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no II-II,q.6,a.l,c. « Principalis et propria causa fidei est id quod interius

B) interpretación del P Garrigou-Lagrange.

Uno de los más insignes defensores de los que sostienen que la moción divina a la que disponen los dones es distinta a la que ne­

143 R aym ond L. O.P., Les dons du Saint-Esprit en général. - Etude métaphi- sique et psycologique, en Revue Thomiste, 21 (1913) 406-418.

144 D e G u ib e rt J., SJ. Dons du Saint-Esprit et mode d’agir « ultra-humain »

d'après Saint Thomas, en R.A.M. 3 (1922) 394-411.

cesitan las virtudes sobrenaturales para producir sus actos es el P. Garrigou-Lagrange, que publicó un estudio, repetidas veces edi­ tado, donde examina la cuestión expresamente146. Su intento es:

« Ostendere quod iuxta Sanctum Thomam, specialis inspirado Spiritus Sancti, cui per dona dóciles efficimur, differt omnino a gratia actuali communi, quae necessaria est ad exercitium vir- tutum infusarum » 147.

Santo Tomás distingue, prosigue el autor, tres modos de moción divina, tanto en el orden natural, como en el sobrenatural. Estos tres modos se hallan sintentizados en el siguente esprema:

« Mens nostra movetur a D eo: I. - In ordine naturali:

1) ad beatitudinem in communi

2) ad sese determinandum ad tale bonum verum vel ad

tale bonum apparens

3) per specialem inspirationem, v.gr. in genere phiioso- phico, in genere poético, etc.

II. - In ordine supernaturali:

1) ad se convertendum ad Deum, finem ultimum superna- turalem

2) ad sese determinandum ad exercitium virtutum infu­

sarum

3) per specialem inspirationem, cui per dona dóciles effi­ cimur ».

Naturalmente este esquema no se encuentra en Santo Tomás. Sin embargo, según el P. Garrigou-Lagrange, sus elementos componentes se hallan contenidos en los siguientes textos: I-II, q. 9, a. 6, ad 3um;

q. 68, a. 2; a. 3; q. 109, a. 1; a. 2; a. 6; a. 9; q. 111, a. 2; De Veri- tate, q. 24, a. 15. El primer modo de moción divina es anterior a

toda deliberación; el segundo es posterior o la acompaña; el terce­ ro es sobre toda deliberación. Esto se efectúa tanto en el orden na­

146 G arrigou-L agrange R., O.P. Principes fondamentaux de la mystique selon

Saint Thomas. L’inspiration spéciale du Saint-Esprit et le progrès de la charité, en La Vie Spirituelle, 8 (1923) 417-446. Artículo incluido en su obra: Perfection

Chrétienne et Contemplation» 2 éd. Saint-Maximin 1923, v.l,p.353-385; y traducido al latin aparece en Xenia Thomistica II, Romae 1925 p. 211-232. Citamos por esta última.

tural como en el sobrenatural. El autor cita un texto donde cree en­ contrar cuanto afirma:

« Sufficiat hic transcribere primum horum textum, qui, ut in- fra videbimus, explicatur per alios subsequentes textus, quam- vis hoc nonnulli videantur ignorare; « Deus movet voluntatem hominis, ait S. Thomas, sicut universalis motor ad universalem obiectum voluntatis, quod est bonum, et sine hac universali mo- tione homo non potest aliquid velle; sed homo per rationem se ad volendum hoc vel illud, quod est vere bonum vel apparens bonum. Sed tarnen interdum specialiter Deus movet aliquos ad aliquid determinate volendum, quod est bonum, sicut in his quos movet per gratiam, ut infra (ql09,a.2;a.6;q.lll,a.2) dice- tur » 148.

El « specialiter», subrayado por él, se refiere, según el ilustre dominico, a la moción especial sobrenatural de los dones.

Crítica. El texto, citado por el autor como punto de partida para

su interpretación, no da fundamento a una distinción entre dos mo­ ciones divinas sobrenaturales, una para los dones y otra para las virtudes infusas. Ni el adverbio « specialiter », ni la expresión « mo­

vet per gratiam », justifican tal interpretación. Las dos primeras mo­

ciones de que habla el Santo en este lugar son comunes a todo acto de la voluntad; todos los hombres son movidos por Dios, tanto en orden al objeto universal de la voluntad, como a un objeto particu­ lar, que puede ser un bien real o aparente; se trata por tanto de una moción común a todo ser humano, cuando su voluntad actúa; la ter­ cera moción de la voluntad humana por parte de Dios a un objeto determinado, que es siempre un bien real (en contraposición a la posibilidad que queda en la segunda moción a moverse hacia un bien aparente, por la libre determinación humana), es una moción

especial; porque no es común a todos los hombres, sino propia de

aquellos a los que Dios mueve por su gracia. El Santo usa la palabra « specialis» en general al designar un elemento sobrenatural, en contraposición a otro natural, común a todas las creaturas.

Asi, por ejemplo, la Inhabitación de la Santísima Trinidad en el alma de los justos es una presencia especial, en relación a la presen­ cia de inmensidad, que es común a todos los seres creados:

« Est enim communis modus quo Deus est in ómnibus rebus per essentiam, potentiam et praesentiam, sicut causa in effectibus participantibus bonitatem ipsi.us. Super istum modum autem

communem, est unus specialis, qui convenit creaturae rationali,

in qua Deus dicitur esse sicut cognitum in coginoscente et ama- tum in amante » 149.

Hablando en otro lugar del amor de Dios a la creatura distingue también un amor común de otro especial, que equivalen como en el caso anterior, a un amor natural (que produce en ella bienes natura­ les) y a otro sobrenatural:

« Et secundum huiusmodi boni differentiam, differens conside- ratur dilectio Dei ad creaturam. Una quidem communis, secun­ dum quam esse naturale rebus creatis dargitur. Alia autem est

dilectio specialis, secundum quam trahit creaturam rationalem

supra conditionem naturae, ad participationem divini bon i» 15°. Dios mueve todas las cosas hacia Sí, como a fin último de todas ellas. Pero a los justos los atrae como a fin especial:

« Sed homines justos convertit ad seipsum sicut ad specialem finem, quem intendunt et cui cupiunt adherere sicut bono pro- prio » 151.

La gracia santificante, fundamento de toda la vida sobrenatural, es un bien especial, efecto del amor sobrenatural de Dios para con el hombre:

« Dilectio Dei est causativa boni quod in nobis est, sicut dilectio hominis provocatur et causatur ex aliquo bono quod in dilecto est. Sed homo provocatur ad specialiter aliquem diligendum propter aliquod speciale bonum in dilecto praeexistens. Ergo, ubi ponitur specialis dilectio Dei ad hominem, oportet quod consequenter ponatur aliquod speciale bonum homini a Deo col- latum. Quum igitur, secundum praedicta, gratia gratum faciens designet specialem dilectionem Dei ad hominem, oportet quod aliqua specialis bonitas et perfectio per hoc homini inesse desi- gnetur » 152.

En todos estos textos se trata de una entidad o elemento perte­ neciente al orden sobrenatural, que es llamado especial, con respecto a otro común, perteneciente al orden natural.

149 I,q.43,a.8,c. 150 I-II,q,110,a.l,c. 151 I-II,q.l09,a.6,c. 152 S.C.G. III,c.l50.

Por lo tanto moción especial es sinónimo de moción sobrenatural y el Santo, en el texto citado, la contrapone a las mociones comunes a todo ser creado y en concreto a las que necesita la voluntad huma­ na en el ámbito de su actuación natural153.

La locución « movet per gratiam » se refiere en general a toda moción divina sobrenatural, sin ninguna significación especial para la moción a la que disponen los dones.

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