Una vez llegados a este punto, es conveniente resumir los hallazgos que, a lo largo de estos años e independientemente de los modelos propuestos, se han producido dentro de la categorización unidimensional e identificación absoluta. Como se recordará, hemos agrupado las investigaciones en tres puntos básicos, las principales aportaciones de estos puntos o ejes de investigación son los siguientes: el efecto 7±2, el efecto de anclaje y los efectos de secuencia. En todos ellos han surgido diferentes marcos teóricos que, con mayor o menor fortuna, han intentado ajustar los resultados obtenidos en los experimentos correspondientes a cada modelo. Ahora bien, los resultados surgidos a partir del estudio de cada uno de estos fenómenos y, en consecuencia, de la identificación absoluta o de la categorización unidimensional pueden resumirse de la siguiente forma.
Por lo que respecta al efecto 7±2/rango, el hecho de incrementar el rango de los estímulos manteniendo la proporción a la que se encuentran separados apenas causa un mínimo aumento en la identificación absoluta, persistiendo, en consecuencia, los errores cometidos (Durlach y Braida, 1972; Luce, Green y Weber, 1976). Por tanto, para un número fijo de señales —igualmente espaciadas— los aciertos se incrementan hasta un cierto límite a partir del cual el índice de aciertos apenas se incrementa. Se trata de la típica curva logaritmica que se observa tanto si nos referimos a la relación entre aciertos y sensibilidad como si nos referimos a la relación existente entre aciertos e información transmitida. Esta curva puede observarse en la Figura 10. Finalmente, los resultados obtenidos en la manipulación del rango muestran que los participantes tienen mayores dificultades para discriminar entre dos estímulos fijos cuando el rango en el que se encuentran estos dos estímulos es amplio que cuando el rango es reducido.
Hacia la complejidad del estímulo y analítica 73 Número de aciertos Distancia entre estímulos (fijado su número)
Figura 10 Relación entre el número de aciertos y la distancia entre estímulos de número constante
En cuanto al denominado efecto de anclaje, ha quedado claro que no es debido a sesgos en la respuesta o a limitaciones en la elección de respuesta que se produce en los extremos. Los estímulos situados en los extremos del continuo solo tienen a su alrededor a un estímulo mientras que los estímulos que se sitúan en una posición distinta a ésta tienen dos estímulos a su alrededor (por ejemplo; Berliner, Durlach y Braida, 1977).
Por lo que respecta a los efectos de secuencia (recordemos, por ejemplo, la asimilación) han sido considerados repetidas veces desde los ya citados estudios de Braida a los de Treisman (Treisman y Williams, 1984) y Laming (1997). Nótese, no obstante, que cuando los estímulos son presentados aleatoriamente estos efectos tienden a decrecer hasta llegar a ser prácticamente inexistentes.
Recientemente, se ha retomado el estudio de este efecto (Stewart, Brown y Chater, 2002) subrayando la diferencia entre el estímulo presentado y el precedente (en la misma línea que los trabajos ya comentados de Mori y de Laming). El efecto de secuencia es mayor cuando el estímulo precedente pertenece a otra categoría y se encuentra muy alejado del estímulo presentado en ese momento.
Así pues, es importante tener en cuenta estos efectos, propios de la identificación absoluta, a la hora de establecer cualquier hipótesis sobre categorización (en el sentido estricto, al existir menos respuestas posibles que estímulos presentados). Las principales aportaciones a la categorización, como hemos visto, han sido la de Parducci (1965) y
las de Lacouture y Marley (Lacouture, Li y Marley, 1998). Todos ellos se ocupan del efecto del número de categorías de respuestas y de estímulos mostrando que cuando el número de categorías de respuestas el que se incrementa, el efecto de los extremos se incrementa y los estímulos tienden a ser asignados a menores valores y más próximos entre sí. Por otra parte, incrementar los estímulos provoca que los participantes perciben las diferencias entre los estímulos de una forma más gradual siendo su efecto en los extremos escaso.
Desde un punto de vista teórico, la inmensa mayoría de los modelos que hemos visto parten de los trabajos de Thurstone, si bien esta teoría se muestra insuficiente para dar cuenta de los distintos fenómenos mencionados con anterioridad ya que ello supone aceptar que el ruido debido a los estímulos y el ruido del criterio no son independientes del contexto experimental. Entre estos modelos destaca el propuesto por Durlach y Braida (1969) que ha derivado en el modelo de anclaje. Algunos modelos surgidos posteriormente son similares —caso del modelo de Gravetter y Lockhead (1973)— ampliando la idea del anclaje (Lacouture y Marley 1991, 1995) y otros se relacionan directamente con ciertos constructos propuestos por los modelos de categorización multidimensional, como las bandas de atención del modelo de Luce (Luce y otros, 1976) y la atención propuesta por Nosofsky (1986) o la aplicación directa del marco thurstoniano de la teoría de Ashby (Ashby y Townsend, 1986).
Así pues, en el siguiente capítulo nos ocuparemos de los modelos surgidos dentro del estudio de la categorización multidimensional. Estos modelos son, en unos casos (como en los dos ejemplos citados más arriba), aplicaciones más sofisticadas de las teorías y modelos surgidos dentro de la categorización unidimensional y de la identificación absoluta; en otros casos, son totalmente independientes (como, por ejemplo, el modelo de prototipo) y en algunos casos son aplicaciones de teorías surgidas en otros campos (como por ejemplo, las teorías de aprendizaje E–R) que hemos optado por incluir en el siguiente capítulo debido a su aplicación tanto con estímulos formados por una única dimensión como con estímulos de dimensiones múltiples.
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