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Capítulo 2 Estado de la estructura de suelos en siembra

2. Estado de la estructura de suelos en siembra directa de acuerdo con la historia

2.2 Materiales y métodos

2.2.3. Estimación de aportes de materia seca y carbono

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Se calcularon los aportes de materia seca de la rotación al suelo, siguiendo la

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propuesta de Novelli et al. (2017), a partir de estimaciones de los aportes de materia seca

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aérea y radical de cada cultivo de la secuencia. La biomasa aérea aportada (BAA, kg de

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materia seca. ha-1) como rastrojo se estimó a través de los registros de rendimientos (Y, 14

en kg de materia seca. ha-1) de cada lote (corregidos a 0% de humedad) y el índice de

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cosecha del cultivo (IC, sin unidades):

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BAA = Y . IC-1 – Y [2.1]

A pesar de la posible variación en el índice de cosecha de los distintos cultivos

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(Fereres y González-Dugo, 2009), en aquellas situaciones en las que no se contaron con

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registros, se utilizó un índice de cosecha promedio (tomando como base valores indicados

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en Dardanelli et al., 2003 y Álvarez y Steinbach, 2006; Irizar et al., 2015; soja = 0,45;

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maíz = 0,5; trigo/cebada = 0,35; sorgo = 0,35; arveja = 0,42). La biomasa radical aportada

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(BRA, en kg materia seca. ha-1) por cada cultivo (raíces + rizodeposiciones) se estimó a

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partir de la biomasa aérea total (BAT, kg materia seca.ha-1, calculada como Y . IC-1) y la

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proporción de raíces respecto a la biomasa aérea total (relación raíz: tallo, R:T, sin

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unidades):

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BRA = (Y . IC-1 ) . R:T [2.2] 10

Se asumió una proporción de raíces en los primeros 0,2 m de 20-30%, para los

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distintos cultivos (R:T = 0,25, promedio de valores informados por Álvarez y Steinbach,

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2006; Milesi-Delaye et al., 2013; Irizar et al., 2015). Para el caso de las pasturas, se siguió

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la propuesta de Poeplau (2016) para pasturas de corte. Los aportes de carbono aéreos y

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subterráneos de las condiciones cuasi-prístinas se estimaron utilizando la función

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equilibrio del modelo Roth-C (Coleman y Jenkinson, 1996), utilizando registros

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climáticos históricos mensuales (1968-2015) de la localidad de Pergamino.

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2.2.4. Determinaciones

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En cada lote se fijaron 3-5 estaciones de muestreo georreferenciadas

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(aproximadamente 1 estación cada 10 hectáreas homogéneas), dentro de ambientes

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homogéneos diferenciados a gabinete utilizando el software QGIS. Se emplearon como

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criterios de homogeneidad: la posición relativa y pendiente, ubicación sobre la misma

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serie y fase de suelo georreferenciada (Cartas de Suelo de la provincia de Bs.As. y Santa

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Fe), nivel de cobertura de rastrojo (apreciación visual a campo) y posición en micro

relieve. El número de estaciones de muestreo en cada caso dependió por lo tanto de la

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superficie total del lote, de la heterogeneidad de ambientes diferenciados dentro del lote,

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y de la superficie de los ambientes diferenciados. En cada estación de muestreo se

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determinaron los siguientes indicadores edáficos:

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- Concentración de carbono orgánico total del suelo por oxidación húmeda (g.kg-1 COS, 5

método Walkley y Black; en Nelson y Sommers, 1996) a profundidades de 0-0,05 m

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y 0,05-0,2 m; e índice de estratificación de carbono (de Oliveira-Ferreira et al., 2013)

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como la relación 0-0,05 m y 0,05-0,2 m. Se tomó una muestra compuesta (por diez

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piques de barreno) en cada estación de muestreo.

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- Contenido de carbono orgánico total del suelo (Mg.ha-1) de 0-0,05 m y 0,05-0,2 m: 10

considerando la concentración de carbono orgánico total (g.kg-1), la densidad aparente

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superficial (Mg.m-3), y la profundidad (m). Cada valor se corrigió por una masa

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equivalente de suelo de referencia o masa equivalente para cada profundidad (Steffens

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et al., 2008; Lee et al., 2009). La masa de suelo de referencia se estimó a partir de la

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masa de suelo promedio 0-0,5 m y 0,05-0, 2 m de las condiciones cuasi-prístinas.

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- Concentración de carbono orgánico particulado (COP; g.kg-1) a una profundidad de 0- 16

0,05 m; con tamiz de 50 micrones (Cambardella y Elliot, 1993).

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- Tasa de infiltración en flujo estacionario, a capacidad de campo, utilizando

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permeámetro de disco (Perroux y White, 1988), en superficie y a los 0,1 m, con 3

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submuestras por estación de muestreo.

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- Resistencia a la penetración a campo utilizando penetrómetro manual (Modelo H4200,

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Humboldt Mfg. Co., SchillerPark, Illinois, USA), cada 0,05 m hasta una profundidad

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de 0,3 m, a capacidad de campo (3-5 días después de una lluvia de 20 mm o más); 3

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submuestras por estación de muestreo. Se registró el valor máximo de resistencia o

pico observado en cada estrato (Sivarajan et al., 2018), y a su vez se agruparon los

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resultados de 0-0,1 m (superficial) y 0,1-0,2 m (subsuperficial).

2

- Densidad aparente con el método del cilindro (Blake y Hartge, 1986), superficial (0-

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0,1 m), y subsuperficial (0,1-0,2 m; subsuperficial), con 1 muestra por estación de

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muestreo.

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- Porosidad de aireación (PA), superficial (0-0,1 m), y subsuperficial (0,1-0,2 m;

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subsuperficial), con 1 muestra sin disturbar por estación de muestreo, en cilindros de

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0,05 de alto y 0,05 cm de diámetro. La PA se estimó a partir de la distribución de

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tamaño de poros obtenido por curvas de retención hídrica con mesas de tensión

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(Danielson y Sutherland, 1986). Se consideraron como poros de aireación a aquellos

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con más de 30 µm de diámetro (Kay, 1990; Pulido Moncada et al., 2014), capaces de

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retención de agua a tensiones de hasta 10 kPa. La PA (en cm3.cm-3) se estimó entonces

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como la diferencia ente el contenido volumétrico de humedad a saturación a tensión

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de 0 kPa (

Θh 0 kPa

; en cm3.cm-3) y el contenido volumétrico de humedad a una tensión 14

de 10 kPa (

Θh -10 kPa

; en cm3.cm-3):

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PA =

Θh 0 kPa - Θ

h -10 kPa [2.3]

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Los resultados de los indicadores físicos fueron contrastados con los valores de referencia

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y críticos para Argiudoles indicados por Pilatti y Orellana (2012). A su vez, se estimaron

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valores de referencia para la densidad aparente, porosidad de aireación y conductividad

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hidráulica saturada utilizando las funciones de pedo-transferencia propuestas por Saxton

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y Rawls (2006), en condiciones no compactadas (i.e. factor de “densificación relativa” <

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1,0). Para esto se usaron los datos de textura correspondientes a la serie de suelos de los

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sitios de extracción (INTA, 2018), y el carbono orgánico promedio de 0,2 m de cada

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lote/situación muestreada.

El estado de la estructura del suelo se complementó a través de una modificación de

1

carácter cuantitativo del método cualitativo de evaluación visual de estructura por “drop-

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test” o prueba de estallido (VSA, Visual Soil Asessment; Shepherd, 2009; Mueller et al.,

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2009; 2013). Para esto se extrajeron con pala y cuchillo muestras sin disturbar de 0,2 x

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0,2 x 0,2 m del horizonte superficial, a contenidos de capacidad de campo o similar (75-

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100% AU), representando un volumen de suelo comparable entre sitios de muestreo. La

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masa de suelo extraída se arrojó desde una altura de 1,5 m sobre una superficie plana de

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madera ubicada por debajo de un paño de tela de 1 x 0,5 m, y se separaron manualmente

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los terrones o bloques resultantes luego de la ruptura mecánica, de acuerdo a su mayor

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diámetro (medida de mayor longitud de extremo a extremo del bloque) en 3 clases:

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mayores a 0,1 m (categoría “mayor tamaño”); bloques de 0,05-0,1 m (categoría

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“intermedios”), y bloques menores a 0,05 m (categoría “bloques pequeños”). Se pesaron

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con la humedad de extracción las distintas fracciones y se expresaron las proporciones

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respecto al peso húmedo total. A través de esta metodología se buscó identificar la

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presencia de tipos estructurales coincidentes con estructuras de tipo “Δ” masivas,

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descriptas para SD por De Battista et al (1994), Sasal (2012) y Boizard et al. (2017):

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elevada cohesión, nula a escasa porosidad visible y caras de ruptura lisas de aspecto

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continuo.

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Siguiendo una aproximación similar a la propuesta por Álvarez et al. (2014), se estimó

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la frecuencia de aparición de estructuras laminares (consolidadas, de más de 0,01 m de

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espesor, y características similares a las estructuras de tipo “P” descriptas por Boizard et

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al., 2017) en cinco puntos de observación (0,2 m de profundidad) en cada estación de

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muestreo, y se registró el espesor promedio (cm) de cada observación. Se calculó el grado

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de desarrollo de estructuras laminares como un espesor ponderado, según esta ecuación

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en cada estación de muestreo:

Espesor ponderado (cm) = Frecuencia (0-1) . Espesor promedio (cm) [2.4]

1