Nuestro tiempo y nuestro mundo Contexto y origen del M-19
3.2.2. En América Latina son otras las tormentas
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“A lo sumo podría hablarse de revolución cultural, como hizo Fernand Braudel, en la medida en que los tres ámbitos principales de la cultura –la familia, los media y la enseñanza–
sufrieron una sacudida que les cambiaría profundamente. La gran movida fue breve y en la mayoría de los lugares se impuso el retorno al orden, la reacción restauradora.” 241 ¿A lo sumo?
Según Zubiría,242 es tan importante el impacto cultural de 1968, que el movimiento postmodernista no es explicable sin este suceso histórico. Comprende la renovación en el enfoque histórico, señalado por François Dosse: “Esta conmoción encontró una de sus principales fuerzas en el entrelazamiento de los sentidos que hacen imposible toda reducción interpretativa a un sistema monocausal mecánico.” 243 En un panorama que estaba dominado por el estructuralismo, introduce preguntas sobre la necesidad de no sólo hacer hallazgos, sino difundirlos; sobre lo cultural en relación con el trabajo en las mentalidades, porque mayo 68 afecta sobre todo a las mentalidades - la familia, la vida cotidiana, las normas, las prácticas anticonceptivas, etc. Los historiadores culturales de las diversas tendencias, incluyendo la microhistoria, son hijos de esta época, que abre inmensos campos y recursos de nuevas historias, sin las cuales expresiones, eventos, categorías como la paz tampoco tendrían posibilidades de ser abordadas más allá de una historia de la guerra y las estructuras.
177 mucho de qué se trataba, y tampoco me atraía mucho. Me parecía que comparado con la realidad latinoamericana y la de mi país, de qué revolución podían estar hablando los estudiantes allá. Me sonaba a mucha palabra y poca acción. A una postura muy cómoda de hablar de cambios en un contexto de bienestar donde todo estaba hecho y dado, mientras que en el mundo del que venía sí que eran claras y dramáticas las necesidades e inequidades contra las cuales luchar. Sí era clara la solidaridad con el pueblo vietnamita en contra de la guerra de los Estados Unidos. Sí era clara la rebeldía contra el autoritarismo. Pero sólo quería volver a Colombia donde la revolución sí era real.
El movimiento del 68 ingresó o se expresó en otros tonos en el contexto latinoamericano y del llamado” Tercer Mundo”. En México las revueltas tomaron otro tono: también allí los estudiantes buscaban liberar el mundo universitario pero las movilizaciones que acabaron trágicamente con la matanza de la plaza de Tlatelolco el 2 de octubre del 68, en vísperas de los Juegos Olímpicos de 1968. El 12 de octubre de 1968, el presidente Díaz Ordaz, inauguró los XIX Juegos Olímpicos, bautizados "La Olimpiada de la Paz"; sin embargo, a pesar de la fuerte censura, la noticia se expandió: hubo marchas de solidaridad, embajadas apedreadas en todo el mundo, y el 17 de octubre, en los Juegos Olímpicos de México, los atletas norteamericanos, al subir al podio levantaron el puño con un guante negro, mientras sonaba el himno americano, para manifestar su pertenencia al Black Power.
178 En una mirada de larga duración, el historiador mexicano Enrique Krauze, ata los sucesos de 1968 como legado democrático para la historia reciente244:
“Los estudiantes del 68 pensábamos en la Revolución, no en la democracia. La izquierda mexicana sigue atrapada en ese dilema y por eso el legado de 1968 está inconcluso… Por muchos años me pareció indudable que el movimiento había sido el embrión de la democracia en México, proceso en el que –hasta principio de los años 80–
nadie creía, pero que sobrevendría en los últimos años del siglo con una fuerza creciente e irresistible. Sigo creyendo que el movimiento fue un hecho fundamental en la democratización de mi país…“
En Argentina, en mayo de 1969 estalló el Cordobazo. Carlos Altamirano dice: “Teníamos nuestro Mayo, que se comunicaba con aquel otro del 68, pero el nuestro que no había hecho proliferar grafitis tan imaginativos, había sido más proletario, más plebeyo, más duro".245 Bajo una dictadura militar desde 1966, con censura a la prensa, intervención en la vida universitaria y control de la vida cotidiana, se levantaron protestas y huelgas estudiantiles en varias ciudades argentinas. Las centrales obreras decretaron un paro. La policía se replegó, los manifestantes ocuparon virtualmente la ciudad, el ejército intervino. Un saldo de 30 a 60 muertos. La dictadura militar finalmente terminó aceptando elecciones libres. Beatriz Sarlo, por su parte, evoca, en 1998: "Del Mayo francés tengo recuerdos tan intensos como contradictorios. Las fotos de la insurrección parisina se sobreimprimen con las fotos del Cordobazo. En ambos recuerdos, la gente es muy joven y está en la actitud de arrojar algo a la policía o a un edificio cercano. (...) Otra capa de sentidos venía del lado de la Revolución Cubana y de lo que comenzaba a ser el 'guevarismo'". “El Cordobazo y la muerte del Che” – continúa Sarlo – "enmarcan al Mayo francés (...) las tres fechas quedan unidas imaginariamente por la juventud de sus protagonistas". 246
El 68 tal vez no apareció como bandera en las luchas latinoamericanas como aparecen Cuba, Vietnam o Argelia. Sin embargo, sus ideas se extendieron en libros y publicaciones entre
244KRAUZE, Enrique. México, el legado incierto del 68. http://www.letraslibres.com/revista/letrillas/el-legado-incierto-del-68
245Carlos Altamirano, 1994, en TARCUS, Horacio. El mayo argentino.
http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2008/05/17/01673645.html
246 Ibíd.
179 artistas, intelectuales y estudiantes universitarios247, animaron debates y reflexiones. La oposición radical a las guerras coloniales, el apoyo a los movimientos de liberación nacional, así como el surgimiento o persistencia de las guerrillas en muchos países de América Latina bajo la efigie del Che, demostraron este estado de ánimo de rebelión en gran parte del mundo.
Un ejemplo es la guerrilla urbana uruguaya, los Tupamaros, la cual nació en 1960, pero, con un discurso nacionalista, no alineado en los discursos del socialismo mundial se dio a conocer por su audacia y capacidad de sorprender con sus acciones a una sociedad que se consideraba la “Suiza de América”.
Como señala Eric Hobsbawn, la revuelta estudiantil de fines de los años 60 fue global, porque por primera vez el mundo era realmente global: "Los mismos libros aparecían, casi simultáneamente, en las librerías estudiantiles de Buenos Aires, Roma y Hamburgo", (...) los mismos turistas de la revolución atravesaban océanos y continentes, de París a La Habana, a São Paulo y a Bolivia. (...) Los estudiantes de los últimos años sesenta no tenían dificultad de reconocer que lo que sucedía en la Sorbona, Berkeley o Praga era parte del mismo acontecimiento en la misma aldea global". 248
Coincidencia, influencia o resonancia. El 68 en América Latina no todo fue apertura, también se fortaleció el autoritarismo. En Brasil el presidente brasileño, mariscal Arthur da Costa e Silva, suspendió la vigencia de la Constitución y cerró el Congreso. En Ecuador, Velasco Ibarra fue elegido presidente por quinta vez en 34 años. Pero también hubo signos de cambio algo heterodoxos: en Perú el presidente Fernando Belaúnde Terry es derrocado, y el Ejército proclama el 3 de octubre del 68 como nuevo presidente al general Juan Velasco Alvarado. En Panamá, tropas comandadas por el coronel Omar Torrijos deponen el presidente Arnulfo Arias a pocos días de haber asumido el poder por tercera vez. Ambos nacionalistas renovadores y reformadores.
247A América latina llegan los libros de autores como Jean-Paul Sartre, Roland Barthes, Herbert Marcuse André Gorz,, Henri Lefebvre, Ernest Mandel, Alain Touraine, tal vez menos Cohn-Bendit y Rudi Dutschke.
248 HOBSBAWN, Eric. Historia del siglo XX. Crítica. Barcelona, 2012, p.334
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