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Textos extraídos de LOS MENSAJES DE PERÓN. Para ampliar: http://peronistakirchnerista.com/doc/losmensajes.1946.1952.1.pdf

a.- La base de la Filosofía Peronista

La base sobre la cual finca toda la filosofía de nuestra Doctrina Peronista es, precisamente, la supresión del egoísmo. Creemos que el factor que más ha gravitado negativamente en la vida de los hombres y de los pueblos, hasta nuestros días, ha sido ese fatal egoísmo que trajo el individualismo a nuestros Pueblos. Hoy nosotros comenzamos a pensar todos para todos, porque

queremos conformar una comunidad sin egoísmo, una comunidad que piense primero en realizar la comunidad y dentro de esa comunidad realizada cada uno de nosotros, de acuerdo con nuestros valores espirituales, puede realizar su propio destino. Esa es la escuela

fundamental que es necesario grabar profundamente en el alma y en el conocimiento de cada uno de los peronistas. Un peronista debe saber que

su mérito está en razón directa de cuanto él hace por los demás argentinos, más que en cuanto él pueda hacer en su propio provecho.

(Perón, 15, 12,1954, Rev. MUNDO PERONISTA Nº 78, pág. 28)

b.- Una comunidad más justa, más buena y más feliz.

Por eso al clausurar el Primer Congreso Nacional de Filosofía, afirmé nuestra concepción positiva de la sociedad diciendo:

“El progreso social no debe mendigar ni asesinar, sino realizarse por la conciencia plena de su inexorabilidad”.

“Esta comunidad, que persigue fines específicos y materiales, que tiende a superarse, que ansía mejorar y ser más justa, más buena y más feliz, en la

que el individuo pueda realizarse y realizarla simultáneamente, dará al

hombre y a la mujer futuros la bienvenida desde su alta torre, con la noble convicción de Spinoza: Sentimos, experimentamos que somos eternos”. (Perón, 1º-05-50)

c.- Del pueblo depende la continuidad del presente venturoso.

Cuenta la historia que al recibir Napoleón su espada de soldado dijo, como presintiendo su destino: “la empuñadura es de Francia, pero el acero es de Napoleón.”

Cada argentino recibe en esta etapa de la vida nacional también algo así como una espada: los instrumentos con cuyo buen uso podrá lograr el porvenir magnífico que soñamos. No será inoportuno que cada uno piense como Napoleón… “la empuñadura es de la Patria...”, vale decir: la justicia social, la independencia económica, la soberanía política..., “pero el filo es de

Napoleón”, vale decir: es de cada argentino... y cada argentino ha de saber

usarlo en la medida de su capacidad si quiere que todo este presente venturoso sea gozado con mayor felicidad aun por nuestros hijos. (Perón,

1º-05-50)

d.- Realización del bien común.

El bien por cuya realización hemos luchado en el orden económico debe hacer, según nuestra doctrina, todo el camino que llega al pueblo y allí distribuirse equitativamente entre los hombres y mujeres que integran la comunidad.

El “bien” de nuestra concepción justicialista no es el “bien” del Estado, sino el bien común, que una vez alcanzado por la comunidad o por el Estado es justicialmente (justicia en función social) redistribuido a fin de que el hombre,

la mujer puedan realizar íntegramente sus destinos humanos.

Ese ha sido nuestro afán a través de estos años.

A medida que alcanzábamos algún bien material, casi contemporáneamente hemos realizado esa redistribución, que, en la medida de lo posible, ha tratado de ser equitativa. (Perón, 1º-05-51)

e.- El gran objetivo: la felicidad del pueblo.

El gran objetivo de mis luchas ha sido siempre la felicidad de nuestro pueblo. Entiendo que la grandeza de las naciones es transitoria y efímera cuando no se construye sobre las bases de un pueblo digno, feliz y satisfecho. (Perón, 1-5-52)

f.- Felicidad del pueblo y justicia social.

La felicidad de nuestro pueblo, y la felicidad de todos los pueblos de la tierra, exigen que las naciones cuya vida constituyen sean socialmente justas... Y la

justicia social exige, a su vez, que el uso y la propiedad de los bienes que forman el patrimonio de la comunidad se distribuyan con equidad. (Perón,

1-5-52)

g.- La independencia económica en la equitativa distribución de bienes.

Pero mal puede distribuir equitativamente los bienes económicos de la comunidad un país cuyos intereses son manejados desde el exterior por empresas ajenas a la vida y al espíritu del pueblo cuya explotación realizan.

¡La felicidad del pueblo exige, pues, la independencia económica del país como primera e ineludible condición!

Este principio del peronismo tendrá que ser aplicado, señores en el mundo futuro si alguna vez las naciones se deciden a realizar una paz auténtica y humana.

El mundo del porvenir será construido sobre la base de naciones socialmente justas, económicamente libres y políticamente soberanas ¡o será destruido irremediablemente! (Perón, 1-5-52)

h.- La filosofía peronista, el hombre y su felicidad.

(El justicialismo) es una filosofía de la vida, en el sentido de que defiende y ayuda a la vida del hombre, facilitando la solución de sus problemas diarios y vitales, al darle elementos para su progreso físico y espiritual.

La nuestra es una filosofía de la vida con fermento para crear un nuevo tipo de humanidad, un hombre de mente y cuerpo plenamente desarrollados y equilibrados; un hombre con vocación fraterna y con la segura alegría que le da su fe en la grandeza del destino humano.

Es doctrina de amor y de verdad, simple como ellos mismos, inspirada en la realidad eterna del hombre, en sus grandezas y miserias, en sus triunfos y en sus derrotas.

Es popular porque se preocupa primordialmente del trabajador, que siempre fue dejado de lado por la filosofía y del conjunto de estos que constituyen lo que, despectivamente, se llamaba "la masa popular".

Una de las causas del fracaso de los sistemas en pugna es su despreocupación por la realidad del Pueblo, no sólo en el plano individual, sino también en el de la colectividad. Esto quiere decir que no sólo el hombre común aparece excluido de estos sistemas, sino también el Pueblo, cuyas necesidades y aspiraciones no cuentan para los individualistas ni para los colectivistas.

La Doctrina Justicialista está centrada en el hombre, al que considera como único fin y hacia el que se dirige toda su acción.

"Nuestra Doctrina es una Doctrina humanista; nosotros pensamos que no hay nada superior al hombre, y, en consecuencia, nuestra Doctrina se dedica al

hombre individualmente considerado para hacer su felicidad, y al hombre colectivamente tomado para hacer la grandeza y la felicidad del país".