• No se han encontrado resultados

Metodos Para Efectuar la Visitacion

Funcionando como Una Agencia de Alistamiento

IV. Metodos Para Efectuar la Visitacion

1. El Día Mensual de Visitación.

Este día debe estar establecido en toda escuela dominical para el doble propósito de visitar a los ausentes y a los miembros en perspectiva. En las comunidades rurales el último domingo de cada mes es sin duda el mejor día. En los pueblos y ciudades el sábado por la tarde anterior al primer domingo del mes es quizá el mejor. Pero no importa el día, éste debe ser el que mejor

convenga a la iglesia; pero debe haber un día para visitar a todos los alumnos que han estado ausentes durante el mes, y a todos los que sean probable que puedan ganarse para la membresía de la escuela dominical. Oficiales y maestros acompañados de alumnos deben realizar este trabajo.

2. La Visitación Regular Cada Semana.

El hecho de tener establecido un día mensual de visitación organizado no impide que haya un programa semanal de visitación para cada maestro y

oficial de la escuela dominical. La visitación semanal debe atender al ausente inmediatamente después de que éste deja de asistir. De esta manera el alumno ausente se da cuenta de que la escuela dominical tiene interés en que asista cada domingo; la matrícula de la clase puede mantenerse al día, y también el interés de maestros y alumnos se mantendrá fijo en los que asisten

regularmente y éstos mejorarán su asistencia a fuerza de trabajar con ellos.

3. Programa Especial de Visitación del Departamento y de la Clase.

Lo que hemos recomendado no impedirá que las clases y los departamentos formulen sus propios programas de visitación de acuerdo con sus necesidades y aprovechando la buena disposición de oficiales, maestros y alumnos para un trabajo de esta naturaleza. Los departamentos y las clases pueden hacer planes para visitar por las tardes a los ausentes en sus propios hogares o en los lugares donde trabajan.

4. Usese un Plan Eficaz Para Informar los Resultados.

(1) Hágase un archivo de los miembros en perspectiva. Este archivo debe consistir en tarjetas que contengan el nombre de la persona, su dirección, su religión, su relación con alguna iglesia, etc., y estas tarjetas deben archivarse por departamentos y clases. ¿Cómo y dónde podemos conseguir estos datos? Donde las leyes del país lo permitan, el mejor método es levantar un censo religioso de las familias de la comarca servida por la escuela dominical. (Véase lo que se dice en el capítulo IV sobre el censo religioso).

(2) Hágase una lista de las personas que deben ser visitadas cada semana. El secretario de cada clase puede llenar una tarjeta como la VR-3 para cada miembro de la clase que haya estado ausente dos domingos o más. Estas se entregarán al secretario general, quien las guardará para el día o la hora de visitación.

(3) Fíjese el día y las horas para la visitación. En algunas iglesias las mujeres se reúnen como a las diez de la mañana y los varones a las 7 de la noche para hacer sus visitas, en otras iglesias todos se reúnen a la misma hora,

generalmente en la noche, para hacer este trabajo. Todos los maestros deben ir a visitar, y las clases superiores deben ver que también algunos de sus

miembros estén presentes para ayudar en esta digna obra. El superintendente de la escuela dominical, o el superintendente asociado, repartirá a los

visitadores las tarjetas que les corresponden; es decir, las tarjetas que contienen los nombres y direcciones de los miembros que se han ausentado y unas

(4) Que los visitadores vayan de dos en dos, después de haber tenido una

oración pidiendo la dirección del Espíritu Santo. Los visitadores deben observar las siguientes reglas: Decidan cuál será el propósito de cada visita: ¿será con el fin de ganar un alma, conseguir que algún miembro llegue a ser más regular en su asistencia, o restaurar a algún hermano que se ha extraviado? Que las visitas sean breves, corteses, amigables. Téngase un interés personal en los problemas de la persona que se ha ausentado de la clase o que es

miembro en perspectiva. Hágase una cordial invitación para asistir a la escuela dominical el próximo domingo. Téngase una breve oración con los presentes. Si hay otras personas en el lugar que deben ser alistadas, invítelas también, y asiente los datos referentes a ellas en tarjetas para entregarlas después al secretario general, para que esta información forme parte del archivo de los miembros en perspectiva.

(5) Devuélvanse las tarjetas con un informe de cada visita. Debe haber un buzón en el templo donde los visitadores puedan depositar sus tarjetas, habiendo ya asentado sus informes en ellas. Tanto el pastor como el

superintendente (o superintendente general asociado) deseará examinar estos informes. Probablemente habrá casos en que el pastor necesita hacer una visita a cierto hogar antes del domingo, como por ejemplo en el caso de alguien que se ha ausentado porque está enfermo, o en el caso de alguien que está a punto de hacer su decisión para aceptar a Cristo. El superintendente, después de evaluar los resultados de la visitación, devolverá las tarjetas de los miembros en perspectiva al secretario general, quien las guardará para que sean asignadas una y otra vez hasta que la persona visitada llegue a ser miembro de la escuela dominical.

(6) Persevérese en la práctica de este plan. Requiere algún tiempo para demostrar su valor, para conseguir suficientes visitadores, y para que estos aprendan el arte de visitar. Pero el pastor o el superintendente que persevere en este plan verá con el tiempo que da muy buenos resultados.

He aquí el testimonio de un pastor que está viendo los frutos de semejante programa. El Rdo. Josué Grijalva dice:

“Revisando algunos datos, me sorprendí porque el cuarto domingo de

noviembre de 1952 tuvimos 106 presentes en la escuela dominical, y el cuarto domingo de noviembre de 1953 tuvimos 255 presentes en la escuela

dominical. ¿Qué ocasionó la diferencia? Quizá muchas cosas, pero una cosa sé: que ahora hacemos nuestra visitación ordenada, sistemática, y

eficientemente, de tal manera que podemos ver los resultados. El trabajo no lo hace el pastor solo sino toda la iglesia, y creo que así debe ser”.

El éxito de este plan depende en gran parte del superintendente de la escuela dominical (o del superintendente asociado si la iglesia ha nombrado uno para atender esta fase de la obra). Es preciso que el superintendente vigile bien para que todos los secretarios de clase, y el secretario general, tengan preparadas las tarjetas que necesitarán los visitadores en la hora indicada para hacer las visitas. También es esencial estimular a las clases anteriores para que provean visitadores que ayuden a los maestros en el día de visitas. Este plan requiere mucho trabajo y perseverancia; pero muchas iglesias que lo han probado, dan testimonio de sus beneficios.

El siguiente plan para conseguir que los miembros de la escuela dominical visiten a las personas que deben estar en la escuela dominical, es sencillo, y en muchas iglesias se ha probado que es efectivo. He aquí el testimonio del pastor Miguel Mojica:

“Durante el otoño hemos alcanzado un promedio de asistencia de 226. ¡Comparad este número con 139 que era el promedio de asistencia que se tenía hace apenas quince meses! Creemos que este ha sido un buen progreso, pero no estamos satisfechos todavía. Por tanto, estamos proponiéndonos nuevas metas, y estudiando otros métodos para atraer más personas.

“Algo que hemos practicado últimamente para promover el crecimiento es la visitación regular por clases. Hemos colocado una tabla de anuncios dividida en tantas secciones como tiene nuestra escuela dominical, y en cada sección hay un gancho para cada clase del departamento. El domingo en la mañana cuando se hacen los informes, el secretario de clase llena una tarjeta blanca con el nombre y la dirección de cada alumno ausente, y también hace lo mismo para cada uno de los miembros en perspectiva. El superintendente general asociado coloca estas tarjetas en el gancho correspondiente (debajo del nombre del maestro) en la tabla de anuncios, y así a primera vista, cada maestro puede darse cuenta de las responsabilidades que tiene de visitar durante la semana. El maestro recoge las tarjetas, hace las visitas (con la ayuda de otros adultos que estén dispuestos a ayudarlo), escribe en esas mismas tarjetas los resultados que obtiene, y después las devuelve al superintendente general asociado. (Algunas iglesias ponen un buzón al lado de la tabla, en el cual se depositan las tarjetas.) Si el maestro no hace la visita, y el alumno no asiste el siguiente domingo, vuelve a colocarse su nombre en la tabla de anuncios, pero en esta ocasión en una tarjeta amarilla que significa

PRECAUCIÓN. El tercer domingo, si el alumno no asiste, se pone una tarjeta

roja que significa PELIGRO. Esta tarjeta roja permanece en el gancho mientras el maestro no la está usando para hacer la visita, hasta que el alumno regresa a la clase. Naturalmente deseamos que en la tabla de anuncios no haya tarjetas ni amarillas ni rojas. ¡Hagamos crecer nuestra escuela dominical; usemos todos los métodos y los medios que estén a nuestro alcance!”

La Casa Bautista de Publicaciones tiene a la venta las tres tarjetas

mencionadas. Pídalas por Número VB-1 (Blancas); VA-2 (Amarillas); VR-3 (Rojas).

Cuestionario

1. ¿Cuál es la actitud aparente de la mayoría de las personas en cuanto a su bienestar espiritual?

2. Mencione las principales causas de la negligencia en la vida espiritual.

3. ¿De qué dos maneras puede usarse la escuela dominical para remediar esta situación?

4. Mencione cuatro métodos para efectuar la visitación.

5. Describa un plan eficaz para informar los resultados de la visitación.

6. Sugiera un buen plan empleado por su iglesia o creado por usted que daría buen resultado al ponerse en práctica.

Capitulo 6. — La Escuela Dominical