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El debate sobre revitalización sindical: notas para la discusión

Existe relativo consenso en la literatura especializada en señalar que las mu- taciones políticas, socio-productivas y laborales producidas fundamentalmente en los años ‘90, han tenido entre sus principales efectos el debilitamiento de las organizaciones sindicales. Este proceso se observa tanto en la pérdida de poder de presión frente a empleadores y gobiernos, como en la menor capa- cidad de representación y movilización de colectivos de trabajadores cada vez más fragmentados y heterogéneos. La noción de revitalización sindical surge en este contexto para aludir a las acciones y estrategias llevadas adelante por los sindicatos para revertir esta situación y fortalecer sus estructuras. Ahora bien, los estudios desarrollados en el ámbito internacional, más precisamente en los países de capitalismo avanzado (Europa y Estados Unidos), utilizan la misma noción para referirse a procesos distintos. Detenernos sobre esta distinción resulta pertinente, en tanto los análisis concretos serán divergentes según sea la defi nición adoptada.

Una primera acepción del término, la más difundida quizás, es aquella restringida a las estrategias de carácter innovador llevadas adelante por los sindicatos, teniendo en mente las que fueron desplegadas principalmente en Estados Unidos e Inglaterra, y que dieron impulso a un nuevo sindicalismo, inspirado en los nuevos movimientos sociales. Entre estas estrategias se seña- lan, por ejemplo, la afi liación de nuevos miembros, el impulso de estructuras sindicales horizontales, la construcción de coaliciones con otras organizaciones, es decir, fórmulas que apuntan a construir un sindicalismo democrático con procesos de movilización participativos y articulados con movimientos sociales

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(Heery et al., 2003; Baccaro, et. al., 2003). Por otro lado, encontramos estudios que también recurren a la idea de revitalización para abordar el resurgimiento sindical contemporáneo pero con un sentido más amplio, refi riéndolo a las diversas estrategias (tanto innovadoras como tradicionales) que utilizan los sindicatos de diversos contextos nacionales para fortalecerse desde múltiples planos. Aquí, el listado de estrategias es naturalmente mucho más extenso: afi liación de nuevos miembros y fortalecimiento de la representación en los lugares de trabajo; reestructuración de la organización sindical en pos de su fortalecimiento, de su horizontalidad y de la conquista de mayor peso político; construcción de coaliciones y alianzas con diversas organizaciones de la sociedad civil y la ampliación de la “agenda” de temas -trascendiendo las estrictamente sindicales-; sostenimiento de canales de negociación con los empleadores, estableciendo relaciones de cooperación, para superar las situaciones clásicas de antagonismo; despliegue de acciones políticas orientadas a mejorar la re- lación de fuerza de los sindicatos de cara a la negociación de leyes laborales y de regulación del mercado de trabajo; fortalecimiento de una red de vínculos internacionales para intercambiar información comparada entre países y regiones con el objetivo de mejorar el poder de negociación a escala global (Fredge y Kelly, 2003; Heery et. al., 2003).

La noción de revitalización sindical construida en este segundo grupo de estudios hace referencia a la existencia de una mayor gravitación del accionar sindical, entendiendo por ello, el despliegue de estrategias diversas que se lle- van adelante en función de los recursos disponibles (Senén González y Haidar, 2009). Para este enfoque, las organizaciones sindicales que poseen una posi- ción institucional débil tenderán a la movilización popular, a la organización de afi liados y a la construcción de coaliciones; mientras que aquellas donde la posición política e institucional es más fuerte, se centrarán en la construcción de pactos sociales y en la inserción institucional sin preocuparse demasiado por expandirse o generar cambios hacia el interior de su organización.

En este texto, siguiendo en este punto a Milmanda (2010), hablaremos de resurgimiento sindical para referirnos al conjunto de acciones y estrategias, tanto novedosas como tradicionales, que los sindicatos implementan para fortalecerse (en sintonía con la defi nición de revitalización sindical más amplia que aca- bamos de mencionar). Nombraremos como revitalización y/o renovación a la emergencia de acciones que contengan elementos innovadores (se corresponde con la acepción restringida arriba señalada) y como reactivación cuando sólo se actualicen viejas estrategias.

Como es sabido, en Argentina la temática del resurgimiento sindical ha adquirido en los últimos años un interés especial, motivado principalmente por el renovado protagonismo de las organizaciones sindicales en el marco de un contexto macro (económico, político e institucional) que presenta marca- das diferencias con los modelos de crecimiento de sesgo neoliberal imperantes décadas atrás. Retomando elementos del debate internacional, autores locales

señalan en tono crítico que en ninguno de los planos donde se registran procesos de recuperación de poder sindical (confl icto, negociación, etc.) han existido estrategias genuinas de revitalización. Antes bien, lo que prevalecen son prácticas tradicionales (jerárquicas y excluyentes) que se reactivan en el nuevo contexto (Atzeni y Ghigliani, 2008). En tal sentido, Etchemendy y Collier (2007) arrojan luz sobre la temática, señalando que el actual resurgimiento sindical adopta la forma de un neocorporativismo segmentado, caracterizado como un nuevo patrón de negociación tripartito a nivel cupular, que abarca exclusivamente a los trabajadores del sector formal de la economía, cuyo principal protagonista es el sindicalismo tradicional de la CGT que administra la puja distributiva, conquistando aumentos salariales y benefi cios organizacionales. En términos amplios, el caso del sindicalismo hegemónico en Argentina sería el de un resur- gimiento sindical sin revitalización, donde la preservación y/o recuperación de ciertos recursos institucionales permitieron que la reactivación de viejas prácticas bastasen para fortalecer el accionar sindical, relegando a un segundo plano a la implementación de otro tipo de estrategias más innovadoras orientadas a la democratización de las estructuras sindicales.

En varios sentidos, el caso que nos ocupa se ajusta bastante a esa caracte- rización, pero no completamente. En lo que a la actividad de los call centers se refi ere, la representación de los trabajadores ha sido hegemonizada por un sindicato de viejo cuño, el sindicato de comercio, sin estrategias para el mejora- miento de las condiciones salariales y laborales de los empleados de esta nueva actividad, mientras que el accionar del sindicato telefónico puede interpretarse en términos de repliegue (o de retroceso). Sin embargo, la legitimidad del sindi- calismo clásico se relativiza, debido a que en los últimos años los trabajadores de call centers han venido protagonizando movilizaciones y encarando confl ictos a partir de la puesta en juego de estrategias relativamente novedosas enfrentadas al sindicato que detenta la representación formal de los trabajadores, resultando de todo ello una dinámica sindical ciertamente compleja y heterogénea.

La gravitación del accionar sindical: ¿revitalización o

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