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TODA DOLENCIA ES DE NATURALEZA FUNCIONAL Y NO MICROBIANA 57 cubre una alteración funcional del organismo enfermo por mal régimen

In document La Medicina Natural Al Alcance de Todos (página 52-54)

Tengamos siempre presente que a 37 grados de calor en el cuerpo, no hay virulencia en ningún microbio, como se explicará.

TODA DOLENCIA ES DE NATURALEZA FUNCIONAL Y NO MICROBIANA 57 cubre una alteración funcional del organismo enfermo por mal régimen

de vida, busca en el régimen higiénico del individuo el remedio de sus ma- les, cualquiera que sea el nombre de su dolencia. Porque lo que da salud cura la enfermedad.

La vida orgánica es una función del cuerpo y éste es el órgano de aquella función. Cuando la función corporal se desarrolla sin tropiezos, normalmente, existe el estado de salud y, en caso contrario, la enfermedad o falta de salud con diversas manifestaciones.

La vida se desarrolla y mantiene por la incorporación a nuestro cuer- po de las energías y substancias necesarias a su economía y, además, por la oportuna eliminación de lo gastado, inservible o perjudicial.

Tenemos, entonces, que la vida orgánica descansa en la nutrición y eliminación. Siendo normales estas funciones, nuestro organismo estará sano y, a la inversa, en todo enfermo siempre existe una alteración, mayor o menor, de la nutrición en general y de la digestión en particular, acom- pañada de insuficiencia de las eliminaciones.

Por los pulmones y por la piel introducimos en nuestro cuerpo las subs- tancias y energías del ambiente que nos rodea, aire, luz, sol, magnetismo, electricidad y energías de todo género. Por el aparato digestivo incorpora- mos los elementos de la tierra, directamente en las frutas y vegetales que comemos, e indirectamente en los productos animales. Por estos mismos órganos de nutrición, más los ríñones, se efectúa la eliminación de los de- sechos de la actividad orgánica.

Nuestro organismo es análogo a un motor de combustión interna. Lo mismo que nuestro cuerpo, el motor de un automóvil está en salud cuando funciona bien, y enfermo, cuando funciona mal.

Para que este motor funcione normalmente es preciso que tenga buena nutrición con aire, gasolina y aceite adecuados. Además, precisa limpieza general y activa eliminación de los desechos, si es posible con escape libre. Por fin, es indispensable la refrigeración adecuada para evitar el recalen- tamiento y dilatación de los cilindros, lo que produciría su destrucción.

Esto mismo ocurre en el cuerpo humano. Para que exista salud es preciso nutrición con aire y alimentos adecuados, activas eliminaciones por la piel, ríñones e intestinos y finalmente refrigeración del interior del vien- tre, para así evitar las putrefacciones intestinales que a un mismo tiempo desnutren e intoxican al individuo, debilitando su fuerza vital y antici- pando su muerte. Según esto, los sistemas trofológicos que pretenden triunfar sobre las dolencias del hombre con simples regímenes alimenticios o dietéticos, están condenados a fracasar porque ignoran que la digestión requiere temperatura normal en el aparato digestivo para ser fuente de* sangre para y vida sana en el individuo.

Actividad eliminadora de la piel del enfermo y, especialmente, "refri- geración" interior de su vientre son condiciones indispensables para evi- tar putrefacciones intestinales, compañeras inseparables de toda dolencia y agentes mortíferos que jamás faltan en todo deceso.

Sabemos que un motor recalentado en su interior, dilatando sus cilin- dros produce la fricción que dificulta el trabajo de la máquina y la des- truye. De la misma manera la fiebre interna, que en grado variable es co- mún a todo enfermo, congestiona, debilita y destruye los órganos internos del cuerpo, al mismo tiempo que altera y dificulta las importantes funcio- nes de la piel y pulmones.

La nutrición normal no exige esfuerzos al organismo, lo que significa que tampoco se alteran las temperaturas del cuerpo que respira aire puro por los pulmones y por la piel y que ingiere alimentos naturales, como las frutas crudas y semillas de árboles. Esa nutrición proporciona al orga- nismo lo que necesita sin dejar impurezas en él y ella supone eliminacio- nes normales. De aquí que la salud, en último término, depende de la nu- trición.

La nutrición antinatural, inadecuada, exigiendo un excesivo y prolon- gado trabajo a los órganos correspondientes, es causa de fiebre interna, con desequilibrio térmico del cuerpo que favorece las putrefacciones intes- tinales, las que, junto con destruir impurifican la sangre del individuo, rebajando su energía vital y originando las diversas anormalidades que erróneamente se clasifican como males diversos.

La enfermedad, pues, cualquiera que sea su nombre o manifestación, siempre está constituida por alteración, mayor o menor, de las funciones de nutrición y eliminación, causada por fiebre interna del vientre.

Efecto del desarreglo funcional es el debilitamiento de la energía vital por desnutrición e intoxicación variable del individuo. La "debilidad" que caracteriza a los enfermos crónicos, revela al desnutrido e intoxicado.

Insistimos, en todo enfermo la digestión está más o menos alterada por fiebre interna, que origina fermentaciones pútridas que destruyen las pro- piedades nutritivas de los alimentos y producen substancias tóxicas que envenenan la sangre, en proporción variable.

Se comprende, entonces, que el punto de partida y el laboratorio que origina y mantiene toda dolencia siempre está en el vientre.

Antes de terminar este tema, llamaré la atención del lector al epígrafe que lo encabeza, donde el Dr. Arbuthnot Lan dice: "Libremos al cuerpo de sus toxinas y alimentémoslo correctamente y estará hecho el milagro de la salud".

Sin embargo, estas verdades fallan en la práctica si no se tiene en cuenta el factor temperatura, que es decisivo en la digestión. Para que la alimentación del hombre sea correcta es preciso que el proceso digestivo se realice a la temperatura de 37 grados centígrados, y como la vida civili- zada afiebra las entrañas, es necesario "refrigerar" constantemente el apa- rato digestivo para obtener una alimentación "correcta", fuente de sangre pura.

Por fin, no olvidemos esto: Respirando aire puro, con buenos digestio- nes y activas eliminaciones por la piel, ríñones e intestinos, nadie puede morir, salvo accidente, aunque viva entre microbios.

TODA DOLENCIA ES DE NATURALEZA FUNCIONAL Y NO MICROBIANA 59

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