CAPÍTULO 3. MÉTODO
3.7 Análisis del discurso
3.7.1 Marcadores del discurso
Los marcadores del discurso o conectores, son piezas lingüísticas que relacionan de forma explícita segmentos textuales, ya sean enunciados o secuencias de enunciados y que consiguen establecer entre sí diversos tipos de relaciones semánticas. Estos pueden ser implícitos y explícitos, es decir, que no necesariamente aparecen para que se establezca la relación semántica.
Aquellos que están implícitos en el discurso, suelen darse en el uso coloquial, con el apoyo del entorno y la entonación, a fin de agilizar la expresión. Por otro lado, cuando se encuentran explícitos, suele manifestarse un estilo más elaborado y neutro y su uso permite evitar malentendidos y buscan asegurar una adecuada conexión (Calsamiglia y Tuson, 2001).
Si bien los conectores o marcadores cumplen la función de “conectar”, podemos distinguir entre ambos, en la medida en que los conectores cumplen la función de relacionar y enlazar (conectar) un segmento textual con el siguiente, esto permite establecer una relación semántica. Los marcadores, por su parte, se distinguen debido a su función discursiva, que se centra en proporcionar cohesión y estructura (modifican enunciados, organizan el texto y conectan sus elementos) o bien, sirven de guía en la interpretación.
Existen conectores metatextuales, que contribuyen a la organización global del texto. Estos no buscan conectar contenidos de enunciados, sino que están orientados a desarrollar la enunciación que se desenvuelve a partir de un inicio, un desarrollo y una conclusión, es decir, se despliega en el espacio y el tiempo. Calsamiglia y Tusón (2001: 247) los dividen de la siguiente manera:
- Iniciadores: para empezar, antes que nada, primero de todo…
- Distribuidores: por un lado, por otro, por una parte, éstos… - Ordenadores: primero, en primer lugar, en segundo lugar… - De transición: por otro lado/parte…
- Continuativos: pues bien, entonces, en ese sentido, a todo esto… - Aditivos: además, igualmente, asimismo…
- Digresivos: por cierto, a propósito…
- Espacio-temporales: de anterioridad (antes, hasta el momento, arriba, aquí…); de simultaneidad (en este momento, aquí, ahora, mientras, a la vez…); de posterioridad (después, luego, más adelante…).
- Conclusivos: en conclusión, en resumen, en resumidas cuentas, total… - Finalizadores: en fin, por fin, por último, en definitiva…
Por otro lado están los conectores que permiten dar un orden lógico-semántico entre segmentos textuales, ya sean enunciados o grupos de enunciados:
- Aditivos o sumativos: conectan o suman ideas (y además, encima, después, incluso, igualmente, asimismo, también tal como, del mismo modo, ni, tampoco). Hay una conexión A+B.
- Contrastivos o contra-argumentativos (A-B). Pueden ser: De oposición: pero, en cambio, sin embargo, ahora bien.
De sustitución: sino, en lugar/vez de, por el contrario, antes bien, contrariamente.
De restricción: excepto si, a no ser que.
De concesión: de todos modos, sea como sea, en cualquier caso, a pesar de, no obstante, con todo, aun así, después de todo, así y todo, con todo, y con eso.
- De base causal: Entre estos conectores, se debería añadir el signo de dos puntos, cuya función es la de poner en relación dos segmentos textuales.
Causativos: Introducen la relación de causa entre segmentos textuales (a causa de ello, por eso, porque, pues, puesto que, ya que, dado que, por el hecho de que, en virtud de, gracias a…)
Consecutivos: Introducen la consecuencia entre segmentos textuales (de ahí que, pues, luego, por eso, de modo que, de ello resulta que, así que, de donde se sigue, así pues, por lo tanto, de suerte que, por consiguiente, en consecuencia, en efecto, entonces…).
Condicionales: Introducen la causa hipotética, que se indica en el primer segmento, mientras que en el segundo, se introduce un conector consecutivo (si, con tal de que, mientras, a no ser que, cuando, en el caso de que, según, a menos que, siempre que, siempre y cuando, sólo que, con que…).
Finales: Introducen la causa como meta o propósito que se persigue (para que, a fin de que, con el propósito, con el objeto de, de tal modo que…). - Temporales: Introducen relaciones temporales (cuando, de pronto, en ese momento,
entonces, luego, más tarde, mientras tanto, una vez, un día, en aquel tiempo, de repente, enseguida…).
- Espaciales: Introducen relaciones espaciales (enfrente, delante, detrás, arriba, abajo, por encima…).
Estos conectores suelen presentarse en prácticas discursivas elaboradas y formales, en situaciones en las que el foro de atención es predominantemente referencial y en las que se precisa de elementos del enlace, así, aquellas secuencias argumentativas y explicativas, por ejemplo, suelen hacer uso de marcadores causales, mientras que las narrativas hacen uso de los temporales (Casamiglia y Tuson, 2001: 249). En la tabla 6, se ejemplifica el uso e interpretación de los conectores.
Tabla 6
Ubicación de los conectores del discurso
Texto Conector Interpretación
La gente que me rodea sabe cuáles son, eso, como, cuál es mi visión, mi plan de vida, y este, y pues, gracias a eso, evidentemente, yo pienso que […] nunca he recibido una sugerencia o algo [Aidé]
Conector consecutivo: pues Conector causativo: gracias a
Describe una relación causa- efecto: el no haber recibido ninguna sugerencia es a consecuencia de que la gente que le rodea conozca cuál es su visión y su plan de vida.
Fuente: Elaboración propia a partir de la entrevista a Aidé.
Por otro lado, las autoras señalan que hay marcadores que introducen operaciones discursivas y son elementos que se sitúan al inicio del enunciado o como preámbulo al siguiente miembro de la relación. Así, podemos identificar la posición asumida por quien los emite, o bien, orientan hacia un tipo concreto de tratamiento de la información (Casamiglia y Tusón, 2001: 247):
- Expresión de puntos de vista: en mi opinión, a mi juicio, desde mi punto de vista, tengo para mí, por lo que a mí respecta…
- Manifestación de certezas: es evidente que, es indudable, todo el mundo lo sabe, nadie puede ignorar, es incuestionable, de hecho, está claro que…
- De confirmación: en efecto, por supuesto, desde luego, efectivamente…
- De tematización: respecto a, a propósito de, por lo que respecta a, en cuanto a, referente a…
- De reformulación, explicación o aclaración: esto es, es decir, en otras palabras, quiero decir, o sea, a saber, bueno, mejor dicho…
- De ejemplificación: por ejemplo, a saber, así, en concreto, sin ir más lejos…
Aunado a esto, hay dos tipos de marcadores que aparecen en el discurso espontáneo, cara a cara, en situaciones en las que la expresividad es apropiada, son retos psicocognitivos de la comunicación directa. Estos son tanto interactivos (se producen ante la necesidad de lograr cooperación, seguimiento, atención, acuerdo o confirmación del contenido transmitido) como estructuradores, es decir, su función es hacer que el interlocutor siga su turno (Casamiglia y Tusón, 2001: 249). Algunos ejemplos son:
- Marcadores de demanda de confirmación o de acuerdo: ¿eh?, ¿verdad?, ¿sí o no? ¿no?, ¿me entiendes?, ¿me sigues?, ¿sabes que quiero decir, o no? ¿ves? ¿sabes?
Estos muchas veces tienen solo una función fática y reguladora de la interacción. - Marcadores de advertencia: mira, oiga, ojo, cuidado, fíjate…
- Marcadores reactivos de acuerdo: bueno, perfecto, claro, sí, bien, vale, de acuerdo, sí, exacto, evidente…
- Marcadores estimulantes: venga, va…
- Marcadores iniciativos: bueno, bueno pues, mira, veamos, mire usted, a ver, vamos a ver, ¿sabes qué?
- Marcadores reactivos: ¡hombre! ¡mujer!, vaya, es que…
- Reactivos de desacuerdo: bueno, pero, vaya, no, tampoco, nunca, en absoluto, qué va, para nada, por favor, perdone-pero…
- Marcadores de aclaración, corrección o formulación: o sea, mejor dicho, quiero decir, bueno…
- Marcadores de atenuación: bueno, un poco, yo diría, como muy, de alguna manera, en cierto modo…
- Marcadores de transición: bueno…
- Marcadores continuativos: luego, después, entonces, así pues, conque, total, pues, pues nada, así que…
- Marcadores de finalización y conclusión: y tal, y eso, y todo, bueno… - Marcadores de cierre: y ya está, nada más, eso es todo…
Algunos de estos marcadores se convierten en muletillas en la medida en la que ocupan espacios vacíos producidos por vacilaciones o dudas de una situación enunciativa que se da cara a cara, de forma inmediata, ejemplo de ello se encuentra en la tabla 7. En ese mismo sentido se encuentran aquellas vocalizaciones, alargamientos vocales y consonantizaciones que cumplen una función de “relleno”.
Tabla 7
Ubicación de los marcadores del discurso
Texto Marcador Interpretación
Vas aprendiendo las respuestas ¿no? Cómo no engancharte […] porque no son situaciones que uno quisiera discutir ¿no?
(Raquel) Marcadores de demanda de confirmación o de acuerdo: ¿no? La gran presencia de marcadores de confirmación y de acuerdo, cumple la función de invitar a su interlocutor a ratificar sus juicios.
Fuente: Elaboración propia a partir de la entrevista a Raquel
Para las autoras, los marcadores, actúan sobre el discurso de manera tal que se convierten en un “envoltorio comunicativo” que se distribuye en bloques informativos, y éstos nos ayudan no sólo a saber cómo se estructura el texto o la narrativa, sino como una pista para interpretar adecuadamente el discurso (Casamiglia y Tusón, 2001: 248).