El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama ha gobernado su país y en cierto modo el mundo, desde el 20 de enero de 2009 al 20 del mismo mes de 2017, en que entregará las prerrogativas de su inmenso poder a Donald Trump.
La concesión del premio Nobel de la Paz en octubre de 2009 a Obama fue como un espaldarazo de que su política internacional iba a llevar la paz y la concordia entre todos los pueblos de la tierra, pero veamos cómo se desarrollaron los acontecimientos.
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Tras la intervención de George Bush en Irak y el derrocamiento de Sadam Hussein 76, Estados Unidos y otros países de una coalición internacional tuvieron que mantener fuertes contingentes de tropas en Irak. La política fue equivocada, porque no se tuvo en cuenta las diferencias irreconciliables entre sunnitas y chiitas, costando cuantiosas bajas en las tropas de la coalición, entre ellos siete miembros del CNI español.
El Presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, ordenó la retirada del contingente nacional a los pocos días de iniciar su mandato, siendo aclamada su decisión por una buena parte de la población, sin entender que una acción tan precipitada dejaba un hueco en el despliegue de la coalición internacional, con un sobrecoste de bajas de las dos fuerzas que se encontraban en sus flancos.
En 2011 se culminó la salida de todas las tropas norteamericanas de Irak, de acuerdo con la promesa expresada por Barack Obama 77. Aunque la decisión no fue tan inmediata como la española, tuvo consecuencias nefastas para el débil gobierno chiita de Bagdad, sin un ejército constituido, sin mandos, sin estado mayor y un etcétera que provocó la apropiación, por parte de DAESH, con el apoyo de los restos del ejército de Sadam Hussein, de una buena parte del territorio.
76 En la primera guerra del Golfo, 1991, George Bush padre, ordenó no llegar a Bagdad, dado que deseaba mantener a Sadam Hussein en el poder, al considerarlo un “tapón” para confrontaciones internas en los países árabes.
77http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/18/internacional/1324184045.html
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Cuando Barack Obama tomó las riendas del país más poderoso de la tierra, la columna de un diario español, comunicaba:
Por supuesto él tiene ya preparada una agenda intensa para su primer día en la Casa Blanca. El mismo miércoles tiene previsto firmar varias órdenes ejecutivas (decretos) para el cierre de Guantánamo, probablemente la prohibición de la tortura y otras medidas urgentes que no pueden esperar al debate en el Congreso. También mantendrá reuniones con sus equipos económico y de seguridad para tomar enseguida distintas iniciativas relacionadas con la crisis financiera, el paquete de estímulo económico, la guerra de Gaza, el repliegue en Irak y el refuerzo en Afganistán.
Las primeras 24 horas de Obama como presidente van a ser una vorágine de actividad que marcará el resto de sus primeros 100 días, en los que quiere aprobar las medidas para contener la crisis económica -con un pequeño crecimiento, si es posible, para final de año- y establecer una nueva relación con el mundo, basada en la apertura del diálogo con países con los que ahora no lo hay -Siria, Irán, quizá Cuba- y el impulso de propuestas novedosas en relación con Oriente Próximo y el desarme nuclear. Todo ello desde una nueva filosofía, en la que se entierra la división superficial entre buenos y malos, y con un nuevo estilo, escuchando antes de tomar decisiones. 78
Los hechos no han dado la razón a la esperanza mundial ante el primer presidente negro de la historia, que hablaba de Lincoln, Kennedy o Lutero King, con verdadera admiración, exponiendo que quería prolongar su obra.
78http://elpais.com/diario/2009/01/20/internacional/1232406001_850215.html
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Una ola de “democratización institucional” se abatió sobre los países árabes en 2010, sin que la misma fuera controlada debidamente por la OTAN y Estados Unidos, al revés, tuvieron intervenciones decisivas en la caída de los regímenes dictatoriales.
La situación fue de mal en peor, de tal manera que ni la OTAN ni Estados Unidos y mucho menos la Unión Europea, supieron encontrar alguna solución a los numerosos conflictos, entre ellos y el más peligroso la aparición de DAESH, organización terrorista desgajada de Al-qaeda, autocalificada de “califato” y designando como sucesor del profeta a Abu Bakr Ibrahim al-Baghdadi 79, recabando de todos los buenos musulmanes su reconocimiento para reconstituir el gran califato.
79Su nombre verdadero es Ibrahim Awwad Ibrahim Ali al-Badri al-Samarrai, sustituyéndolo por el actual, para hacer ver que es descendiente del primer califa, tras la muerte de Mahoma (Abu Bakr), que lo es de Abraham,
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La realidad es que el terrorismo causa pánico en Europa; las olas de refugiados están incontroladas; los conflictos armados se han multiplicado y el Mediterráneo es en la actualidad el punto más caliente del planeta.
Las grandes potencias mundiales, principalmente las afectadas directamente por la situación: Estados Unidos, Rusia y Europa, deben ponerse de acuerdo para resolver la situación.
En medicina se explica que cuando un paciente entra en la UVI y con sus constantes vitales a punto de extinguirse, el único objetivo es que mantenerlo con vida, aunque ello le cause otros males, menos importantes, que deberán ser tratados con posterioridad hasta la total recuperación del individuo.
Desgraciadamente en política exterior ocurre algo similar.
Ante una situación de crisis de supervivencia colectiva, como patriarca de judíos, árabes y cristianos y que “gobierna” como sus antecesores en Bagdad.
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la que se está viviendo, lo primero es que visualizar la causa mayor que está provocando la situación, dejando de lado otras problemáticas. El objetivo actual es el terrorismo de DAESH, el cual hay que combatirlo con todos los medios, poniendo en segunda prioridad, los horizontes políticos de Irak, Siria, Libia, Egipto, etc.
A partir del 20 de enero de 2017 se inicia una nueva etapa en la política exterior mundial. Se inicia un tiempo de incertidumbre, debiendo las potencias grandes y medias, preservarse la hipótesis más desfavorable y preparándose para asumir la más probable. Europa se juega su futuro político y la Política Exterior y de Defensa Común tiene que ser una de las bazas a jugar.
Terminado de escribir el 14 de noviembre de 2016.
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