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La sostenibilidad como proceso Análisis de documentos

Francisco Javier Jaraíz Cabanillas Universidad de Extremadura

3. La sostenibilidad como proceso Análisis de documentos

La Declaración de Nairobi

Diez años después y para conmemorar el aniversario de la Conferencia de Estocolmo, se reunieron del 10 al 18 de mayo de 1982 en Nairobi, Kenia, 105 gobiernos para abordar en profundidad los principios acordados en 1972.

Quedó puesta de manifiesto desde el principio de la Conferencia la gran influencia que causó en la opinión pública la Conferencia de Estocolmo, aumentando la conciencia y la comprensión de la fragilidad del medio ambiente humano y sus problemas. Estos diez años habían evidenciando un importante progreso en todo lo que se refiere a la ciencia ambiental, la educación, la difusión de la información, la promulgación en la mayoría de los países de legislación ambiental y disposiciones para proteger el Medio Ambiente.

Por el contrario, se destacó que el Plan de Acción para el Medio Humano, las Recomendaciones de la Declaración de Estocolmo, se había cumplido sólo parcialmente y sus resultados no podían considerarse satisfactorios, debido, entre otros motivos, a una falta de comprensión de los beneficios a largo plazo de la protección ambiental, la falta de coordinación de enfoques y esfuerzos, y de la falta de disponibilidad y distribución de recursos.

Como conclusión o síntesis de la Declaración de Nairobi podemos destacar los siguientes acuerdos:

1. La reafirmación por parte de los Estados de las declaraciones y el plan de acción acordados en Estocolmo.

2. El compromiso de fortalecer y aumentar los esfuerzos nacionales y la cooperación internacional en la esfera de la protección ambiental.

3. Entregar su apoyo al fortalecimiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

4. La búsqueda de mayores recursos para aplicarlos al cuidado del medio ambiente.

5. Exhortar a todos los gobiernos y pueblos del mundo a asumir su responsabilidad histórica, colectiva e individual.

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6. Traspasar el planeta a las manos de futuras generaciones en condiciones que garanticen una vida de dignidad para todos los seres humanos.

«Nuestro futuro común» o «Informe Bruntland»

«Nuestro futuro común» fue el informe publicado en 1987 por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD),creada en virtud de la Resolución 38/161 de la Asamblea General de las Naciones Unidas cuatro años antes.

El documento, conocido como el «Informe Brundtland», por ser la encargada de su elaboración la Presidenta de la Comisión, la Primera Ministra Noruega Gro Harlem Brundtland, puso de relieve los problemas ambientales que seguían amenazando a la Tierra, pero fue reconocido para la posteridad por haber introducido el concepto de desarrollo sostenible, un nuevo modelo de desarrollo económico que podía armonizarse con la preservación del Medio Ambiente para garantizar la calidad de vida de las generaciones actuales y de las futuras.

En este documento, como ya se ha mencionado, se utilizó por primera vez el término desarrollo sostenible (o desarrollo sustentable), definido como aquel que «satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones». Este informe socioeconómico elaborado por distintas naciones para la ONU, implica un cambio muy importante en cuanto a la idea de sustentabilidad, principalmente ecológica, y a un marco que da también énfasis al contexto económico y social del desarrollo.

El informe subrayó a la pobreza de los países del sur y al consumismo extremo de los países del norte como las causas fundamentales de la insostenibilidad del desarrollo y la crisis ambiental. La comisión recomendaba también la convocatoria de una conferencia sobre estos temas, la cual se plasmará en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Río de Janeiro, 1992).

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Los objetivos plateados en el Informe y relacionados con el nuevo concepto de desarrollo sostenible serán:

* Satisfacer las necesidades humanas.

* Llevar a cabo restricciones:

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Ecológicas, es decir, la conservación de nuestro planeta Tierra.

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Morales: renunciar a los niveles de consumo a los que no todos los individuos puedan aspirar. Fomentar el crecimiento económico en los lugares donde no se satisfacen las necesidades anteriores, es decir, en los países pobres.

* Llevar a cabo un control demográfico, referido principalmente a las tasas de natalidad.

* No poner en peligro los sistemas naturales que sostienen la vida en la Tierra.

* La conservación de los ecosistemas debe estar subordinada al bienestar humano, pues no todos los ecosistemas pueden ser conservados en su estado virgen.

* El uso de los recursos no renovables debe ser lo más

eficiente posible.

En definitiva sugiere un cambio en las políticas de desarrollo, que se inicie en el transcurso de los modelos convencionales, siendo por tanto un:

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Proceso armónico, que proponga nuevas fórmulas de producir y consumir, de crecimiento que tenga en cuenta que la evolución demográfica debe estar en armonía con el cambiante potencial productivo del ecosistema.

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Proceso solidario, que permita alcanzar niveles mínimos de desarrollo a quienes viven por debajo de las necesidades humanas y que exija una contención del crecimiento a quienes viven por encima de los medios ecológicamente aceptables.

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Proceso equitativo, que garantice a todos la capacidad de

acceso a los recursos naturales restringidos y que asegure a las generaciones futuras la disponibilidad de los recursos no renovables y la pervivencia de las especies vegetales y animales.

En su proyecto, jurídico, para la Protección del Medio Ambiente, el Informe establece en el Capítulo I los principios, derechos y deberes

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generales: «Todos los seres humanos tienen el derecho fundamental a un medio ambiente adecuado para su salud y bienestar», por lo que responsabiliza a los Estados de la obligación de conservar y utilizar el medio ambiente y los recursos naturales para beneficio de las generaciones presentes y futuras, y de mantener los ecosistemas y los procesos ecológicos indispensables para el funcionamiento de la biosfera.

Por tanto, instar a los Estados a que las normas de protección del medio ambiente sean incluidas en sus legislaciones y establezcan las medidas necesarias para su cumplimiento.

En el Capítulo II muestra los principios, derechos y deberes referentes a los recursos naturales y a las interferencias ambientales transfronterizas, pretendiendo hacerlo siempre de manera razonable y equitativa.

Con esta filosofía, aunque se contempla indemnización por los daños ocasionados, el Estado causante podrá negociar con el afectado las condiciones equitativas; la obligación de los Estados a cooperar en los problemas transfronterizos, haciéndolo de buena fe para lograr la óptima utilización de los recursos; en suma, la necesidad de cooperación supranacional.

El Capítulo III define las responsabilidades de los Estados: «Los Estados cesarán las actividades que quebranten una obligación internacional relativa al medio ambiente y otorgarán indemnización por el daño causado».

Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Río de Janeiro, 1992)

La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, también conocida como la Cumbre de la Tierra, fue una cumbre internacional que tuvo lugar en Río de Janeiro (Brasil) del 3 de junio al 14 de junio de 1992. Fue una conferencia sin precedentes en el ámbito de las Naciones Unidas, tanto en tamaño como en alcance de sus motivos. 172 gobiernos participaron, entre ellos 108 cabezas de Estado o Gobierno.

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Los temas tratados incluían: el escrutinio sistemático de patrones de producción; las fuentes alternativas de energía para reemplazar el uso de combustibles fósiles, vinculados al cambio climático global; el apoyo al transporte público para reducir las emisiones de los vehículos, la congestión en las ciudades y los problemas de salud causados por la polución; la creciente escasez de agua, etc.

Programa de Acción de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo:

Programa 21

Este informe aborda los problemas acuciantes de medio ambiente y el desarrollo que se planteaban en la última década del siglo XX, y también trata de preparar al mundo para lo desafíos del siglo XXI. Refleja además un consenso mundial y un compromiso político al nivel más alto sobre el desarrollo y la cooperación en la esfera del medio ambiente. En este contexto, el sistema de las Naciones Unidas tiene una función clave que desempeñar. Otras organizaciones internacionales, regionales y subregionales tienen también que contribuir a ese esfuerzo. Asimismo, se debe alentar la participación más amplia del público y la participación activa de las organizaciones no gubernamentales y de otros grupos.

El Programa 21 es un programa de las Naciones Unidas (ONU) para promover el desarrollo sostenible. Es un plan detallado de acciones que deben ser acometidas a nivel mundial, nacional y local por entidades de la ONU, los gobiernos de sus estados miembros y por grupos principales particulares en todas las áreas en las cuales ocurren impactos humanos sobre el medio ambiente. El Programa o Agenda es una lista detallada de asuntos que requieren atención, organizada cronológicamente. La palabra Agenda, aunque de origen latino (plural de agendum) es un anglicismo en castellano; el término oficial adoptado por la ONU es Programa 21, aunque poco se usa a nivel internacional.

La Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo (CMMAD), llamada Comisión Brundtland, definió en 1987 el desarrollo sostenible como «el que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades». En definitiva, más que un modelo definido, el desarrollo sostenible se presenta como un

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proceso de cambio y transición hacia nuevas fórmulas de producir y consumir, pero también hacia nuevas formas de ser, estar y conocer. El concepto ecología se impone como definidor de que el ser humano es una parte de la naturaleza, de un sistema interdependiente y cerrado que debe mantenerse en equilibrio, dada su fragilidad, en bien de todos. De ahí lo de «actuar localmente pensando globalmente», de ser conscientes de que nuestros actos pueden repercutir en todos de forma negativa o positiva.

En 1989, la ONU comenzó la planificación de la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en la que se trazarían los principios para alcanzar ese desarrollo sostenible. Durante dos años, numerosos expertos en todo el mundo se dedicaron con ahínco a la concertación de acuerdos que jalonaron el camino hacia la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992. En ella se concertaron dos acuerdos internacionales, se formularon dos declaraciones de principios y un vasto Programa de acción sobre Desarrollo Mundial Sostenible. Este vasto Programa es el Programa 21, ley blanda, consensuada por 178 naciones en la mencionada Cumbre de Río de 1992 y ratificada por España en 1993, que recoge, a lo largo de sus más de 600 páginas, normas tendentes al logro de un desarrollo sostenible desde el punto de vista social, económico y ecológico.

Hoy en día muchos de los miembros signatarios del Programa o Agenda 21 han ratificado los acuerdos y organizado sus propios programas a nivel nacional y local, siguiendo las guías que para tal fin han desarrollado diversas entidades asociadas a las Naciones Unidas. La Agenda 21 ha tenido un estrecho seguimiento a partir del cual se han desarrollado ajustes y revisiones.

Los temas fundamentales del Programa o Agenda 21 están tratados en 40 capítulos organizados en un preámbulo y cuatro secciones: Los motivos que llevaron a la redacción del Programa o Agenda 21, las diferencias existentes entre las Naciones y dentro de las mismas, en cuanto a distribución de las riquezas, el hambre, enfermedades, analfabetismo y problemas sociales en general, y el empeoramiento de los ecosistemas.

Los objetivos que pretenden el Programa o Agenda 21 son:

- Generar un Sistema de Gestión Medioambiental y de

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Desarrollo Socioeconómico Sostenible, a través de un Plan de Participación Ciudadana, que permita un mayor bienestar y calidad de vida de los ciudadanos, armonizado con la conservación de los recursos y del medio ambiente.

- Satisfacer las necesidades económicas y sociales básicas.

- Mayor protección y gestión de ecosistemas.

- Alcanzar un desarrollo sostenible, compatibilizando ecología y economía, a través de su adaptación al entorno de cada área.

- Consecución de un futuro sostenible, más seguro y próspero.

- Generar, para alcanzar estos objetivos, un Sistema de Gestión

y Participación Ciudadana, con implicación de todos los agentes locales.

Primera Conferencia Europea de Pueblos y Ciudades Sostenibles (Aalborg, 1994): Carta de las ciudades europeas hacia la sostenibilidad o Carta de Aalborg

La Carta de Aalborg fue aprobada por los participantes en la Conferencia Europea de Pueblos y Ciudades Sostenibles, celebrada en Aalborg (Dinamarca) entre los días 24 y 27 de mayo de 1994 bajo el patrocinio conjunto de la Comisión Europea y la ciudad de Aalborg y organizada por el Consejo Internacional de Iniciativas Ambientales Locales (ICLEI). Este organismo asumió la responsabilidad de elaborar el proyecto de la Carta junto con el Ministerio de Planificación y Transporte Urbano del estado federado alemán de Renania del Norte-Westfalia.

La Carta de Aalborg fue firmada inicialmente por 80 autoridades locales europeas y 253 representantes de organizaciones internacionales, gobiernos nacionales, centros científicos, asesores y particulares. Con la firma de la Carta, las ciudades, poblaciones menores y unidades territoriales de Europa se comprometieron a participar en las iniciativas locales del Programa 21 y a desarrollar programas a largo plazo hacia un desarrollo sostenible, a la vez que iniciaron la campaña de ciudades europeas sostenibles.

La Carta de las ciudades europeas hacia la sostenibilidad o Carta de Aalborg, compromete a las ciudades que la firman a trabajar juntas para un desarrollo sostenible en un proceso de aprendizaje a partir de la experiencia y de los éxitos conseguidos a escala local,

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y a establecer planes de acción local a largo plazo (Programa/ Agenda 21), reforzando la cooperación entre autoridades locales, fomentando la participación ciudadana e integrando este proceso en las iniciativas de la Unión Europea en materia de medio ambiente urbano (Comisión Europea, 1994).

Hábitat II - Segunda Conferencia de las Naciones Unidas

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