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En el interior del partido comunista de la URSS los acontecimientos se precipitan. Durante la primavera de 1925 las discrepancias en la troika dirigente se agudizan y Zinóviev y Kámenev denuncian la teoría del socialismo en un solo país reconociendo su responsabilidad en los ataques contra Trotsky. El XIV Congreso del partido afirma el triunfo de la fracción burocrática y el aislamiento de los diferentes sectores de la oposición. No será hasta la primavera de 1926, en la sesión del Comité Central de abril cuando Trotsky, Zinóviev y Kámenev coinciden en las votaciones de las enmiendas a las resoluciones de Stalin-Bujarin sobre política económica. A partir de ese momento la Oposición de Izquierdas se refuerza con la llegada de los partidarios de Zinóviev y Kámenev y las nuevas fuerzas unidas harán su presentación pública en la sesión del CC de junio del mismo año.

No obstante, la actividad de la oposición se ve boicoteada por métodos gangsteriles utilizados desde el aparato burocrático. Las reuniones públicas en las que participan miembros de la oposición son atacadas por piquetes armados, se generaliza la violencia física para tapar la boca a los disidentes, los despidos de oposicionistas se suceden así como las

expulsiones del partido. El bloque opositor sufre estas presiones y empieza a agrietarse. Hay sectores que plantean la escisión del partido, pero Trotsky se mantiene firme en la lucha por el enderezamiento de la política partidaria, por la vuelta al programa leninista.

La oposición vuelve a medir sus fuerzas en el debate que se produce en relación a la revolución China, en este caso en mayo de 1927 ante el CE de la Internacional Comunista, donde Trotsky defiende las tesis de la oposición. De nuevo la maquinaria se pone en marcha y la represión se extiende contra los oposicionistas.

A partir de abril de 1927 se producen las primeras detenciones de militantes de la Oposición de Izquierdas y los traslados forzosos: Preobrazhenski y Piatakov son enviados a Paris junto con Rakovski; Antónov-Ovseyenko a Praga; Kámenev a Italia. Las expulsiones se extienden a todo el partido y a las Juventudes (Komsomol), al tiempo que la censura de los escritos y los textos de los oposicionistas arrecia.

La Oposición de Izquierdas ante la negativa de la fracción estalinista de publicar su plataforma política de cara al XV Congreso, decide distribuirla clandestinamente. La reacción no se hace esperar: Miashkovski, Preobrazhenski, Serebriakov y otros 14 dirigentes bolcheviques son expulsados. Por su parte Trotsky y Zinóviev lo son del Comité Central el 23 de octubre y del partido el 15 de noviembre.

En todo este periodo Preobrazhenski se mantuvo como uno de los principales cuadros de la Oposición. Contribuyó decisivamente a la elaboración de sus materiales políticos, especialmente en lo relacionado al programa económico, polemizando con los teóricos del “socialismo a paso de tortuga” y los defensores del enriquecimiento del kulak. Afirmo una y otra vez las posibilidades de establecer una base económica sólida anclada en el desarrollo del plan centralizado y la industrialización acelerada de la URSS como medio además de fortalecimiento del proletariado, la única garantía para la dictadura proletaria frente a las presiones del capitalismo mundial.

En el periodo de 1926/1938, Preobrazhenski sufrió la represión estalinista. Fue alejado del partido y sometido a todo tipo de presiones hasta que finalmente el aparato consiguió doblegar su espíritu de resistencia. Capituló junto con Radek en el periodo en que la burocracia, asustada por el enriquecimiento del kulak y la fuerza adquirida por la pequeña burguesía agraria y urbana, acomete un giro “izquierdista” y lleva a cabo de forma terrorista la colectivización forzosa de la tierra y el primer plan quinquenal. Esto no le libró de una nueva detención en 1934.

Como tantos otros bolcheviques fue obligado a confesar públicamente “sus crímenes” contra el partido para mayor satisfacción de los epígonos de Lenin. En 1934, en el XVII Congreso del PCUS declaró: “ Ya sabéis que mis trabajos teóricos incluido La nueva economía, han servido de arma en la lucha contra el Partido... Me alejé del leninismo. Los acontecimientos han invalidado completamente lo que había afirmado”. De nada le sirvieron estas palabras. Como tantos otros compañeros de armas de Lenin, Preobrazhenski fue asesinado sin juicio en las grandes purgas de 1937/1938 y aunque su nombre fue rehabilitado en el XX Congreso del PCUS, sus obras siguieron estando proscritas en la Unión Soviética.

La producción teórica de Preobrazhenski es muy amplia, aunque muchos de sus manuscritos fueron secuestrados por la burocracia estalinista y no han sido publicados. Sus obras más destacadas son El ABC del Comunismo, escrito en colaboración con Bujarin, y que constituyó durante años el manual básico de formación de los militantes del Partido, y sobre todo La

Nueva Economía, escrita como respuesta a los planteamientos del bloque

Bujarin/Stalin donde afirma sus posiciones económicas de manera sistemática.

Comunismo y Anarquismo constituye una refutación revolucionaria,

marxista, del programa político del anarquismo. Escrito tras el fin de la guerra civil en Rusia y después de acontecimientos traumáticos como el levantamiento de Kronstandt del 1 de marzo de 1921 y su posterior represión, tiene como objetivo no sólo esclarecer las debilidades teóricas del anarquismo y sus diferencias de principio con el programa del socialismo científico, también pretende establecer un puente con el auténtico espíritu revolucionario de los militantes anarquistas que pelean honestamente por una sociedad sin clases. Como Lenin señalaba en El

Estado y la Revolución, los marxistas no se diferencian de los anarquistas

porque los primeros defiendan la necesidad del Estado. Por el contrario, la aspiración del comunismo no es otra que la desaparición de las clases y por tanto de su instrumento de dominación y opresión. Sin embargo entre el acto de la toma del poder y la instauración de la sociedad comunista existe un periodo de transición en el que el poder obrero se ve obligado a defenderse de los intentos de contrarrevolución burguesa y organiza las bases económicas de la nueva sociedad. Un periodo que exige de una forma de organización social, la democracia obrera o dictadura del proletariado que fue definido por Marx y Lenin en obras como La guerra

civil en Francia y El Estado y la Revolución y que obviamente se encuentra

en las antípodas del régimen autoritario impuesto por Stalin.

En este sentido el libro de Preobrazhenski es una aportación notable a una polémica ideológica que no ha perdido actualidad ni interés entre las filas

de los revolucionarios que combatimos por el socialismo.

Esperamos que esta obra despierte el reconocimiento de los lectores hacia la figura de un revolucionario, un teórico marxista, al que tenemos la obligación de rescatar de un injusto olvido.

Juan Ignacio Ramos Madrid, mayo de 2005

INTRODUCCIÓN

El término “anarquía”, de origen griego, significa ausencia de todo poder. Por tanto, los anarquistas son personas que aspiran a un régimen social en el que no ha de existir ningún tipo de poder o imposición, donde ha de reinar la libertad absoluta.

¿Pero acaso los bolcheviques-comunistas —se puede preguntar algún lector— consideran que la libertad absoluta es peor que la vida con imposición, independientemente de dónde ésta provenga?

No, contestarán los comunistas; para el hombre y para la sociedad la libertad absoluta es mejor que la vida con libertad restringida, mejor que la necesidad de obrar en toda circunstancia obligado por la violencia y contra su voluntad. Pero si preguntásemos, por ejemplo a un liberal burgués, cuál es el ideal último del partido liberal, también éste responderá que la libertad absoluta del hombre y la humanidad constituye la finalidad última de su lucha. Así resulta que la aspiración a la “libertad absoluta” no da ninguna posibilidad de diferenciar al comunista del anarquista, y además, obliga a aceptar la compañía del liberal burgués y, en general, de todas las personas, con partido o sin él, que reconozcan francamente los beneficios de la libertad en lugar de la imposición y la violencia, o que encuentren provechosas las pláticas y charlas sobre la libertad.

Por eso, para poder entrever cuál es la principal divergencia entre anarquistas y comunistas debemos de buscar en otros puntos. Utilicemos, por ejemplo, la siguiente frase que los anarquistas repiten en todos sus folletos, periódicos o discursos: “Nosotros somos enemigos de toda violencia, somos enemigos de todo poder gubernamental como órgano de violencia”. Sobre la base de esta afirmación planteamos a los anarquistas la siguiente cuestión: Pero si el poder gubernamental ha sido conquistado por las masas trabajadoras, y lo aprovechan para el aniquilamiento de sus enemigos. ¿También estarán ustedes en contra de ese poder?

Aquí ya recibiremos distintas respuestas de los mismos anarquistas. Unos responderán: “Nosotros no seremos enemigos de este poder, mientras

realice una obra útil para las masas trabajadoras”. Otros en cambio contestarán: “Nosotros estamos contra todo poder, e intentamos destruirlo, cualquiera que sea y en cualquier circunstancia”.

Así, pues, he aquí una divergencia radical entre los bolcheviques- comunistas y los anarquistas. Su diferente concepción del Estado, no tanto con respecto al Estado en general como veremos más adelante, sino con respecto al Estado-comuna, al Estado de obreros y campesinos.

Veamos pues, qué es el Estado y qué concepto tienen de él los comunistas. Que el Estado es un órgano de violencia lo sabe cualquier pequeño burgués cuando recibe la visita del recaudador de impuestos, cualquier campesino al que venden su única vaca por no haber abonado el impuesto, o cualquier obrero que paga su participación en una huelga contra el capital con la cárcel o el fusilamiento. Que el Estado es un órgano de violencia lo sabe también hoy, felizmente, la burguesía, a la que el gobierno soviético ha quitado por la fuerza sus bancos, palacios, fábricas y capital.

La cuestión principal por tanto está en saber: en interés de quién se realiza esta violencia, en manos de quién se encuentran estos órganos de violencia, y qué ha sucedido para que contra el poder gubernamental de obreros y campesinos se levanten no solamente todos los contrarrevolucionarios y toda la burguesía, sino también los anarquistas, convirtiéndose de este modo en sus aliados.