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IV. LA CHINANTLA

4.3.2. Las mujeres y sus huipiles

Desde hace años, en la región wah-mi las mujeres hilaban algodón que usaban para hacer las mechas de las velas más que para la fabricación de ropa. A este respecto Jerónimo (2006) comenta que las mujeres chinantecas antiguamente intervenían desde la preparación de la materia prima (el hilo que era elaborado con el algodón que cultivaban para este uso y se teñía con extractos de plantas de la región) hasta la confección de la indumentaria. Para fabricar el hilo majaban el algodón con la finalidad de extraerle las semillas, sirviéndose de una especie de “mano” de madera. Sobre una mesa se colocaba una piel de venado y encima una bolsa de ixtle llena con hojas desparpajadas de maíz y de madera; una vez que se tenía la cantidad suficiente de algodón, se procedía a la elaboración del hilo. Para obtenerlo se hacía girar en una jícara con ceniza una especie de trompo de barro que tenía en el centro una madera finamente labrada, y en su extremo superior se enrollaba una hebra de algodón. Con el giro del trompo surgía el hilo por la parte superior de la madera, éste era enrollado en otra madera larga para su almacenamiento. Si se quería teñir, se molían suficientes

81 hojas de plantas de la región que dieran el color deseado y se hervían, enseguida se sumergía el hilo en esta mezcla dejándolo reposar toda una noche para obtener el tono requerido (Bevan, 1938).

El mismo autor, agrega que en Ozumazin y en determinadas aldeas de Valle Nacional se elaboran huipiles realmente finos, pero que “aquí la industria no sobrevivirá muchas generaciones, porque en su esfuerzo por alcanzar el progreso o la ‘civilización’, el maestro en la escuela en Valle Nacional ha prohibido a los niños asistir a la escuela con su traje regional”. Al respecto, expresa que “en la década de los sesenta y setenta, la zona comprendida entre los municipios de San José Chiltepec y San Juan Bautista Valle Nacional, recibió una influencia externa, en ocasiones negativa, como resultado de la introducción de la carretera a la comunidad, ya que en la época anterior a la construcción de la carretera, se podía observar a un gran número de mujeres con su atuendo típico, indumentaria elaborada por ellas mismas en telares primitivos”.

La cosmogonía del grupo en algunos casos queda reflejada en los huipiles de lujo de las mujeres chinantecas; en los bordados se registra el origen mítico, la historia y la trayectoria de una familia o de un pueblo (Redescolar, 2007). Por su parte, Bevan (1938) dice que “Yetla parece haberse especializado en los motivos de animales: venados, leones, perros, en su mayoría de carácter muy primitivo […] el águila de los Habsburgo y una serpiente muy parecidos a los diseños mayas, muy comunes en los huipiles de los chinantecos occidentales, rara vez se ven en los tejidos hu-me”.

Durante el tiempo de elaboración del huipil ningún hombre puede pasar sobre el tendido del telar ni tocarlo, pues se cree que si esto sucede los hilos se enredan y no se podrá tejer, lo anterior generará problemas para la tejedora; también existe la creencia de que el varón que cometa esta falta, cuando forme una familia, procreará solamente hijas por haber tocado el trabajo de una mujer (Jerónimo, 2006).

82 Figura 12. Construyendo el telar para proceder al bordado de los huipiles.

Dos tipos de huipil se encuentran entre los chinantecos, el huipil totalmente blanco usado por los habitantes más pobres entre los hu-me y los wah-mi, sólo es adornado a la altura de la pechera, de ambos lados. En él se emplean las “cintillas de coralillo”, que abarcan todo lo largo del huipil, dejando el resto de la tela sin bordar; este atuendo es usado por las mujeres para realizar sus actividades cotidianas. El huipil de gala más ricamente decorado, en el que apenas es visible el blanco, ya que está bordado por completo con la pechera, el centro y los costados, además de llevar las “cintas de

83 coralillo”, se utiliza en las ceremonias especiales: bodas, fiestas del pueblo, recepción de personajes gubernamentales y religiosos (Jerónimo, 2006, y Bevan, 1938).

La pechera la podemos encontrar en grabado de Mitla y el de penca de maguey, el primero se caracteriza por diseños geométricos, especialmente triángulos y grecas que para las artesanas chinantecas significan el centro del mundo. Sobresalen en el bordado los colores amarillos que significan, según las creencias ancestrales, el sol del medio día; el negro, que simboliza la oscuridad o la noche, y el rojo, que representa la energía y la salud. El segundo se cree que se debe a que en el pasado los campesinos de este lugar cultivaban el maguey para sacar el ixtle; este diseño se caracteriza por figuras en forma de flor, que representa a la mata de maguey con sus hojas, y en el centro una cruz (Jerónimo, 2006).

Finalmente este autor describe el significado que les dan las artesanas a “los árboles de la vida” que ellas bordan:

a) Árbol del escarabajo (Ma lee gue juo): este árbol representa la entrada de un nuevo grupo de personas a la región, los españoles, quienes lograron imponer su forma de vida y costumbres, logrando que algunas chinantecas cambiaran el huipil por el vestido europeo. Las antiguas chinantecas bordaron en su vestimenta el escarabajo en alusión a una plaga de estos insectos que impide el crecimiento de los árboles; de esta manera representaron al escarabajo que impide el crecimiento de esta gran cultura indígena. Se cree que habrá un día que todas las chinantecas lograrán recuperar su indumentaria y que en ese día se quitará el escarabajo del huipil para que este árbol milenario siga creciendo.

b) Árbol de las tres regiones (Ma lee niie ma): con esta figura se simbolizan los tres grandes municipios de la Chinantla baja, en forma de una maceta con tres ramas: la primera, de izquierda a derecha, representa Ojitlán; la del centro, Valle Nacional; y la tercera Usila.

c) Árbol de las cosechas (Ma lee kie gi gni): este grabado se caracteriza por sus ramificaciones frondosas, representa la abundancia de la época de las cosechas, celebrada en diciembre. Antiguamente se usaba en esta temporada para dar

84 gracias al sol, a la tierra y al agua por las cosechas de todo el año. En esta fiesta se comían animales de monte como jabalí, toche, venado, etc., que se consumían asados y acompañados por la bebida de tepache o pozol.

d) Árbol del desparramado (Ma lee tijin): este grabado es utilizado por las niñas hasta su primera menstruación. El árbol va creciendo en su diseño en la medida en que la niña también lo hace.

e) Árbol de la primavera (Mal in chimui): este grabado indica que la muchacha ya tuvo su primera menstruación y, por tanto, ha dejado el huipil del árbol desparramado; que ya no es niña, se ha convertido en señorita. En el costado lleva el diseño de su familia y en la pechera la penca de maguey.

f) Árbol del compromiso (Ma ka iehe jau): este grabado es portado cuando la muchacha “está pedida”, es decir, cuando se ha comprometido en matrimonio. Los costados también están adornados con el grabado de la familia a la que pertenece, y la pechera con la penca de maguey.

g) Árbol del matrimonio (Ma lee gue fang o ma lee quie cajen guoo). En la parte de abajo tiene grabada una flor que une a dos personas, de ahí sale un corazón, y arriba lleva una paloma que representa la unión de dos seres. De estos dos seres salen seis ramificaciones que representan a los hijos.

h) Árbol de la diosa del maíz (Ma lee kie licuuo): se porta como acción de gracias por la cosecha del maíz, en el mes de mayo. Al respecto se cree que en la localidad de Monte Flor, Valle Nacional, se encuentra una piedra en la ladera del cerro, a orilla de la comunidad, adonde se llevaban ofrendas para dar gracias a la diosa del maíz por la abundancia de la cosecha obtenida.

i) Árbol de la medicina tradicional (Ma lee quie timui aho). Es usado sólo por la familia del yerbero o curandero. Las niñas portan el diseño de flores en botón y las mujeres mayores el diseño de flores abiertas.

j) Árbol del saltamonte (Ma lie quie aing). Significa la llegada de la langosta que se comió la producción de los alimentos básicos, hecho ocurrido en esta región aproximadamente en los años cuarenta. Según cuentan los antepasados, en aquella ocasión las familias tuvieron que consumir hasta las raíces de los árboles para satisfacer su necesidad.

85 k) Árbol profético del café y del tabaco (Ma lee quie jun aho o café). Este grabado recuerda la extinción del cultivo del tabaco (muy arraigada en la región durante muchas décadas) y la supervivencia del cultivo del café (otro cultivo regional que se ha resistido a desaparecer).

l) Árbol de la amapola (Ma lee fui). Las mujeres quisieron representar esta flor en su vestimenta, toda vez que era una flor abundante que crecía sobre los árboles de a pomarrosa, cuyo fruto, de olor muy agradable, era consumido por los pobladores.

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