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VI. Conclusiones provisionales para un edificio (sacro) en construcción.

2/ El predicador bajo el escritor

De hecho, el hagiógrafo remata el prefacio al lector de la Vida de Francisco de Borja con un verdadero sermón en el que exhorta a cada uno a esforzarse en seguir el camino de la virtud y rechazar nuestra naturaleza humana débil:

No piense nadie, que ya no ay santos en el mundo, que si ay, y muchos. Y sino fuesse por ellos, ya el mismo mundo seria acabado, segun son innumerables y gravissimos nuestros pecados, que dan vozes, y piden vengança delante del Señor. El qual a todas horas, y en todos los siglos llama obreros; para que cultiven su viña: y oye las plegarias, y las oraciones dellos, se aplaca y nos perdona, por sus merecimientos. Tampoco se escuse nadie de seguir a Iesu Christo, alegando que los caminos de la virtud son asperos, y dificultosos, y tan llenos de abrojos, y espinas, que no se pueden andar sin lastimarse, y derramar sangre: porque esto es juzgar mal de la virtud, y medirla con la estrechura de nuestros coraçones. Ponga los ojos en este modelo que aqui le representamos, siga las pisadas deste siervo de Dios: y persuadase por lo que el dexo, y por lo que el hizo, 80 Sobre el papel de lo escrito para consolidar los aspectos identitarios y las características apostólicas de la orden ignaciana, ver, entre otros, a Annick Delfosse 2009 y 2012 y a Federico Palomo 2004 y 2005.

81 En 1640, el Imago primi saeculi, publicado para celebrar el primer centenario de la Compañia, menciona entre los doce ministerios más importantes de la orden, comparados con los trabajos hercúleos, la composición de libros:

!n5*- 7,ofecerit non dico; sed quae adhibuerit remedia, quam operam impenderit, mearum partium est breviter indicare: in quo, ne sim infinitus, faciam quod Poëtae, qui ex innumerabilibus Herculis laboribus, in communem humani generis utilitatem exantlatis, praecipuos celebrant duodecim, ceteris hominum coniecturae relictis: totidem ego labores nostros, sive functiones, quibus Belgio profuimus, non celebrabo, ac ne explicabo quidem; sed obiter attingam, satis habens digitum in fontes intendisse: quos qui propius adierit, intelliget nihil a nobis praetermissum,

que la gracia del Señor es tan poderosa, y liberal, que convierte los desiertos asperos en caminos llanos, y deleytosos para los pies del justo. Que por esto dixo el Real Profeta: Ensanchaste Señor mis passos debaxo de mi, y no se enflaquecieron, ni debilitaron mis pies. Y en otro lugar: Señor yo corri por los caminos de vuestros mandamientos, quando dilatastes mi coraçon (Ribadeneyra 1592, s.f.)

Efectivamente, el hagiógrafo tiene un papel fundamental a la hora de trasmitir un ethos cristiano, como subraya Ribadeneyra en el mismo prefacio:

Gran beneficio hazen a la Republica los que escriven bien vidas de santos varones, y señalados en religion, y virtud. Porque nos representan una biva voz, que callando habla, y continuamente nos predica, y un claro espejo en que nos mirar, y enmendar nuestras fealdades, y un perfectissimo dechado de admirables virtudes que imitar, sin que, o nuestra ignorancia, o flaqueza se pueda escusar de seguir a los que nos van delante (Ribadeneyra 1592, s.f.).

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un paralelo entre el hagiógrafo y el predicador. Sus papeles respectivos son iguales: hacer que los fieles aborrezcan sus pecados y sigan el camino de la virtud. Como señala Ribadeneyra, para lograr tal efecto, hay que escribir bien estas vidas. En el prefacio al lector del primer tomo del Flos Sanctorum, el hagiógrafo presenta su método basado en un paciente trabajo de compilación y, sobre todo, de comprobación de las informaciones. La tarea del hagiógrafo es importantísima ya que, como recuerda Ribadeneyra con el ejemplo de Ignacio de Loyola, quien decidió dedicarse a Dios después de leer el Flos Sanctorum de Jacobo de Vorágine y la Imitatio Christi de Tomás de Kempis, una buena Vita puede encaminar a cualquier lector hacia un cambio de vida:

Pero no ha sido el menor motivo para llevar adelante esta empresa [escribir el Flos Sanctorum\@ #3 2/+,-2,)# 45# $5#&%,+ G*#$21#$%5,2-+ ]2-,# CD$2/*+ Z[\ &*#$-+

soldado, y sumido en la vanidad del mundo, abrio los ojos del alma, y se convirtio a Dios, por leer las Vidas de los Santos; aunque al principio las leya mas por entretenimiento, que por devocion (Ribadeneyra 1601, s.f.).

Ribadeneyra consolida a continuación su posición recurriendo a auctoritates y a ejemplos contemporáneos.82 Para acertar, el hagiógrafo, igual que el predicador, tiene que dejarse llevar por Dios a la hora de componer su obra:

Y si el Señor con la lumbre y fuego de su espíritu, no alumbra e inflama el coraçon, y rige la pluma del escritor, todas sus palabras son secas y frias; y despues de averlas leydo, queda tan seco y frio el Lector, y tan sin xugo y fruto, como si no huviera leydo la vida de un Santo, sino la de un Emperador, o de un Filosofo Gentil: y no se consigue

82!t #3 &2G#,@ 45# #3 3##, 32 1*-2 -# M0 Antonio Abad, escrita por S. Anastasio, fue causa que en Roma muchos cavalleros, y señoras nobilissimas, diessen de mano a todo regalo de la carne, y pompas del siglo, y tomando habito religioso, se crucificassen con Christo; como lo escrive S. Geronimo, alabando a santa Marcela biuda, por aver sido la primera que con su ejemplo movio a las demas. Y que S. Iuan Columbino cavallero Senes, por leer la vida de santa Maria Egypciaca, se entrego con tan grande fervor al servicio del Señor, que vino a fundar la religion que llaman Jesuates, en Italia, donde florece, = %*#$# )5/<+& )+$#&%#,*+&" :g*G2-#$#=,2 VWhh@ &0.0a

el fin principal que se deve tener en escrevir las vidas de los Santos (Ribadeneyra 1601, s.f.).83

Como un sermón, una hagiografía debe descansar en un lenguaje propio, caracterizado por la sencillez, y en una disposición espiritual adecuada del escritor:

Pues que diré de la eleccion y disposicion de las cosas? Que de la brevedad, y propiedad de las palabras? Que de la sinceridad, devocion y espiritu con que las vidas de Santos se deven escrivir para que peguen devocion y espiritu a los que las leyeren, y atraviessen los coraçones, y los truequen y enciendan en amor de Dios, y en la imitacion de hazañas tan gloriosas, y dignas de ser imitadas? (Ribadeneyra 1601, s. f.)

Finalmente, sobre el modelo de la predicación, una hagiografía sirve tanto para que los fieles sigan una vida en adecuación con los preceptos cristianos como para luchar contra los herejes:

Espero que alguna alma descaminada, leyendo lo que escriviere, y tocada con la mano del Señor, entrara en camino y le tomara por su guia, y por su luz; y a lo menos que sera provechoso para mi, el obedecer a la voz de Dios, y tomar este trabajo yo por solo zelo de su gloria, y honra de los Santos, ornamento de los Yglesia Catolica, utilidad de los fieles, y confusion de los hereges (Ribadeneyra 1601, s. f.)

Si la palabra escrita le permite a Ribadeneyra transmitir una praxis jesuita de la predicación y actuar a su vez para convertir a su lectorado, también desempeña un papel crucial a la hora de llevar a cabo su propio proceso de conversión.

II/ Escribir como conversión

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