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HERRAMIENTAS PARA EVALUAR EL POTENCIAL DEL CANDIDATO Dos herramientas principales para determinar si uno tiene las destrezas para

LIDERAZGO EN LA PLANTACIÓN DE IGLESIAS Introducción

C. HERRAMIENTAS PARA EVALUAR EL POTENCIAL DEL CANDIDATO Dos herramientas principales para determinar si uno tiene las destrezas para

plantar nuevas iglesias son la “Entrevista de Conducta” y el “Centro de Evaluación”. Varias denominaciones usan ambas herramientas. Sirven para determinar si los candidatos para plantar iglesias en verdad tienen las habilidades, la pasión y el conocimiento necesarios.

Cuando incorporamos un programa de identificación de plantadores en el proceso, subió altamente el porcentaje de nuevas obras plantadas que siguieron existiendo después de cinco años de haber nacido. Además, cuando uno incluye un programa con un mentor para el plantador en los primeros dos años de la plantación, estadísticamente se nota que hay más iglesias que sobreviven y florecen.

1. La entrevista de conducta

Una entrevista muy conocida fue diseñada por el Dr. Charles Ridley (Ridley y Logan, 1998). Basada en una investigación realizada entre 13 denominaciones, la entrevista de conducta se basa en el siguiente principio: “Lo que uno hizo en el pasado es un buen indicador de lo que hará en el futuro”. La entrevista dura unas 3 a 5 horas y consiste en preguntas en las que el candidato comparte sus experiencias del pasado comentando conductas específicas. Vale notar también que las preguntas que uno hace no necesariamente tienen que ver con el ministerio actual del candidato. La conducta es aplicable en varias situaciones, entonces lo que uno quiere determinar es la conducta en varios contextos y no necesariamente sólo en el contexto ministerial. Según Ridley, la conducta es transferible. Por eso, el entrevistador hace una serie de preguntas para probar una conducta en varios contextos.

2. Centro de Evaluación

El centro de evaluación para plantadores de iglesias consiste de varios ejercicios y simulacros de dos a tres días, que se usan para discernir la habilidad del candidato para plantar iglesias. El candidato y su cónyuge se someten a actividades intensivas en un contexto de retiro. El centro se distingue de la entrevista de conducta en que no se basa en hechos cumplidos en el pasado, sino en observaciones tomadas en el propio momento. Sirve sólo para pronosticar el potencial de éxito en plantar una iglesia basado en su comportamiento en el momento de participar en el centro de evaluación. El evento es deliberadamente intensivo para ver cómo responden bajo la presión del tiempo.

Como un mes antes del centro de evaluación el candidato llena una serie de instrumentos por escrito. Estos consisten en el “Sistema de Perfil Personal, DiSC” que determina los estilos de comportamiento, un inventario de dones (Descubriendo Mis Dones, 1996), y “Destrezas, Habilidades y Dones de Plantadores de Nuevas Iglesias,” una herramienta de veinte oraciones para determinar si uno tiene pasión y habilidades para plantar una iglesia.

Los resultados de estos instrumentos son recibidos y estudiados por los asesores para establecer un perfil objetivo preliminar del candidato. Los asesores son personas experimentadas en sembrar iglesias que también han sido entrenadas en métodos evaluativos. Se intenta tener tres asesores en cada retiro. Al llegar al centro de evaluación cada asesor se encarga de conocer a fondo al candidato y su cónyuge. El asesor será clave en el momento de determinar su elegibilidad para el ministerio de plantar nuevas iglesias. Al final de la evaluación, cada asesor determina en privado la puntuación por pareja y después se reúne con los otros asesores para anotar en la pizarra los criterios para determinar un promedio entre todos los asesores. Además de la puntuación, los asesores perfilan a la pareja en términos descriptivos, enumerando no sólo sus fortalezas sino también sus áreas de crecimiento. Se asigna un pasaje bíblico como texto clave de los asesores para la pareja. Uno de los asesores, el que fue asignado a la pareja, se reúne con ellos para entregar los resultados del centro de evaluación.

En el centro se anhela establecer una situación positiva para el candidato. Si los asesores determinan que la pareja no tiene el don o las habilidades para plantar iglesias, se le ofrecen alternativas y opciones ministeriales.

La pareja sale del centro confirmada como personas y como ministros para encontrar su lugar de servicio en el Reino.

Las actividades en el centro de evaluación se dividen en siete ejercicios y son los siguientes:

a. Situación de supervivencia. Es un simulacro grupal en que los participantes sobreviven a un naufragio, por ejemplo. Los participantes reciben una lista de herramientas y cada uno por su cuenta anota primero un orden de prioridades para identificar la utilidad de cada herramienta. Después, cada participante comparte su lista con el grupo y luego hacen una nueva lista de prioridades entre todos. A la faz de eso, se les cuenta lo que hubiera hecho un experto en supervivencia. El objeto de la actividad es de observar el comportamiento de cada uno y además enseñar la importancia de la decisión colectiva.

b. Investigación zonal (o geográfico). Cada pareja recibe un estudio demográfico (descripción de zona) y otros documentos estadísticos (reales o ficticios) de una comunidad. Con estos la pareja debe determinar el perfil de la comunidad a alcanzar. El motivo de esta actividad es determinar si el candidato puede “leer”o interpretar la comunidad donde quiere plantar la nueva iglesia.

c. Visión. Cada pareja debe escribir su visión para la nueva iglesia. Comparten la misma a sus colegas. Estos tienen que “venderles” la visión a los demás. Se mide la visión y cómo la comunica al grupo.

d. Diseño de estrategia. En este ejercicio los candidatos tienen que anotar los pasos para plantar la nueva iglesia, uno por uno. Trabajan en grupos, sin embargo, los asesores observan a cada pareja, para ver su colaboración en el proceso y su comportamiento grupal.

e. Resolución de conflictos. En grupo, los candidatos leen un caso sobre un conflicto específico. Como grupo deben determinar una solución. Los asesores observan la participación de cada uno en el proceso de resolver el conflicto y las opciones que se presentan, la interacción entre los integrantes, las concesiones que algunos tienen que hacer para el bien del grupo, y si uno tiende a dominar e imponer su propio punto de vista, etc. f. Presentación del evangelio. Cada candidato tiene que presentar el

evangelio a otra persona. Hay juego de roles.

Este ejercicio le da la oportunidad de observar cómo el candidato juega el papel de evangelista y de incrédulo, para asesorar si entiende la cultura del incrédulo, si puede acomodarse, hablar su lenguaje y presentar el evangelio en lengua franca.

g. Mensaje para la gran apertura. Los candidatos llegan preparados para dar un mensaje como si fuera el primer culto público, o sea, la gran apertura del nuevo ministerio.

Después de tres días tan intensivos, los candidatos usualmente están cansados y rendidos. Hacemos posible que su entrevista final sea lo más placentera posible con el fin de que salgan con la afirmación de sus dones para un tipo específico de ministerio.