancillería, también los prin-

cipios de política exterior del Artículo 89o. Constitucional, en donde tam-

bién la promoción de los Derechos Humanos es una de nuestras vías claras de acción.

Muy interesante es cómo interactúan nuestra legislación, la Constitución,

a la luz de la reforma de 2011, la contradicción de tesis de la Suprema

Corte de septiembre de 2013, y las sentencias, por ejemplo, de la Corte

Interamericana de Derechos Humanos.

Existe un verdadero diálogo jurisprudencial entre las distintas cortes, para buscar o identificar la mayor protección a las personas y esto, a su vez, ha permitido que el Sistema Mexicano de Derechos Humanos realmente se revolucione. Fue a partir del caso Radilla, en el que estamos en una montaña rusa de desarrollos en materia de Derechos Humanos, que nos tienen ahora en un momento muy interesante en la materia.

Existen herramientas políticas también, para cumplimiento de las obliga- ciones, en materia de Derechos Humanos; por supuesto, el Plan Nacional de Desarrollo para la Administración Pública es el punto de partida indis- pensable y también, el que está en proceso de desarrollo, el que será el Programa Nacional de Derechos Humanos.

En todos, la Cancillería tiene un papel muy importante que jugar hacia afuera en materia de cumplimiento, coordinación para el cumplimiento de obligaciones del Estado Mexicano en materia de Derechos Humanos y, hacia adentro, transmisión de estándares de buenas prácticas y de mejoras para el sistema mexicano, en materia de Derechos Humanos.

4. Responsabilidad del Estado