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CAPITULO VII: ESTO NO SE HA ACABADO, REFLEXIONEMOS

7. Problemáticas evidenciadas

7.1 Metodología implementada en el aula

Ahora bien, teniendo presente que para llevar una linealidad de la enseñanza de la lectura y escritura, es importante resaltar los métodos que se han venido desarrollando para este fin, para ello nos basaremos en la descripción de los métodos tradicionales de Berta Braslavsky (2005), los cuales se dividen en dos; el primero es aquel que parte de unidades no significativas, es decir, se les considera inclinados hacia la fonetización; el segundo, se desarrolla a partir de unidades significativas, en otras palabras, los denominados tradicionalmente métodos globales.

Para empezar, mencionaremos los métodos que parten de las unidades no significativas del lenguaje, en primer lugar, encontramos el método alfabético, el cual debemos recordar fue fundado por los griegos y se fundamenta en una organización sistemática, donde primero van las letras, después las sílabas y por último las palabras. Su enseñanza se basó en la memoria y en seguir el orden alfabético de las letras, siendo aprendidas en mayúsculas y minúsculas, para luego ser combinadas de a dos (ab, ac, ad, ba, be…), después de esto, proseguía la combinación de tres o cuatro letras sin sentido (tol, ten, tun, bla, blo…) y, continuar con la combinación de sílabas y palabras para formar breves oraciones, siendo este

uno de los métodos más usados en las aulas de primaria, y plasmado en los silabarios o cartillas como herramienta principal de muchos docentes.

El siguiente método es el fónico, su diferencia con el método alfabético consiste en evitar el deletreo o pronunciación de la letra (M: eme, S: ese…) y reemplazarlo por su sonido (/m/, /s/…) Marcos Sastre citado por Braslavsky (2005) publicó en 1849 en Anagnosia, una serie de instrucciones dirigidas a los maestros que deseaban aplicar este método en el aula:

1. No empezar por el abecedario.

2. No deletrear ni nombrar las consonantes.

3. No pasar de una lección, mientras no esté bien sabida.

El método propuesto por Sastre a pesar de considerarse como método memorístico, se reconoce como anticipación innovadora para su época. Sin embargo, de acuerdo con Gray citado en Braslavsky (2005)

El método fónico se basa en la suposición de que la palabra se forma pronunciando rápidamente el sonido de las letras y no su nombre. Supone, asimismo, que una vez que se han aprendido esos sonidos, deben combinarse en sílabas y palabras y, enseguida, en elementos lingüísticos más importantes (Pág. 71).

dificultades que se presentan, prevalece la acumulación memorística, produciendo en el niño una pérdida de interés, mecanización y no comprensión de la información.

Seguido a este, se encuentra el método psico fonético, considerado una adaptación especial del método silábico, el cual consiste en combinar las sílabas de diferentes palabras (mamá: ma-má, mesa: me-sa, llave: lla-ve…) a partir de las sílabas que se forman de cada palabra se crean otras (masa, llama...), este es uno de los métodos que se abarca con mayor frecuencia en las aulas escolares y es encontrado en cartillas como, la Nacho, mencionada anteriormente.

Continuando con la descripción de los métodos tradicionales, se da lugar a los que parten de unidades significativas, denominados métodos globales. En primer lugar, encontramos el método de la palabra que desde 1990, hasta antes de la segunda década del siglo XIX, menciona Faraone V. (1990) citado por Braslavsky (2005), venían siendo usados como modelos memorizadores. Sin embargo, en 1880 se empieza a construir un cambio en el uso de la palabra como unidad de significación contemplado a partir de dos modelos diferentes, el primero, desde la enseñanza de la palabra establecido por tres momentos o estadios; mecánico, intelectual y retórico, los cuales corresponden a la decodificación, comprensión y lectura expresiva.

En este modelo los estadios se sustentan como interdependientes. En el segundo modelo, los estadios anteriormente mencionados se generan por separado instruccionalmente, es decir, uno como prerrequisito del otro. Sin embargo, esto no garantiza que la lectura y la escritura, desarrolladas desde esta explicación promuevan en el niño interés por aprender a leer y escribir. En palabras de Braslavsky,

el uso de estos métodos ha estimulado la separación del aprendizaje en una etapa mecánica y otra comprensiva, concepción muy generalizada entre los maestros y entre los autores de libros de texto. Sin embargo, nuevas investigaciones demuestran que antes de empezar a leer, el niño ya puede comprender, en su nivel, que la escritura tiene propósitos y significación. El esfuerzo inmotivado, compulsivo y sin vida de la etapa mecánica no crea en los niños el gusto ni la alegría que pueden estimular su creatividad para aprender a leer y escribir. (Braslavsky, 2005. Pág. 76)

Ahora bien, del método de la palabra se deriva el método de la palabra total, el cual consiste en la asociación de palabras e imágenes que incrementan su dificultad a medida que el niño avanza en su lectura. Como aspecto positivo de este método, se destaca la enseñanza de la lectura relacionada a cosas reales del contexto directo del niño, por otro lado, se advierte que encontrar palabras vinculadas a algunos sustantivos abstractos representa un limitante al momento de la

permitiendo orientar la evolución de los métodos, no solo hacía la palabra sino hacia la búsqueda de textos.

Concluyendo, consideramos pertinente, cerrar este apartado con el método de la palabra generadora o (analítico sintético), el cual parte de las siguientes características:

● la palabra entera acompañada de una imagen ● análisis de la palabra en sílabas

● análisis de las sílabas en letras ● reconstrucción de la sílaba ● reconstrucción de la palabra

Este método se destaca porque,

[...] al identificar las letras, el niño puede escribir artículos, pronombres y otros conectores para construir progresivamente las primeras frases - “la mesa”, “el dado”, “mi mamá”-, hasta que puede construir oraciones simples como por ejemplo; “sale el sol”, “Emilio lee solo”, “me duele la muela”. Ya no se limita a los sustantivos concretos. A Partir de una unidad significativa, la palabra, se introducen elementos no significativos (artículos, conjunciones, pronombres) y se pasa luego a unidades mayores de significación. (Braslavsky, 2005, Pág. 82)

Como desventaja, resaltamos su monotonía y sobre todo la necesidad de controlar el vocabulario para ser sometido al aprendizaje de las letras del alfabeto, es decir,

el niño repite lo que le es mostrado por el docente y reproduce palabras, sílabas y letras sin descubrir o crear nada.

Ahora bien, teniendo en cuenta los métodos anteriormente descritos, consideramos pertinente mencionar que estos, se condensan en el método analítico-sintético, o de la palabra generadora, el cual es evidenciado en la cartilla Nacho (herramienta principal de la docente titular), por medio de procesos que parten del desarrollo de habilidades psicomotrices pasando por la asociación de palabras e imágenes y finalizando con párrafos cortos que pretenden la práctica de la lectura y escritura básica en el niño. Cabe señalar, que destacamos el legado que esta cartilla ha proporcionado a través de generaciones en los distintos espacios de enseñanza, no solo en nuestro país sino en muchos de Latino América. Sin embargo, consideramos que la cartilla Nacho, debería contar con contenidos acordes a la realidad actual del país, puesto que desde su primera edición no ha tenido ninguna actualización, por el contrario, el contenido sigue intacto y no posibilita un adecuado y pertinente desarrollo de las habilidades necesarias para los procesos de lectura y escritura en el aula.

Por otra parte, desde el primer contacto con el grupo escolar, se observó el desarrollo de las clases de español, a partir de la transcripción de texto encontrado en la cartilla Nacho, prevaleciendo el modelo memorístico a partir de la palabra, limitando la experiencia y la comprensión de la misma en los estudiantes, esto se

motivados a desarrollar textos de forma autónoma con información que fuera de su interés, además, prevalecía el desconocimiento del sonido, nombre de las letras y su respectiva combinación, lo cual generó un limitante en el propósito que quisimos abarcar con ellos, ya que al momento de poder liderar el grupo, predominaron actividades en torno a las dificultades mencionadas anteriormente.

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