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EL MODELO DE DESARROLLO DE TIEMPO DE LECTURA

La elaboración de nuestro modelo de desarrollo se fundamenta en el convencimiento de que la comprensión escrita puede ser enseñada. En este sentido, pretendemos modelar el proceso mental que ocurre en los buenos comprendedores de textos. Para Flood y Lapp (1991), aquéllos no sólo tienen un plan para comprender sino que usan sus conocimientos metacognitivos en una manera ordenada para implementar su plan. Dichos autores sostienen que a pesar de los ajustes requeridos por la variación textual, los lectores estratégicos presentan los siguientes pasos en su plan general. Antes de leer, anticipan el texto a través del título y las ilustraciones para evocar ideas y recuerdos relevantes, construyen un trasfondo esquemático activando los conocimientos previos apropiados y determinan sus propósitos para leer. Durante la lectura, comprueban el entendimiento del texto parafraseando las palabras que aparecen en él, regulan su comprensión usando claves contextuales e integran los conceptos extraídos del texto con los ya existentes en sus esquemas mentales. Después de leer, los lectores estratégicos resumen, evalúan y aplican las ideas presentes en el texto leído.

Tiempo de Lectura toma los pasos antes explicados y establece una serie de actividades a realizar en las etapas de prelectura, durante la lectura y poslectura, que detallaremos a continuación.

Prelectura

En la sección de prelectura pretendemos guiar al lector para abordar el texto con buena preparación y con expectativas apropiadas al contenido del mismo. Para este fin se presentan las siguientes actividades:

La pantalla titular

Aparece con una ilustración apropiada y con el nombre del autor junto a su país de origen. La importancia de esta pantalla para la comprensión textual posterior es vital porque, al tratarse de la primera introducción al texto, despierta expectativas y le permite al estudiante formarse una idea del tema del mismo.

Preparándonos para leer

En esta parte se persigue ubicar al lector en el contexto del texto, activando los conocimientos previos necesarios para su comprensión. Las actividades de este acápite se fundamentan en los hallazgos de la teoría de los esquemas; en efecto, presentamos una serie de interacciones que actualizan los esquemas mentales necesarios, facilitando, así, la comprensión de las ideas presentadas en el texto.

Las preguntas interactivas tratan uno o más de los siguientes aspectos: en el lingüístico, se incluyen ítemes sobre el vocabulario esencial de la lectura; en el pragmático, se resalta la información de base que se necesita para comprender el texto. Y en el aspecto textual, se le presta atención al género y a cualquier otro tipo de información relevante para la clase de texto que se está trabajando, ya que entender y usar conocimiento sobre la estructura textual ha probado ser una de las ocho categorías de actividades exitosas para ayudar a los estudiantes a desarrollar la comprensión (Flood y Lapp, 1991).

Acercándonos a la lectura

A partir del título y de la activación de conocimientos previos, los estudiantes elaboran diferentes hipótesis sobre lo que tratará el texto. Esas hipótesis podrán ser comprobadas en la sección de Durante la Lectura, logrando así una estrecha relación entre la prelectura y las actividades realizadas al leer el texto.

Antes de leer

Esta pantalla presenta los propósitos que guiarán la lectura del texto. El programa propone al estudiante algunas preguntas que tendrá que tener en mente mientras lee y también le pide que añada otras en una libreta habilitada para dicho fin. Luego de haber leído el texto, esta pantalla se desplegará nuevamente para que el estudiante compruebe si dichos objetivos se cumplieron o no.

Durante la lectura Intervenciones

El texto va acompañado de un glosario y una o más intervenciones. El propósito de las intervenciones es permitir al lector interactuar con el texto y proveer información e ideas necesarias para la comprensión. Todas ellas son opcionales y van seguidas de secciones explicativas que contienen apoyo en forma de evidencias extraídas del texto. Los tipos de estrategias presentes en las intervenciones son los siguientes: a. Estrategias de reorganización. Proporcionan al lector la opción de dar un nuevo orden a la manera en que está presentada la información en el texto, de modo que pueda utilizarla más efectivamente en su comprensión. Las estrategias de reorganización permiten comparar, clasificar, ordenar, identificar atributos, componentes, modelos, etc. Bajo esta estrategia hemos usado la siguiente intervención: Pregúntate: ¿Comprendo qué, quién, dónde, cuándo...?

b. Estrategias de focalización. Fueron pensadas para que el lector se concentre en detalles importantes del texto. Dirigen su atención a una información seleccionada para clarificar una idea; pueden usarse para precisar el contenido del texto, para definir problemas o aclarar situaciones y para ubicar o formular interpretaciones parciales del texto a medida que se va leyendo. Este tipo de estrategia se presenta a través de la intervención: Pregúntate: ¿Me di cuenta de...?

c. Estrategias de integración. Estas estrategias permiten unir partes de la información disponible en un todo coherente. Se trata de proporcionar al lector datos adicionales necesarios para la comprensión del texto, facilitándole incorporar la nueva información obtenida a los esquemas de conocimiento que ya posee. En muchos casos, la información está culturalmente relacionada y, por lo tanto, puede ser desconocida para un determinado lector. Este tipo de estrategia se presenta bajo la forma: Pregúntate: ¿Necesito más información sobre...?

d. Estrategias de elaboración y generación de ideas. Estas estrategias implican usar el conocimiento previo para añadir nueva información. Animan al lector a predecir aspectos importantes del texto. A los lectores que desean establecer hipótesis, se les proporciona una libreta permitiéndoles luego que puedan ver lo que han predicho. Este tipo de estrategia se presenta de la siguiente forma: Pregúntate: ¿Puedo adivinar qué, quién, dónde, cuándo...?

e. Estrategias de evaluación. Buscan comprobar la validez de la interpretación lograda y llevan al lector a tomar conciencia de que, para comprender un texto, debe darle sentido relacionando los conceptos y valorándolos hasta construir una interpretación coherente. Constituye una estrategia de este tipo la intervención: Pregúntate: ¿Estuve cerca de adivinar?

Prueba

Una vez leído el texto, se presenta un cuestionario breve de comprensión lectora. Cada respuesta está seguida de una retroalimentación y de evidencias extraídas del texto. Esta actividad no persigue un propósito memorístico pues el lector puede regresar al texto cada vez que lo desee ya que, como es sabido, es el mal comprendedor quien, ante la imposibilidad de construir una interpretación coherente, acude al recurso de la memorización (Peronard, 1993).

Poslectura

La sección de poslectura está compuesta de cuatro acápites que contienen diferentes ejercicios interactivos con retroalimentación explícita. Estos ejercicios persiguen lograr un proceso de reconstrucción de cada texto mediante la evocación de lo leído. Veamos cada acápite por separado.

¡Juguemos con las palabras!

Aquí se repasa y refuerza el vocabulario del texto; varía de un texto a otro y su ejercitación es diferente según se tenga como propósito trabajar vocabulario activo o pasivo. Las actividades se presentan de forma lúdica, a través de sopas de letras y de ejercicios para llenar espacios en blanco, para parear, para extraer y arrastrar de un depósito hacia otro lugar. Cabe destacar que se ejercitan tanto vocablos como lexías.

En este acápite se desarrollan estrategias de elaboración donde se propicia un análisis profundo del vocabulario por medio de procesos asociativos y comprensivos de búsqueda de sinónimos, antónimos y definición de términos. Se ejercitan también estrategias de integración alrededor del lexema presente en una familia léxica o través de la formación de determinados campos semánticos.

¡Más para descubrir!

Ningún texto es completamente explícito; es una figura abierta que los lectores naturalmente tienden a cerrar. El objetivo de este acápite es proveer las bases para realizar las inferencias necesarias que lleven a comprender la gestalt que quedó sin completar. En este sentido, ¡Más para descubrir! permite integrar la información explícita e implícita con el conocimiento previo del lector. Así, se presentan diferentes ejercicios donde se practican estrategias de generación de ideas, llevando al estudiante a establecer una generalización a partir de datos concretos que nos

proporciona el texto, a buscar la evidencia que apoya una determinada afirmación o a descubrir las actitudes que subyacen a las acciones y los hechos presentes en una lectura. También se ejercitan estrategias de integración que sintetizan el texto a partir de la reconstrucción de sus inferencias.

¿Qué distingue este texto?

Para desarrollar este acápite, partimos de la idea de que cada texto tiene una organización particular y de que los lectores eficientes distinguen la naturaleza textual de manera tal que pueden discriminar sus rasgos principales y el orden en el cual deberán buscar los elementos para obtener la información de manera coherente. Por este motivo, a través de diferentes estrategias, los estudiantes trabajan en este acápite los rasgos textuales específicos de cada género. Dependiendo del tipo de texto, las actividades pueden tratar tópicos como las características de un determinado género, el análisis de las partes constituyentes, la secuencia narrativa, el reconocimiento y contraste entre hecho y opinión, la distinción entre lo real y lo imaginario, etc.

Otro tiempo de lectura

Esta sección pretende extender el trabajo que el estudiante ha efectuado en un texto específico, exhortándolo a leer otros textos relacionados temáticamente o por autor con la lectura que acaba de hacer. El propósito esencial de nuestras sugerencias es promover el gusto por la lectura y conectar las actividades realizadas a través de la computadora con aquellas existentes en el salón de clase y en la vida diaria. Se persigue asimismo una reflexión y reacción frente a la lectura, relacionándola con las experiencias personales de los estudiantes y con la realidad circundante a través de estrategias de evaluación mediante la metodología de resolución de problemas.

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