• No se han encontrado resultados

Implicaciones metodológicas

5. Diseño metodológico

5.1. Estudiar al niño con el niño

5.1.3. Implicaciones metodológicas

122

simula ejercitar los derechos de adultos, no los propios (Hill et al., 2004). Hace falta proveer y concientizar a los niños sobre ese espacio de libertad y de enseñanza de los propios derechos, pero también de los deberes, para que puedan ejercerlos y desde sus realidades hacerse cargo de su entorno, del prójimo y del lugar que habitan. En este tema es fundamental no caer en las mismas generalidades de la estandarización de grupos y categorías, porque la diversidad de subjetividades por contextos de pobreza, discapacidad, digitalización, etc., exigen atenciones diferentes.

123

ha habido mucho interés en someter a entrevista a los niños, dando la impresión de considerarse inoficioso. Asimismo, suele enmarcarse al niño solo dentro del contexto educativo y de juego, y es muy poco lo que se ha documentado de entrevistas sobre su experiencia a nivel social

(Christensen y James, 2008, p. 87, 88):

Until recently survey researchers, when investigating aspects of childhood, have preferred to ask adult respondents such as parents or teachers to report on children’s lives, rather than to ask children themselves. In part, this has been because of concerns about the cognitive ability of children to process and respond to structured questions about

behavior, perceptions, opinions and beliefs. (…) there is often a very large gulf between parental observations about their child and the child’s own perceptions. (…) the best people to provide information on the child’s perspective, actions and attitudes are children themselves.

Con esto el autor hace un llamado a acudir directamente al niño cuando se quiere indagar sobre sí mismo, pues es él el que verdaderamente sabe y puede dar cuenta de manera fidedigna sobre sus vivencias y discursos. Además, resalta la necesidad de tener en cuenta el contexto en el que el niño se encuentra al responder a las entrevistas, puesto que el ambiente que le rodee en dicha intervención va a incidir mucho en su respuesta. Un niño no se siente igual de cómodo respondiendo en su casa o en casa de alguien más, rodeado de niños o de adultos, etc. Vale la pena seguir citando al autor (Christensen y James, 2008, p. 89) porque visibiliza algunas de las problemáticas más frecuentes para tener en cuenta al acceder a esta población:

(…) interviewing children does pose some particular practical and methodological problems and the current state of knowledge about conducting survey interviews with

124

children is very fragmented. (…) problems of language use, literacy and different stages of cognitive development. There is also heightened concern about data quality, with some skepticism (…) issues of confidentiality and ethics become especially important (…).

Christensen y James (2008) son realistas sobre la complejidad que implica entrevistar niños, pero también dan cuenta de la importancia de no buscar intermediarios para conocer sus realidades. También proponen algunas técnicas metodológicas como, por ejemplo, usar

estímulos visuales con imágenes para niños menores a 11 años, puesto que implica menos esfuerzos abstractos de preguntas formuladas con alto nivel de profundidad o complejidad que ponen en aprietos al entrevistado por someterlo solo a representaciones verbales. Simplificar la técnica no es subestimar al niño, todo lo contrario, es incluirlo, es integrarlo en sus propios lenguajes (Hill et al., 2004).

En todo caso, como dice Pascual (2007) la gran ventaja o fortuna de investigar con niños siempre resulta en hallazgos que sorprenden, porque nunca se concluye que el niño sea más infantil de lo pensado, sino que deriva en conclusiones inesperadas. Finalmente, este nuevo paradigma está en función de la “voz del niño” que permite acceder a conocimientos y realidades propias de subjetividades infantiles, desde su óptica, lentes propios para ver la vida.

Son muchas las cosas que se han mencionado sobre estudiar al niño y muchas las consideraciones que se desean presentar al respecto. Por un lado, hay una duda inminente de cómo entender al niño, lo que dice, su lenguaje. Hay quienes pensarían que tratar de traducir al lenguaje del adulto lo que el niño quiere decir sería un acto de silenciarlo de nuevo. Sin embargo, en esta investigación la reflexión lleva a pensar que es una cuestión más compleja de contestar que concluir que todo se trata del adultocentrismo. Es importante resaltar la necesidad de

125

conocer la perspectiva del niño, pero en una primera instancia, se considera provechoso aprender a decodificar su lenguaje para poder ser presentado ante la comunidad científica. Esta tarea debe hacerse destacando su intención interpretativa susceptible a errores, poniendo en paralelo el insumo o versión inicial para estar sujeto a análisis por las ciencias. Se piensa que es importante divulgar los discursos y subjetividades desde un plano íntimo e individual, desde el pensamiento del niño que no puede generalizarse, pero que denota algunos rasgos que permiten aproximarse a este sujeto cada vez más.

Por otro lado, la presente investigación no se cimienta en una visión de dualidad opresor-oprimido, en la que hay que rescatar al niño de las garras maléficas del adulto. Se reconocen abusos en muchas áreas y en específico de las ciencias y la academia, pero también se dilucida un alto grado de ignorancia, evidenciando la necesidad de un trabajo en conjunto entre niños y adultos (y demás grupos etarios) para que con el conocimiento se pueda llegar a trasformaciones sociales positivas. Lo anterior, porque se encuentra un pensamiento muy radical en los que pretenden emancipar al niño del adulto, y dejar que por sí mismo sobreviva en una libertad anárquica, a la que, desde la postura de esta investigación, no hace falta llegar. El niño sí necesita de adultos para crecer integralmente, de hecho, es una responsabilidad del adulto no abandonar al niño a su suerte, y para esto se requiere un grado necesario de control, cuidado y disciplina amorosos (sin estar exentos de equivocaciones). Enseñarles a los niños a controlar sus esfínteres, a leer y a expresarse, por ejemplo, son actos de responsabilidad que, además, los integra a la sociedad. El niño, si quiere, puede escribir como quiera su propio idioma inventado, pero este solo será entendido por él mismo, lo aliena. A veces, el control o las normas comunes permiten que, como seres que compartimos un mismo espacio vital, podamos construir en conjunto, respetando las libertades propias, pero también las ajenas, velando por códigos comunes.

126

Se ha subestimado el potencial social de los niños y con esta investigación se quiere aportar ese grano de arena para escuchar la voz del niño y hacerlo partícipe de investigaciones que lo dignifiquen. También se desea valorar otros enfoques disciplinarios que han ido aportando un acercamiento al niño, a la infancia, como también ha aportado a su manera el constructivismo permitiendo conocerlo desde otros enfoques, con errores sí, pero igual enriqueciendo el

conocimiento sobre el fenómeno. Las reflexiones éticas al respecto deben estudiarse, como ya se había dicho desde la hermenéutica de la historia, y en las características de la contemporaneidad aprovechar para descubrir el mundo desconocido de los niños.