Etapa de cambios Educación General Básica 1 y 2 (de 6 a 11 años)

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Los cambios que van a caracterizar esta etapa permiten que el niño se vaya independizando de su familia y paulati- namente se incorpore a la sociedad. Desde el punto de vista de su corporei- dad hay un rápido desarrollo que despro- porciona el cuerpo y rompe con la armo- nía alcanzada en la etapa anterior. Niños y niñas tienen que ajustarse a sus nuevas dimensiones y acostumbrarse a la nueva imagen. Se mueven con relativa torpeza. La modificación de la figura infantil no sigue un esquema determinado sino que varía de sujeto en sujeto, combinándose formas nuevas y anteriores.

El período escolar es crucial para la evolución de los educandos en la com- prensión de la realidad, de los otros y de su propia identidad sexual. Por ello mos- trarán una marcada inclinación hacia el mundo de las cosas, buscarán adquirir conocimientos y ejercer habilidades de todo tipo. Junto a ello necesitan ver que alcanzan los resultados que esperan; cuando no ocurre, les afecta profunda- mente y les hace sentirse inseguros. Son muy sensibles a lo que se diga de ellos, de sus capacidades y cualidades, porque están desarrollando una imagen de sí mismos.

Con la escolaridad se independizan más de sus padres, encontrando nuevos modos de pensar y hacer las cosas, otras normas de conducta y nuevos modelos. Es una etapa fundamental para la educa- ción de los sujetos, por lo que resulta muy importante el acercamiento de los padres a la escuela y de la institución a los padres. Es un momento muy adecua- do para tratar de conformar una comu- nidad educativa en los términos que se proponen en el presente trabajo.

Profundamente cambiantes en sus emociones y sentimientos, pasan de la pasividad a la hiperactividad, del aburri- miento a la curiosidad, de la risa a la tris- teza o la irritabilidad. Son imaginativos, sensibles y retraídos y, en general, la inseguridad que experimentan se mues- tra en la volubilidad temperamental.

Las experiencias de trabajo grupal y de juego representan el inicio de una nueva etapa en el desarrollo del pensamiento moral. Las normas, los límites son muy importantes en relación con el desarrollo de su voluntad y de su autonomía, porque irán comprendiendo y estableciendo reglas de juego y participación en fun- ción del respeto y la justicia. En términos generales, en este punto, el desarrollo de niños y jóvenes va más hacia el logro de la autonomía, en cambio el de las niñas y mujeres más al cuidado del otro.

Es una etapa en la cual, en general, se continúa con el proceso de identificación como hombre o mujer. Imitan conductas valoradas por la sociedad como propias de hombres y de mujeres, tanto a nivel de familia donde gradualmente el niño se identifica con el padre y la niña con la madre, pero también se interesan por las personas del mismo sexo de la escuela, el club, la televisión o el ambiente que fre- cuenten. Hay una continuidad en la curiosidad por el propio cuerpo y el de los demás, pudiendo verificarse en juegos exploratorios y siendo muy notable el interés por entender fenómenos natura- les. Es, en este sentido, una etapa fecun- da para continuar la educación sexual según las capacidades de los sujetos. El desarrollo cognitivo permite entender temas de sexualidad, como son la anato- mía, fisiología y procreación. Además ambos son muy sensibles al sentido de la justicia, por lo que es oportuno formar

La educación en el amor. Un proyecto que integra a la familia, la escuela y los alumnos / ARTÍCULOS

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en la igualdad de las personas, estimular el respeto mutuo y prepararlos para lo que ocurrirá en la pubertad (cuando ten- gan entre 9 y 11 años), es decir, antes de estar emocionalmente comprometidos por dichos cambios.

El comportamiento social caracterís- tico es la separación entre ellos y ellas, como necesidad de afirmar la propia identidad, y los grupos por sexos les ayu- dan. Incluso, dada una cierta latencia en el impulso sexual de este tiempo, más bien se comportarán como rivales unos de otros. La familia es, en este orden, el primer modelo que influirá en la forma en la cual vivan las diferencias sexuales, su distinción y sus relaciones. [58]

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• Se prepara a los padres para conver- sar con sus hijos de la propia historia familiar.

• Los hijos se habituarán a conversar con sus padres sobre estos temas. • Ayudar a los niños a valorar su per-

tenencia a una familia, aún en situa- ciones especiales.

• En el orden de la fe, celebrar en común y agradecer como Iglesia doméstica lo que se es y a la familia que se pertenece.

• Preparar a los padres para conversar con sus hijos sobre el cuerpo, el de

ellos y el de los otros (los mismos padres).

• Tomar conciencia de cómo la actitud hacia el propio cuerpo y el cuerpo de los hijos, influye en la identificación y valoración.

• Reflexionar y celebrar a Dios como Creador de todas las cosas. La belle- za de la creación.

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• Profundizar con los padres la vincula- ción con la institución escolar. Que ten- gan la capacidad de advertir las situacio- nes escolares y dialogarlas con los hijos. • Determinar específicamente situa-

ciones vinculadas a la sexualidad, para que ayuden a sus hijos a descu- brir y profundizar en los roles del ser varón y mujer.

• Capacitar en los distintos aspectos de la procreación humana, para que los padres lo hablen con sus hijos. • Trabajar los valores de la persona que se

vinculan con la procreación humana. • En el orden de la fe, compartir la

afirmación del Evangelio: “¡Somos hijos de Dios!”. Descubrir el don de la filiación adoptiva.

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• La familia como realidad social y generadora de vida. Dimensión per-

sonal de la sexualidad.

• La procreación humana: distintos aspectos. Desarrollo psico-sexual. Educación al pudor.

• De modo semejante al trabajo con los progenitores, ayudarlos a tomar conciencia de su historia familiar y, en ella, la actitud frente al propio cuerpo y el de los otros.

• Tomar conciencia de la necesidad de estimular la auto-consideración de los alumnos.

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• Detección y análisis de las situacio- nes escolares. Cómo hacerlo y crite- rios interpretativos.

• Desarrollo psico-sexual del alumno entre los 9 y los 11 años. Roles y auto-identificación. Cómo acompa- ñar el proceso de socialización a par- tir de la identidad sexual.

• La procreación humana y su dimen- sión valorativa.

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• Cooperar en el descubrimiento de sí y del otro como ser sexuado, afirman- do la propia personalidad. El cuerpo como dimensión de la persona. • La creación, obra de Dios.

• Reflexionar sobre lo que se ha des- cubierto de los progenitores como puntos de referencia, con una fami- lia y una historia.

• Trabajar la identificación con el pro- genitor del mismo sexo.

• Desarrollar la propia identidad afir- mando la auto-estima en el ejercicio de los roles.

• Cultivar la expresión de los sentimientos. • Desarrollar la valoración de las pro-

pias cualidades.

• En la actividad, descubrir las propias potencialidades y confrontarlas con los demás.

• Valorar lo que se hace y desarrollar la confianza en sí.

• Trabajar y valorar la vida como don de Dios.

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• Asumir, con aprecio de sí y de lo que se hace bien, la propia identidad sexuada a través de un creciente ejercicio de roles.

• Distinguir los roles y valorarlos. • Aprender gradualmente a interactuar

respetuosamente en el ser varón y mujer. • Preparar a la experiencia de la amistad. • Introducirlos progresivamente en la procreación humana, desde una perspectiva personal e integradora. • Descubrirse como hijo de Dios.

1.3. La pubertad. Educación General