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Evolución histórica del desarrollo sostenible

Francisco Javier Jaraíz Cabanillas Universidad de Extremadura

2. Evolución histórica del desarrollo sostenible

Dos tipos de documentos muy diferentes en el mismo año; científico el primero, Los límites del crecimiento, y político el segundo, la

Declaración de Estocolmo son los dos hitos que marcaron el

camino de lo que se conceptualizará años más tarde como el desarrollo sostenible.

El Club de Roma

En abril de 1968 se reunieron en la Accademia Dei Lincei de Roma una treintena de personas -científicos, educadores, economistas, humanistas, industriales y funcionarios- procedentes de 10 países convocados por Aurelio Peccei para discutir sobre un tema de especial relieve: el presente y el futuro de la especie humana. Se trataba de abordar las cuestiones que preocupaban a todos los seres humanos con independencia de su procedencia, de analizar, en suma, la «problemática mundial» y aportar soluciones.

En 1970 se constituyó el Club de Roma, una asociación con el propósito de contribuir a mejorar nuestra sociedad mediante la identificación y el debate activo acerca de problemas de índole global y con el convencimiento de que cada individuo puede contribuir a esta mejora.

Los límites del crecimiento es un informe encargado por el Club de Roma al MIT (Massachussets Institue of Technology) publicado

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en 1972, por el equipo compuesto por Donella Meadows, como autora principal, Dennis Meadows y Jorgen Randers.

El informe se basaba en la simulación informática del programa

World3, creado por los autores para realizar proyecciones sobre el

futuro del planeta utilizando una gran base de datos con multitud de variables, con el objetivo de recrear el crecimiento de la población, el crecimiento económico y el incremento de la huella ecológica de la población sobre la tierra en los próximos 100 años.

Las perspectivas resultaron muy negativas. Como consecuencia de la disminución de los recursos naturales, hacia el año 2000 se produciría una grave crisis en las producciones industrial y agrícola que invertirían el sentido de su evolución. Con algún retardo la población alcanzaría un máximo histórico a partir del cual disminuiría rápidamente. Hacia el año 2100 se estaría alcanzando un estado estacionario con producciones industrial y agrícola per cápita muy inferiores a las existentes al principio del siglo XX, y con la población humana en decadencia.

La tesis principal del Informe es que «en un planeta limitado, las dinámicas de crecimiento exponencial no son sostenibles».

El crecimiento exponencial de la población, el crecimiento exponencial de la producción de alimentos, el consumo excesivo de reservas minerales, el consumo excesivo de energía per cápita, el incremento de la productividad alimenticia, son entre otros, resultados importantes obtenidos tras varias simulaciones del programa World3.

Así pues, las conclusiones principales son claras y tajantes:

1. Si las presentes tendencias de crecimiento en la población mundial, industrialización, contaminación, producción de alimentos y utilización de recursos naturales no se modifican, los límites del crecimiento del planeta se alcanzarán dentro de los próximos 100 años.

2. Es posible modificar estas tendencias de crecimiento y establecer condiciones de estabilidad ecológica y económica de tal modo que se prolongue de forma sostenible en el futuro. Podría diseñarse una situación de equilibrio global

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que permitiera la satisfacción de las necesidades materiales básicas de cada persona en la Tierra y todas tendrían igual oportunidad de desarrollar su potencial humano individual. «La relación entre los límites de la Tierra y las actividades humanas está cambiando». La depredación humana está traspasando los límites y el planeta pone límites al crecimiento, como los recursos naturales no renovables, la tierra cultivable finita y la capacidad del ecosistema para absorber la polución producto del quehacer humano. «La transición de crecimiento a equilibrio global es posible», concluyen los autores de este importantísimo informe.

Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (Estocolmo, 1972)

En la Conferencia de Estocolmo de 1972 se toma por primera vez conciencia sobre la problemática medioambiental:

«El hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea, el cual le da el sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral, social y espiritualmente. En la larga y tortuosa evolución de la raza humana en este planeta se ha llegado a una etapa en que, gracias a la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar, de innumerables maneras y en una escala sin precedentes, cuanto lo rodea. Los dos aspectos del medio humano, el natural y el artificial, son esenciales para el bienestar del hombre y para el goce de los derechos humanos fundamentales, incluso el derecho a la vida misma» (Naciones Unidas, 1972).

«El crecimiento natural de la población plantea continuamente problemas relativos a la preservación del medio, y se deben adoptar normas y medidas apropiadas, según proceda, para hacer frente a esos problemas. De cuanto existe en el mundo, los seres humanos son lo más valioso. Ellos son quienes promueven el progreso social, crean riqueza social, desarrollan la ciencia y la tecnología, y, con su duro trabajo, transforman continuamente el medio humano. Con el progreso social y los adelantos de la producción, la ciencia y la tecnología, la capacidad del hombre para mejorar el medio se acrecenta cada día que pasa» (Naciones Unidas, 1972).

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Asimismo, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de Estocolmo (Naciones Unidas, 1972) se incorporó a los temas de trabajo de la comunidad internacional la relación entre el desarrollo económico y la degradación ambiental.

Los principios fundamentales que se pueden extraer de esta Conferencia son los siguientes:

«Principio 2. Los recursos naturales de la Tierra, incluidos el aire, el agua, la tierra, la flora y la fauna y especialmente muestras representativas de los ecosistemas naturales, deben preservarse en beneficio de las generaciones presentes y futuras mediante una cuidadosa planificación u ordenación, según convenga».

«Principio 3. Debe mantenerse y, siempre que sea posible, restaurarse o mejorarse la capacidad de la Tierra para producir recursos vitales renovables».

«Principio 5. Los recursos no renovables de la Tierra deben emplearse de forma que se evite el peligro de su futuro agotamiento y se asegure que toda la humanidad comparta los beneficios de tal empleo».

«Principio 13. A fin de lograr una más racional ordenación de los recursos y mejorar así las condiciones ambientales, los Estados deberían adoptar un enfoque integrado y coordinado de la planificación de su desarrollo de modo que quede asegurada la compatibilidad del desarrollo con la necesidad de proteger y mejorar el medio humano en beneficio de su población».

«Principio 14. La planificación racional constituye un instrumento indispensable para conciliar las diferencias que puedan surgir entre las exigencias del desarrollo y la necesidad de proteger y mejorar el medio».

Tras la conferencia fue creado el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que hasta el día de hoy sigue siendo el principal organismo mundial en la materia.

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