• No se han encontrado resultados

Evolución del gasto y el endeudamiento público de Cali y el Valle del Cauca

In document Mientras llegaba el futuro (página 87-92)

Durante los últimos cinco años de la década de los noventa, tanto el municipio de Cali como el departamento del Valle del Cauca gastaron más de lo que recibieron, lo que ocasionó un desbalance en las finanzas públicas de la región. Los mayores déficits fiscales para Cali ($305.000 millones) y el Valle del Cauca ($376.000 millones) se registraron en 1996 y 1997, respectivamente (Gráfico 3.9).

Según Fedesarrollo (2001), el principal problema que enfrentaron algunas entidades territoriales tuvo que ver con la sobredimensión de sus plantas de

87

personal, que elevaron los gastos en nómina y afectaron las posibilidades de inversión. De igual forma, los giros a las contralorías también presionaron al alza los gastos de funcionamiento.

Ortiz y Viáfara (2001, p. 110) con base en información de la Dirección de Apoyo Fiscal del Ministerio de Hacienda (DAF) señalaron que en 1999 “Cali fue el municipio con mayor nómina oficial del país: mientras Bogotá contaba con 22 funcionarios por cada 10.000 habitantes y Medellín con 34, Cali disponía de 43. En términos relativos, Cali doblaba a Bogotá en burocracia”.

En el Valle del Cauca la situación no fue muy diferente a la de Cali. El gasto en funcionamiento63 (a precios de 2015) pasó de $185.642 millones en 1990 a

$619.080 millones en 1999, lo que significó un crecimiento de 234%. En efecto, en la Gobernación el gasto de funcionamiento, medido como proporción de los ingresos corrientes ascendió a 125% en 1999, el porcentaje más alto entre los principales departamentos del país (Gráfico 3.10).

Incluye los recursos necesarios para el cumplimiento de las funciones propias de la administración pública, como los gastos de personal y los gastos generales.

88

Debido al desbordamiento en sus gastos, el Valle del Cauca bajó de la categoría especial a primera categoría en 2010. Los departamentos que son clasificados en la categoría especial se destacan por no destinar más del 50% de su recaudo para el cubrimiento de los gastos de funcionamiento. Los entes territoriales en primera categoría tienen como límite destinar hasta 55,0% de su recaudo para su operación.

Aunque el descenso en la categoría no tiene implicaciones en las transferencias de recursos de la Nación para salud y educación,64 sí le significa menores ingresos

al Departamento por concepto de partidas por esfuerzo fiscal y administrativo. En consonancia con la evolución del gasto, las regiones en Colombia recurrieron de manera generalizada al endeudamiento. Según cifras del

Estos se entregan de acuerdo con el número de personas vinculadas al régimen subsidiado de salud y al número de estudiantes matriculados en las instituciones educativas oficiales.

89

Ministerio de Hacienda, la deuda de los departamentos y ciudades capitales pasó de representar 0,4% y 0,5% del PIB nacional en 1990, a 1,6% y 1,2% en 1999, respectivamente. Para la Federación Nacional de Departamentos, este excesivo endeudamiento fue incentivado por las expectativas sobre el sistema de transferencias a las entidades territoriales y las facilidades del sector financiero (Fedesarrollo, 2000).

Si bien la situación del endeudamiento fue generalizada,65 en Cali y el Valle del

Cauca fue más dramática que en el resto del país, arrojando serias consecuencias para la estabilidad fiscal de la región.66 Entre 1993 y 2006, la Gobernación del

Valle del Cauca registró el endeudamiento más alto entre los 32 departamentos del país. Para 1999, el valor de la deuda del Valle del Cauca ascendió a $1,2 billones (a precios de 2015), muy por encima de Antioquia ($0,7 billones), Cundinamarca ($0,4 billones), Santander ($0,4 billones) y Barranquilla ($0,2 billones) (Gráfico 3.11).

Dada la magnitud del desbalance financiero del Departamento, la Nación lo autorizó para adquirir deuda dirigida a realizar inversiones y refinanciar la deuda pública. Debido a que la Gobernación incumplió el acuerdo inicial, en 1998 debió firmar uno nuevo, pero directamente con las instituciones financieras acreedoras.

Echavarría, Fainboim y Zuleta (2003) identificaron como las principales exigencias hechas por los bancos al Valle del Cauca:

Efectuar un depósito de confianza en una fiducia, la cual se encargará de recibir y manejar todos sus recursos. Dicha fiducia trasladará al Departamento los recursos que requiera para pagar su nómina y otros gastos generales, transferencias de ley y otras obligaciones y será la encargada de hacer los pagos de la deuda. También estará encargada de valorar, administrar y vender acciones de propiedad del Departamento en EPSA y en la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura.

Recibir autorización para reprogramar y refinanciar todos sus créditos de corto plazo e incrementar los niveles de endeudamiento, para pagar intereses vencidos e intereses generados entre octubre 1° de 1998 y diciembre 31 de 1999.

En junio de 2000, la deuda de las entidades territoriales con el sistema financiero ascendió a $4,7 billones y representó 57,6% del total de la deuda que tenía el sector público con los establecimientos de crédito (Asobancaria, 2000).

Cabe señalar, que el endeudamiento no es negativo per se, depende de su sostenibilidad y de cómo se invierte.

65

90

Los incrementos acordados en los ingresos corrientes deberán dirigirse ante todo a cumplir con el servicio de la deuda. Solo si el crecimiento real supera el 2,5% anual el Departamento podrá disponer del 50% del ingreso adicional (p. 51).

El municipio de Cali, por su parte, también presentó elevados niveles de endeudamiento: en 1999 el valor de la deuda ascendió a $0,9 billones (precios de 2015), el registro más alto entre todos los municipios del país (representando el 25% del total nacional en los municipios). Esto quiere decir que, en promedio, la deuda pública por habitante en Cali era de $504.473, cifra muy superior a la registrada en Barranquilla ($332.229), Medellín ($265.574), Bogotá ($146.842) y Bucaramanga ($116.258).

Después de 1999, el nivel de endeudamiento por habitante en Cali siguió incrementándose hasta llegar a $565.521 en 2002. Posteriormente, después de una serie de ajustes que incluyó una reforma administrativa,67 registró una

disminución sostenida. Cabe señalar, que durante 20 años la deuda pública

La Alcaldía de Cali firmó un plan de desempeño con el Ministerio de Hacienda en 1997 que comprometía al municipio a disminuir sus gastos de funcionamiento y el nivel de la deuda.

91

por habitante en Cali fue superior a la registrada por las otras principales ciudades de Colombia (Gráfico 3.12).

Entidades descentralizadas, inestabilidad política

In document Mientras llegaba el futuro (página 87-92)