• No se han encontrado resultados

NO-PLANIFICACIÓN CONSCIENTE

In document UN CURSO DE AMOR (página 67-69)

Ser quien eres no es un lujo reservado para los ricos ociosos, o para los muy jóvenes o ancianos. Ser quien eres es necesario para que el universo sea completo. Sin el verdadero tú en él, en el universo habría un vacío. -17.1

17.1 Ser quien eres no es un lujo reservado para los ricos ociosos, o para los muy jóvenes o ancianos. Ser quien eres es necesario para que el universo sea completo. Sin el verdadero tú en él, en el universo habría un vacío... y esto es imposible. Sin embargo, de alguna manera estás ausente.

17.2 Esto se relaciona con la conciencia y con aquellas cosas de las que eres consciente. Digamos que el espacio que llenarías siendo tú mismo es guardado por otra parte de tu conciencia que nunca lo ha abandonado. La reunión de estas dos porciones hará que el universo sea completo y producirá el regreso al cielo. La expresión "cuando dos están reunidos" puede usarse con tanto acierto aquí como con referencia a la relación. Tu elección de separarte de Dios es en realidad una separación de tu propio Ser, y es ésta la separación que necesita sanar para regresarte a Dios.

17.3 Rehuyes de todo pensamiento de que exista conciencia más allá de aquello de lo que eres consciente porque tienes miedo. Sin embargo, sabes que no puedes decir que conoces todo lo que existe en el universo, ni siquiera te conoces por entero a ti mismo. Lo que temes de lo desconocido es, simplemente, que te resulta desconocido. Cuando llegas a conocer lo que antes te resultaba desconocido, el miedo desaparece, si es que lo dejas. 17.4 Aquella parte de la conciencia de la que no te percatas no tiene que ver con la magia ni con la superstición ni con la demencia. No obstante, te escudas de ella como si conocerla fuese a cambiar la naturaleza del universo. Lo que en realidad cambiará es tu percepción. Esto es algo que al mismo tiempo deseas y temes, del mismo modo en que deseas conocerte a ti mismo y al mismo tiempo temes hacerlo.

17.5 Te manejas con el supuesto de que conoces todo lo que te es bueno conocer, y que conocer más significa que ciertas cosas que es mejor no saber -y por lo tanto deben ser malas- pueden serte reveladas. Sin embargo, todas las evidencias de tus pensamientos revelan tu disposición a aceptar las cosas malas de ti y de tu mundo. En consecuencia, el supuesto de que lo desconocido debe ser malo no es válido, ni siquiera dentro de tus propias pautas de evidencia. A pesar de ello, estimas que lo desconocido no puede ser totalmente bueno o digno de ser conocido porque tu razón es leal al mundo que ves. Por este motivo el Cielo, al que calificarías de bueno, no es totalmente bueno según tu estimación. ¿Por qué no es totalmente bueno? Porque lo has definido como carente de muchas cosas que has juzgado buenas en el mundo que ahora percibes.

17.6 Sin embargo, has ingresado por voluntad propia en muchos estados desconocidos. Algunos de ustedes se han casado, han tenido familia, han ingerido drogas que alteran la conciencia o realizado hazañas físicas extremas, incluso aterradoras. Todos ustedes sin excepción han ingresado por voluntad propia en el estado desconocido del sueño y han experimentado la pérdida de conciencia que conlleva. Y todos han tenido la experiencia de soñar mientras dormían. Hay quienes dicen saber todo lo que hay que saber acerca del sueño, de estar casado, ingerir drogas o tener hijos; pero ni siquiera aquellos de ustedes que están dispuestos a escuchar a los expertos creen que aquello sea posible. 17.7 Cada día es una zona desconocida en la que ingresas, a pesar de todos tus intentos por anticipar lo que traerá. Y aunque parezca que ya estás acostumbrado a este fenómeno, no lo estás. Todavía construyes planes y protestas contra todo lo que se interpone en su camino, aun sabiendo por anticipado que tus mayores esfuerzos de organización muchas veces no tienen resultado. Un Curso de Milagros te pide que en vez de planificar, recibas. No obstante, son pocos los que comprenden el sentido de esta simple instrucción, es decir, lo que te enseña acerca de lo desconocido.

17.8 Y eso que enseña es que lo desconocido es benevolente. Lo que dice es que lo que no puedes anticipar, puede ser anticipado para ti. Lo que afirma es que podrías recibir ayuda constante si tan sólo la dejaras llegar. Lo que señala es que tú no estás solo.

17.9 Recibir implica que algo te es dado. Recibir implica buena disposición para aceptar lo que te es dado. Buena disposición es justamente lo que no ofreces. El motivo es que aún no comprendes la naturaleza de la creación, pero esto puede ser corregido.

error acaecido en la creación. Así es como lo imposible devino posible. Si no estuvieses tan dispuesto a creer que la corrección es imposible, ésta ya habría tenido lugar. El error original que necesita corrección es éste: tu creencia en el pecado, en otras palabras, tu creencia en que la elección que has hecho es irreversible.

17.11 ¿Acaso no se torna evidente en los juicios en que te apoyas y en tu tratamiento de los criminales, así como de ti mismo y quienes amas? Tú crees que se debe pagar por los errores, no una sino muchas veces, y aunque la paga sea onerosa, sólo "paga por" lo que fue hecho y jamás podrá deshacerse. ¿Qué hace la paga sino comprar algo que entonces pasa a ser tuyo? ¿Qué has comprado con todos tus esfuerzos por enmendar tus equivocaciones? Sólo has conseguido comprar culpa, que ahora es tuya: una compañía constante y un permanente juicio de ti mismo.

17.12 ¿Ves ahora por qué los que juzganEl juicio proviene de la creencia en el pecado y la irreversibilidad de todos los errores. Si no crees que puedes revertir o "volver" al estado en que existías antes del error original, nunca lo harás. no pueden entrar en el cielo? 17.13 Y sin embargo, lo único que necesitas es volver. La observación de tu cuerpo te ha preparado para hacerlo. Da un paso hacia el lugar que te ha sido guardado. No has perdido "tu lugar en la fila" porque te hayas ido. Ha sido guardado para ti por el más amoroso de todos los hermanos, un hermano unido con tu propio Ser.

17.14 Este lugar al que puedes regresar no contiene juicio ni temor, y por lo tanto es la reserva de todo lo que ha procedido del amor. En él se guardan todos los regalos que el amor te ha hecho, regalos que son de la creación o de la extensión, regalos que has dado y recibido. Cada acto de amor se agrega a ese espacio en el universo que es tuyo y se ha convertido en parte del todo junto a ti. Todo lo que ha procedido del temor es nada, por lo tanto no existe fuera de tus pensamientos.

17.15 De todos modos, tus pensamientos se han endurecido y atrincherado en la creencia en su derecho a juzgar. Muchos de ustedes han abandonado su creencia en el pecado pero aún se aferran a su creencia en el juicio, convencidos de que uno es diferente del otro. Y mientras no veas esto tus pensamientos seguirán basándose en el temor y el temor será tu fundamento. Pues juzgar no es sino creer que lo que Dios creó puede ser cambiado y ha sido cambiado.

17.16 El perdón, que reemplaza al juicio, debe venir de tu corazón. Perdonar desde la lógica de la mente en vez de hacerlo desde la compasión del corazón es sólo pensar en el perdón. Muchos de ustedes están dispuestos a conceder este perdón, incluso decididos a concederlo a pesar de sus mejores juicios. ¿Acaso no ven qué poco sentido tiene esto, qué insincero suena?

17.17 La sinceridad es sinónimo de plenitud de corazón, un concepto que no comprendes porque está más allá de los conceptos. Pero ahora comenzamos a integrar tu aprendizaje y a movernos hacia la plenitud. El primer paso hacia la plenitud es comprender esto: el corazón y la mente no están separados. Mente y corazón unidos forman un corazón pleno, o plenitud de corazón. Te preguntarás, entonces, por qué este Curso los ha tratado como partes separadas de ti. Se debe, simplemente, a que es la forma en que tú los ves y porque me permite referirme a las distintas funciones que tú les has adjudicado.

17.18 Pero lo que es semejante no puede tener funciones diferentes. Por lo que ahora tu mente y tu corazón deben trabajar en unidad en la función que hemos establecido: regresarte a tu identidad dentro de la creación de Dios.

In document UN CURSO DE AMOR (página 67-69)