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Materias primas y espacios de extracción, estudio comparado

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C.2.2 Medios de inserción y consulta de la información

IV.2. Materias primas y espacios de extracción, estudio comparado

primero las realidades constructivas a la vez que las lagunas, haciendo una descripción de las mismas, que nos permita continuar con el proceso constructivo. La posa in opera permitirá describir las fases que hemos observado dentro de los procesos constructivos pero también de los hiatos y de los procesos destructivos198, para lo que utilizaremos el esquema Harris elaborado a partir de los estudios estratigráficos.

A) El material utilizado en las fortificaciones:

En el anexo tipológico podemos ver las diferentes variedades constructivas que se han individualizado y que nos permiten apreciar variaciones técnicas, pero creemos importante señalar cuáles son los componentes que han permitido edificar este conjunto fortificado. La estructura se basa en tres criterios de composición, que se deben al material constructivo empleado, el tipo de mortero utilizao y la presencia o carencia de llagueado200.

En todos los casos el material constructivo base empleado ha sido el granito, material predominante en el entorno litológico, que presenta un importante grado de degrado y meteorización, y que dependiendo de la técnica de trabajo y su disposición en fábrica nos permitirá distinguir diferentes tipos constructivos. Junto a este material, se han observado dependiendo de los casos, calzos, predominantemente pequeños, pero en algunos casos medianos, llegando a ser empleados de forma esporádica como mampuestos. Predomina para ellos la presencia de cuarcitas y granito, existiendo en menor proporción el empleo de pizarras-esquistos. Se documentan también fragmentos de material latericio (tejas y ladrillo) así como de cerámica. Estos elementos muchas veces son introducidos en el mortero para que este tenga mayor fuerza y agarre.

Respecto al conglomerante utilizado se observan dos métodos de ligazón de los elementos, uno a través de la disposición de una masa de sujeción de arcilla-tierra o el segundo, que es el mayoritario, realizado en cal, con diferentes proporciones en la composición201.

En último lugar cabe destacar la presencia de un llagueado que en ningún caso llegó a cubrir la piedra para convertirse en enlucido, y que siendo siempre en cal, varía según la forma aplicada, la conservación y si se introdujeron a manera de desgrasantes fragmentos de cuarcita, pizarra, granito o teja-cerámica.

Otro material es la arcilla que se utiliza para la creación de adobes o tapial, de los que en el primer caso sólo se documentan en el barrio Sur y no en las fortificaciones, mientras que el tapial sí que aparecerá en la Alcazaba. Su composición sin embargo, es de mala calidad, pues se presenta mucha cantidad de granito en descomposición, lo que

200 Estos criterios ya fueron empleados por Jorge de Juan en su tesina de licenciatura para generar criterios de diferenciación de los tipos constructivos (Juan, 1999: 205- 206), si bien en nuestra opinión, la complejidad de los restos conservados impiden distinguir en algunos casos la conservación original del conglomerante lo que lleva a matizar el análisis tipológico empleado, pues a veces se observan con tierra y en muchos casos están “lavados” los restos de conglomerante, por su baja composición en cal y alta en áridos.

201 vid a continuación apartado C.

genera que sea poco compacto y friable, sin embargo por su potencia se ha conservado únicamente en este punto.

B) Estudio litológico, procesos de extracción de canteras y posibles áreas de suministro de material

IV.2.1.B.1 Estudio geológico

El análisis geológico partió de la premisa de intentar localizar el origen de extracción del material que componía el conjunto de las fortificaciones de la madīna de Vascos. Nuestra motivación era doble, por un lado llamaba la atención la calidad constructiva de algunos tramos de las murallas, cuyos bloques presentan una estereotomía* destacable y un volumen de aparejos no desdeñable, lo que podía suponer la presencia de una o varias canteras, que de forma exhaustiva, hubieran permitido la extracción de estos elementos, con su consiguiente necesidad de transporte, como se muestra en otros yacimientos coetáneos de gran relevancia202. El otro motivo era la intención de discriminar tipos petrológicos a partir del estudio compositivo de los mismos, por si existieron variaciones en la zona de captación, y con ello fases diferentes en la construcción.

Para el análisis de campo y la extracción de muestras se colaboró estrechamente con el grupo de investigación dirigido por el Dr. D. Rafael Fort González de Petrología Aplicada a la Conservación del Patrimonio del Instituto de Geología Económica (IGE)203. Se realizaría a posteriori un estudio de caracterización petrográfica en el Laboratorio de Petrofísica204, que daría como resultado el informe adjunto en el Anexo 1205.

202 Un ejemplo coetáneo a nuestro yacimiento y al que acudiremos en más ocasiones, se observa en Santa María de la Albaida, una de las principales canteras de calcarenita, aún visibles, que surtiría de material a las construcciones de Madīnat al-Zahrā’, y por cuyo camino, conocido como “Camino de la cantera” según Ibn Hayyan se llevaban

“6.000 sillares labrados –sin contar los preparados para los pavimentos-, además de la mampostería y las cargas de cal”( Vallejo y Fernández, 2010:413- 414).

203 Centro mixto perteneciente al CSIC y a la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

204 Laboratorio que cuenta con el Certificado de Calidad de AENOR, por su Sistema de Gestión de la Calidad según Norma ISO 9001:2008.

205 Sin embargo ante la falta de dotación presupuestaria debido a la crisis sobrevenida entre los años 2011 y 2013, el estudio de caracterización de las zonas de extracción no pudo llevarse a cabo. Por ello, no se llegó a tomar muestras para estudios comparativos de petrografía y de color de la piedra entre las existentes en el monumento y las áreas de procedencia. De todas formas, se determinaron diversas zonas en campo a través de análisis visual, entre ambos equipos, que permitieron una primera individualización, a la que posteriormente se añadirían otras zonas de clara extracción con fines constructivos individualizadas por el autor en campo.

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