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59 ARIAS DE GREIFF (1993)

2.4 LA OFICINA DE LONGITUDES

Una vez finalizó la Guerra de los Mil Días, Garavito le propuso al gobierno nacional encabezado por José Manuel Marroquín, un nuevo plan de acción para levantar la carta de Colombia con métodos astronómicos rigurosos, tomando como punto de partida la determinación de la latitud de Bogotá. Esta idea fue puesta en marcha y se dio origen a la Oficina de Longitudes que fue creada en el año de 1902, con sede en el Observatorio. La dirección de la Oficina estuvo a cargo del señor Delio Cifuentes Porras y de la obra hicieron parte a alumnos y profesores de la Escuela de Ingeniería.

Para poder hacer realidad los objetivos de la Oficina de Longitudes era indispensable el conocimiento en astronomía por parte de quienes iban a levantar la nueva carta como lo señala Diana Obregón de la siguiente manera:

Con el fin de levantar cartas tan precisas como fuese posible, era necesario realizar operaciones astronómicas y detalladas medidas geodésicas. Los mapas eran indispensables para construir ferrocarriles,        

104 Ver: http://www.lablaa.org/blaavirtual/biografias/garajuli.htm 105

para establecer las fronteras de la nación, para realizar la división política y administrativa del país y para adjudicar las tierras baldías; labores de cuya utilidad nadie dudaba. La realización de estas tareas recató en los ingenieros y dio impulso a los trabajos astronómicos.106

De esta forma se puede concebir la Oficina de Longitudes como un centro científico que levantó la carta del país por medio de la fijación astronómica. El levantamiento se realizó a través de la determinación geográfica de todas las poblaciones que tenían telégrafo, tomando como referente al meridiano del Observatorio Astronómico de Bogotá. Simultáneamente, este centro también tuvo entre sus objetivos el de demarcar los límites internacionales, en lo cual participaron ingenieros como Darío Rozo, Francisco Andrade, Ruperto Ferreira, Modesto Garcés, Francisco Casas, Ricardo Lleras Codazzi y Rafael Álvarez. 107

Para el año de 1903 la Oficina de Longitudes abrió las secciones de astronomía, geodesia, topografía y nivelación, además de una oficina de Historia Natural. Y con la finalización de los trabajos de la Oficina se empezó a notar la falta de definición de nuevos proyectos de investigación para el Observatorio, por lo que para el año de 1916 se estableció el Servicio Meteorológico Nacional, que era una iniciativa propuesta en el Segundo Congreso Científico Panamericano, realizado en Washington. De manera paradójica, la Oficina de Longitudes estuvo en receso durante el período de Rafael Reyes, hasta 1909 cuando se restableció el congreso y la adhirió al Ministerio de Relaciones Exteriores. Luego de la dictadura de Reyes, la élite de republicanos que le habían quitado el poder, consideraron pertinente para el país que la realización de mapas y la delimitación de las fronteras fuese una tarea más política que militar. A pesar de esto, en 1912 la Oficina y el Estado Mayor del Ejército colaboraron, en comisiones mixtas civiles y militares, para el levantamiento de la carta militar.108Finalmente para el año de 1918 los trabajos de la Oficina de Longitudes se difundieron bajo el título de “Coordenadas Determinadas por la Oficina de Longitudes”, en donde condensó todos sus trabajos.

       

106 OBREGÓN (1992). Op. Cit, p187 107 OBREGÓN. (1992).

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En este capítulo, hemos visto como a lo largo del siglo XIX se fue gestando una élite intelectual en Colombia con unos valores y unos intereses determinados, que siempre estuvieron ligados al ejercicio del poder y en busca de una legitimación y reconocimiento de quienes hacían la ciencia. También se miraron un poco los principales trabajos de José María González Benito y Julio Garavito Armero, quienes son los ejes centrales de este trabajo, y de algunos de los personajes que apoyaron sus trabajos. Todo esto, con el ánimo de tener un panorama claro a la hora de hacer un estudio de caso, como lo es carácter de la popularización y los escenarios en los que se movió nuestra astronomía durante el período de 1880 a 1920 que son el eje principal del siguiente capítulo.

También hay que destacar los medios divulgativos como los almanaques, las conferencias públicas que se dieron en el Observatorio, el trabajo de astronomía popular de Andrés Posada y los intentos de enseñanza de la astronomía en las escuelas primarias, mediante los cuales se trató de llevar este tipo de conocimientos a un mayor número de personas, presentándolos como un conocimiento útil y ligado a ciertos valores religiosos en algunos casos.

Para finalizar, se puede decir que la astronomía a lo largo del siglo XIX y hasta las dos primeras décadas de siglo XX en nuestro país, no estuvo sometida a grandes cambios, y más bien siempre se movió dentro de la misma línea. Una línea esencialmente institucional y patrocinada por el Estado, que si bien en algunos momentos le apostó a un reconocimiento internacional, siempre quiso responder a necesidades esencialmente locales como lo reseñan los autores Camilo Quintero y de cierto modo Jorge Arias de Greiff. Encontró en el Observatorio Astronómico Nacional su principal institución, que con el tiempo fue creciendo y dejo en manos de los ingenieros civiles las labores astronómicas. De otro lado, instituciones como la Sociedad Colombiana de Ingenieros y la Oficina de Longitudes afianzaron la existencia de un gremio de intelectuales que centraron todos sus esfuerzos en hacer ciencia para ayudar en la modernización e industrialización de Colombia.

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