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El estado de la formación militar en Colombia, 1973-1985

In document ESCUELA MILITAR DE CADETES (página 73-79)

La Escuela Militar de Cadetes, desde su reapertura en 1907 hasta

nues-tros días136, ha desempeñado un papel de importancia en la historia nacional,

evolucionando a partir de experiencias como la participación en la guerra de Corea y los complejos retos que debió asumir para la formulación de un proyecto educativo destinado a formar oficiales del Ejército Nacional. En este orden, la institución militar a través de sus escuelas de formación, como la Escuela Militar de Cadetes, única institución en Colombia para

la formación137 de los oficiales, ha sido uno de los pilares de estabilidad

136. Ricardo Esquivel Triana, “La formación militar en Colombia 1880-1884”, en De milicias reales a

militares contrainsurgentes, Torres del Río, César (Bogotá. Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2008),

223-249. La Escuela Militar de Cadetes fue reabierta en 1907 por disposición de Rafael Reyes bajo el concepto de consolidar una institución castrense profesional y de carácter nacional y no deliberante para evitar su politización. De acuerdo con Esquivel, es necesario establecer la continuidad de una escuela militar desde 1847 hasta 1907, a raíz de dificultades históricas para mantener abierta la institución de formación militar, aparentemente ocasionadas por las recurrentes crisis fiscales de la nación, en la segunda mitad del siglo XIX, que ocasionaron cierres episódicos de la escuela militar.

137. Esquivel, “La formación militar en Colombia 1880-1884”, 85. De acuerdo con Esquivel, el término formación militar incluye un carácter integral de los oficiales en cuanto se refiere al sistema que se

democrática, a través de un adecuado proceso educativo basado en una constante innovación de su programa curricular, apuntando al objetivo de proporcionar a los futuros oficiales del Ejército una educación adecuada al para que estos puedan asumir de una manera idónea la conducción de un Ejército en tiempos de conflicto y, a su vez, representar a una institución

respetuosa de la constitución y de las leyes138.

Formar a los futuros oficiales del Ejército Nacional no ha sido una tarea sencilla ni improvisada, por el contrario, la Escuela ha mostrado su alto grado de compromiso, lo hizo especialmente a mediados de la década de los setenta, cuando las organizaciones armadas de orientación marxista, surgidas una década atrás y conocidas tradicionalmente como “guerrillas”, iniciaron un etapa de fortalecimiento armado y expansión territorial en varias regiones del país. Esta expansión se centró en zonas donde la presencia estatal era marginal, y llegaron a rivalizar con el Estado por el monopolio de las armas y la violencia legítima. Este hecho incidió de manera notable el incremento de las tasas de homicidio y en el fortalecimiento de flagelos como el del narcotráfico, el secuestro, la extorsión y demás acciones contra

del Estado colombiano139.

A este complejo escenario se sumaron otros grupos armados ilegales como el M19, que había hecho su aparición como una guerrilla urbana a mediados de la década de los setenta, y que logró mediante una serie de actos violentos de connotación mediática, como el robo de la espada de Bolívar (17 de enero de 1974), el robo de armas del Cantón Norte (31 de diciembre de 1978), la toma de la embajada de la República Dominicana (27 de febrero de 1980) el desprestigio de los gobiernos del Frente Nacional y su fortalecimiento como guerrilla urbana. De igual manera, a partir de su alianza con los carteles de la droga el M-19 afianzó un proyecto de conso-lidación y expansión, y llegó a contar con un elevado número de hombres

orienta a formar personas en el desarrollo de aptitudes o habilidades, ya sean físicas o morales.

138. Mora Jesús Alberto, Formación y educación de los cuadros de mando en el Ejército; servicio de

las ciencias militares a la democracia (Bogotá, 2013, Instituto de Estudios e Investigaciones en Ciencias

Militares), 288.

139. Pizarro Leóngomez Eduardo, Una democracia asediada, balance y perspectivas del conflicto armado

en Colombia (Norma: Bogotá, 1942), 88, 91. El autor señala que a partir de mediados de la década de 1960

el Estado colombiano se vio en la necesidad de confrontar una primera generación de grupos armados defi-nidos como revolucionarios, como lo fueron las FARC, el ELN y el EPL, rezagos de la violencia bipartidista de la década de los cincuenta y la ola revolucionaria que se expandió por Latinoamérica. A estos grupos se le sumaría una segunda generación movimientos armados como el M-19, el Partido Revolucionario de los Trabajadores PRT y el movimiento Quintín Lame a partir de la década de los setenta.

armados en su organización, igualando en algunos momentos a la cantidad de hombres armados con los que contaban las FARC (ver gráfico 1).

Gráfico 1. Estadística grupos armados ilegales, 1975-1984

Fuente: Comando Fuerzas Militares de Colombia. Cartilla. Datos estadísticos de grupos subver-sivos 1975-1984.

Para la década de 1980, el conflicto armado adquirió mayores

dimen-siones140, fue una etapa de crecimiento de antiguos y nuevos grupos

armados ilegales en el país, en especial de las FARC, el cual desde la cele-bración de su Séptima Conferencia había acordado el doblamiento de sus estructuras armadas y la extensión del conflicto desde al ámbito rural hacia el urbano. Este fortalecimiento estaba relacionado con la obtención de recursos provenientes del narcotráfico y de otras actividades delincuenciales como el secuestro y la extorsión, en aras de poder consolidar su posición como grupo ilegal y sustentar su proyecto armado para la toma del poder. Como consecuencia de estos hechos, el Estado colombiano se encontró con evidentes dificultades para garantizar el orden democrático, el espe-cial en regiones donde la presencia estatal era considerada como frágil o marginal y los grupos armados ilegales extendían su control territorial. Esta

140. Torres del Río, César y Hernández Rodríguez, Saúl, “Conflicto interno y Fuerzas Armadas colombianas 1982-2002”, en De milicias reales a militares contrainsurgentes (Bogotá. Editorial Pontificia Universidad Javeriana 2008), 339-359.

expansión pudo verse principalmente en numerosas acciones de violencia y violaciones a los derechos humanos que llevaron al desprestigio y cuestio-namiento de las capacidades del Estado para mantener el monopolio de las armas y de la violencia legítima en la mayor parte del territorio nacional.

Entre tanto, las organizaciones de autodefensa surgieron durante esta coyuntura como respuesta a los excesos cometidos por los grupos armados ilegales como las FARC, el ELN y el M-19, entre otros, y crecieron consi-derablemente gracias a las alianzas entre algunos sectores terratenientes, ganaderos y narcotraficantes, con los cuales pudieron constituir una de las estructuras armadas más fuertes, que se extendieron por varias regiones del país, especialmente en el Magdalena Medio y el Catatumbo. Las autode-fensas también lograron hacer presencia en los departamentos de la costa Caribe, Cundinamarca, Putumayo y Norte de Santander, en donde riva-lizaron con las FARC y el ELN por el control del territorio. Se trataba de lugares donde se concentraba la mayor parte de los cultivos ilícitos, luego la disputa fue especialmente por el control de las zonas de producción coca-lera, mediante el control político de la población civil.

Todos estos elementos, sumados a la falta de coherencia y a la formu-lación de una política integral por parte de las administraciones de turno, que contemplara más que acciones militares para contener el crecimiento de los grupos armados ilegales, derivaron en la articulación de un frente de acción muy amplio y complejo para las Fuerzas Militares. Este escenario de difícil control dejó ver una debilidad estratégica para combatir a los grupos armados ilegales y permitió el crecimiento de la amenaza, al punto

de postular al Estado colombiano como fallido141.

Conforme con este contexto, en la Escuela Militar de Cadetes, entre los años de 1975 a 1985 se hicieron una serie de actualizaciones de los lineamientos curriculares para mejorar la calidad de la educación y de esta manera garantizar a los futuros oficiales del Ejército Nacional una mayor capacitación basada en el respeto por la democracia y la subordinación al poder civil, además de una mejor comprensión de los fenómenos sociales que subyacen en el conflicto armado interno.

141. Jesús Alberto Mora, “Formación y educación de los cuadros de mando en el Ejército; servicio de las ciencias militares a la democracia”, en Ciencias militares, una mirada desde la dimensión epistemológica (Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova: Bogotá, 2013), 303. Véase también: Armando Borrero Mansilla, “Los Militares. Los dolores del crecimiento”, en La encrucijada. Colombia en el siglo XXI (Norma: Bogotá, 2006), 115, 116.

Para cumplir con los designios constitucionales en una democracia que parecía cada vez más amenazada por distintos grupos armados ilegales, la Escuela Militar de Cadetes formó entre estos años aproximadamente a unos

1.300142 oficiales en las distintas armas de combate, bajo el enfoque de una

educación integral, entendida como un proceso sistemático y permanente que incluye varias gamas o espectros de actividades, y que implican formar integralmente al individuo y al ciudadano de acuerdo con su rol dentro de

la institución militar143.

En este orden de ideas, el sistema de formación militar de los oficiales fue concebido desde este enfoque integral, en aras de fortalecer la educación militar, mediante la profundización en las disciplinas afines a las ciencias

militares144 y en áreas técnicas, científicas y socio-humanísticas. Además

se buscó profundizar en las dimensiones éticas y morales del cadete, así como en el respeto por los derechos de la población civil. El propósito fue reafirmar el carácter legítimo de las acciones del Ejército y la postura civi-lista de cada uno de los oficiales egresados de la institución.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, el objetivo de este trabajo debe enmarcarse en el campo de los estudios exploratorios sobre el estado de la educación militar, desde el análisis de las características del programa de formación de los oficiales y las características de la oferta académica en la Escuela Militar de Cadetes entre los años 1975 y 1985, teniendo como objetivo establecer hasta qué punto las reformas y reestructuraciones en los ámbitos académicos fueron acordes con necesidades del conflicto armado interno y con los cambios en el marco internacional de un Estado demo-crático y de una institución castrense respetuosa y subordinada a la auto-ridad civil. El análisis de estos elementos, también permitirá comprender la contribución de las reformas a la educación militar destinada a formar a los

142. Para este consolidado se tuvieron en cuenta los datos consignados en el registro académico de los estudiantes entre los años de 1975 a 1985 de la sección de Inspección de Estudios de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova.

143. Leonardo Noriega, Debate nacional sobre Defensa; educación militar y sus instituciones. Disponible web: http://www.mdn.gub.uy/public/012_noriega pdf. Citado en: Jesús Alberto, Mora, Formación y

educa-ción de los cuadros de mando en el Ejército; servicio de las ciencias militares a la democracia (Bogotá: Instituto

de Estudios e Investigaciones en Ciencias Militares, 2013), 283.

144. Sergio Prince Cruzat, Los fundamentos de las ciencias militares. Citado por Jesús Alberto Ruiz Mora,

Ciencias que uniforman el medio militar (Bogotá: ESMIC, 2013), 26, 27. De acuerdo con Sergio Prince

Cruzat, las ciencias militares son aquellas disciplinas que tienen como objeto de estudio las bases ontológicas de la guerra, las cuales involucran a todas las ciencias que se centran en la guerra como un fenómeno social y que conforman un conocimiento de la guerra y de lo militar, los fundamentos epistemológicos, la enseñanza de la guerra y la relación del objeto de estudio con otras ciencias y conocimientos.

cuadros de mando en la conducción del Ejército, para llegar a comprender que tan decisiva fue la educación en este periodo en el devenir del conflicto armado interno.

En ese orden de ideas, el presente estudio logró identificar dos periodos de transformación y reajuste del proyecto educativo de la Escuela Militar, entendido como el proceso de reformas dirigidas a fortalecer la prepara-ción y educaprepara-ción de los cadetes durante este periodo, mediante el mejo-ramiento progresivo de los estándares educativos para la formación de los oficiales. En consecuencia, el primer periodo de transformaciones inició con la reforma educativa de los años de 1974 y 1975, para reestructurar la formación militar de los cadetes. En este periodo se dieron incentivos para el fortalecimiento de los estudios universitarios en carreras relacionadas con las ciencias militares, los cuales ya habían recibido un impulso inicial con el surgimiento de las facultades nocturnas de Derecho, Ingeniería civil y Economía en el año de 1973, como complemento para los últimos años de formación profesional que recibieron los alféreces en la Escuela Militar.

El segundo periodo de transformaciones que se identifica para esta investigación se inició en 1980, y se caracteriza por ser una etapa de grandes cambios y transformaciones al sistema de educación militar, que tuvo como eje central el mejoramiento de la calidad de los estudios supe-riores mediante la Universidad Militar. A partir de allí, la Escuela Militar de Cadetes emprendió una serie de reformas encaminadas al mejoramiento de los estándares de calidad de la educación militar a través de un proyecto de educación integral en aras de profundizar en las dimensiones científica, académica, militar y ética del estudiante, además de fortalecer el contenido relacionado con enseñanza y el respeto de los Derechos Humanos.

Acorde con este propósito, para el desarrollo de este capítulo se consultaron una variedad de fuentes que corresponden a la documenta-ción oficial e institucional relacionada con la Escuela Militar de Cadetes, tales como leyes, decretos y resoluciones, directivas permanentes del Ejército, Informes de inspección de la Escuela Militar de Cadetes, en los que se hace referencia a temas respectivos a la regulación la educación secundaria y superior que es impartida en esta escuela, además de las políticas orientadas a la formación militar. Igualmente fueron tenidas en cuenta las fuentes que se refieren al programa educativo de la Escuela Militar, tales como actas del Consejo Directivo y actas de entrega en las cuales se definen las pautas para el desarrollo de los programas

acadé-micos y el desarrollo curricular de cada una de las áreas de conocimiento; se consultaron también los planes de estudio, programas académicos y reglamentación académica, (secundaria y superior). Para completar el diagnóstico del estado de la educación militar en Colombia entre 1975 y 1985, se tuvo en cuenta documentación formativa y doctrinal correspon-diente a manuales militares, reglamentos de régimen interno y manuales de combate (guerra regular e irregular). Lo anterior con el objetivo de establecer el estado de la doctrina y la estrategia general adoptada por las Fuerzas Militares para la formación de los oficiales que tuvieron que desempeñar una labor significativa en el combate de las amenazas que representaron los grupos armados ilegales durante el período de estudio propuesto.

Período I de transformación. La reforma al

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